ÍNDICE
703.
LEISHMANIASIS
Los
protozoarios causantes de la leishmaniasis al igual que
en el paludismo, son transmitidos al organismo a través
de la picadura de un mosquito que se encuentra en las
orillas de ríos de países tropicales (donde la
enfermedad es endémica). Estos insectos tienen como
característica especial que aparecen al amanecer y al
anochecer, son chupadores de sangre o flebotominos (diptera:
psychodidae, phlebotominae). Todas las especies de
vectores en estos casos son del género de las lutzomyias
como se las conoce en América y del género de las
phlebotomus como se las conoce en otros sitios. La
enfermedad no solo se presenta en países tropicales o a
orillas del mar; también se han reportado casos de
leishmaniasis en habitantes de valles interandinos, a
alrededor de los dos mil metros sobre el nivel del mar.
Esta
zoonosis afecta anualmente a mas de quinientas mil
personas que presentan la enfermedad por primera vez. Se
calcula que en el mundo existe alrededor de quince
millones de personas que sufrieron la enfermedad. Esta
puede tener varias localizaciones: a) cutánea, b) muco
cutánea y c) visceral. Este protozoario a diferencia de
otros, se presenta con dos tipos morfológicos: los
llamados "amastigotes" que se localizan en las células
retículo endoteliales de los vertebrados y los "promastigotes"
que se encuentran principalmente en el intestino de los
vectores.
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Existen tres tipos de leishmaniasis y su morfología es
parecida, por lo que se ha de recurrir a su
diferenciación serológica. Cada uno es capaz de causar
diferentes lesiones en el organismo humano.
a)
Leishmania Tropical
b)
Leishmania Brasiliensis
c)
Leishmania Donovani.
a.
LEISHMANIA TROPICAL
Se
conocen como lesiones "en boton de oriente" o como
ulceraciones denominadas "Salek", que son la
presentación más frecuente en nuestro medio. Se
localizan en las zonas donde existió la picadura del
mosquito. Son ulceraciones de bordes gruesos, fondo
grisáceo no dolorosas. Se las observa en pabellones
auriculares, cuello, dorso de las manos, miembros
superiores, cara y espalda. Si no son tratados causan
cicatrices que en la cara originan deformaciones que
luego requieren cirugías reconstructivas.
Las
formas clínicas de la enfermedad se presentan entre las
dos a seis semanas posteriores a la picadura del
mosquito. El protozoario es flagelado y en el interior
del vector se encuentra su forma promastigote. Dentro
del organismo humano se la observa en forma de
amastigote, luego pierde la cola y se localiza dentro de
las células de alrededor y de dentro de la lesión.
Son
parásitos muy móviles y al microscopio se observan de
forma redondeada. También es factible diagnosticar la
enfermedad mediante pruebas antigénicas o por medio de
la realización de cultivos de muestras tomadas
directamente de la lesión.
A
pesar que las lesiones ulcerosas al inicio son pequeñas,
estas no cierran o cicatrizan solo con los cuidados
diarios de la herida. Es necesario un tratamiento
sistémico con derivados amoniacales inyectables de
preferencia alrededor de la lesión, o por vía
intramuscular durante diez a veinte días, para así curar
en forma definitiva la enfermedad. Las deformidades del
pabellón auricular o del tabique nasal, deben ser
reconstruidas cuando el proceso agudo ha sido superado.
b.
LEISHMANIA BRASILIENSIS
También conocida como "Leishmania Mexicana", se
caracteriza por lesiones de localización muco cutánea,
que se manifiestan luego de dos a doce semanas de haber
sufrido la picadura del mosquito transmisor. Son
lesiones muy agresivas que se presentan en forma de
ulceraciones que causan cicatrices deformantes.
En
otras ocasiones se muestran como lesiones ulcerosas
húmedas, con bordes gruesos, inflamados e infectados
(parecidas a la lepra en especial en pacientes de
color), existe además una reacción ganglionar regional
dolorosa acompañada de astenia, anorexia y pérdida de
peso.
El
diagnóstico de esta zoonosis se basa en la
identificación microscópica del protozoario. Las
muestras se deben obtener directamente de la ulceración,
pero las reacciones antigénicas no siempre son positivas
y deben realizarse como parte del estudio de la
enfermedad.
El
tratamiento con derivados amoniacales en forma sistémica
se utiliza con éxito. Adicionalmente se administran
antibióticos de amplio espectro y se realizan curaciones
de las heridas a fin de evitar infecciones oportunistas.
c.
LEISHMANIA DONOVANI
Origina el Kala-Azar, fiebre de Burdwan o fiebre Dumdum.
Es una forma clínica grave por ser consecuencia de la
presentación visceral del protozoario que compromete
ganglios regionales, hígado y médula ósea.
La
enfermedad se presenta después de una semana o hasta un
año mas tarde de haber sufrido la picadura del mosquito
transmisor de la enfermedad. A diferencia de otras
presentaciones, en esta no se observan lesiones
ulcerosas en el sitio donde el mosquito inoculó al
parásito.
Los
síntomas son generales y se confunden con otras
patologías. Se presenta con elevaciones térmicas que se
mantienen por pocos días, pudiendo incluso desaparecer
aún sin tratamiento específico. Concomitantemente existe
astenia, anorexia, anemia, pérdida de peso y en procesos
avanzados hepatomegalia, esplenomegalia, hemorragias
gingivales, infecciones pleuro pulmonares y signos de
insuficiencia cardíaca que de complicarse con
insuficiencia renal y fallo multiorgánico, complican el
pronóstico.
El
parásito se identifica en frotis de sangre e incluso en
tejidos hepáticos obtenidos mediante biopsias. Las
pruebas de fijación del complemento y antigénicas así
como la hemoaglutinación indirecta con antígenos
leishmaniásicos, son útiles en el estudio del curso que
sigue la enfermedad.
El
tratamiento se efectúa con derivados amoniacales (glucantimerepodral)
utilizados por vía intramuscular dos veces al día
durante diez a veinte días. Esta es la terapia de
elección. Además se deberan tratar las infecciones sobre
añadidas.
Este
tipo de leishmaniasis no solo afecta al organismo
humano, también pueden afectarse perros, gatos y
roedores en los que ciertas lesiones dérmicas son de
origen leishmaniásico.
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