El lunar común también conocido
como “nevus melanocítico pigmentario” comienza a aparece en los
primeros años de vida y aumenta en número y tamaño en la segunda
y tercera década, a partir de lo cual comienza una declinación.
Son más frecuentes en mujeres y en la raza blanca; y son menos
frecuentes en las zonas protegidas del sol, como las nalgas, y
cara interna de los brazos.
Los lunares o nevus benignos
son manchas pigmentadas pequeñas y planas; de 1mm a 6 mm de
diámetro; y se los llama nevus de la unión (porque las células
névicas se encuentran en la unión de la epidermis con la
dermis). A veces se detectan al momento del nacimiento pero la
mayoría aparecen entre los 3 y 18 años, suelen mantenerse planos
a lo largo de la adolescencia y juventud. Más adelante las
células névicas pueden extenderse hacia la dermis, entonces el
nevus recibe el nombre de mixto o compuesto (tanto de la unión
como intradérmico). Posteriormente las células nevoides se
separan de la epidermis mediante una banda de tejido conectivo,
y el lunar se convierte en un nevus intradérmico. Estos lunares
se caracterizan por se redondeados, elevados, de superficie lisa
o rugosas, de color carne, pardos u oscuros, con o sin pelo. Es
el tipo de lunar que habitualmente encontramos en las personas
de edad media.
Algunos signos de
transformación maligna de un nevus pigmentario son: aumento de
tamaño reciente, bordes irregulares o festoneados, cambios o
variación del color (especialmente hacia rojo, blanco o azul),
cambios en la superficie (descamación, erosión, costras,
ulceración o sangrado), dolor o sensación desagradable, signos
de inflamación o aparición de una pigmentación satélite.
En mismo individuo todos los
lunares deben ser parecidos y aquel que sea diferente (signo del
“patito feo”) debe ser considerado sospechoso y sería mejor
extirparlo para realizar biopsia cutánea. El 50% de los
melanomas aparecen en lunares preexistentes y el otro 50% en
piel sana. Cuando aparecen puntos obscuros que no están
incluidos totalmente dentro del lunar, la posibilidad de que el
lunar benigno se haya transformado en un melanoma maligno es
alta; así mismo, cuando aparece un lunar en un individuo de más
de 35 años la posibilidad de que se trate de un melanoma,
también es alta y el estudio histopatológico es obligatorio.
Los signos sugerentes de
benignidad son: tamaño menor o igual a 3 mm, color perfectamente
uniforme, piel flácida, limites uniformes, tamaño y color sin
cambio.