Como
afecta el envejecimiento a la sexualidad
El
envejecimiento tiene efectos sobre
el aspecto físico y psicológico de la sexualidad. La respuesta física tanto
en hombres como en mujeres, cambia al pasar de los años en cuanto a
intensidad y calidad de la respuesta sexual.
La adaptación psicológica a estos cambios,
y al proceso general de deterioro,
puede mejorar la sexualidad del individuo o provocar disfunción.
En
el varón, el punto máximo de su reactividad y potencia sexual es entre
los 17 y 18 años de edad. La frecuencia de los orgasmos también se
encuentra en su punto máximo y el periodo de recuperación para poder
mantener una nueva relación sexual es muy corto.
La experiencia del orgasmo es intensa y la eyaculación enérgica. La
urgencia sexual del varón disminuye un poco hacia los 30 años, debido a que
se tienen menos pensamientos y fantasías sexuales sin una situación de
estímulo sexual; todavía tienen erección con rapidez, pero el tiempo de
recuperación se prolonga.
Después
de los 40 años la respuesta física se torna general, en contraste con la
sensación más general de la juventud. Conforme el hombre llega al sexto o
séptimo decenio, el período de recuperación aumenta en forma considerable y
requiere una estimulación más intensa para
lograr una erección y eyaculación; la fuerza de la eyaculación disminuye
mucho.
La
reacción de algunos hombres, ante la amenaza de disminución de la potencia
sexual, es aumentar su actividad sexual,
lo que podría incluir el inicio de relaciones extramaritales, otras
conductas son irritabilidad, evitar el sexo, impotencia.
En los hombres suele haber impotencia transitoria en el quinto y sexto
decenio de la vida.
La
mujer tiende a alcanzar el punto máximo de su respuesta sexual
a los 40 años y cerca de los 50 años.
Con la venida de la menopausia, las mujeres experimentan cambios,
algunas experimentan una mayor actividad sexual, debido a la liberación de la
preocupación de embarazar.
Para
algunas mujeres, la menopausia
representa una disminución de la feminidad.
Un cambio físico que aparece es el adelgazamiento de la pared vaginal, que
provoca molestias en la penetración. Conocemos
muchos mitos sobre la menopausia y sus cambios físicos, pero la educación
sobre los cambios fisiológicos, ayudará a aliviar algunas de las angustias.
Otro
factor que afecta la actividad sexual de la mujer mayor es el estado civil.
Muchas mujeres viven más que su compañero y tienen dificultades para llenar
sus necesidades sexuales. La masturbación es un tema que muy pocas mujeres
mencionarían en una consulta. Si se maneja en forma adecuada, este tema tiene
un lugar en la educación sexual de la mujer mayor.
La
que tiene una actividad sexual regular, tiende a conservar su capacidad de
respuesta, aunque la intensidad del orgasmo disminuye después de los 65
años. Cuando el placer sexual todavía forma parte del calor y el afecto de
una relación, la actividad sexual podría persistir por algunos años más;
aunque algunas de las alteraciones físicas que aparecen en la vejez y ciertos
medicamentos pueden afectar la respuesta sexual.
La artritis y los cambios corporales en algunos ancianos, limitan las
posiciones del coito, sin contar que muchas parejas
tienen un gran temor de sufrir infarto del miocardio o crisis de
presión alta, lo cual los limita en forma variable
en su actividad sexual.
La
educación sobre los cambios sexuales propios del envejecimiento y las
diferencias de los sexos disminuye en gran parte la angustia que sufren
algunos individuos conforme empiezan a ocurrir cambios fisiológicos.
Las parejas deben saber que la respuesta tardía de un hombre mayor
para obtener una erección no representa falta de deseo, ni reducción de la
feminidad de su mujer.
Así mismo el aumento de las demandas sexuales de la mujer, no debe
atemorizar al hombre, cuyo periodo refractario es prolongado.
Estos cambios, por la edad pueden producir, cuando se comprenden,
adaptaciones en la relación sexual que mejoren el placer y el hecho de
compartir.
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