Es
posible que varios factores metabólicos en combinación
con la falta de hidratación adecuada, con frecuencia produzcan
substancias relativamente difíciles de disolverse en la orina, las cuales se
convierten en cristales y terminan formando los cálculos renales.
Hasta
el 10 % de los varones forman cálculos renales
de oxalato de calcio, en algún momento de su vida. El varón tiene tendencia dos a tres veces mayor que la mujer,
a desarrollar cálculos renales de calcio.
Los cálculos identificados con menor frecuencia son los de:
magnesio – amoniaco – sulfato, ácido úrico y cistina.
Los
cálculos renales se pueden descubrir en cualquier parte de las vías
urinarias, pero lo más probable es que sean sintomáticos cuando se
encuentren localizados en el uréter.
El cólico renal provocado por el descenso de un cálculo a través del uréter,
suele causar espasmo del mismo
y dolor de gran intensidad, el
que se ubica en el lado afectado y su duración
puede ser variable al igual que la frecuencia de presentación.
En
caso de que el cálculo se impacte en la unión del uréter con la vejiga
urinaria, puede dar síntomas como deseos frecuentes de orinar con urgencia,
molestias vesicales y en algunos casos sangrado.
El examen abdominal y pélvico son normales durante el ataque agudo de
un cólico, pero la percusión de
la zona renal aumenta y empeora el dolor.
La
prueba inicial más útil de laboratorio es la presencia de sangre en la
orina. Los Rx igualmente son de gran utilidad para localizar los
cálculos de calcio y magnesio; y el urograma nos brinda datos acerca del
grado de obstrucción del uréter y del daño renal estructural secundario, así
como también de su capacidad funcional.
Es
importante obtener el cálculo para su estudio y determinación del origen del
problema.
El
tratamiento para prevenir la formación recurrente de cálculos, incluye la
corrección de cualquier anormalidad metabólica; y
mantener una hidratación adecuada
( más de dos litros de agua al día)
Los
cálculos obstructivos que se alojan en el uréter en ocasiones requieren
cirugía o extracción por cistoscopia.
Los
cálculos grandes localizados en
la pelvis renal se pueden fragmentar con ondas de choque de alta energía,
procedimiento conocido como LITOTRIPSIA EXTRACORPOREA.
Esto provocará la fragmentación de los cálculos a un tamaño lo suficientemente pequeño para que sean eliminados en
forma espontánea a través de las vías urinarias.
En Guayaquil existen solamente tres
instituciones que poseen la máquina de litotripsia extracorpórea y una de
ellas es el Hospital Luis Vernaza de la Honorable Junta de Beneficencia de
Guayaquil, donde se han manejado cientos de casos con gran éxito en la sala
San Guillermo.