ÍNDICE
603.
CONSIDERACIONES GENERALES PREVIAS A LA REALIZACIÓN DE
TRATAMIENTOS ANTIAMEBIANOS
Todo
tratamiento antiamebiano debe continuarse necesariamente
con la aplicación de medidas higiénico-alimentarias que
aseguren al menos que inmediatamente no se vuelva a
presentar la parasitosis. En lugares donde las
condiciones sanitarias son deficientes es difícil de
lograrlo, sin embargo las múltiples y frecuentes
afecciones orgánicas por amebas terminan por deteriorar
la capacidad de respuesta del organismo y cada vez los
cuadros gastroenterológicos seran más graves y con mayor
riesgo de presentaciones extraintestinales.
El
organismo humano no se acostumbra a vivir con las amebas
así estas se comporten como comensales inocuos. Esta
forma de vida elemental no es normal que desarrolle su
actividad dentro del intestino u otro órgano de la
economía humana, basta observar las condiciones
nutricionales de los grupos poblacionales que presentan
amebas en forma endémica para darnos cuenta que no
responden de igual manera a esta u otras afecciones
orgánicas puesto que la capacidad de respuesta
inmunológica se va mermando.
De
nada sirven los tratamientos antiamebianos prolongados,
caros, si se continua consumiendo agua contaminada con
quistes de amebas histolyticas y si no se cambian las
costumbres alimentarias.
Muchas veces las colitis son mixtas. En estas
condiciones la mucosa se vuelve frágil y fácilmente se
ulcera; ello obliga a hospitalizar al paciente para
hidratarlo, mantenerlo en reposo intestinal e instaurar
un tratamiento conjunto con imidazoles y antibióticos de
amplio espectro de acción luminal.
El
resultado positivo para la presencia de trofozoitos de
ameba histolytica en un examen coproparasitario seriado,
aún cuando sea en un solo examen y no existan signos
clínicos, obliga al tratamiento médico, de preferencia
con derivados imidazólicos.
Si un
grupo poblacional consume agua contaminada o no dispone
de las condiciones de salubridad adecuadas no solo debe
presumirse que exista una amebiasis; estas suelen
acompañarse de otros parásitos como helmintos, sean
platelmintos (cestodos y trematodos), o nematelmintos (ascaris,
tricocéfalos, oxiuros, uncinarias). En estos casos se
debe tratar primero estas parasitosis para continuar
luego con los protozoarios como la entamoeba histolytica
y otros tipos de amebas del género de las endolimax,
iodoamebas y dientamoebas; incluso otro tipo de
protozoarios flagelados como tricomonas, chilomastis
Mesnilli, giardias o los ciliados como el balantidium
coli.
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