LA
ARTRITIS
El
término artritis significa inflamación de las articulaciones (el
sufijo "itis" significa inflamación).
El
sistema inmune de nuestro organismo es un delicado mecanismo de
defensas. Responde a la infección causando inflamación. La
amigdalitis, por ejemplo, es causada por una infección bacteriana.
Las amígdalas rojas, hinchadas y dolorosas indican que el sistema
inmune del organismo está actuando adecuadamente para vencer a esa
infección. En la artritis crónica juvenil, hay inflamación de las
articulaciones, que se tornan rígidas, calientes, hinchadas y
dolorosas, pero sin razón infecciosa.
El
espacio articular entre dos huesos está rodeado por una cápsula. La
capa interna de esta cápsula se llama membrana sinovial, y es la que
produce el líquido sinovial que lubrica la articulación y la nutre.
Los extremos de los huesos están recubiertos de cartílago, que es
muy liso. El cartílago está diseñado para permitir que los extremos
de los huesos se deslicen entre sí de manera suave. En la artritis,
la sinovial se torna gruesa y produce demasiado líquido. Si la
sinovial se torna demasiado gruesa, puede dañar el cartílago y a
veces los huesos. En los niños, a diferencia de los adultos, el cartílago
y el hueso todavía tienen la capacidad de crecer, lo que les permite
reparar y curar el daño articular en una gran proporción de los
casos.
SU
CAUSA
No
se conoce la causa de la artritis. Lo que sí se sabe es que no es
hereditaria, y que la artritis de un padre o abuelo no tiene relación
con la artritis de un niño. La artritis juvenil no está causada por
ninguna infección o enfermedad que el padre o la madre pudieran haber
tenido antes. No tiene relación con ninguna circunstancia del
embarazo. No está causada por ninguna comida, y no se cura ni se
mejora al cambiar la dieta. Algunas comidas y vitaminas especiales
para la artritis no sirven para otra cosa que para malgastar el
dinero. Ni las pulseras de cobre ni las hierbas medicinales curan la
artritis. La artritis juvenil tampoco está causada ni se cura con un
cambio de clima, aunque sí es cierto que los pacientes artríticos
(niños o adultos) tienen más síntomas cuando hay cambios bruscos de
la presión atmosférica.
Aunque
algunos chicos con artritis tienen fiebre y se brotan, no es una
enfermedad infecciosa, y por ende no es contagiosa. Y aunque la
artritis a veces aparece después de un accidente banal o una infección,
que son muy comunes en los chicos, estos eventos no causan la
artritis. Está demostrado que por causas aún no muy bien conocidas,
el sistema inmune (las defensas) de los niños con artritis funciona
mal. Los chicos con esta enfermedad pueden tener un sistema inmune que
puede estar funcionando demasiado bien, o sea que no tiene un buen
control, y desencadena inflamación sin que haya un microbio. Muchos
niños con artritis tienden a mejorar porque con el tiempo y el
crecimiento el sistema inmune madura y se corrige solo.
Desafortunadamente, esto no sucede en todos los casos.
EL
DIAGNOSTICO
Los
chicos no siempre se quejan de dolor. Por eso, a veces es difícil
decir si las articulaciones de un niño están inflamadas. La única
pista puede ser cierta rigidez a la mañana acompañada de
"renquera" matinal transitoria o resistencia a usar un brazo
o una pierna. A veces la artritis reumatoidea juvenil puede ser muy
difícil de diagnosticar, y puede pasar inadvertida aún para un
pediatra.
La
artritis juvenil es una inflamación de una o más articulaciones que
dura seis o más semanas, sin una causa que la justifique. Una vez que
se sabe que un niño tiene inflamación de las articulaciones, hay que
descartar otras enfermedades más serias que la artritis reumatoidea,
como las infecciones. No hay ningún análisis que por sí solo haga
el diagnóstico de artritis reumatoidea (ni siquiera el factor
reumatoideo) o que descarte otras enfermedades. Por eso, ese niño va
a necesitar radiografías, análisis de sangra y orina, en ocasiones
un estudio del líquido sinovial (o articular), y por supuesto, una
visita al especialista.
La
duda que existe en las primeras semanas después que se descubrió la
artritis puede ser un momento difícil. Es necesario saber que lleva
cierto tiempo hasta que el médico está seguro del diagnóstico de
artritis crónica juvenil, y que pasará cierto tiempo hasta que las
medicinas y los ejercicios recomendados hagan efecto.
TIPOS
DE ARTRITIS CRÓNICA JUVENIL
Es
importante saber qué tipo de artritis tiene un niño , porque de ello
dependerá el tipo de complicaciones que podrá tener, el pronóstico
y el tratamiento que recibirá.
Existen
características comunes a todas las formas de las artritis, como la
rigidez matinal en momentos de inflamación. Pero también es
importante conocer la variabilidad que existe en el comportamiento de
la artritis en distintos niños que pueden compartir una misma forma
de la enfermedad. La artritis de los niños a veces dura pocos meses o
años, y hasta a veces desaparece para siempre.
Pero
la mayoría de los chicos tienen un curso alternante durante varios años.
Las exacerbaciones ("brotes" o "recaídas") son
los momentos en que la enfermedad está peor. Las remisiones son los
momentos cuando parece que la artritis se fue. A veces, una infección
viral común (como la gripe o el resfrío) puede desencadenar una recaída.
Puede ser frustrante para los padres ver que esto sucede,
especialmente cuando parecía que la enfermedad se había ido o había
mejorado mucho, pero no se debe perder la esperanza. Por suerte, en la
mayoría de los chicos estas exacerbaciones tienden a ser menos
severas y a ocurrir menos frecuentemente con el tiempo.
FORMA
PAUCIARTICULAR (u OLIGOARTICULAR)
Esta
es la forma más común y más leve de la enfermedad. Cuatro o menos
articulaciones están afectadas en la mitad de los casos solo una
articulación está hinchada). Hay muy poca o ninguna alteración del
estado general o del crecimiento. Puede tener una evolución con
brotes y remisiones, pero en general no hay daño definitivo en las
articulaciones. Esta forma tiende a ser de corta duración, y casi la
mitad de los niños entran en remisión permanente en tres a cinco años.
Uno
de los principales problemas de los chicos con esta forma de artritis
es la aparición de contracturas en la articulación o articulaciones
afectadas, y la discrepancia de longitud de los miembros inferiores
cuando la artritis es asimétrica. Por fortuna, estas complicaciones
son tratables. Hay un alto riesgo de inflamación de los ojos (la úvea)
en niños con este tipo de artritis. Estos chicos deben tener un
examen ocular con lámpara de hendidura cada tres meses, porque esta
es la única forma de detectar precozmente la uveítis. Existe un análisis
de laboratorio llamado FAN o ANA (Factor o anticuerpo antinuclear) que
en ocasiones es positivo en niños que tienen inflamación ocular. Por
este motivo, el FAN nos ayuda a detectar a aquellos niños con mayor
riesgo de desarrollar inflamación ocular, y por ello, los que
requieren visitas al oftalmólogo más frecuentes.
Si
bien es muy raro que ocurra, algunos chicos con esta forma pueden
desarrollar inflamación de más de cinco articulaciones con los años,
asemejándose a los de la forma poliarticular.
FORMA
POLIARTICULAR
En
esta forma, cinco o más articulaciones están afectadas.
Generalmente, la artritis comienza en varias articulaciones al mismo
tiempo. A veces puede empezar en una o dos articulaciones y después
afectar otras. Si va a tomar otras articulaciones, esto usualmente
sucede en los primeros 6 a 12 meses de la enfermedad. La duración de
este tipo de artritis es variable, pero en general se trata de varios
años. Usualmente existen exacerbaciones y remisiones. Del total de niños
que tienen este diagnóstico, más de la mitad no tendrá más síntomas
de la enfermedad en 8 a 10 años. Aunque es raro, puede haber alguna
afectación de los órganos internos, pueden aparecer nódulos subcutáneos,
o inflamarse los vasos sanguíneos. Este es un tipo de artritis que
puede afectar el crecimiento del niño.
Un
pequeño porcentaje de estos niños tienen un marcador en la sangre
llamado Factor Reumatoideo. Son usualmente niñas grandecitas, mayores
de 9 años, y tienen un tipo de artritis similar a la de los adultos,
con marcado compromiso y daño en varias articulaciones.
En
estos pacientes es muy útil el uso de drogas como el metotrexate.
FORMA SISTÉMICA (o ENFERMEDAD DE STILL)
Esta
es la forma más rara pero más severa de la artritis. Se caracteriza
por un brote de manchitas en la piel y por fiebre en picos
diariamente. Fue descripta originalmente por el Dr G. Still a fines
del siglo XIX. Los chicos se muestran muy afectados y enfermos durante
la fiebre de la tarde, pero se sienten mucho mejor a la mañana
siguiente, cuando la temperatura baja. Con frecuencia tienen los
ganglios inflamados. Los órganos internos, como el hígado, el corazón
o los pulmones, también se pueden inflamar, pero no sufren un daño
permanente.
Cuando
este tipo de artritis dura varias semanas, el niño estará débil,
perderá peso y se verá pálido por la anemia. También puede
afectarse el crecimiento, pero éste se recupera cuando la enfermedad
entra en remisión. En las primeras etapas de esta forma de artritis,
puede ser que no haya ningún signo de inflamación de las
articulaciones, o que haya muy pocos. Esto hace que a veces sea una
enfermedad muy difícil de diagnosticar, porque hay muchas otras
enfermedades que pueden causar fiebre y manchas en la piel. Esta es la
causa por la que hay que realizar varios análisis y estudios para
estar seguros de que no se trata de otra entidad. La artritis
generalmente aparece en los primeros 6 meses desde la aparición de la
fiebre y las ronchas. Generalmente compromete muchas articulaciones,
pero puede ser leve o severa. Hasta las formas severas entran en
remisión en algunos meses o años. Si no entra en remisión, la
enfermedad tendrá un curso de brotes y remisiones parciales que es
distinto para cada chico. En la mayoría de los casos, estos brotes se
hacen más leves a medida que pasa el tiempo. Existe un grupo de niños
con esta forma en los que la artritis permanece en actividad
permanente, con mayor o menor intensidad.
FORMAS
SERONEGATIVAS ESPONDILITIS ANQUILOSANTE JUVENIL
Este
tipo de artritis afecta generalmente a los varones que tienen más de
8 o 10 años. En general es bastante benigna, aunque puede evolucionar
a una enfermedad más severa con el tiempo. Usualmente compromete una
o dos articulaciones en los miembros inferiores, como las caderas, las
rodillas o los tobillos. Estos niños necesitan de un programa de
ejercicios especiales muy intensivo. Estas formas de artritis pueden
evolucionar a una forma de reumatismo que afecta la columna vertebral,
y que causa dolores de cintura y rigidez (espondilitis anquilosante).
Cuando
esto ocurre, hay que realizar ejercicios especiales para la espalda
que evitan las deformidades de la columna. Este es uno de los pocos
tipos de artritis que puede tener un componente hereditario. Un 90% de
los niños con esta enfermedad tiene un gen llamado HLA-B27. Por esto
es muy útil realizar un análisis para detectarlo y orientar el diagnóstico.
ARTRITIS
PSORIATICA
La
psoriasis es una enfermedad de la piel que se caracteriza por placas
de piel blanquecina, como "seca", que se descama, en los
codos, rodillas y otras áreas. Seis por ciento de la gente con
psoriasis también tiene artritis. Este tipo de artritis puede
comenzar en niños pequeños, incluso antes de que surjan las
manifestaciones cutáneas de la enfermedad. Habitualmente es leve o
moderada.
Muchas
veces afecta una sola o pocas articulaciones, pero puede comprometer
las caderas o la columna. Es importante conocer si hay algún
antecedente de psoriasis en algún miembro de la familia de un chico
con artritis, porque puede ayudar a establecer el diagnóstico.
EL
TRATAMIENTO
El
tratamiento de un niño con artritis es particular y "hecho a
medida" para cada paciente. Las bases del manejo consisten en la
constancia y la voluntad del niño y su familia para sobrellevar la
dolencia, tomar los medicamentos indicados y realizar los ejercicios
adecuados, y así obtener el mejor beneficio de la terapia.
En
este momento existen muchas drogas antiinflamatorias e
inmunomoduladoras que permiten controlar satisfactoriamente (si no en
todos, en la gran mayoría de los casos) la inflamación y el dolor.
Los nuevos compuestos terapéuticos surgidos en los últimos años
permiten ser optimistas acerca de las futuras medicaciones y su
impacto en el bienestar del niño reumático.
De
todas formas, al aún no conocerse la cura para esta enfermedad, los
objetivos del tratamiento siguen siendo: que el niño se relacione con
otros niños normalmente, que pueda seguir concurriendo a clase, que
su crecimiento físico e intelectual sea normal, que sus
articulaciones conserven o recuperen una función normal.