Porqué se debe usar suplemento de hierro durante el embarazo?

Los hábitos alimenticios y la mala  asimilación, junto con la deficiencia periódica  de hierro, producida  por la pérdida menstrual de  sangre,  llevan a las mujeres  a un nivel muy bajo de reservas de hierro en su organismo,   como la médula ósea, hígado y bazo.  A causa  de las grandes  demandas  y falta de este elemento, se vuelven candidatas a padecer anemia.

En nuestro país los factores más frecuentes  para llegar a sufrir  anemia son:  la mala alimentación; alterada asimilación intestinal de hierro; pérdida de sangre por el tubo digestivo, generalmente causado por parásitos intestinales del tipo de las uncinarias; menstruaciones abundantes que pueden llegar a perder 1.5 mgr de hierro por día o más.

El embarazo plantea una demanda de primer orden  debido a las necesidades  del feto, la placenta en crecimiento y el volumen  sanguíneo materno que aumenta.  Los requerimientos totales de hierro pueden variar entre 750 y 1200 mgr. de hierro elemental.

Por esta razón  la administración de hierro es la prescripción  médica básica que servirá  para corregir la anemia antes y durante el embarazo, a fin de mantener los depósitos orgánicos  de hierro en un buen nivel.  La indicación  del especialista  se inicia a las 12 semanas de gestación, cuando las náuseas y vómitos hayan desaparecido; además la asimilación  de hierro en el segundo trimestre es de tres a seis veces más que antes.

Se recomienda una dieta rica en hierro, el cual está en:  carnes rojas, vísceras de ganado (hígado, riñones), yema de huevo, vegetales de hojas verdes (acelga, berro, espinaca, brócoli), frutas y granos frescos y secos, cereales.

Los suplementos de hierro que se expenden en el comercio vienen con otras vitaminas adicionales como el ácido fólico y su administración deben ser solo una vez al día.    Para los casos que no se tolere al ingesta oral se puede usar los preparados para uso intramuscular, aplicando la técnica  adecuada.

Durante el embarazo siempre existe el riesgo de anemia, ya que el feto consume las reservas maternas, porque se pueden presentar hemorragia por distintas causas (aborto, placenta previa, desprendimiento prematuro de la placenta) o por sangrado excesivo durante el parto o la cesárea.