Ancianos Deprimidos?
Se considera que la
población mayormente afectada por la DEPRESION en el
mundo es la que pasa de los 60 años, y en cierta
forma tal aseveración es en parte verdadera,
dado que la vejez es una etapa de pérdidas, en la que se
pierde al esposo/a, el trabajo, el estatus, a los
hijos que se casan y abandonan el hogar, a
los amigos (por muerte), y un largísimo etcétera. Ello significa una
suma de lutos, tristeza, y sensación de vacío
Hay que reconocer que
la propia personalidad del envejecido experimenta en si
misma decaimiento vital con un descenso de la
energía que unido a la soledad se traduce en nostalgia por un pasado
que siempre fue mejor.
Por otro lado el
aislamiento social es causa desencadenante de largos
períodos de indiferencia al ambiente que, hostil
avanza indetenible, creando mecanismos de
defensa en un sueño intermitente diurno más que nocturno.
Por lo que se hace casi imprescindible el mantener
amistades “cómplices” (aunque sean 2 o 3 )
que contribuyan cual válvula de escape, a descargar
sentimientos guardados obligatoriamente y
encontrados.
No hay que olvidarse,
tampoco, que en el enfrentamiento de este tema existe
un componente orgánico funcional dado por los
neurotransmisores (substancias capaces de
estimular estados de alegría, ira, tristeza, etc), uno
de los que ha sido acusado, cuando escasea en el
Sistema Nervioso Central, de ser el causante
de las crisis depresivas.
Aunque algunos se
refugian en el alcohol, y hasta hay quienes intentan el camino de
autoeliminación (léase suicidio ), el problema en la actualidad tiene
curación, tanto farmacológica cuanto en la adopción de medidas que
coadyuvan a su tratamiento, por ejemplo, una óptima comunicación entre
los miembros del grupo familiar, y el reconocimiento de un espacio (no
físico) en la colectividad que permita la participación activa del
añoso no como sujeto pasivo que debe adaptarse a los cambios
vertiginosos que en su seno se producen, esto último es fuente de
frustraciones y bajos niveles en el tono del humor.
El fomento de las
relaciones interpersonales tan venido a menos es un elemento emotivo
de increíble ayuda. Es que el mundo moderno no admite la vieja
costumbre de visitarse entre amigos, o de reunirse para intercambiar
opiniones, y los sitios de encuentro son únicamente para jóvenes.
Detalles, ambos, que alegran el espíritu y alejan las sombras de
pesar.
En todo caso, el
proceso del envejecimiento, implica un esfuerzo individual y
colectivo, en otras palabras, en conjunto de toda la sociedad, en el
que el desafío radica en avanzar en la existencia con inquietudes
hacia el futuro común, con proyectos e ilusiones a desarrollarse a
mediano y largo plazo, sin estancarse en la melancolía de los bellos
recuerdos de un ayer irrepetible.
Esta quizás es la
receta más preciada para evitar la depresión en la tercera edad.
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