La Terapia Cognitiva nos
enseña a conocer nuestros
pensamientos, nuestro patrón
de ideas que suscitan
emociones y sentimientos
(paradigma funcional).
Todos tenemos un estilo de
personalidad que viene
acompañado de sus
estrategias cognitivas y de
conducta, en muchas
situaciones nos es válido
ese patrón, pero en otras
situaciones puede que nos
perjudique si sólo queremos
afrontar las diversas
situaciones con las mismas
ideas, sufriendo un
estancamiento psicológico y
emocional.
Hay personalidades muy
rígidas, en quienes su
pensamiento es desadaptativo
y necesitan ayuda para
cambiar ese patrón. El
pensamiento flexible es más
adaptativo y maduro, y nos
permite adaptarnos a las
diversas situaciones y
cambios.
SI YO PIENSO QUE ME VOY A
ENFERMAR ------------- ME
SENTIRÉ ENFERMO-A Y PUEDE
QUE REPRODUZCA LOS SÍNTOMAS
DE UNA ENFERMEDAD
Y si es así bajaré mis
defensas y realmente me
enfermaré, entonces tendré
un problema emocional-mental
y físico.
SI YO PIENSO QUE PERDERÉ
ANTES DE PRESENTAR UN
EXAMEN---------- NO HARÉ MI
MAYOR ESFUERZO Y CLARO QUE
PERDERÉ EL EXAMEN
Muchas veces es más fácil
dejarse abatir que iniciar
el esfuerzo de combatir
nuestros pensamientos
derrotistas o desadaptativos,
en una terapia se
manifiestan éstos y se asume
el reto para cambiarlos con
ayuda profesional.
El pensamiento positivo
lidera la construcción de un
entramado neuronal, que será
nuestra red de trabajo
diario o interconexiones que
nos van a ayudar a cambiar
pensamientos muy arraigados
(que hay que preguntarse si
me sirven y para qué me
sirven y si son reales y
válidos). Muchas formas de
pensamiento muy arraigado
han sido heredadas
socialmente y lo seguimos
aún cuando ya no sea válido.
La constelación de
pensamientos dentro de una
personalidad está muy ligada
a su entorno, rol, crianza,
enseñanza, es parte del sí
mismo por eso es tan difícil
cambiarlo y se necesita un
proceso para redireccionarlo.
Además el pensamiento se va
construyendo con la historia
personal que tiene la
interpretación de uno mismo
o de los que nos rodean, se
puede REESCRIBIR LA
HISTORIA, enfocando las
partes positivas de los
hechos y lo que aprendimos
de cada situación, hay que
ver que la vida es un sinfín
de problemas que debemos
pasar a manera de retos, y
estancarse es quedarse en
uno de los problemas, para
desarrollar la personalidad
se necesita asumir retos y
pasar de niveles evolutivos,
cada etapa de la vida tiene
su evolución en complejidad
y experiencia.
El pensamiento maduro es más
flexible, contemplativo de
los múltiples factores que
se dan para que una
situación se desarrolle,
mira el problema y las
soluciones. El pensamiento
maduro encuentra opciones y
adaptabilidad. Cuando no
encontramos soluciones, y
nos estancamos es bueno
pedir una orientación
profesional. Se crece en
conjunto para ser más
adaptables.