Debido
a ello el médico dice que
la dieta y el ejercicio con los niños, los adolescentes y sus padres,
es importante.
Un
niño obeso tiene más probabilidades de desarrollar las enfermedades antes
mencionadas, cuando llegue a la edad adulta, especialmente si sus padres las
han desarrollado o tienen predisposición hereditaria de hacerlo. Para reducir
esta tendencia los padres deben hacer que el niño desarrolle
buenos hábitos de alimentación y ejercicios.
Por
lo tanto la actividad física aeróbica
regular es un hábito que debería ser enseñado por los padres.
El ejercicio físico regular es fundamental
para que los huesos se desarrollen mejor, favorece el buen funcionamiento del
sistema cradio respiratorio, mejora el rendimiento del sistema metabólico,
disminuye la resistencia al paso de la sangre por las arterias, mantiene la
armonía entre la psiquis y el cuerpo, etc.
Qué
actividad aeróbica practicar?
Hay
que tener en cuenta las inclinaciones deportivas del niño, de esta forma los
padres pueden estimularle en esta actividad.
Los
fines de semana como familia podrían realizar ejercicios, además deberían
considerar las siguientes alternativas:
Caminatas
regulares; uso de la bicicleta de manera periódica; ejercicios en el programa
de gimnasia escolar y la interacción con otros niños en actividades
recreativas.
Estimular
el hábito de realizar actividad aeróbica que incluya, al menos, 20 minutos
de estiramiento muscular dirigido previo.
Debe
hacerse énfasis en el deporte más que en el ejercicio en sí, de esta forma
el niño disfrutará de la actividad deportiva y la incorporará fácilmente a
su estilo de vida, disminuyendo así la adicción a la televisión
Frecuencia
cardíaca ideal durante el ejercicio para un niño
La
frecuencia cardíaca máxima que debería alcanzar un niño durante la
actividad deportiva es de 200 latidos por minuto, sin embargo esto no
indica que se tenga que realizar un control del ritmo cardíaco
infantil durante el ejercicio de igual forma
que se hace con el adulto.
Sin
embargo, en un
niño con enfermedad cardiovascular congénita la frecuencia cardíaca
máxima durante el ejercicio debe ser indicada por su médico ya que en estos
casos los programas aeróbicos deben ser individualizados y controlados.
Tips:
Caminar:
Es el mejor
ejercicio y el más fácil. Una caminata diaria es la mejor opción, es
comparada a una píldora mágica, por lo cual es recomendable caminar a
un ritmo de tres a cinco kilómetros por hora en forma continua durante 45
minutos para mantener alejadas enfermedades tan graves como infarto del corazón,
derrames cerebrales y diabetes. Además puede disminuir entre 30 y 50 por
ciento la posibilidad de aparición de enfermedades como cáncer de seno,
osteoporosis, impotencia, diabetes y depresión.
Todo
el mundo está en condiciones de caminar, no se necesita preparar grupos de músculos
pues estos ya están dispuestos, es económico, es una actividad que genera
muy poco riesgo.
Cambio
de hábito: El
ejercicio pausado y no extenuante tiene grandes ventajas. La clave está en la
continuidad.
Caminar
representa muchos beneficios para el corazón debido a que éste músculo
comienza a ser más eficiente después de que la persona se ha sometido a esta
rutina. Esto quiere decir que con el tiempo este órgano requiere menos
latidos para cumplir con un ejercicio. Lo mismo sucede con los pulmones y los
músculos, que con este ejercicio logran sostener un trabajo o actividad por
mucho más tiempo. Como consecuencia de todo esto el perfil de riesgo
cardiovascular se mejora no sólo porque la persona logra controlar el peso
sino también la presión arterial. Así mismo mejora el nivel de colesterol
en la sangre, debido a que durante el ejercicio el organismo segrega una proteína
llamada HDL, más conocida como el colesterol bueno. Esta proteína se fija en
el colesterol malo y lo transporta hacia otras partes del organismo, donde lo
elimina el hígado.
Caminar
también tiene grandes ventajas para prevenir la diabetes tipo II, la que se
presenta cuando los adultos son obesos. Caminar mejora la sensibilidad de la
insulina. Cuando la persona camina a un buen ritmo en forma continua la
insulina trabaja mejor.
Caminar
también le trae paz al espíritu. Nadie duda de que la creatividad se dispara
dando una vuelta por el parque y que los problemas y preocupaciones se disipan
paso a paso. De hecho, muchas personas toman decisiones trascendentales dando
un paseo a pie. También es un buen antídoto para la ansiedad y el estrés e
incluso para la depresión severa.
Lo
difícil no es empezar sino mantenerse. Por eso es
recomendable tener buenos zapatos, ponerle hora fija a las salidas,
llevar un diario con los progresos y establecer metas. Otros recomiendan
simplemente salir y caminar 10 minutos. Con el regreso ya habrán sido 20.
Así,
poco a poco, se podrá establecer una rutina que con el tiempo, aseguran, será
muy difícil detener.
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