Los genomas de los virus
utilizan dos mecanismos para
modificar su estructura:
la mutación y la
recombinación. Las
altas tasas de mutaciones de
los virus ARN, les confiere
una plasticidad genética que
conduce con facilidad a la
ocurrencias de variantes
genéticas y permite una
veloz adaptación a las
condiciones ambientales
novedosas. Las mutaciones de
punto se acumulan en los
genes de los coronavirus que
codifican la proteína espiga
de la envoltura, proteína
“S” Spike.
Para los virus ARN como el
SARS CoV 2, la mutación
puede considerarse su
característica evolutiva
definitoria ya que ocurre a
un ritmo que excede a otros
virus y determina buena
parte de su comportamiento
evolutivo. Aunque la
mutación es la principal
fuente de variación genética.
1 El genotipo se
refiere a la constitución
genética de un virus.
Fenotipo a las propiedades
observables, las cuales son
producidas por el genotipo
en cooperación con el medio
ambiente. La mutación es un
cambio hereditario en el
genotipo. El genoma del
virus es la suma de los
genes de un virus. El virus
de tipo salvaje denota el
virus original, del que se
derivan los mutantes y con
el que se comparan los
mutantes. Las variantes
pueden surgir naturalmente,
con cambios en las
propiedades biológicas
causadas por mutaciones
genéticas. La variación en
las propiedades virales es
gran importancia en la
elaboración de las vacunas,
la genética viral puede
ayudar a desarrollar vacunas
más efectivas.2
Estos cambios en la
estructura antigénica de los
nuevos viriones conducen a
la formación de nuevas
variantes que no reconoce el
sistema inmunitario de los
individuos previamente
infectados, produciendo un
fenómeno que se conoce como
desviación antigénica.
La
desviación antigénica en los
virus pandémicos actuales
del SARS CoV 2,
probablemente requiera, que
año a año se hagan
actualizaciones continuas de
las cepas o variantes que
están circulando para
producir las vacunas.
Además de la mutación, la
recombinación genética es
otra fuente principal de
variación genómica de los
ARN virus. La recombinación
de los segmentos del genoma
de los ARN virus, puede ser
durante una infección mixta
que implica dos cepas
virales distintas en un
mismo huésped. La
recombinación de los virus
con genomas segmentados de
ARN implica el
reordenamiento de segmentos,
lo cual explicaría los
cambios drásticos en la
antigenicidad del virus,
estas alteraciones notables,
llamadas cambios
antigénicos, producen cepas,
para las que gran parte de
la población humana carece
de inmunidad y que, por
ende, puede tener graves
consecuencias
epidemiológicas y clínicas
en la población. Los cambios
antigénicos mayores se
correlacionan con los nuevos
brotes de la pandemia, por
nuevas variantes. 3
Cuando aparecen
cambios o desviaciones
antigénicas, provoca
un importante brote en
poblaciones con poca o
ninguna experiencia
inmunológica con la variante
nueva que está circulando. A
medida que se agota la
población de individuos
susceptibles(es decir, un
número cada vez mayor de
personas adquiere la
inmunidad específica de las
variantes). La variante
continuará circulando
durante un tiempo,
atravesando por mutaciones
que producen variaciones
antigénicas de un tiempo a
otro. Esto permite que siga
habiendo cierto grado de
transmisión viral y
contagiosidad en la
población. La infectividad
persiste debido a que la
inmunidad específica o
comunitaria a una nueva
variante no protege por
completo contra variantes
que han pasado por una
desviación o cambio.
Sin embargo finalmente la
inmunidad general o
comunitaria de la población
es suficiente para minimizar
el potencial epidémico del
subtipo mayor y de sus
variantes desviadas. Por
desgracia, incluso con la
vacunación masiva, la
batalla no está ganada por
completo; el escenario está
listo para la aparición
repentina e impredecible de
una variante completamente
nueva y que no haya
circulado entre los seres
humanos.
BIBLIOGRAFIA.
1.