Momento del retiro laboral (jubilación)
Al número de años sobre
la faz de la tierra se le atribuyen todas las desdichas,
es motivo de prohibiciones
así como de limitaciones para poder trabajar,
participar en concursos, exposiciones, y un
largísimo etcétera.
La mayor parte de los
países del globo todavía discute la EDAD DE LA JUBILACION, y en
naciones como las de Latinoamérica tal debate trae
agrias reacciones, por ejemplo, con mucha
crueldad las plazas de trabajo, que de por sí son escasas,
están destinadas para ciudadanos hasta de 35 años.
En ciertas áreas del convivir nacional eso
establece una competencia reñida, por decirlo más
suavemente, pero el término correcto es desleal, o
antropófaga. Si bien es
cierto que la población de jóvenes supera a la de
ultrasexagenarios la edad no es un obstáculo
para el desempeño de innumerables tareas, desde las de
desempeño físico a las de altísimo rendimiento
intelectual, y desgraciadamente estas
últimas exigen un nivel determinado de experiencia que precisamente
lo concede el tiempo de ejercicio.
En Ecuador, todavía estamos enfrascados en
esa batalla. El último episodio está dado por los
requisitos que se pretenden imponer a los
aspirantes a integrar la Corte Suprema de Justicia. Por allí un
legislador, o mejor, un grupo de legisladores
ha fijado una edad tope para poder integrar
tan alto tribunal aduciendo que a los 75 ya
las personas son SENILES, utilizando el
término como sinónimo de decrepitud, probablemente.
Lamentablemente, para
el diputado, en el mundo contemporáneo hay una lista
interminable de individuos que pasan de la octava
década de existencia y están más lúcidos que
muchos de 50, por razones igualmente infinitas, ya sea
porque han ejercido sus cargos, oficios, o
profesiones tan largamente que han afinado
su agudeza visual, mental, etc. En el mismo país existe un ex
presidente que, a pesar de haber confesado su
afición a algunos vicios masculinos, tiene
una mente brillante.
Y es que el deterioro
físico o intelectual de los seres humanos no se mide por
el tiempo de vida, sino por la respuesta funcional
de su organismo. Hoy por hoy se arriba a la
vejez con un correcto equilibrio psicofísico en un 70% de los
casos, esto es, sin diabetes, sin artrosis, sin
hipertensión ,y un largísimo etcétera. Por
su parte, las empresas y compañías aseguradoras no se rigen
por ese dato cronológico sino por el examen clínico
del candidato que señala casi, casi con
exactitud de que padece, pues los medios de diagnóstico y los
test evaluatorios hablan por si solos.
De manera que no se deben establecer topes
etéreos, sino chequeos periódicos para cualquier actividad laboral, y
por otri lado une examen de la competencia, empleando el término como
el buen desempeño del trabajo encomendado, sobre todo en naciones como
la nuestra en las que la huída de cerebros, el imperio de la
corrupción administrativa, y la ausencia de una mano de obra
calificada representan una dificultad para avanzar en terrenos de
eficiencia para insertarnos en un universo globalizado y exigente.
El siglo XXI se caracterizará por eso, por
derribar paradigamas, y uno de ellos es quel de la edad. No hay
momentos para el retiro, ni para armar, peor para morirse.
Autor:
|
|
|
|
|
|
|
|