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La
aparición de vello en el pubis y en las axilas, en las niñas menores de 8 años
y en los niños menores de 9 años; esta situación es conocida como
Adrenarquia precoz.
·
El
inicio del crecimiento de las glándulas mamarias en las niñas menores de 8 años,
condición conocida como Telarquia precoz.
·
La
aparición de vello únicamente en la región del pubis, en niñas menores de
8 años o en niños menores de 9 años; ello es conocido como Pubarquia
precoz.
Estas
tres situaciones anteriormente mencionadas pueden presentarse sin que
ocurra necesariamente otro tipo de desarrollo precoz y que generalmente los
cambios son totalmente benignos aunque el médico siempre descartará que los
signos de pubertad precoz sean secundarios a las altas cantidades de estrógenos
o andrógenos (hormonas sexuales femeninas o masculinas, respectivamente) que
algunos tumores de las glándula suprarrenal, el hígado, la glándula pineal,
los ovarios o los testículos pueden producir.
Síntomas
En
las niñas se notará el crecimiento de las mamas, la aparición del vello
pubiano y axilar y la aparición de la primera menstruación (menarquia).
En
los niños se observará aumento de la estructura muscular y del tamaño del
pene, aparición de vello en la piel del rostro, del pubis y de las axilas.
Aunque en un comienzo se observa aumento de la estatura, lo cierto es
que la talla final será menor dado que los núcleos óseos de crecimiento se
cerrarán prematuramente.
Exámenes
Generalmente
el médico sugerirá la medición
sanguínea de la Gonadotropina coriónica humana, el estradiol, la
testosterona, la hormona folículo estimulante (FSH), la hormona luteinizante
(LH), la Prolactina, el Sulfato de Dehidroepiandrosterona y la respuesta orgánica
a la Hormona liberadora de gonadotropinas. Igualmente determinará la edad ósea a través de una
radiografía de la mano y del puño izquierdo, valorará el estado de los órganos
genitales internos femeninos a través de una ecografía pélvica y descartará
la existencia de lesiones tumorales mediante una TAC (tomografía axial
computada) o una RNM (resonancia nuclear magnética) de cráneo y abdomen.
Tratamiento
Si
el médico considera que se trata de una pubertad precoz y piensa que ello
interferirá en la estatura final usualmente sugerirá inhibir las hormonas
que están incidiendo en la precocidad de los cambios sexuales (LH y FSH) a
través de medicamentos como el acetato de nafarelina, el acetato de
leuprolida o el acetato de histrelina, por ejemplo.
Esta medicación usualmente la recomendará hasta la edad considerada
adecuada para que comiencen los cambios propios de la pubertad normal.
En
caso de encontrarse tumores productores de hormonas sexuales el
tratamiento será la extirpación de éstos.
Existen
algunos casos de pubertad precoz en los que el médico sugerirá medicamentos
antiandrogénicos (antagonistas de los andrógenos, hormonas sexuales
“masculinizantes”) como la espironolactona o el acetato de ciproterona.
En muchos casos se sugerirá valoración y apoyo terapéutico por parte de
psicología.
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