Juventud Acumulada
La palabra vejez significa
para un sinnúmero de personas obsolescencia, intrascendencia,
inutilidad, carencia, sin embargo hay quienes se manifiestan jóvenes
aunque solo sea interiormente.
Es que hay varias formas
de asimilar el fenómeno del envejecimiento entre los seres humanos, y
ellas derivan del carácter que nos acompañó durante varias décadas de
tránsito terreno. Estudios importantes realizados en varios
continentes han demostrado que el refrán que sostiene que “genio y
figura hasta la sepultura” es muy cierto.
De ahí que se han
establecido prototipos como el dependiente, el hostil, el
constructivo, cuyas características harán reconocerse a algunos de los
lectores de esta página. Por ejemplo, se dice que el CONSTRUCTIVO de
joven se manifiesta sereno, tolerante, equilibrado, de añoso, no
acepta el hecho de envejecer, la jubilación, y la muerte; el
DEPENDIENTE, en su juventud es un sujeto pasivo, nada práctico,
optimista a toda costa, al caerle los años, se contenta al tener que
dejar de trabajar, adora las vacaciones, pero se siente insatisfecho
del curso de su vida; el HOSTIL es el que atribuye a los demás la
causa de sus problemas; sospecha de todo mundo, y se lamenta por todo,
de viejo tiene miedo de la muerte, envidia a los jóvenes, no acepta el
declinar.
De manera que de acuerdo a
esta investigación intentaremos ubicarnos entre los constructivos que
son precisamente los que sienten que a su alrededor las cosas se
enrarecen, pero en ellos eso no hace mella. Que sus amigos se arrugan
y encanecen, mientras ellos se ven en el espejo sin canas, ni tantos
pliegues en el rostro. Son aquellos que saben que tienen que morir
algún día, y esa certeza no los traumatiza en las noches, ni les quita
el sueño.
En la práctica son
aquellos que se inscriben en grupos de gimnasia, de pintura, o
aprenden una lengua o cualquier cosa que se les ofrezca. Son los que
se jubilan con visión de futuro, eso quiere decir que, dan el paso, y
reingresan al mundo laboral sin condiciones, como tampoco sin horarios
estrictos, a veces hasta en un oficio diferente al desempeñado en
medio siglo.
Estos son pues, los que
expresan entre líneas que tienen un acumulado juvenil que nadie ha
podido prever, al igual que nadie toma en cuenta. Este tipo de ocaso
material es el que debemos mirar atentamente y que la comunidad
debería tener como sus símbolos, los caminos a seguir. ¿ Por qué se
pasan por alto ?. Sencillamente porque no son “superviejos”, pues
ellos mismos no quieren serlos, y están convencidos de que eso es lo
normal, que no tienen nada que exhibir como extraordinario.
Entonces debemos entender
que biológicamente el verbo envejecer debe ser interpretado como
sobrevivir, esto es, seguir viviendo, y antropológicamente, como la
adaptación perfecta sin ser objeto pasivo de la injuria de la
naturaleza. Consecuentemente, para cumplir con ello se necesitan
cualidades, sensibilidad para disminuir sin ser despojo, para declinar
sin llegar a ser discapacitado totalmente, para caminar por la
pendiente tranquilamente hacia abajo hasta cumplir con la última etapa
del ciclo: la muerte.
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