Los lectores de
este espacio dudarán antes de aceptar la afirmación que da
título a esta nota, pero ella es producto de décadas de
observación y estudio. Es que si con paciencia nos fijamos
en las personas que ostentan el título de las más longevas
del planeta nos daremos cuenta de que pertenecen al sexo
femenino.
Es común pensar
que la femineidad implica debilidad, de hecho se lo ha
llamado el “sexo débil”. Sin embargo, resulta todo lo
contrario. Al nacer son los niños los que sobreviven al
alumbramiento, pero en el transcurso del tiempo son las
niñas las que resisten las injurias del ambiente a las que
están sometidos unos y otras.
Estadísticamente, se encuentra que por un varón
sexagenario hay dos damas de la misma edad, dato que se
repite hasta la faja de los 79años. Por otro lado, frente a
un octogenario hay 3 añosas en excelentes condiciones.
Y esto último
es otro de los elementos del fenómeno. Ellas responden
adecuadamente a la jubilación, la viudez, la enfermedad y la
soledad, igualmente a la falta de recursos económicos y se
adaptan perfectamente a sus nuevas circunstancias. El
envejecido al revés, una vez que se jubila puede campear muy
poco sobre la faz de la tierra, algunos no pueden completar
ni siquiera una década.
En serio o en
broma, más de una oportunidad se ha dicho que el mundo es un
universo de viudas. Y las cifras expuestas casi que lo
corroboran.
Así las cosas
se ha pensado con preocupación en esta feminización de la
población longeva. Entre otros motivos porque se desconoce
su causa. Algunos autores la atribuyen a las hormonas
(estrógenos) aunque los niveles de estas caen en forma
alarmante desde la menopausia y ello iría en contra de esa
teoría. Antes se suponía que se debía a que las señoras
se mantenían en la casa mientras los esposos salían a
laborar expuestos a riesgos.
Hoy en la era
del ingreso al campo laboral es cuando mayor longevidad
demuestran las féminas desbancando esa hipótesis.
Y asi podríamos
seguir aventurando posibilidades a un hecho incontrovertible
y llegaríamos al órgano de la longevidad que es el cerebro
y en él hasta podríamos encontrar una respuesta adecuada.
Si consideramos que comanda todas las actividades del
organismo humano es muy probable que la mujer prolongue su
vitalidad sencillamente siendo más creativa que el hombre,
en otras palabras que usando el cerebro en forma distinta al
de su compañero obtenga una armonía que se traduce en tiempo
saludable sobre la faz de la tierra.
De manera que
amigos lectores a seguir los pasos de las longevas que nos
consentirán sobrevivir algunos años por encima de la norma,
pero con lucidez, dignidad, y equilibrio con el ambiente.