La obesidad es una enfermedad crónica, caracterizada por un
exceso de la cantidad de peso corporal total, de todos los
tejidos (grasa, hueso, músculo), principalmente del tejido
adiposo o grasa corporal. Esta enfermedad se asocia a
patologías concomitantes serias (diabetes, dislipidemias,
hipertensión) que conducen a una mayor morbilidad y mortalidad.
La prevalencia de la obesidad en los países industrializados
esta en aumento, en los Estados Unidos aumentó, en 30% en los
adultos mayores de 20 años, según el estudio NHANES III (
National Health and Nutrition Examination Survey). En nuestros
países latinoamericanos, la prevalencia es menor, pero ya es un
problema de salud pública tanto como la desnutrición.
A pesar del mayor conocimiento de la obesidad y de los
problemas médicos relacionados, el número de obesos en nuestro
medio está en aumento, no solo en los adultos, sino en los
niños. Los gastos en salud pública son onerosos tanto en el
control como la prevención.
La obesidad disminuye la expectativa de vida, aumentando
el riesgo de padecer enfermedades concomitantes
como: diabetes, presión arterial elevada, dislipidemias
(alteración de las grasas), enfermedades cardiovasculares, gota,
osteoartrosis, síndrome del apnea del sueño, hígado graso y
ciertos tipos de cáncer.
La relación entre obesidad y diabetes tipo II, ha sido
confirmada, en diferentes estudios prospectivos llevados a cabo
tanto en hombres como mujeres. El desarrollo de la diabetes se
asocia no sólo con la obesidad per se, sino también con
el aumento de peso y la duración de la obesidad. La diabetes
tipo II se asoció especialmente con el exceso de tejido adiposo
ubicado en la región abdominal. La incidencia de la diabetes
tipo II aumenta con la circunferencia de la cintura (marcador de
obesidad, la circunferencia abdominal).
La obesidad aumenta los trastornos metabólicos que se asocian
con la diabetes tipo II y aumenta de manera significativa la
morbilidad y mortalidad. La acumulación excesiva de grasa a
nivel abdominal se asocia con resistencia a la acción de la
insulina, intolerancia a los azúcares (glucosa) y una alteración
en el perfil de las grasas (colesterol y triglicéridos), lo que
aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Manejo de la Obesidad.-
La obesidad, como es una enfermedad crónica, recidivante.
Requiere de un tratamiento a largo plazo. Los avances recientes
en el tratamiento farmacológico, han brindado nuevas
perspectivas en el tratamiento clínico.
La evaluación del paciente es de suma importancia, porque hay
que conocer el grado de sobrepeso u obesidad. Para la evaluación
se usa el índice de masa corporal, IMC, que
es un índice que relaciona el peso con la estatura, y se calcula
fácilmente dividiendo el peso, en kilogramos, para la estatura,
en metros elevado al cuadrado, es un índice ampliamente
aceptado, del estado del peso corporal, grado de adiposidad y
riesgo de enfermedades asociadas con el exceso de peso. También
es utilizado para definir y clasificar la obesidad. Tabla 1.-
podemos observar la clasificación del sobrepeso y obesidad en
base al índice de masa corporal (IMC).
En general, la Obesidad se define como un IMC de
30 kg/m2 o más, mientras que los sujetos con un IMC de 25-29.9
kg/m2 , se consideran que tienen sobrepeso.
Otro índice valioso en la valoración del sobrepeso y obesidad,
es la circunferencia de la cintura, la cual está
relacionada en forma estrecha con la acumulación de tejido
adiposo abdominal. Se ha demostrado que la distribución de la
grasa corporal también es un importante factor predictivo de
riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad.
Así la circunferencia de la cintura está directamente
relacionada con el riesgo de enfermedad
cardiovascular.
Una circunferencia de la cintura > 102 cm en los
hombres y 88 cm en las mujeres, es un indicador útil de aumento
en el riesgo de complicaciones relacionadas con la obesidad.
Cambios en el estilo de vida, actividad física y nutrición.
Estas estrategias son importantes en el manejo de la obesidad,
son más exitosas, a corto plazo, cuando se combinan, pero los
cambios en el estilo de vida, con relación al
ejercicio y la ingesta de dietas muy bajas en calorías(
déficit energético diario de aproximadamente 600 calorias),
debido a la naturaleza crónica de la enfermedad, debe asociarse
al tratamiento farmacológico, para mantener a largo plazo la
pérdida de peso, debido a que los estudios, indican que es
difícil perder peso a largo plazo, solo con los cambios
nutricionales y del estilo de vida, aún cuando se combinan con
un programa de ejercicios.
Agentes farmacológicos.-
El tratamiento farmacológico esta ganando terreno, como parte
integral de la terapia, para mantener una pérdida de peso a
largo plazo en pacientes obesos. El tratamiento farmacológico
para la obesidad puede ser utilizado a largo plazo en pacientes
cuidadosamente seleccionados y bajo supervigilancia de un
médico.
Se han empleado varias clases de medicamentos para reducir el
peso; desde los medicamentos con acción periférica, que poseen
propiedades termogénicas, aumenta el gasto metabólico (queman
calorías), u otros medicamentos, que tienen acción central
(cerebral), que quitan el apetito (efecto anorexígeno),
supresores del apetito, incrementando la liberación de
neurotransmisores. (Fentermina, femproporex, mazindol,
benzfetamina, Fenfluramina y dexfenfluramina). Estos últimos
fármacos anti-obesidad (fenfluramina y la
dexfenfluramina), causaban lesión valvular y se los asoció con
hipertensión pulmonar primaria, por lo que fueron retirados del
mercado. Otros nuevos agentes anti-obesidad
que tienen acción central dual, inhibiendo la recaptación de 2
neurotransmisores ( noradrenalina y serotonina ), Sibutramina,
Reductil R, reduce el peso, incrementando
la sensación de saciedad.
Otros medicamentos no tienen acción sistémica, Orlistat,
Xenical R, previene o impide la
degradación y posterior absorción/ asimilación de
aproximadamente 1/3 de las grasas que el individuo ingiere.
Ninguno de los enfoque terapéuticos han sido exitosos, cuando se
los aplicó en forma separada, la incorporación del
tratamiento farmacológico, a el cambio en el estilo de
vida para la pérdida de peso programada, aumenta las
posibilidades de reducir el peso a corto plazo y mantener la
pérdida de peso (promedio 4-5 kilos por mes) a largo plazo en
pacientes obesos seleccionados, con enfermedades concomitantes.
Cirugía bariátrica,
es una excelente opción para pacientes con obesidad mórbida y
enfermedades concomitantes como: diabetes e hipertensión.