La jubilación
no es más que un acto administrativo por el que
un trabajador pasa a enrolar las filas de los
desocupados. Y el riesgo es la posibilidad de
que alguna cosa pueda suceder por hacer uso de
ese derecho.
Pero el
retiro laboral es mucho más que lo anteriormente
expuesto. Es una etapa de la vida que trae una
serie de manifestaciones físicas, psíquicas,
emocionales, y un largo etcétera. Es un estrato
comunitario que conlleva el estigma de ser una
minoría dentro de otra minoría. En países como
el nuestro (“en vías de desarrollo”) es un
privilegio que no todos alcanzan. Es un símbolo
de rechazo. Es signo de obsolescencia o
inutilidad. En algunos casos es el preámbulo de
la vejez. Es la pérdida de un status. En
múltiples circunstancias es la muerte social.
Así las
cosas, las posibilidades enumeradas quedan
cortas ante la inmensa tristeza que se
experimenta cuando se enfrenta el vacío de no
hacer nada, el desafío de vivir con una pensión
que en el 70% de los casos es la mínima, y la
desazón de iniciar una nueva vida. Es que toda
pérdida es un luto y todo luto representa una
depresión de mayor o menor grado relacionado a
la cuantía de la pérdida. El 90% de los casos
ello se traduce en alguna patología que va del
cáncer, pasando por desarreglos hormonales,
hasta simples bajas de inmunidad, sin olvidar la
presencia de demencias o crisis hipertensivas
nunca sufridas.
En otro
sentido, al pensionarse el sujeto pasa a formar
parte de una subcultura tipificada por un
lenguaje específico (solo hablan de pensiones y
como estirarlas), por sus costumbres (sitios de
reunión, intereses, sueños, planes, etc).
Añadida a la sensación real de ser mirados con
sana envidia por un 92% de envejecientes que
no gozan de esa prerrogativa.
Algunas
ocasiones el rechazo viene de las altas esferas
como una cascada de prohibiciones que impiden
el crecimiento del individuo, coartando casi el
derecho a sobrevivir, bajando el autoestima, y
degradando las potencialidades, en más de uno,
existentes.
En fin,
panorama tan sombrío debe alertar a aquellos que
aún activos sostienen que jubilarse es
sencillo, que no puede ser un riesgo que por lo
expuesto hay que prevenir.