Autor: Dr. Rafael
Andrade-Alegre, FACS,FCCP
Sección de Cirugía Torácica
Hospital Santo Tomás
E-mail: toravasc@cwpanama.net
Panamá, República de Panamá |
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DIAGNOSTICO Y MANEJO DEL TRAUMA
DEL ESOFAGO TORACICO
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Las perforaciones traumáticas del esófago
son relativamente infrecuentes y representan
para el cirujano un dilema especialmente si
son diagnosticadas de forma tardía (1).
Para hacer el diagnóstico de perforación del
esófago se debe tener un alto índice de
sospecha. En el paciente estable el
esofagograma debe ser usado de forma
liberal. Un esofagograma reglado no debe
tener más del 10 % de falsos negativos (2).
Ante la duda se debe realizar endoscopía
(3). En pacientes con heridas
transmediastinales y que se encuentran
estables, la tomografía computada del tórax
es muy útil pues nos muestra la trayectoria
de la herida orientando los estudios
diagnósticos (4).
Los pacientes que se encuentran inestables
no permiten estudios diagnósticos y el
diagnóstico debe realizarse en el salón de
operaciones. Es importante establecer el
trayecto de la herida y explorar cualquier
hematoma en el área del esófago. La
endoscopia intraoperatoria también puede ser
de ayuda.
En cuanto a la reparación de las heridas
esofágicas en los casos de diagnóstico
temprano, no hay mayor discusión y se acepta
de forma generalizada el cierre primario, el
cual puede ser reforzado especialmente si
hay lesiones asociadas vasculares o
traqueales (5,6). Los resultados del
tratamiento temprano son excelentes aún en
la presencia de múltiples traumas o cuando
los pacientes están inestables (7). Cuando
el diagnóstico se hace de forma tardía, la
situación cambia y aumenta la morbi-mortalidad
(8). Los diferentes abordajes terapéuticos
reportados en la literatura indican que no
existe el “standard de oro” para estos casos
(9). La decisión quirúrgica en los casos de
diagnóstico tardío dependerá de la condición
general del paciente, la extensión del daño,
calidad de los tejidos, la presencia de
enfermedad pre-existente y la experiencia
del cirujano (10).
En resumen, se debe realizar todo esfuerzo
para diagnosticar tempranamente las
perforaciones del esófago y su tratamiento
debe ser expedito y definitivo. En los
casos de diagnóstico tardío, el cirujano
debe comprometerse a atacar el problema de
forma agresiva para evitar una condición
crónica y debilitante.
Bibliografía
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al. Penetrating esophageal injuries: time
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1997;42:319-324.
2.- Buecker A, Wein BB, Neuerburg JM,
Guenther RW. Esophageal perforation:
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1997;202:683-6.
3.-
Flowers JL, Graham SM, Ugarte MA, et al:
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1996;40:261-6.
4.- Stassen
NA, Lukan JK, Spain DA, et al.
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5.- Feliciano
DV, Bitondo CG, Mattox KL, et al.
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6.- Losken A, Rozycki GS, Feliciano DV. The
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7.- Asensio JA, Chawan S, Forno W, et al.
Penetrating esophageal injuries: multicenter
study of the American Association for the
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8.- Andrade-Alegre R. Surgical treatment of
traumatic esophageal perforations. Analysis
of 10 cases. Clinics – en imprenta.
9.- Andrade-Alegre R. T-tube intubation in
the management of late traumatic esophageal
perforations: case report. J Trauma
1994;37:131-2.
10.- Andrade-Alegre R. Esophageal
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