Desde
el año 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado
un documento oficial donde se indican los criterios para tratar a
los pacientes alérgicos con inmunoterapia con alergenos (vacunas
terapéuticas para las enfermedades alérgicas). Inmediatamente
todas las organizaciones, sociedades y asociaciones tanto de Europa
como de América han apoyado y dado su aval a tan importantes
indicaciones.
La
vacuna con alergenos consiste en la administración creciente en
forma gradual de un extracto alérgico, dicho en otras palabras se
le administra al paciente la sustancia que le produce alergia hasta
encontrar una dosis que resulte eficaz para mejorar los síntomas
nasales o bronquiales.
Las
vacunas para la alergia se vienen usando desde 1911 pero en la
actualidad han cobrado gran importancia porque es capaz de modular
la evolución natural de la enfermedad de tal manera que evita que
el paciente alérgico desarrolle otras alergias, además su efecto
perdura luego de algún tiempo de terminado el tratamiento pero
sobre todo esta en capacidad de evitar que aparezcan complicaciones
alérgicas como asma bronquial.
Gracias
a los avances en inmunología y la biología molecular las vacunas
han sido mejoradas, el éxito de las mismas depende de la selección
adecuada de los pacientes (no todos ameritan usar vacunas), de la
calidad de las vacunas a utilizar y de un correcto seguimiento por
parte de especialistas calificados a fin de evitar reacciones
adversas.