Todos tenemos derechos como:
- El derecho a tener una familia que los quiera y proteja
- El derecho a una nutrición adecuada y balanceada
- El derecho a ropa y abrigo
- El derecho a tener un hogar, una casa donde vivir y su propio
espacio
- El derecho al estudio, al aprendizaje y a prepararse para el
futuro - El derecho a hablar y a ser escuchados
- El derecho a la salud
- El derecho a tener tiempo libre y a distraerse de manera sana una
vez cumplidos sus esfuerzos.
- El derecho a hacer esfuerzos sin ser criticado.
- El derecho a ser reconocido.
- El derecho a buscar aprender y expresarte (realizar deportes,
aprender a dibujar, pintar, etc.)
- El derecho a equivocarse cuando está aprendiendo.
- El derecho a no ser perfecto para los estándares de otros.
Como vemos son muchos los derechos que tienen los niños y los
jóvenes, pero también tienen deberes y responsabilidades que van
incrementando a medida que se avanza en la vida.
Los deberes y las responsabilidades nos hacen más fuertes, afianzan
nuestra autodirección y deben ser vistos como “retos”, retos para el
desarrollo cerebral y para fortalecer nuestra personalidad.
Por ejemplo, las responsabilidades más comunes cuando somos
jovencitos son nuestros deberes escolares, tareas en casa, limpiar
nuestro cuarto, arreglar nuestro clóset, tender nuestras camas,
procurar nuestra buena alimentación también ser responsable con
nuestras pertenencias y en caso de tener visitas o visitar un
familiar, ayudar en lo que podamos.
Para ser guerreros de la vida debemos desarrollar muchas
habilidades, y responsabilidades recias, mejorar capacidades de
aprendizaje y fuerza para enfrentar el mundo.
Si cumplimos nuestros retos y responsabilidades afianzaremos la
confianza en nosotros mismos y esto forjará una sana autoestima. No
hay nada como creer en uno mismo, actúa sobre nuestro amor propio y
también sobre el desarrollo de una buena personalidad.
El esfuerzo se aprende en nuestros primeros años y este se queda
grabado en la mente de quien lo practica. Dicho esfuerzo siempre
tiene sus mejores recompensas. El/La joven no debe procurarse una
vida fácil, porque esto no existe, debe buscar retos e ir mejorando
destrezas, no debe:
- Comer lo que quiera cuando quiera (Vivir de pizzas y hamburguesas,
solo comida chatarra).
- Dormir y levantarse cuando le plazca.
- Salir cuando quiera y con quien quiera (es peligroso).
- Usar el celular sin límites.
- Beber o usar drogas.
- No cumplir con sus deberes y responsabilidades en la escuela y/o
en casa.
- No respetar a otros.
Cuando el/la joven se acostumbra a hacer lo que quiera, no
desarrolla límites y no aprende a esforzarse en cada cosa que hace,
no puede desarrollar habilidades para conseguir las cosas por el
buen camino y por ende no puede vivir bien en sociedad. Vivir en
sociedad, no significa solo tener amigos. El tener amigos es algo
bueno pero el mantenerlos, el respetarlos, el hacerles bien y
ayudarlos nos permite crecer en grupo, lo cual caracteriza a una
buena convivencia.
El ser sociables significa ser útiles, saber moverse en grupos y
conseguir cosas o metas provechosas para uno mismo y para los otros.
Cuanto más sociables, respetuosos y útiles seamos, más caminos se
abren en nuestra vida.
Debemos ser socialmente responsables, es decir ver por los demás no
sólo por uno mismo, ser simpáticos y empáticos, para luchar por
nuestros derechos cuando lo necesitemos sin arrasar a nadie en el
camino.
Poco a poco ejerciendo las responsabilidades y actuando en grupo
iremos fortaleciendo el carácter y la personalidad para entender y
enfrentar al mundo. Con cada paso firme que demos hacia adelante
aprenderemos a ser fuertes y a luchar. Las bases se crean en casa y
no cuando somos adultos. Debemos ejercitar nuestras
responsabilidades para que el esfuerzo nos sea algo automático e
inherente a nosotros.
La personalidad se va forjando con cada lucha que realizamos día a
día, todo lo que ganamos ayuda a forjar una sana autoestima y a
percibirnos útiles ante los demás. El desarrollo de una sana
autoestima nos permite diferenciar entre lo que es importante para
nuestra vida y lo que nos puede confundir o desviar. Todos
aprendemos a elegir nuestros caminos, los derechos nos hacen fuertes
y las responsabilidades capaces.
Veamos las responsabilidades como retos, y juguemos con nuestras
mentes para verlos interesantes y como un estímulo a nuestro
desarrollo. Teniendo esta perspectiva aprenderemos a enamorarnos por
completo de nuestras vidas, total ¡Son nuestras!