Que deberian comer nuestros hijos?
“El
hombre cava su propia tumba con sus
propios dientes”
Cuando
tenemos la oportunidad de conversar con
nuestros pacientes y sus familiares
sobre la manera como se alimentan,
captamos realmente grandes deficiencias,
predomina la ingesta exagerada de
harinas y grasas, y cuando les sugerimos
modificaciones, que la dieta debe
contener vegetales, legumbres y frutas,
etc., la respuesta es de rechazo por
parte de los niños y lo peor es la
aceptación casi resignada de parte de
los padres –creo que es más por
desinterés- la sorpresa sigue porque los
padres comen igual, por lo tanto, los
adultos somos los maestros de este
desorden.
Los
Pediatras estamos muy alarmados por el
aumento de los casos de obesidad en los
pequeños y los problemas de salud
consecuentes a este desorden.
La aparición
de obesidad en edades tempranas tiende a
conllevar un aumento en la probabilidad
de padecer obesidad en la vida futura.
Las enfermedades que se agravan en la
obesidad aparecen mas temprano en la
vida de los adultos que han sido obesos
durante la infancia. Hay enfermedades
que aparecen más temprano o se agravan
con la obesidad en adultos que han sido
durante la infancia. Más del 20% de los
niños tienen sobrepeso y realmente son
obesos, parece que los familiares creen
que un niño gordito es saludable y así
lo quieren mantener.
Hay un punto
fundamental, los pediatras o los médicos
que valoran niños lactantes le dan mucha
importancia a la alimentación o las
dietas durante el primer año de vida,
pero en los años posteriores creo que ya
no hay mucho interés, los pequeños están
integrados a la comida familiar, y es
ahí donde está el problema, pues existe
mucho desorden en los adultos.
Parece
sencillo pero no se logra entender que
la obesidad es por exceso de grasa
corporal que resulta de un desequilibrio
sostenido entre las calorías ingresadas
y el gasto de ellas, (gastamos menos
calorías de las que ingresamos por los
alimentos, es decir ahorramos y las
acumulamos progresivamente, el resultado
es el incremento de peso). Una comida
rápida completa cubre las necesidades
calóricas de un día y muchas veces las
exceden.
Hace poco
tiempo saltó el problema de la
preparación de alimentos con aceites
reutilizados –mejor diremos comida
chatarra cocinada con aceites quemados-
vale la pena observar los recipientes
donde se fríen las comidas, pues solo
completan los niveles de aceites, que
por supuesto no son de la mejor calidad,
y esto pasa en los “mejores lugares”.
Parece que no nos interesa saber más de
esto, pues se siguen consumiendo
masivamente estos productos. Les
recomiendo observar la manera de
preparar los alimento en esos lugares.
Recientes
investigaciones demuestran que gente muy
joven se enferma y muere por
enfermedades cardiovasculares. Se han
encontrado que sus arterias ya tienen
depósitos de grasa en las capas
internas. Así mismo ya tenemos pacientes
pequeños con infiltración grasa del
hígado.
Creo que
los médicos no estamos haciendo todo lo
necesario para ayudar a que nuestros
pacientes y sus familiares para que se
enteren bien de estos problemas a
futuro.
Nos se
toma en cuenta la carga genética, o
sea esa predisposición familiar a un mal
metabolismo formador de grasas, que se
depositan anormalmente en distintas
partes del organismo en especial en las
arterias del corazón.
Los bares
de las escuelas y colegios son un
tremendo problema, los alimentos que
venden son frituras, gaseosas,
colorantes, embutidos, etc. En otras
palabras solo alimentos mal procesados.
Lo peor de todo es que tienen
aprobación de los directivos de los
establecimientos educativos. No hay una
conciencia despierta. Los padres de
familia deberíamos exigir
energéticamente que vendan alimentos
saludables y mantener supervisión de
estos lugares.
Alguien
comentaba “los venenos se venden, la
gente los compra” por lo tanto
depende exclusivamente de nosotros que
nuestros hijos coman diferente,
empecemos ahora a modificar nuestros
hábitos alimenticios, podríamos dejar
otra “herencia de costumbres”, y tener
hijos y nietos más sanos para disfrutar
con ellos.
En la
preparación de las poncheras la
situación es similar, se introducen
alimentos mal procesados (las madres
refieren no tener tiempo, los padres no
se integran para ayudar), creo que
perdemos oportunidades para conocer y
atender a nuestros hijos (ésta es la
parte valiosa).
La
televisión es otro problema importante,
los niños y jóvenes permanecen muchas
horas frente al aparato, la inactividad
y las propagandas inducen a ingerir
comida chatarra y golosinas, propicia a
menor actividad física y lógicamente la
tendencia a una vida sedentaria.
En los
supermercados es importante observar a
los padres de familia comprar grandes
cantidades de carnes y embutidos
grasosos.
Las
madres tienen una manera aburrida y
repetitiva de preparar los alimentos
su gente se cansa. También en muchas
casa dejan que las empleadas dispongan
todo consienten y malcrían (cuando no
les gusta algo y para no tener disgustos
les preparan otros elementos –no
alimentos- ej. Salchichas, papas,
huevos) se les hace gran daño al
permitir tantos gustos solo se forman
hijos voluntariosos y caprichosos.
En muchos
hogares los padres –varones- colaboran
muy poco, no están presentes en las
horas de las comidas, no ejercen
autoridad, se tiene una actitud muy
cómoda y facilista. Ahora las madres
tampoco están en su casa. Los hijos
son unos huérfanos de madre y padre.
Podríamos proponerles algunas
recomendaciones y estrategias
Levantarse
mas temprano
No perder la
costumbre del buen desayuno. Es la
comida más importante
No Comprar
alimentos nocivos. No tenerlos en la
refrigeradora
Tener a la
mano frutas y jugos naturales.
Aprender a
cocinar mejor.
Que toda la
familia sea solidaria, todos apoyan no
comiendo lo restringido y comiendo lo
beneficioso.
Respetar los
horarios de comidas, lleguen
oportunamente a comer con sus hijos.
No tengan
televisor en el comedor.
No lea
periódico en la mesa.
Esmérese por
atender a su familia, sea agradable, no
reclame, no sea gruñón.
Demuéstreles
que los ama.
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