El
estudio del líquido anmiótico (agua de la fuente) comienza mediante
la extracción de una pequeña cantidad del mismo de la cavidad uterina,
procedimiento conocido con el nombre de anmiocentésis.
Esto se lo realiza por lo general en el mismo consultorio médico o en
la clínica u hospital, usualmente cuando la paciente cursa la semana 16 del
embarazo, contando desde el primer día de la última regla.
Antes
de realizar el procedimiento,
debe realizarse una ecografía con el fin de identificar la localización del
feto, placenta y donde se encuentra la mayor cantidad de líquido amniótico.
Una vez localizados e identificados se inserta una aguja muy fina a través
de la piel del abdomen hasta el útero, extrayendo aproximadamente una onza
de líquido amniótico. Este
líquido contiene células que se han desprendido del feto y que pueden ser
analizadas para evidenciar algunas enfermedades genéticas.
Por lo común el procedimiento no es doloroso.
Los
exámenes que se pueden realizar con este líquido son:
detectar anormalidades en los cromosomas. Un cromosoma que falte, sobre
o se encuentre cambiado de posición causará muchos cambios en el feto y
estos casi siempre llevan a serios defectos físicos de nacimiento, retraso
mental o ambos. La más común es
el síndrome de Down, el cual es causado por un cromosoma adicional
El
estudio también está indicado si en la familia existe un riesgo conocido de
enfermedad genética o hereditaria
y que pueden ser analizadas antes del nacimiento.
Las
malformaciones de la columna vertebral
(espina bífida) pueden ser detectadas con el estudio del líquido amniótico.
Cada
embarazo tiene un riesgo por muy
pequeño que sea de tener defectos al nacimiento, por ejemplo:
labio leporino; hernia; retraso mental
y defectos en el corazón.
La
edad materna avanzada es una buena razón para realizar este examen, puesto
que entre los 15 y 29 años la frecuencia de anormalidad es de 1 en 700
nacimientos aproximadamente y a los 49 años de edad es de 1 por cada 8
nacimientos.
Como
todo procedimiento invasivo tiene sus riesgos que son:
aborto, que no es común siendo el riesgo más serio del procedimiento;
sangrado, cólico, pérdida de líquido amniótico por vagina; infección la cual
es muy poco frecuente; la lesión al feto con la aguja es prácticamente nula;
etc.
Existe un período de espera por los resultados que es de aproximadamente dos
semanas, lo cual puede causar mucha ansiedad en los padres, pero es lo
normal en cuanto a demora en la realización del examen.
Por lo tanto y para evitar sorpresas, es fundamental un buen control
prenatal en todos los embarazos de la mujer y cumplir al pie de la letra las
indicaciones del médico.