Siempre
recordamos a los padres que los niños generalmente se despiertan a
comer en las noches por hábitos que han adquirido: los niños se
acostumbran a los hábitos que les proporcionan alimento y atención.
Los
bebés de 2 ó 3 meses necesitarán despertarse en las noches para
comer 1 ó 2 veces, en especial cuando son alimentados con leche
materna. Sin embargo, un niño de 5 meses o más, que se despierta
regularmente en las noches para comer, lo hará no porque necesite
comida sino porque se ha acostumbrado a éste horario de
"alimentación nocturna". Imagine un estómago que
se adaptó a ser llenado a las 2 am, a las 2:30 am gritará
"estoy vacío, vacío".
Posiblemente
su hijo necesite alimentarse en la noche, pero la mayoría de los niños
después de los 5 ó 6 meses de nacido pueden pasar la noche
sin despertar a sus padres. A continuación presentamos
algunas recomendaciones prácticas para ayudarle a él a adaptarse
al "horario social"; sin embargo le sugerimos que consulte
a su médico antes de ponerlas en práctica.
Asegúrese
que el niño esté comiendo suficientemente durante el día.
Ocasionalmente encontramos que la alimentación diurna no satisface
completamente las necesidades calóricas del bebé y éste compensará
tal deficiencia al comer en las noches.
Un "truco" eficaz para que el niño no despierte en
la noche es llenarlo suficiente antes de que usted se vaya a
acostar. Ocasionalmente hacia las 10 u 11 pm el niño estará
tan dormido o tan somnoliento que será difícil que agarre el biberón;
sin embargo, así sea un poco de alimento que tome ello garantizará
un desplazamiento 30 ó 60 minutos en el despertar rutinario de su
hijo pudiendo ir aumentando la costumbre de que él coma antes de
que usted se duerma.
Cuando
el niño se despierte en la madrugada no lo levante al primer
llanto; ejecute cualquiera de las maniobras que usted conoce para
que él vuelva a dormir: déle palmaditas en la espalda, sóbele la
cabecita, cálmelo con un suave canto de cuna. Si después de 15
minutos de éstas maniobras el llanto no cesa entonces levántelo de
la cuna, cárguelo y camine con él, acariciándole o cantándole
con intención de calmarlo y dormirlo nuevamente sin darle alimento.
Si el niño aún continúa lactando del pecho, éstas maniobras las
debería realizar el padre ya que el bebé puede ver, sentir u oler
su fuente de alimento y esto impedirá el ejercicio de que abandone
el hábito de comer en las noches.
Generalmente
vemos que después de 3 ó 4 noches de "sufrimiento" mutuo
(tanto del niño como de los padres), su hijo no se despertará a
comer en las madrugadas.
Procure
no cambiarle los pañales al niño en las madrugadas a no ser que
sea estrictamente necesario. recuerde que actualmente venden pañales super-absorbentes para ser usados en las noches. Entre menos estímulos
táctiles, visuales o auditivos tenga el niño en las noches, éste
se adaptará mejor al sueño completo en las noches.
Disminuya
el volumen de las comidas nocturnas que le quiera
"retirar" al niño. Por ejemplo, disminúyale
progresivamente 1 onza de cada biberón ó 2 minutos de lactación
al pecho. Podría diluir la fórmula maternizada agregando más agua
progresivamente de tal forma que el niño "comprenda" con
el paso de las noches que no vale la pena despertarse por un biberón
de agua.
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