La globalización con
su generalización de hábitos y modas ha incurrido también en el
lenguaje con intensidad arrolladora, así pues hoy se habla casi
convencionalmente de todo, aunque en ciertos lugares del planeta no
se tenga idea de lo que se este diciendo, eso sucedió con la
disfunción eréctil, sucede constantemente cuando se habla de amor, y
no llama la atención cuando se habla de inflación.
En ese aspecto
actualmente asistimos a la ”vulgarización” de la mediana edad. El
nuevo eufemismo ha caído en el campo médico, social, y económico
como una ola para salvar a aquellos que estaban de bajada y han
encontrado en él precisamente la oportunidad de demostrar su
actualización.
Pero ¿ qué es esto
de la mediana edad ?. Nada más y nada menos que el período de la
vida comprendido entre los 50 y 59 años. Etapa feliz en el siglo
XXI pues es el momento de mayor productividad en los seres humanos.
Ella podría denominarse, sin error, la EDAD DE ORO. Es que se llega
con todas las facultades bien puestas, con prestigio profesional,
gran experiencia, y un cerebro fresco, tan activo que da para medio
siglo de producción.
Es un instante de
alto equilibrio, que aunque en algunos mortales aparecen ciertas
patologías, como diabetes, hipertensión, etc. Estas se logran
compensar muy rápidamente son tratamiento adecuado.
Habitualmente, los
neófitos la definen como una etapa de pérdidas, confundiéndola con
la vejez. Felizmente, los cincuentones no pierden nada a esas
alturas, al contrario han ganado mucho y es el momento de ganar algo
más, aprendiendo a declinar armónicamente.
En Gerontología se
la considera la oportunidad maravillosa para imprimir en sus
neuronas los principios básicos de una sana vejez, como son el de
prolongar la juventud de la mente, el de mantener una actividad
física relativa, y los beneficios de una buena nutrición. Por ello
hasta el 2000 los entrenamientos comunitarios se hacían a partir de
los 60, y ahora se comienza a los 50.
Es que se ha visto
que dicha población es la más ansiosa por conocer lo que le puede
deparar el futuro. Sin embargo, hay que hacer una diferencia de
género. Son las mujeres las que muestran un mayor interés por llegar
bien a su tercera edad. Efectivamente, a los 50 ELLAS ya han casado
a la totalidad de los hijos, son abuelas medianamente consentidoras,
algunas todavía trabajan, y son dueñas del tiempo necesario para
acudir a charlas, grupos de gimnasia, reuniones, etc. ELLOS, por el
contrario son ejecutivos en plenitud que se sienten excelentemente
bien, que se echan su cana al aire, que temen dejar el negocio en
manos de los descendientes, y que, no en pocas oportunidades,
obtienen otro titulo.
De manera que la
EDAD DORADA no esta a partir de los 60, nunca lo estuvo, se haya
precisamente a la mitad del camino para el que el hombre fue creado,
en la quinta década, desaprovecharla es un pecado, despilfarrarla
una locura en tiempos de crisis, y entonces, ¿ cómo extraerle la
verdadera utilidad ? Simplemente, tomando conciencia de que mañana
no será posible prevenir sino únicamente lamentar.