El acné es una enfermedad
inflamatoria de la unidad
pilosebacea, que se produce por
la retención de sebo. Se
caracteriza por la presencia de
varios tipos de lesiones:
comedones, pápulas, pústulas,
puede haber, abscesos, quistes y
cicatrices. Es una afección muy
compleja en la que están
implicados varios factores: 1.-
aumento de la secreción sebácea
por estimulo hormonal, 2.-
alteraciones en la composición
del sebo, 3.- inflamación de los
conductos excretores, y 4.-
colonización bacteriana.
El acné vulgar es una
enfermedad crónica que se
presenta en los adolescentes y
adultos jóvenes. La edad de
comienzo es entre los 13-14
años, el pico de severidad se
registra entre los 17-18 años en
mujeres, y entre 19-21 años en
hombres. Tiende a desaparecer
hacia los 20-25 años, pero en
ocasiones se prolonga hasta
después de los 44 años, lo que
obliga a investigar causas
agregadas.
Probablemente sea la mayor
causa de la consulta
dermatológica, ya que genera un
gran impacto social, que
involucra a núcleo familiar.
Existen muchos mitos
alrededor del acné, y el
relacionado con la dieta cobra
mayor importancia en los
actuales momentos. Se ha
demostrado que el consumo de
carbohidratos en exceso podría
llevar a un estado de
resistencia a la insulina, a su
vez, el aumento de insulina en
sangre, estimularía la síntesis
de andrógenos por varios tejidos
del cuerpo, y sabemos que son
los andrógenos los que estimulan
la producción de sebo, por lo
que el acné se agravaría.
El tratamiento está
dirigido tanto para mejorar la
calidad y la cantidad de sebo
así como eliminar las bacterias.
El tratamiento no es sencillo y
se requiere experiencia, es el
dermatólogo el que debe evaluar
el grado de acné, factores de
riesgos y preventivos.
Otro punto muy importante
a la hora de evaluar la
severidad de un acné es la
presencia, o no, de cicatrices.
En este campo cada vez hay más
tecnología que están ayudando a
mejorarlas en su apariencia.
HIGHLIGHT
1.- No todos los acnés son
iguales
2.- El tipo de cutis (grasitud y
grosor) así como el color de la
piel, influyen a la hora de
considerar el tipo de
tratamiento a elegir
3.- El acné es multifactorial
(quiere decir interviene varios
factores), por esto los
tratamientos combinado (que
ataquen las diversas causas)
suelen ser los mejores.
4.- La importancia de una dieta
pobre en azucares, para evitar
el exceso de hormonas que
estimulan la producción de sebo
5.- Elegir tratamientos que
fomenten el cumplimiento del
paciente