Malnutrición y Edad
Mala nutrición y
tercera edad son una ecuación directamente proporcional.
Y es que a medida que pasan las décadas de vida se
van acentuando los defectos en los hábitos
de los individuos, así como también la tendencia a adquirir
novelerías en la alimentación.
Ante todo debemos
definir al Síndrome de Malnutrición en Geriatría como la
actitud contraria a la
nutrición, esto es, el no introducir en el organismo los elementos que
sustituyen las pérdidas sufridas por el habitual ejercicio de las
funciones de un ser vivo.
El siglo XX se
caracterizó precisamente por la aparición de lo que se ha
denominado “comida
chatarra”. De ahí que esa sea una de las principales causas del cuadro
clínico en cuestión.
Pero ¿ por qué los
añosos se alimentan mal ? Sencillamente porque viven solos y una
persona sola no tiene interés de sentarse a
la mesa; también por ignorancia, esto es muy
frecuente entre los varones de nuestras sociedades machistas que no
saben ni siquiera hacer agua tibia y al
quedarse viudos se desnutren; por confusión mental, en aquellos
que padecen de esclerosis
cerebral, en los que cambian los gustos y van a asumir aquello que no
alimenta; por incapacidad física, los que sufren
de algún tipo de déficit motor comerán lo
que tengan a la mano y sea fácil de preparar, como por ejemplo,
pan y Coca cola, igualmente, la pobreza, es una
causal poderosa para una dieta escasa en
nutrientes; la falta de apetito ocasionada
por enfermedades agudas o crónicas es una
determinantes y siempre presenta en
ultrasexagenarios que no se debe de olvidar; los
problemas en la dentadura conllevan a que se
busquen los alimentos duros o frescos que precisan
masticarse y que conducen a los ultrasexagenarios
a cocinarlos excesivamente, a fin de
ablandarlos en detrimento de su poder nutricional.; en
otros casos, hay un elevado porcentaje de ancianos
intolerantes a la lactosa o al gluten que no
son absorbidos por vía intestinal; no debe dejarse de lado al
ALCOHOLISMO como culpable de la desnutrición en el
ocaso de la existencia, ya que después de
la jubilación un porcentaje importante se
dedica al consumo de bebidas alcohólicas y
en esos períodos dejan de ingerir alimentos.
Finalmente, el
encamamiento prolongado produce úlceras de decúbito (escaras)y éstas a
su vez son una fuente de pérdida de proteínas.
De acuerdo a lo
expuesto se podrá comprender que la solución al problema
radica en eliminar el motivo aparente que ocasionó
el deterioro, mas lamentablemente ello no es
tan sencillo como a simple vista podríamos creer,
considerando que son factores indiscutiblemente
existenciales (soledad, pobreza, etc), que
plantean cambios radicales en la cotidianidad de los
individuos y que no se logran de la noche a la
mañana, sino con la ayuda de vigilancia,
control, constancia.
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