Pies: Riesgo en la tercera edad

                                    

Los pies, en el envejecimiento, resultan un riesgo casi exclusivamente femenino, ya que raramente el hombre presenta problemas de la distribución de fuerzas sobre la parte anterior del pie. En efecto, lo típico es que las damas añosas se quejen de METATARSALGIAS y JUANETES, como causa de marcha defectuosa.

 

Normalmente la repartición del peso se ejercita por igual sobre cada cabeza metatarsiana, sin producir disturbios; en caso contrario, si no hay uniformidad, la presión viene mayormente acentuada en los metatarsos intermedios (por lo general) o sobre los externos (con menor frecuencia), lo que da origen a las llamadas científicamente METATARSALGIAS que, muy dolorosas, llegan a impedir la marcha en un momento en que se hace necesaria una discreta deambulación.

 

En términos castizos no es más que el encogerse el dedo y presionar cualquier superficie de roce lo que provoca dolor, formación de callosidad, etc. En otros casos, el dedo se monta sobre el otro produciendo las molestias anotadas.

 

Acusado del cuadro –que hace crisis con el progreso de la edad-, ha sido el zapato de tacón, que mientras más alto y fino es, empeora el cuadro, desequilibrando más al sujeto. Por suerte, la tecnología ha avanzado y el tratamiento válido es la cirugía, que utiliza dos métodos; el uno, consistente en el acortamiento de los metatarsos muy largos (expuesto a posibles complicaciones y encamamiento prolongado); y el otro, destinado a la resección y alineamiento de las cabezas metatarsianas excedentes, que no necesita de inmovilización y la marcha se reanuda en 4 o 5 días.

 

Por su parte, una complicación podológica  de relevante importancia es el comúnmente denominado JUANETE, anomalía constituida por la desviación del primer eje del pie determinándose un ángulo al exterior entre el primer metatarsiano y la primera falange (de ahí su nombre técnico: hallux valgus). Al comienzo se manifiesta levemente, con los años se complica con fenómenos de retracción músculo esqueléticos, inflamaciones, e infección, impidiendo naturalmente caminar y el uso de un calzado normal. También esta alteración es favorecida por zapatos  de punta y tacón elevado. La única solución es la modificación quirúrgica del primer eje del pie, que se realinea espontáneamente. La operación –ya muy difundida en nuestro medio- es simple y consiente la deambulación en pocos días.

 

Como consecuencia de lo anotado y por razones de espacio se instalan deformaciones en MARTILLO de los dedos intermedios que llevan igualmente a graves impedimentos funcionales, especialmente en la mujer anciana, con dolor al movimiento, e incapacidad para llevar calzado, incluyendo el más cómodo. La corrección es, como en los casos anteriores, por cirugía.

 

En todo caso, el objetivo de esta nota no es asustar, sino alertar a las integrantes del mal etiquetado “sexo débil” que se encuentran aún en circunstancias de prevenir, para que evitando aquello que conduce al problema se ahorren una operación y, sobre todo, los sinsabores aquí analizados.

Autor: 

Dr. ALDO GUEVARA D´ANIELLO
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