Habitualmente hablar de diabetes presupone
una larga lista de problemas para quien
padece del mal e impresiona a quien escucha
por las limitantes en la alimentación que
ello significa. Es que el común denominador
de los mortales sabe que esta patología
proviene de un mal funcionamiento del
páncreas y esta relacionado con el consumo
de azúcares.
¿ Y que pasa con el paso de los años ? Que
como el envejecimiento es deterioro a este
nivel provoca un déficit en la tolerancia a
la glucosa. Las investigaciones indican que
ocurre un cambio en la utilización
periférica del azúcar como principal
causante del fenómeno anotado, si bien es
cierto que también contribuye la secreción
anormal de insulina.
Entonces todo viejo es diabético. NO, de
ninguna manera. El diagnóstico de la
enfermedad se hace en añosos por el examen
de glucosa plasmática en ayunas, porque casi
siempre se encontrará la prueba de
tolerancia elevada.
Así las cosas, merece otra precisión, que en
el siglo XXI el mal al que aquí se hace
referencia es controlable no importa la edad
y que cada esquema terapéutico es
individual.Habrá patrones generales pero
cada caso ameritará detalles particulares
que lo hacen diferentes entre los diversos
tipos de individuos, especialmente si
pertenecen a la tercera edad.
Hoy por hoy, así sea el sujeto diagnosticado
dependiente de insulina o de los
antidiabéticos orales, la dieta es la base
del éxito o fracaso del tratamiento impuesto
con mayor razón si se trata de personas
envejecidas. Y es aquí donde comienzan las
deserciones porque en tratándose de
regímenes alimenticios los reclamos son
airados, y los fracasos estrepitosos para el
profesional no entrenado. Los argumentos por
parte del paciente son incontables y van
desde que ya no importa cuidarse a estas
alturas, o que no se le puede eliminar tal o
cual plato porque para los años que le
quedan de vida, hasta el clásico “de algo
hay que morir”.
Las razones del cuidado radican en las
complicaciones que estas si son limitantes e
incontables: ceguera, insuficiencia renal
(que lleva a la diálisis), insuficiencia
vascular periférica (que lleva a muerte de
tejido, úlceras, amputación de miembros), coronariopatías,
y un larguísimo etcétera.
Entonces qué comer para no desnutrirse
(pues ese es el riesgo). No tener miedo a
las proteínas que están en la leche, carnes
(preferir las blancas), huevos (de elección
los de codorniz, sin restricciones diarias),
y granos. En cuanto a hidratos de carbono
inclinarse por las verduras, el arroz
integral ( si aunque parezca mentira), las
frutas, el azúcar de caña, etc.
Otros puntos son la hidratación ( no menor
a 3 litros diarios), el ejercicio ( caminar
,nadar) que se ha visto contribuye a la
tolerancia a la glucosa, el uso de calzado
apropiado y de tejidos para el vestido son
elementos indispensables para lograr una
buena calidad de vida en el envejeciente que
padece de diabetes.