LAS
VACUNAS SALVAN VIDAS
Las enfermedades infecciosas son
responsables de más de dos tercios de
las muertes en menores de 5 años (12
millones al año). Los programas actuales
de vacunación permiten evitar cerca de
tres millones de muertes. Se podría
evitar otra buena parte de ellas si se
optimizara la utilización de las vacunas
que ahora tenemos. En los últimos 25
años, gracias al Programa Ampliado de
Inmunización (PAI) la cobertura contra
seis enfermedades (tuberculosis,
difteria, tétanos, tos ferina, sarampión
y polio) subió extraordinariamente del 5
al 75%.
La mayoría de muertes en este grupo de
niños, pueden evitarse gracias a las
vacunas y así mismo las secuelas y por
tanto mejorar la calidad de vida de los
infantes.
La viruela ya fue erradicada y otras
como la polio y sarampión son objetivos
de la OMS a corto plazo. Hay nuevas
vacunas pero sus costos impiden su uso
sistemático en muchos países.
El propósito de la inmunización es
provocar, originar una respuesta inmune
de larga duración, es decir una
protección a largo plazo.
Y el objetivo primordial de las vacunas
es la erradicación de las enfermedades
infecciosas. Muchas enfermedades son
inmuno-prevenibles.
La Tuberculosis es responsable de la
muerte de más de cien mil niños al año.
La Difteria en la última década tuvo un
repunte epidémico. El Tétanos,
especialmente neonatal sigue siendo
frecuente. Por Sarampión muere más de un
millón de niños al año.
La vacuna de BCG previene principalmente
de las complicaciones sistemáticas como
la meningitis, no disponiendo de una
vacuna más eficaz debemos aplicarla en
nuestros países desde el nacimiento.
Las vacunas: Triple Bacteriana (DTP),
polio, sarampión, Hib (meningitis),
hepatitis A y B, varicela, paperas,
rubéola son altamente eficaces.
Los efectos secundarios o indeseables
como fiebre, dolor y malestar que son
transitorios y fácilmente manejables.
Son raras las complicaciones severas.
Algunas de estas enfermedades dejan
secuelas que pueden ser graves e
irreversibles (como la meningitis por
Hib que dejan retraso psicomotor,
parálisis, sordera, convulsiones).
Hacen falta información y actualización
inclusive en los profesionales de la
salud.
Los esquemas actuales de vacunación
incluyen a las poblaciones de
adolescentes y adultos, que muy
frecuentemente no se los toma en cuenta,
estos grupos pueden constituirse en
trasmisores de estas enfermedades.
Las personas que trabajan en guarderías
necesitan cobertura especial, pues
existe un riesgo alto de contagio e
infección por la población infantil muy
variada que manejan.
El esquema de vacunación por el
Ministerio de Salud Pública en nuestro
País, se mantienen incompleto y no cubre
todos los grupos de edades. El Estado
debería asumir los gastos íntegros de
las vacunas y otros serían los
resultados. Algunos países latinos, como
Argentina, Costa Rica, El Salvador,
Perú, Chile y Uruguay, tienen esquemas
más completos y gratuitos.
Las inmunizaciones se constituyen en un
regalo, una herencia que los padres
hacen a sus hijos, en realidad es una
obligación y una responsabilidad.
Desafortunadamente factores económicos y
culturales influyen fuertemente de una
manera negativa.
En lo que respecta a la conservación y
transportación de las vacunas, debemos
conocer que los preparados biológicos
requieren de condiciones especiales muy
estrictas, la cadena de frío debe
respetar regulaciones y normas
específicas, cualquier alteración, como
variaciones de temperatura, de luz
pueden afectar la calidad de la vacuna o
sea su capacidad de protección o
eficacia, en otras palabras el paciente
recibió una vacuna alterada, que no lo
va a proteger.
Así mismo se debe conocer las técnicas
específicas de administración, por
ejemplo: lugar anatómico de aplicación
(tejido subcutáneo o muscular), ángulo
de inyección.
Cada vacuna tiene sus intervalos
recomendados entre una dosis y otra,
inclusive los refuerzos.
Los esquemas pueden modificarse de
acuerdo a las necesidades específicas de
un país, pero respetando siempre las
recomendaciones de los fabricantes.
En la actualidad, muchas vienen en una
sola ampolleta y su efectividad es alta.
Vale la pena mencionar que se pueden
aplicar de manera simultánea algunas
vacunas en diferentes lugares
anatómicos.
Aquellas personas que habitualmente
ingieren alimentos en la calle, deberían
vacunarse contra fiebre tifoidea y
hepatitis A.
Las personas mayores (ancianos) deben
recibir vacunas para gripe y neumococo.
Los trabajadores y viajeros a nuestra
región oriental, deben recibir vacuna
para fiebre amarilla.