Nutrición
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Dr. Xavier León de la Torre |
1 Soporte Nutricional
Generalidades
Se ha demostrado que el 30% de los pacientes
hospitalizados con problemas quirúrgicos presentan un grado variable de desnutrición y
que esta incidencia se eleva al 40% cu ando se trata de pacientes con problemas médicos.
De mayor importancia es la presencia de
desnutrición en los pacientes hospitalizados que no la presentaban a su ingreso. Estos
hallazgos revisten gran interés en los pacientes en etapa post operatoria, ya que nos
indican que los pacientes que habían recibido alimentación preoperatoria ,tenían un
menor índice de complicaciones y mortalidad en comparación a los que no la habían
recibido (1).
Se han descrito un elevado número de métodos,
parámetros e índices para valorar nutricionalmente a los pacientes y todos ellos han
sufrido críticas severas que ponen en duda su utilidad.
En un hospital con gran número de camas, la
detección de los pacientes que podrían beneficiarse del soporte nutricional especial
debería ser hecha por el médico tratante ante la imposibilidad del grupo de soporte
nutricional para evaluar tal cantidad de pacientes. Esto significa que los principios
básicos de la evaluación nutricional deben ser conocidos por los médicos y enfermeras
generales de cualquier institución hospitalaria.
El médico tratante debe ayudarse para seleccionar
los candidatos a nutrición especial de una historia nutricional breve y de la búsqueda
en el examen físico de algunos signos que ayuden a clasificar el paciente (2).
Esta clasificación puede ser hecha en la cabecera
de la cama del paciente mediante una aproximación subjetiva (subjective global assessment
s.g.a.).
Esta aproximación deberá determinar si existe o no
una verdadera restricción de alimentos y/o una alteración en la digestión o absorción;
y si es que existen efectos asociados en la composición y función corporal (3).
Se tienen en cuenta factores como:
1. Cambios en el peso
Pérdida en los últimos seis meses
Nula o menor al 5%
Entre 5 y 10%
Mayor a 10%
En las últimas 2 semanas
Aumento de peso
Estable
Descenso de peso
2. Ingesta dietética
Sin cambios
Dieta líquida
Fluidos hipocalóricos o ayuno
3. Síntomas gastrointestinales
Ninguno
Anoréxico y náusea
Vómito
Diarrea
4. Capacidad funcional
Normal
Capacidad sub _ óptima
Ambulatoria
Postrado en cama
5. Estrés
Nulo
Mínimo
Severo
6. Signos físicos
Pérdida de grasa subcutánea sobre tríceps y
pectorales
Pérdida muscular en deltoides y/o cuadriceps
Retención de fluidos:
edema
ascitis
Lesiones mucosas:
Glositis
Rash cutáneo
El estudio de estos datos y su análisis nos darán
un mejor enfoque de las probabilidades de complicación y del pronóstico de nuestro
paciente.
Este enfoque es muy superior a cualquiera que solo
use parámetros antropométricos, ya que estos últimos son muy inespecíficos, y se ha
demostrado que bajo estos parámetros el 22% de la población normal sería clasificada
como "anormal" y que el 80% de los pacientes hospitalizados serían clasificados
como desnutridos(4).
Con respecto a los parámetros bioquímicos hay
mucha divergencia en cuáles son las de mayor utilidad ya que su efectividad puede variar
con relación a la patología pre _ existente o a la enfermedad actual del paciente.
En general las de mayor utilidad son:
Albúmina sérica menor 3.5 g%
Recuento total de linfocitos menor a 1.500
Transferrina sérica menor de 180 mg %
Balance de nitrógeno
Debido a que la combinación de una disminución de
nutrientes en la ingesta con un estado catabólico causado por la situación clínico
patológica llevan al paciente a una desnutrición proteico calórica, es necesario
identificar a los enfermos que se pueden beneficiar de un aporte nutricional precoz.
Jeejeeboy demostró que la evaluación clínica del
paciente resulta de mayor utilidad que las medidas antropométricas y bioquímicas. Por
todo se recomienda la evaluación clínica del paciente junto con un número limitado de
parámetros nutricionales. En este sentido puede ser de utilidad tener presente un
criterio tan simple como que los pacientes que tienen evidencia de desnutrición previa
a la cirugía, el traumatismo o la enfermedad y no pueden mantener una ingesta proteico
calórico adecuada y se prevé un período largo de catabolismo intenso, deben
considerarse candidatos al soporte nutricional precoz.
La eliminación de nitrógeno, si se calcula
adecuadamente, puede servir para determinar el nivel de estrés y el balance nitrogenado
del paciente. La deficiencia proteica pre_existente, manifestada por unos niveles de
albúmina plasmática inferior a 3 g/dl y unas proteínas totales disminuidas, resulta un
parámetro bioquímico útil y sencillo para valorar la necesidad de una nutrición
precoz(5).
Requisitos nutricionales y cálculo de sus
necesidades
La administración en exceso o en déficit de los
substratos energéticos, puede provocar consecuencias clínicas adversas.
Debemos tener en cuenta que las relaciones entre el
correcto aporte proteico y calórico pueden estar modificadas en los enfermos, según el
estado nutritivo previo y las alteraciones del metabolismo que condiciona la enfermedad,
pudiéndose modificar la síntesis proteica, aunque el aporte energético y proteico sea
el correcto. Se entiende por requisitos normales la cantidad de alimentos necesarios para
mantener un estado de equilibrio en el sujeto adulto y asegurar un crecimiento adecuado en
el niño.
El estado nutritivo previo de la enfermedad
influirá en las necesidades nutricionales de los enfermos. Estas pueden variar de forma
diferente si la enfermedad produce hipermetabolismo, hipercatabolismo o ambas a la vez, ya
que los desnutridos, debido a sus mecanismos de adaptación, retienen con más facilidad
el nitrógeno, precisando para ello menos energía. En los enfermos catabólicos e
hipermetabólicos, es más difícil alcanzar una síntesis proteica y, a veces, lo ideal
es conseguir detener el catabolismo(6).
Energía
La energía se puede suministrar por la ingestión o
infusión intravenosa de los principios inmediatos y mediante la oxidación de los mismos
se obtiene la energía necesaria para el trabajo fisiológico y la actividad física. Los
valores energéticos de los nutrientes se expresan en kilocalóricas (kcal), que se
definen como la cantidad de calor necesario para aumentar la temperatura de 1 kg de H2O
de 15º a 16º C.
Requerimientos energéticos en individuos sanos
El requerimiento energético es la cantidad de
energía que precisa el organismo para realizar los procesos metabólicos, mantener la
homeostasis y la temperatura corporal, cubrir el anabolismo y realizar la actividad
física diaria. El metabolismo basal representa el gasto energético mínimo necesario
para realizar el trabajo fisiológico. Depende de la masa celular activa y está en
relación con la edad, el peso, la talla y el sexo.
Variaciones de los requerimientos según la edad:
Edad (años) Factor de
corrección
20 _30 100 %
30 _ 49 95 %
50 _ 59 90 %
60 _ 69 80 %
> 70 70 % |
La actividad física requiere un ajuste de las
calorías dependiendo del esfuerzo que esta represente.
Actividad física
Leve (2,5 a 5 Kcal / min)
Moderada (5 a 7 Kcal / min)
Acentuada (7 a 19 Kcal / min)
Excepcional (>10 Kcal / min) |
Factor de
corrección
90 %
100 %
117 %
134 % |
El cálculo del gasto energético (GE) puede
realizarse para un sujeto, a partir de las correcciones de la edad y de la actividad,
aplicando la siguiente fórmula:
GE (kcal/día) (varón) = 46 kcal/Kg/día x FCE x
FCA
GE (kcal/día) (mujer) = 40 kcal/Kg/día x FCE x FCA
donde: FCE = Factor de corrección por la edad.
FCA = Factor de corrección por la actividad.
Requerimientos energéticos en enfermos
Para conocer la necesidades de los enfermos debemos
recurrir a la estimación del GE, o bien a su cálculo mediante calorimetría, si se
dispone de ella.
El GE lo podemos estudiar en situación basal, en
reposo o en actividad:
Gasto energético basal (GEB): Es el gasto de
energía o la pérdida de calor medido en condiciones de total reposo físico y mental, al
despertar, en situación termoestable (20º9 y transcurridas 10 horas de la última
ingesta. Se considera que es constante para sujetos normales de la misma edad, sexo y
altura.
Gasto energético en reposo (GER): Es el
gasto de energía o producción de calor, medido en un sujeto en posición supina y
durante el reposo. La diferencia con el anterior consiste en la inclusión de la
termogénesis inducida por la dieta (TID) y los factores ambientales o de la temperatura
corporal, el estrés físico o psíquico.
Gasto energético en actividad (GEA): Es el
gasto de energía de un individuo durante su actividad diaria. Para su cálculo se recurre
a tablas.
Gasto energético total (GET): En un
individuo normal podemos asumir que será:
GET = (GEB + TID) + GEA
GER
Si realmente queremos conocer el GET de un enfermo
no tendremos más remedio que medir el GET diario, y con ello podremos conocer la cantidad
de calorías que requiere y la composición de la dieta será más exacta(7).
Factores que pueden modificar el gasto
energético en reposo de un enfermo:
Existen otra serie de factores, que pueden modificar
los requerimientos energéticos, a lo largo de la vida o durante los procesos
patológicos:
a) La superficie corporal, ya que en gran
parte el GEB depende de los procesos celulares y estos están en relación directa con la
masa celular.
b) La edad hace variar el GEB de forma
considerable. Estas variaciones dependen de la masa celular activa.
c) El sexo también marca la diferencia en
las GEB ya que la mujer tiene mayor cantidad de tejido adiposo y
menos músculo que el hombre; ello implica que tenga un GEB menor que éste.
d) La temperatura corporal es un factor que
el hombre tiende a mantener constante, cuando existen incrementos en el mismo se
incrementa el GEB, a causa de la aceleración que pueden sufrir las relaciones
bioquímicas.
e) La temperatura ambiente también puede
incidir en el GEB.
Finalmente, la TID influye en el GEB ya que ingesta
de alimentos, la digestión y el transporte de los nutrientes conlleva un incremento en el
GEB que se puede variar según la cantidad y proporción de principios inmediatos
administrados.
Predicción del gasto energético
Fue en 1919 cuando Harris y Benedict (8) publican su
fórmula para predecir el GEB, a partir del sexo, la edad, la altura y el peso,
obteniéndola a partir de las medidas hechas por calorimetría indirecta. Actualmente es
la más utilizada en la práctica, siendo:
(Hombres) GEB (kcal) = 66,5 + 13,75 P + 5,003 A _
6,77 E
(Mujeres) GEB (kcal) = 655,1 + 9,563 P + 1.850 A _
4,67 E
donde: GEB es el gasto energético basal
P = peso en kilos
A = altura en centímetros
E = edad en años
Cualquiera que sea la fórmula utilizada para
predecir el GER, su medición individual puede provocar infravaloraciones o
sobrevaloraciones del mismo, ya que todas ellas considera el aumento de la actividad
metabólica debida a la enfermedad como factor fijo, cuando éste puede tener grandes
variaciones interindividuales aunque se trate del a misma enfermedad. A pesar de ello, se
considera que en manos expertas y con enfermos estables, la facilidad y rapidez de
cálculos de todas ellas las haces estimables y de aplicación en el uso clínico
habitual(9).
Metodología para el cálculo del gasto
energético
El cálculo del GER puede realizarse a partir de los
principios de la calorimetría. Cuando empleamos métodos capaces de medir la producción
de calor liberada por el organismo, hablamos de calorimetría directa. Cuando medimos el
calor perdido por el organismo durante sus reacciones químicas a través del consumo de O2
(VO2) y la producción de CO2 (VCO2) originadas durante
el intercambio gaseoso, hablamos de calorimetría indirecta.
Cálculo de gasto energético
Para el uso clínico y la monitorización del GER,
el método de elección es la calorimetría indirecta, sea cual sea el sistema de circuito
elegido. Lo importante es la obtención del VO2 y de la VCO2 y con
ello podemos aplicar diferentes fórmulas publicadas en la literatura pues ninguna de
ellas difiere en más del 2 % en el resultado como demuestra Westenkow. Actualmente la
fórmula más utilizada es la de Weir.(10).
GER = 3.941 x VO2 + 1.1 VCO2 _
2.17 Nu
Donde:
GER = Gasto energético en reposo (kcal/unidad de
tiempo)
VO2 = Consumo de O2 (1 de O2
/ unidad de tiempo)
VCO2 = Producción de CO2 (1
de CO2 / unidad de tiempo)
Cuando queremos conocer el GER en enfermos
hospitalizados o en estado crítico, las diferencias entre el GER y el GEB pueden superar
el 100 % y en desnutridos ser inferior al 45 %. Estas variaciones han obligados a
introducir correcciones en la fórmula de Harris y Benedict. Long propone unos factores de
corrección según la actividad o la agresión al enfermo. Rutten prefiere añadir un
factor fijo de corrección cuando los enfermos tienen hipermetabolismo. Últimamente con
los resultados obtenidos a partir de la calorimetría indirecta, Kinney confeccionó unas
tablas para predecir el GER según las patologías.
Sin embargo para fines prácticos el uso de la
Ecuación de Harris Benedict combinado con cualquiera de los factores de corrección que
se use nos permitirá tener una idea aproximado de los requerimientos energéticos en
reposo de nuestro paciente en casi la totalidad de los casos.
Requerimientos no proteicos
Al gasto energético calculado se le resta un 10%,
que es el correspondiente a las calorías proteicas, y este 90% es la cantidad de energía
que se deberá aportar en forma de calorías no proteicas en una proporción de 60% de
carbohidratos y 30 % de grasas.
Se recomienda el uso de polisacáridos complejos en
lugar de mono u oligosacáridos como la glucosa o la sacarosa, que han sido implicados en
el desarrollo de caries dentales y de arterioesclerosis.
En relación a las grasas es recomendable que del
30% correspondientes, menos del 10 % sean de grasa saturadas, prefiriendo el uso de
ácidos grasos poliinsaturados (11).
Requerimientos proteicos
Los requerimientos de proteínas son equivalentes a
las pérdidas externas cuando no existen necesidades adicionales, las cuales se reducen a
tres circunstancias: crecimiento, desnutrición proteica y embarazo (12).
El cálculo de las pérdidas de proteínas o su
equivalente en nitrógeno (N) requiere tener en consideración tres factores el balance de
nitrógeno, la calidad proteica y la digestibilidad proteica.
Balance de nitrógeno
El balance de nitrógeno es el resultado de restar
el nitrógeno excretado del ingerido. En un individuo normal es cero manteniéndose así
la masa proteica orgánica sin cambios. El balance negativo de nitrógeno la masa proteica
se desgasta con el deterioro consiguiente de las funciones vitales.
El balance positivo se debe lograr en desnutrición
proteica, crecimiento y embarazo. En todas las demás circunstancias se debe mantener el
balance de nitrógeno en cero, es decir, las pérdidas iguales a la suplencia.
Digestibilidad proteica
Se define como la proporción de una proteína que
normalmente es absorbida pro el tracto gastrointestinal. De aquí deriva el término
utilización proteica neta (UPN) que es la relación entre nitrógeno retenido / ingerido
(12).
En general los requerimientos diarios de proteínas
en individuos sanos y en pacientes estables se recomienda que sean(13):
Ingesta mínima 0.5 g / Kg / día
Recomendada 0,8 g / Kg / día
Estados catabólicos 1,2 a 1,6 g / Kg / día.
Estas estimaciones tienen sus limitantes, como la
variabilidad en la degradación proteica en cada paciente dependiendo de su patología,
etc. El catabolismo proteico puede medirse en cada paciente como la excreción urinaria de
nitrógeno cada 24 horas. Luego el propósito es aportar más proteínas de las que se
degradan. Esto se lleva a cabo con el balance de nitrógeno.
Balance nitrogenado
Empleando el balance de nitrógeno la cantidad de
proteínas requeridas se calcula así:
Balance de Nitrógeno (g) = (Ingestión de
proteínas/6.25) - [NUU (g) + 4]
Como el 16% de las proteínas consiste en
nitrógeno, cada gramo de nitrógeno urinario representa 6,25 g de proteína degradada.
NUU = nitrógeno ureico urinario en gramos /24
horas, estando el paciente sin recibir proteínas en este período.
El factor 4 representa al nitrógeno no urinario
perdido en gramos.
El propósito de este balance es mantener una
ingesta proteica superior al de la las pérdidas .
Las pérdidas extrarenales de Nitrógeno pueden ser
subestimadas en pacientes en pacientes en estado crítico que a menudo pueden tener nuevas
pérdidas por diarrea, pérdidas de sangre o velocidad de descamación celular. En estos
pacientes es recomendable un cálculo de 6 gramos como perdida no urinaria.
Es importante recordar que para que pueda haber una
correcta metabolización del aporte proteico, el suplemento de colorías no proteicas debe
ser adecuado, de lo contrario su utilización podría estar impedida.
Vitaminas Esenciales
Existen 12 vitaminas esenciales que se deben
administrar diariamente en un paciente hospitalizado. Un estudio hecho por Dempsey DT,
demostró que cerca del 25% de los apcientes de un servicio de cirugía general
presentaron evidencias de laboratorio de deficiencia de por lo menos una de las vitaminas
esenciales(14).
Esta vitaminas esenciales son:
Vitamina
A
D
E
C
Tiamina
Riboflavina
Niacina
Pantoteano
Piridoxina
B12
Folato
Biotina
|
Aporte recomendado
diario
4000 UI
400 UI
15 UI
45 mg
1,5mg
1,8mg
19mg
10mg
2mg
3ug
400ug
200ug |
Minerales y Oligoelementos
Los minerales se subdividen en macrominerales (de
mayor cantidad en el organismo) con el cloro, calcio, potasio, magnesiosodio, etc; y en
micronutrientes u oligoelemntos (de menor cantidad en el organismo) como el cobre, hierro,
zinc, cromo, yodo, etc.
De estos oligoelementos se consideran algunos
esenciales, o sea que se ha podido determinar un síndrome de deficiencia del mismo. Estos
son(15):
Oligoelemento
Cromo 1
Cobre
Yodo
Hierro
Manganeso
Molibdeno
Selenio
Zinc
|
Dosis
IV
0-15ug
0,5-1,5ug
1,2ug/kg
1-2,5 mg
0,15 _ 0,8 mg
20ug
20-300 ug
2,5-4 mg. |
Bibliografía
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