Me llenó de mucha tristeza al enterarme que el
psiquiatra, que atendía a mi padre se iba a vivir a Madrid, que uno de los
mejores cirujanos laparoscopista, retornaba donde se formó, Paris, que un
prestigioso neumólogo director del postgrado y médico tratante de un importante
hospital de nuestra ciudad, retornaba a los E.E.U.U. y estos son unos pocos
ejemplos de la fuga de cerebros, que la medicina ecuatoriana esta padeciendo
debido a la crisis social , moral y económica que estamos atravesando. Pero no
es en sí, el problema económico lo mas importante para tomar esta desición,
sino la perdida de los valores morales de nuestra sociedad, la inseguridad
social en la que vivimos. De esto se aprovechan los países desarrollados, como
E.E.U.U. que en las últimas tres décadas su economía se ha duplicado, mientras
que la tasa de nacimientos ha disminuido un 24%, para ser buscadores de
talentos. Con este gran daño que produce la fuga de cerebros, se va creando
una generación decapitada de profesionales, que va a ser difícil de reponerlos
en muchas décadas.
Pero la fuga de cerebros no solo es a nivel de
médicos especializados en países desarrollados, sino que también a nivel de los
médicos recién graduados en nuestras universidades, el sueño americano de un
médico que finalizó su último año, es irse a ser su internado rotativo en un
hospital de la Florida, para luego dar los exámenes de admisión para poder hacer
una residencia en los E.E.U.U. y continuar su carrera en un país que le brinda
una excelente remuneración económica, estabilidad laboral, seguridad social
para él y su familia, asegurándose su futuro.
La fuga de cerebros trae consigo repercusiones a
todo nivel en el desarrollo de la medicina ecuatoriana, perdiéndose al
especialista de nuestros hospitales, al profesor y formador de nuevos
profesionales de nuestras universidades, deteriorándose el nivel científico de
nuestra medicina. ¿ Pero como se puede detener esta migración de gente
valiosa? Con la intervención del Gobierno en este grave problema, creando
incentivo a los médicos, como nuevas fuentes de trabajo bien remuneradas. Como
en la Cuba de Fidel que no tiene una fuga de cerebros a pesar de que un médico
especialista gana $ 20 dólares mensuales, pero tienen otros beneficios como
son: educación y salud gratuita, para él y su familia, cursos de actualización
en el extranjero patrocinados por el gobierno, incentivo a la investigación y
producción científica. Solo así se podrá vencer a este gran monstruo que
amenaza con terminar de destruir, nuestros sistemas de salud, ya por ende mal
trecho.