Prealbúmina:
Un marcador para evaluar el estado nutricional y de la función hepática
Prealbúmina:
Un marcador para evaluar el estado nutricional y de la función hepática.
El
interés en la medición de Prealbúmina (PAB) se ha centrado
especialmente en su utilidad como marcador nutricional, y como un indicador de
la función hepática y de fase aguda.
Fue
demostrada en 1965 por Manzini usando la técnica de inmunodifusión radial,
posteriormente en 1972 Ingenbleek describe su utilidad como un indicador de
deficiencia proteica y con esto logra mejorar el tratamiento nutricional. Hoy se
conoce que, si los ingresos energéticos son restringidos ya sea solo o con la
restricción de proteínas, una rápida caída de los niveles de PAB son
observados.
Bioquímica.
La
PAB es una glicoproteína sintetizada en el hígado, en razón de su baja
concentración en el suero, mas de 100 veces menor que la albúmina, ejerce poca
influencia sobre el patrón normal de electroforesis. Tiene una vida media corta
de aproximadamente de 2 días lo que la hace un indicador sensible de algunos
cambios que afectan sus síntesis y catabolismo. Hasta el presente, sólo se le
atribuía una función transportadora a al PAB, en especial es la transportadora
de aproximadamente de un tercio de la hormona tiroidea activa. El rango de
normalidad de la Prealbúmina es de 17 a 42 mg/dl.
Significado
clínico.
La
PAB considerada como proteína de transporte, con una vida media corta y alto
contenido de triptofano, constituye un m arcador muy sensible de desnutrición
proteico – calórica (DPC), de enfermedad hepática e inflamación aguda.
Desnutrición
Proteica-calórica (DPC).
Los pacientes con cáncer, enfermedades hepáticas, enfermedades renales,
diabetes, enfermedades digestivas o sometidos a cirugía mayor,
politraumatizados, quemados y prematuros, requieren de terapia nutricional para
preservar o reintegrar el tamaño del compartimiento de las proteínas del
cuerpo, mediante la alimentación parenteral o enteral (APE).
La
determinación de concentraciones plasmáticas de ciertas proteínas (albúmina,
transferrina, prealbúmina y retinol ligador de proteína) son de utilidad para
evaluar el estado nutricional. La proteína de elección para esta evaluación
debe tener una vida media biológica corta, con concentración plasmática baja,
mostrar una rápida pero moderada tasa de síntesis y tasa catabólica
constante, que reacciones solo a la restricción proteica o energética, y que
pueda ser detectada por una disminución de su concentración en el plasma. La
albúmina es un buen indicador del estado general de las proteínas, pero no es
de ayuda para monitorear los cambios dinámicos inmediatos de las proteínas,
debido a que tiene tienen una vida media de 20 días; además, esta proteína es
movilizada del líquido extravascular cuando los niveles en el suero disminuyen,
proporcionando un amortiguador los cambios en la concentración.
La
transferrina tienen una vida media de 8 días que disminuye en caso de severa
desnutrición, pero su concentración puede también ser afectada por otros
factores diferentes a una deficiencia proteínica calórica, como deficiencia de
hierro, anemia y enfermedades neoplásicas.
La
prealbúmina constituye el marcador nutricional ideal debido a su rápida tasa
de recambio de dos días, que permite realizar reajustes oportunos en la dieta.
Enfermedad
hepática.
La concentración sérica de proteínas sintetizadas dentro del hígado
constituye un verdadero marcador de la función hepática. La albúmina es usada
como índice de función hepática, pero debido a su vida media prolongada su
concentración puede estar dentro de los rangos normales en casos de enfermedad
hepática aguda.
Las
pruebas de enzimas hepáticas indican el grado de daño hepato célular, pero no
necesariamente revela deterioro de la función hepática.
La
prealbúmina por su vida media corta tiene un valor como indicador de la función
hepática, su concentración se encuentra disminuida significativamente en todas
las enfermedades hepatobiliares, reflejando mucho mejor que la albúmina la
severidad del daño hepático.
Reactante
de fase aguda.
Son
proteínas que se incrementan durante los períodos de inflamación. La proteína
C reactiva (PCR), y el alfa-1 glicoproteína ácida (AGA) son empleados como
marcador de inflamación aguda o necrosis tisular. Los niveles de PCR empiezan a
elevarse dentro de 6 horas de cambio inflamatorio.
La
prealbúmina es considerada como un reactante negativo de fase aguda
debido
a que decrece rápidamente cuando la PCR y AGA aumentan. Los niveles de PAB
comienzan a caer en el primer día alcanzando niveles mínimos al tercer día,
al contrario los niveles de PCR comienzan a elevarse en el primer día y
alcanzan niveles máximos por el tercer día. En infecciones bacterianas se
puede tener una mejor información diagnóstica con el uso de PAB en conjunto
con PCR.
En
resumen la utilidad de la medición en suero de PAB es de utilidad para las
siguientes condiciones:
1.
Un índice para evaluar desnutrición proteico-calórico.
2.
Un indicador de la respuesta a la terapia durante la alimentación
parenteral.
3.
Un marcador bioquímico de la adecuada nutrición en prematuros.
4.
Un índice de función hepática en enfermedad hepato biliar.
5.
Un indicador adicional de inflamación aguda.
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