El
busto... un símbolo de feminidad

Hay
una bonita interpretación de la evolución de las especies que
pretende explicar por que el seno femenino preocupa tanto a las
mujeres. Según aquella teoría, la especie humana procedería de un
grupo de primates que en un momento determinado se elevaron sobre
sus extremidades inferiores, mirando primero al cielo y después
mirándose entre sí para relacionarse de una manera diferente y
especial: de frente. Esta actitud llevaría a cambiar el centro
emisor de atención de las regiones glúteas (muy vistosas en los
simios) al tórax, al pecho.
La
mama femenina es un punto e identidad muy importante. Hay un sinfín
de técnicas que intentan su perfeccionamiento. En realidad todos
los sistemas pretenden dos resultados: tensar la piel y proyectar la
glándula. Es muy difícil, prácticamente imposible, conseguir, por
medios externos físicos o químicos que la piel se encoja de forma
armónica y estética. Las duchas frías, el uso de sujetadores y las
cremas tonificantes de la piel intentan eso.
Aumentar
el contenido de la glándula mamaria podría alcanzarse en
determinados casos por tratamientos hormonales. Es conocido que, en
ciertos momentos el ciclo femenino, en el embarazo, con los
anovulatorios el volumen de la mama puede aumentar, pero, en
realidad por tratamiento estético, mantener una pauta hormonal
entre dentro de lo desaconsejable.
Hay
algunos productos que promueven una hiperhidratación debajo de la
piel: Su eficacia es relativa e inconstante. Tal vez sea mas
practico el ejercicio físico. Este realmente no provoca un aumento
de la glándula sino del músculo. Concretamente el pectoral. Al
crecer puede provocar el efecto óptico de que es una mama la que ha
aumentado y hasta elevado discretamente. Es algo a probar, contando
también con sus limitaciones. Porque cuando el pecho es muy
pequeño, muy grande, o muy descolgado ninguno de los tratamientos
anteriores funcionan, encones hay que penar en la cirugía y en un
buen cirujano plástico.
Millones
de mujeres se han sometido a una mamoplastia aumentativa en los
últimos tiempo, terminada la polémica sobre las prótesis de
silicona.
Hablando
de aumentos, la mamoplastia aumentativa es la técnica para aumentar
los senos y la mejor elección para corregir este defecto son los
implantes.
No
hace mucho tiempo, con una base más fantástica que real se
preconizo en determinados lugares una técnica denominada filling.
Consistía en inyectar grasa extraída de otra localización de la
propia paciente en la mama. El resultado muy desalentador.
Hoy
en día se practica esta cirugía en Ecuador con dos tipos de
prótesis, ambas tienen una cubierta de silicona y en su interior
puede haber suero fisiológico o gel también de silicona. El cambio
de textura de sus superficies da una diferencia marcada, antes todas
eran lisas pero se comprobó que con cierta rugosidad, su tolerancia
aumentaba considerablemente. Entendiéndose por tolerancia la menor
capacidad de provocar la formación de una cápsula rígida
alrededor de la misma por la paciente. Esto hasta ahora, aunque no
es serio, si representa una insatisfacción en la estética mamaria
de aumento.
La
elección de la prótesis siempre debe hacerla un cirujano plástico
con experiencia en las mismas. Tanto a las de suero como a las de
gel se les puede argumentar en su favor o en su contra. La vía de
inserción de las mismas puede ser areolas, submamario axilar. La
operación se suele realizar bajo anestesia general, con
monitorización continua en tiempo real, el implante se coloca
encima o debajo del músculo y el resultado es espectacular y
prácticamente inmediato.
Este
tipo de intervención no modifica la normalidad de la mama. Esto
quiere decir que, en general, no tiene por que a ve ni más ni
menos enfermedades de la mama como consecuencia del implante. Las
exploraciones habituales se pueden realizar, debiendo únicamente
informar la paciente al ginecólogo que lleva un implante dándose
los datos del cirujano por si necesitara hacer algún tipo de
consulta.
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