Vejez, Conciencia Dormida

 Según los entendidos la conciencia es un atributo del espíritu humano que permite reconocer el bien y el mal o el conocimiento exacto y reflexivo de las cosas. Las ciencias en su avance acelerado y extremo ubican, con audacia y desenfado, esta virtud de los humanos en el cerebro. Acompaña al individuo del nacimiento a la muerte, por consiguiente no está excluida en la tercera edad.

 

 Pero las sociedades modernas o antiguas niegan su presencia a partir de los 60 años. Y es que es común el atribuir a la juventud la capacidad de alerta que se insiste en ignorar en los añosos. Probablemente por la lentitud que se supone el paso del tiempo ocasiona en la máquina corporal, o por la respuesta tardía, en algunos representantes de la edad, ante provocaciones del ambiente, o quizás por la manera pausada de enfrentar la vida misma.

 

 Bueno resulta aclarar que cada comunidad es responsable del sitial que se le da a la población envejecida y del trato que se le dispensa a la misma. Y es que a través de los siglos es evidente el papel que juegan los envejecientes; así hemos visto como de consejeros y respetados han pasado en ciertos colectivos, como el nuestro, a ser despojados de todo derecho a opinar, peor a regir sus destinos.

 

  Calificados de inconscientes no les ha quedado más que demostrar que están más despiertos que quienes los han etiquetado como tales.

 

Pruebas al canto, la polémica del denominado Banco del Afiliado, en el que sin ningún escrúpulo se ha querido marginar a los pensionados y en la que la voz más coherente ha sido precisamente la de ellos señalando los factores que deberán corregirse si  se quiere hacer realidad la propuesta, a la par que  los sectores a los que debe ampliarse el debate.

 

 Generalmente, desde las alturas del poder en las naciones en vías de desarrollo, se pierde objetividad. Y se olvida que la experiencia es una de las ventajas que concede el tiempo vivido y que suple a las nuevas olas en la administración pública. Es sin lugar a dudas un VALOR AGREGADO que debe ser apreciado sin egoísmo por todos y que por fortuna se almacena en una computadora original (cerebro) que consiente despertar las señales de alarma e impide que la conciencia duerma en los ultrasexagenarios.

 

Autor: 

Dr. ALDO GUEVARA D´ANIELLO
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