La
infertilidad afecta a un buen porcentaje de parejas en general y se define
como la ausencia de un embarazo, después de haber mantenido un año de
relaciones sexuales sin utilizar métodos anticonceptivos; pero no hay que
ajustarse estrictamente a este concepto.
y mantente saludable!
Las
causas se distribuyen por igual en hombres y mujeres; pero desgraciadamente
existe un porcentaje del 5 al 10 % de origen desconocido, a pesar de tener una
evaluación completa.
Es
importante indicar a los cónyuges que esta situación debe ser tomada como un
problema de pareja y no como un
caso individual, ya que durante el tiempo que demore la investigación puede
aumentar la ansiedad ante la falta de resultados durante el tratamiento.
El
examen tiene como finalidad comprobar el funcionamiento de los ovarios,
permeabilidad de las trompas de Falopio, conteo y análisis del líquido
espermático y supervivencia dentro del aparato reproductor femenino.
Sin embargo existen otros factores adicionales que deben estudiarse
como son: calidad y cantidad del moco del cuello uterino y su aptitud para el
transporte de los espermatozoides; descartar la posibilidad de obstrucción de
las trompas de Falopio; determinar la presencia o ausencia de ovulación;
analizar las condiciones del útero para la implantación del embarazo; el
factor peritoneal que sirve para descartar
la presencia de enfermedades que dificultan el embarazo como la
endometriosis o las adherencias pélvicas.
Para
el estudio del factor masculino se toma una muestra de esperma después de un
período de abstinencia de 72 horas como mínimo.
En este muestreo se determina el volumen
eyaculado, la cantidad de espermatozoides por mililitro y en total, el
porcentaje de formas normales y anormales y su capacidad de movimiento.
Es importante que la muestra llegue al laboratorio de investigación en
un tiempo no mayor a una hora.
El
tiempo de supervivencia de los espermatozoides en el aparato genital femenino
es de 4 a 8 días, por lo tanto los espermios pueden fecundar durante las
siguiente 48 horas como mínimo, lo
cual indica que manteniendo relaciones sexuales cada dos a tres días
es suficiente para sostener una exposición constante al embarazo.
La
duración de la exposición al
embarazo dicta cuándo debe iniciarse un
estudio de infertilidad y también
su pronóstico que está determinado por
la edad de la mujer y el tiempo
que ha durado la infertilidad.