Amenaza
de parto prematuro. Factores de
riesgo
El
parto prematuro ( P.P.) sigue siendo la causa de enfermedad y muerte más común
entre los recién nacidos antes del término del embarazo.
Se dice que el parto prematuro espontáneo es el responsable de la
mayor parte de los casos, por lo tanto se ha concentrado esfuerzos
en la identificación precoz de las mujeres que corren riesgo de tener
un parto prematuro.
Se
han sugerido varios signos y síntomas de
advertencia como factores de riesgo de los nacimientos prematuros, incluyendo
calambres, presión pélvica, pérdidas vaginales o manchado, dolor de
espalda, contracciones uterinas y un examen pélvico que demuestre
acortamiento y dilatación del cuello del útero en forma
prematura.. Claro está
que no todos estos signos y síntomas son significativos como factores de
riesgo.
No
obstante, dado que las contracciones uterinas irregulares son comunes
a todos los embarazos, no es fácil distinguir a las pacientes que
realmente corren un riesgo.
La
dilatación del cuello de útero de dos cm. o más a una edad gestacional de más
de 25 semanas constituyo un factor de predicción importante para el P.P.,
siendo el acortamiento cervical a las 26 y 30 semanas, un factor predictivo más
modesto.
Así
pues la paciente descrita, que por otro lado ha tenido un embarazo sin
complicaciones y cuyo cuello no está borrado y está cerrado, no se debería
considerar como de alto riesgo para el P.P.
en este momento. Es
razonable asesorarla para que llame si los síntomas evolucionan, ya que
entonces se la podrá evaluar para confirmar que no hay dilatación.
Para una paciente con síntomas más agudos, podría resultar apropiada
la observación en una unidad especializada o en un ambiente ambulatorio con
capacidad para monitorizar. De esto modo, se podría vigilar a la paciente
para controlar la fuerza y frecuencia de las contracciones pudiéndose volver
a examinar después de una o dos horas a
fin de terminar si se está produciendo un P.P.
El
empleo de agentes tranquilizadores del útero aporta un beneficio limitado en
la prevención del P.P. Este
procedimiento se debe reservar para mujeres
que satisfacen los criterios diagnósticos del P.P.