Trauma
de Columna Cervical
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Dr. Tom�s A. Mosquera Soto, F.A.C.S.
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Introducci�n
El trauma de la columna cervical y en
general el traumatismo raquimedular, as� como su tratamiento, son conocidos a lo largo
del tiempo. Se se�ala ya en el papiro de Edwin Smith, en el que se describen seis casos
con recomendaciones de tratamiento. Fue Galeno uno de los primeros en demostrar que la
interrupci�n traum�tica de la m�dula produc�a realmente la par�lisis y tambi�n en el
Talmud se comenta brevemente la paraplejia.
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En el siglo XIX Cline1 realiza la primera
laminectom�a por traumatismo de la columna vertebral y en 1.933 Crutchfield ide� el
dispositivo para la tracci�n esquel�tica. Suced�an en aqu�l tiempo el tratamiento
conservador y el tratamiento quir�rgico, de acuerdo a las escuelas m�dicas:
conservadoras o n�, lo mismo que sigue sucediendo en la actualidad, mejorada por la
atenci�n multidisciplinaria al paciente 2 y que trae como consecuencia un
mejor criterio quir�rgico con mejor�a en el pron�stico.
Los conceptos en cuanto a la
fisiopatolog�a del traumatismo raquimedular a nivel cervical, comienzan desde 1.911 con
Allen, quien indicaba que la m�dula sufr�a no s�lo el trauma directo sino una lesi�n
tard�a 3; y, Odterholm y colaboradores, con su teor�a de las aminas
bi�genas4.
Epidemiolog�a
De los traumas raquimedulares que
ingresan a una unidad hospitalaria, es sin duda el segmento cervical el de mayor
porcentaje; as�, en un estudio de 90 casos de trauma raquimedular agudo ingresados entre
1.983 a 1.986 en el Servicio de Neurocirug�a del Hospital Universitario San Vicente de
Pa�l en Medell�n-Colombia, el 85% correspond�a a trauma cervical 5.
De acuerdo a la edad, el mayor porcentaje
se observa entre los 11 y 30 a�os.
Los traumas de columna cervical son m�s
frecuentes en las naciones industrialmente desarrolladas6, como consecuencia del uso de
mayor velocidad en los veh�culos. El porcentaje de causas de trauma cervical est� en
relaci�n directa al accidente automovil�stico, generalmente acompa�ado de traumas
enc�falocraneanos7.
Seg�n el reporte del National Health and
Spinal Cord Injury Survey para el a�o 1.974, se registraron aproximadamente 10.000
pacientes con lesiones medulares en los Estados Unidos8. Tambi�n se considera que de 40 a
50 personas por mill�n son hospitalizadas por traumas raquimedulares en ese mismo pa�s9,
provocando un problema sanitario importante adem�s, porque estos traumatizados son
adolescentes y adultos j�venes que presentan posteriormente trastornos emocionales,
p�rdidas de a�os de productividad y la mayor�a invalidez.
En los pa�ses en proceso de desarrollo
como el nuestro, el trauma de columna cervical est� en relaci�n al nivel de vida: En los
de mayor posibilidad econ�mica, los accidentes automovil�sticos ocupan el m�s alto
porcentaje; en cambio, en el grupo opuesto, las ca�das dom�sticas o laborales son las
que predominan.
A m�s de los automovil�sticos, otros
accidentes inciden directamente en menor proporci�n en el trauma raquimedular, como las
zambullidas, heridas por proyectil o arma blanca, lesiones deportivas y obst�tricas,
fulguraciones, la par�lisis de los buzos, ca�das de altura, etc.
Anatom�a Patol�giva
Las lesiones que se observan en la
columna cervical son fracturas completas, incompletas, conminutas, luxaciones,
fracturas-luxaciones, con niveles que generalmente corresponden a C4 y C5. Miller et al10
encontraron a C2 y C6 vulnerables tambi�n a los traumas y se�alaban como las fracturas
m�s comunes las de la ap�fisis odontoides.
Las lesiones anatomopatol�gicas de la
m�dula provocadas en el trauma raquimedular van desde la leve contusi�n hasta la
secci�n medular completa, pudiendo encontrarse hemorragias petequiales, edemas y menos
frecuentemente hematomielia. Posteriormente hay cavitaci�n y degeneraci�n de la
sustancia blanca.
Fisiopatolog�a
El proceso fisiopatol�gico est�
determinado por la lesi�n directa medular seguido de una lesi�n vascular.
La microangiograf�a, los estudios de flujo
de sangre utilizando Xen�n y las autorradiograf�as tras aclaramiento del i�n
hidr�geno, han demostrado una disminuci�n del flujo de sangre en la m�dula espinal
despu�s del trauma, tanto a nivel del lugar contundido como a distancia. Otros estudios
demuestran adem�s la existencia de una alteraci�n metab�lica de la m�dula espinal en
los traumatismos medulares graves.
El trauma de la columna cervical tiene as�
un componente primario directo provocado por el traumatismo, y otro secundario provocado
por la isquemia y la alteraci�n metab�lica de la m�dula como consecuencia, datos estos
�ltimos en los que se basan el tratamiento directo de la lesi�n como la prevenci�n del
componente tard�o isqu�mico metab�lico 8.
- Choque Medular.- La lesi�n
c�rvicomedular, cuando es intensa, interrumpe la conducci�n nerviosa, provoc�ndose
p�rdida completa de las funciones motora, sensitiva, auton�mica y esfinteriana por
debajo de la lesi�n medular. Se presenta desde el inicio, cuando la p�rdida de la
funci�n es completa, o se manifiesta a los pocos minutos � horas cuando la lesi�n es
incompleta y el edema secundario interrumpe completamente la actividad medular.
La sintomatolog�a se divide en dos etapas:
La del choque medular que dura de una a seis semanas, pudiendo agravarse por infecciones
sobrea�adidas � otras complicaciones; y, la de aumento de la actividad refleja, que
puede comenzar entre la segunda y tercera semana.
-La primera etapa se
manifiesta por:
a) Como se interrumpe la conducci�n
simp�tica, se produce bradicardia, hipotensi�n, con presi�n venosa central normal o muy
ligeramente reducida, lo que obliga a poner al paciente en posici�n de Trendelenburg, con
reposici�n de l�quidos y administraci�n de Atropina, o la implantaci�n de marcapaso
temporal. En estos casos, la aspiraci�n nasotraqueal debe evitarse porque puede llevar a
un paro card�aco8.
b) Por la p�rdida de la funci�n de los
m�sculos intercostales o del nervio fr�nico, se afecta la actividad pulmonar,
necesit�ndose ventilaci�n mec�nica en los casos agudos.
c) El sistema gastrointestinal est�
paralizado, "ilioparal�tico", por lo que es necesario colocar una sonda
nasog�strica que evite el v�mito. La incidencia de hemorragia gastrointestinal debe ser
prevista por el tratamiento con altas dosis de esteroides. La alimentaci�n debe ser
parenteral y la evacuaci�n intestinal debe ser ayudada con un r�gimen apropiado.
d) El sistema g�nitourinario tambi�n
queda paralizado, "vejiga at�nica", con incontinencia por rebosamiento, por lo
que se debe colocar una sonda de foley a permanencia con reemplazos peri�dicos,
controlando la diuresis y previniendo la retenci�n urinaria; adem�s, se realizan
clampeos por horario en v�as de rehabilitar la funci�n de la vejiga. El tratamiento de
las infecciones urinarias debe ser inmediato.
e) Por �ltimo, las lesiones cut�neas por
dec�bito son complicaciones muy frecuentes, generalmente localizadas en el sacro, crestas
il�acas, troc�nteres, maleolo externo, tal�n, etc., por lo que es necesario mantener
estos lugares sobre superficie blanda depresible, rotando al paciente cada dos horas,
usando colchones antiescaras o camas m�viles de rotaci�n; sin embargo, el cuidado de
enfermer�a es primordial para prevenir estas manifestaciones cut�neas.
- En la segunda etapa, que
comienza despu�s de un tiempo de iniciado el choque medular, retorna la actividad refleja
con aumento del tono muscular, por lo que los reflejos tendinosos se tornan hipert�nicos,
se presentan espasmos de los flexores y Babinsky, pudiendo tener tambi�n espasmos de los
extensores 11. Se comienza a recuperar el tono vesical y las funciones
g�strica e intestinal, la vejiga esp�stica con capacidad peque�a y vaciamiento
autom�tico. Las funciones auton�micas vasomotoras y de sudoraci�n se hacen
hiperactivas. Las extremidades inferiores est�n paralizadas, lo mismo que las superiores
y si la lesi�n est� por arriba del nivel de C4 tambi�n hay par�lisis de la
respiraci�n. Cuando la lesi�n no es completa, las par�lisis son en extensi�n; en este
caso puede haber algo de recuperaci�n de la funci�n motora y sensitiva por debajo de la
lesi�n, siendo �stos los casos que tienen mejor pron�stico.
Como se destruye la sustancia gris central
en dos o tres segmentos cervicales, se produce atrofia y arreflexia en las extremidades
superiores correspondiendo al denominado sindrome medular central 12.
Mecanismos Productores de la Lesi�n
M�dulo Cervical
La columna cervical est� formada por
siete v�rtebras y encierra a los ocho segmentos de la m�dula cervical que van desde el
agujero occipital hasta la primera v�rtebra tor�cica. Tiene movimientos:
anteroposterior, lateral y de rotaci�n y est� unida por un conjunto de ligamentos que la
mantienen alineada y estable entre su fijaci�n en el tronco y la cabeza movible sobre
ella.
Con este antecedente pasaremos a indicar
que las lesiones raquimedulares se provocan por la aplicaci�n de una fuerza intensa e
indirecta sobre la columna y entre �stas tenemos: la flexi�n brusca, la
flexi�n-rotaci�n, la hiperextensi�n, la compresi�n vertical y la extensi�n-rotaci�n,
las mismas que dan como resultado luxaciones, fractura de los cuerpos vertebrales,
luxaciones-fracturas, desalineamiento del canal vertebral, herniaci�n discal o
astillamiento �seo. La m�dula espinal como consecuencia, puede sufrir: contusi�n,
estiramiento, laceraci�n o aplastamiento.
La columna con espondilosis cervical o
estenosis del conducto vertebral provoca un grave da�o neurol�gico por una peque�a
lesi�n, a�n sin que haya fractura o luxaci�n.
La m�dula espinal puede lesionarse
directamente como consecuencia de una herida de arma blanca, mientras que las producidas
por balas o proyectiles de alta velocidad provocan lesiones tanto directa en la m�dula, o
indirecta por las lesiones vertebrales13.
Las caracter�sticas que provoca cada
mecanismo son:
- Por reflexi�n. Se debe a
golpes en la parte posterior de la cabeza o por desaceleraci�n brusca de la cabeza en los
accidentes automovil�sticos. Por este mecanismo se producen: subluxaci�n anterior,
luxaci�n intervertebral bilateral, fracturas en cu�a, fracturas de las ap�fisis
espinosas (Figs. 1 y 2)
Una grave lesi�n por este mecanismo a
nivel de la columna cervical es la fractura "en l�grima", cuando el cuerpo
vertebral se fractura con la rotura de los ligamentos anterior y posterior, del espacio
discal y del complejo ligamentoso posterior, la lesi�n es bilateral, la columna es
totalmente inestable y los s�ntomas neurol�gicos son graves e irreversibles.
- Por flexi�n-roraci�n. Se
produce por la flexi�n y rotaci�n al mismo tiempo de la columna en el accidente y
generalmente no va acompa�ada de lesi�n medular.
- Por Hiperextensi�n. Por
este mecanismo se pueden encontrar fracturas-luxaciones, fracturas del arco atlantoideo
posterior, fractura en l�grima por extensi�n, la fractura "de verdugo", etc.
Estas fracturas se producen generalmente por ca�das hacia delante por golpe en la parte
anterior de la cabeza o en el ment�n. Cuando el conducto raqu�deo est� estrecho por
ejemplo por una espondilosis cervical, puede haber s�ntomas neurol�gicos por compresi�n
de la m�dula. El trauma por hiperextensi�n ocasiona en forma general lesi�n de la
sustancia gris de la m�dula (Figs. 3 y 4).
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- Por comprensi�n cervical.
Los traumatismos por compresi�n vertical son las fracturas del atlas o de Jefferson y las
fracturas en estallido de las v�rtebras cervicales inferiores, en que la columna est�
completamente recta y se producen por las zambullidas, en los accidentes de tr�nsito en
los que la salida violenta de la persona hacia el exterior provoca el choque del v�rtex
de la cabeza sobre una superficie fija, cuando la cabeza recibe un golpe por un objeto que
cae, en algunas lesiones deportivas, etc.(Figs. 5, 6 y 6A). Al producirse el estallido de
las v�rtebras cervicales inferiores, la fragmentaci�n del cuerpo vertebral puede llegar
a la m�dula por la cara anterior, provocando la sintomatolog�a neurol�gica; lo mismo
ocurre por la explosi�n de la sustancia discal comprimida entre los cuerpos vertebrales.
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- Por extensi�n-rotaci�n. Estas
ocurren por la combinaci�n de una fuerza de extensi�n y rotaci�n en la columna cervical
y produce lesiones conocidas como fracturas del pilar, porque se presenta en las masas
laterales.
Sintomatolog�a
La sintomatolog�a neurol�gica seg�n la
frecuencia con que se presenta en los diferentes traumatismos cervicales, se puede dividir
en:
- Interrupci�n funcional completa.
- Interrupci�n funcional parcial.
- Lesiones radiculares.
- S�ndrome de Brown-S�quard
- Lesi�n medular central.
- Otros.
La sintomatolog�a de la m�dula cervical
por traumatismo, se relaciona a las v�as motoras y sensitivas en mayor o menor
proporci�n y depende del mecanismo en que se produce la lesi�n medular. El mayor
porcentaje de casos presenta lesiones incompletas, le siguen las lesiones completas y una
peque�a porci�n no tiene d�ficit neurol�gico (Tabla 1.- Tomado del trabajo de Uribe5).
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Cuando ocurren traumas m�ltiples en un
paciente, generalmente el trauma de la columna cervical como de la m�dula cervical se
asocian al trauma enc�falocraneano. El paciente en estado de inconciencia, con un trauma
sobre la clav�cula hacia la cabeza y cuello provocado por un accidente de veh�culo a
alta velocidad o por ca�da de una altura tres veces mayor que la altura del paciente, es
un ejemplo de estos tipos de lesiones14; por lo tanto es necesario la inmovilizaci�n de
la columna en el mismo lugar donde ocurre el accidente, la que debe ser de cabeza, t�rax,
pelvis, como un todo y la aplicaci�n de un collarete semirr�gido en el cuello o si no
hay facilidades, aplic�ndosele una tabla peque�a que abarque la cabeza y espalda,
fij�ndola al paciente y posterior a ello, aplicarle una tabla de longitud mayor que fija
todo el cuerpo. El paso del aire debe ser protegido desde el primer momento y durante la
transportaci�n del paciente, ya sea por v�a nasal u oral y con suplemento de ox�geno.
La intubaci�n del paciente, si fuera necesaria, se realizar� en la sala de emergencia,
manteniendo el cuello en posici�n neutra. Los traumas de la m�dula cervical alta
producen p�rdida del tono simp�tico, resultando en un choque neurog�nico o choque
medular.
Examen F�sico
El dolor es el s�ntoma principal en los
traumas de columna cervical por el espasmo secundario de los m�sculos paravertebrales, es
persistente, no irradiado, a nivel de la nuca y de intensidad variable.
Inspecci�n.- Es necesaria la
observaci�n de cualquier deformidad de la espina vertebral, de las zonas de equimosis,
escoriaci�n o heridas.
Palpaci�n.- Debe ser
realizada de una manera muy cuidadosa, minimizando los movimientos del paciente en el
�rea golpeada, para detectar el espasmo muscular. Esta maniobra puede hacerse con el
paciente en posici�n supina, aplicando la mano entre la nuca y la tabla a la que est�
sujeto.
Examen Neurol�gico.- Se debe
considerar que el segmento medular m�s bajo que manifieste sensibilidad y funci�n
motora, debe se�alarse como el l�mite de la lesi�n15, independiente de la funci�n
radicular que persiste como tres niveles inferiores en relaci�n al de la m�dula
espinal16.
El examen de la fuerza muscular segmentaria
debe realizarse de una manera sistem�tica, de acuerdo al significado funcional del
m�sculo, la facilidad para el examen y el segmento que representa. La fuerza muscular
examinada debe ser graduada de acuerdo a un m�todo aceptable, como por ejemplo el
dise�ado en el Medical Research Council17.
La sensibilidad debe ser anotada como:
presente, disminu�da o ausente. Debe recordarse que desde los segmentos C5 a C8 son
examinados en el miembro superior. La dermatoma D1 tiene muy poca representaci�n en el
tronco. Por otro lado, la dermatoma C4 est� inmediatamente por encima de la dermatoma D2.
La sensibilidad al tacto superficial se
mantiene cuando los otros tipos de sensibilidad est�n ausentes, debido a que las fibras
que la llevan est�n localizadas tanto en la sustancia blanca de la columna anterior
lateral como en la columna posterior. Por el examen vibratorio y del conocimiento de la
posici�n de dos segmentos adyacentes, se obtiene la integridad o no del cord�n posterior
de la m�dula.
Los reflejos tendinosos profundos debajo de
la lesi�n medular est�n ausentes y pueden reaparecer entre las 2 y 3 semanas de trauma,
siendo su car�cter hipert�nico.
Diagn�stico por Im�genes
Las im�genes obtenidas por los
procedimientos actuales en los pacientes con trauma raquimedular agudo a nivel cervical,
han cambiado el panorama en el manejo de su tratamiento.
Las radiograf�as simples de la columna
cervical son lo que primero se obtiene en las salas de emergencia: La radiograf�a lateral
es la m�s �til y debe incluir hasta la primera dorsal ya que la regi�n cervical baja es
el sitio m�s frecuente del trauma14; con ella se observa la presencia o ausencia de
fracturas, o fracturas-luxaciones a nivel del cuerpo, articulaciones, estrechamiento del
canal, etc. Se la realiza evitando los movimientos del paciente y despu�s de evaluar la
alineaci�n de la columna.
La tomograf�a multicoidal fue usada como
m�todo de evaluaci�n en el trauma vertebral, pero con poco uso en lo relacionado a nivel
c�rvicomedular y de la uni�n cervicotor�cico; sin embargo, con ella se observan bien
las fracturas del odontoide. Su uso determinaba mucha manipulaci�n del paciente, lo que
en principio debe evitarse (Fig. 7).
La mielograf�a (Fig. 8) es otro
procedimiento con el que se observa a la sustancia de contraste en su recorrido por el
espacio subaracnoideo. Fue introducida esta t�cnica por Kelly y Alexander18. Las
sustancias opacas que se utilizan actualmente son las solubles en agua y con las que se
obtienen mejores detalles anat�micos y son menos irritantes para la aracnoides.
La tomograf�a computada aumenta el valor
diagn�stico al trauma raquimedular a nivel cervical. En ella se puede encontrar el
tama�o y la forma del canal vertebral, la integridad de los ped�culos, de la l�mina, de
las ap�fisis espinosas, as� como la de los cuerpos vertebrales en los diferentes cortes
tomogr�ficos.
Se obtiene mayor informaci�n con la
reconstrucci�n de las placas de TC coronales y sagitales de la columna cervical. Las
tomograf�as realizadas con contraste eval�an mejor las lesiones del hueso, sangre y
disco provocadas por el trauma, as� como tambi�n identifican desgarros durales por la
extravasaci�n que ti�e el LCR cuando �sta se realiza en combinaci�n con una
mielograf�a, en que adem�s revela mejor una compresi�n o alargamiento de la m�dula
espinal. En general con la TC hay mucho menor riesgo de da�o al paciente traumatizado.
En cuanto a la resonancia magn�tica, ya
desde el trabajo de Lauterbur19 en el a�o 1.973, se la considera como una nueva
dimensi�n en la evaluaci�n del trauma de la columna vertebral y de su m�dula. La
obtenci�n de las placas de la columna cervical en toda su extensi�n sin artefactos
�seos y eliminando contrastes intratecales, etc. se ha convertido en un m�todo no
invasivo de mucha utilidad. Con la RM se observa la integridad de la m�dula, el edema,
las necrosis hemorr�gicas centrales en pacientes con traumas por hiperextensi�n,
informaci�n de la integridad de los ligamentos anteriores como posteriores, as� como el
grado de estrechamiento del espacio subaracnoideo, etc.20. En los traumas agudos de la
columna cervical hay que vencer la dificultad que puede presentar la ventilaci�n
mec�nica, el monitoreo el�ctrico y los implementos que se utilizan para su
inmovilizaci�n, que en su mayor�a contienen materiales met�licos (Fig. 9).
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Por �ltimo, la evaluaci�n radiol�gica es
ahora mucho m�s completa con la obtenci�n de im�genes de la columna cervical en tres
dimensiones, dando una apreciaci�n precisa al cirujano que eval�a el da�o a reparar
(Fig. 10).
Tratamiento Inicial
El tratamiento del trauma de columna
cervical comienza en el lugar del accidente y se basa en que la lesi�n medular producida
es irreversible, por lo que hay que dirigir todos los esfuerzos a prevenir complicaciones
u otras lesiones secundarias producidas
por el movimiento que se le d� al
traumatizado durante el rescate, con el fin de evitar que se agrave la lesi�n inicial y
se produzcan complicaciones secundarias por hipoxia o isquemia de la m�dula, para
permitir la rehabilitaci�n temprana del paciente.
Desde tiempos remotos se conoce que lo
primero que hay que hacer es inmovilizar la columna cervical, sabiendo adem�s que en todo
accidente que provoque trauma de cr�neo o de otra parte del cuerpo, puede estar
involucrado un trauma cervical, m�s a�n si la persona est� en coma.
Una vez fijada la columna cervical, el
paciente debe ser colocado sobre una tabla, con el cuidado de que todo el cuerpo est�
horizontal. Si el rescate de la v�ctima lo realizan personas con conocimientos m�dicos,
es posible que desde los momentos previos al traslado a un centro de trauma, pueda ya
realizarse tracciones con sacos de arena o con pesas, con el fin de alinear cualquier
desviaci�n que pudiera existir en la columna.
Tratamiento en la Unidad de Trauma
En la Unidad de Trauma se comienza por el
ABC:
A: Control y tratamiento de las v�as
respiratorias.
B: Control y tratamiento de sangrados.
C: Control y tratamiento cardiovascular,
para seguir luego con el examen neurol�gico y general.
Posteriormente se procede a la valoraci�n
radiol�gica, teniendo en cuenta:
1�. No manipular la columna cervical y en
general toda la columna durante el procedimiento. Obtener una imagen completa de toda el
�rea cervical, incluyendo la primera dorsal.
2�. Si hay necesidad de intubar al
paciente, se seguir�n los principios de inmovilidad de la columna, para prevenir otras
lesiones.
3�. Se realizar� una segunda
investigaci�n si el paciente no presenta signos neurol�gicos y su radiograf�a de
columna cervical es normal. Cuando se queja de dolor se realizar�n nuevas proyecciones
con la TC o con la RM. Si �stas son negativas, el dolor en el �rea cervical puede ser
atribu�ble a lesi�n de los tejidos blandos cervicales, como en el esguince cervical
producido por la hiperextensi�n de la cabeza seguida de una flexi�n, conocida como
"latigazo". Cuando la intensidad de este mecanismo es mayor, el dolor cervical
puede ir acompa�ado por distensi�n de los m�sculos escalenos, es�fago, laringe,
articulaci�n t�mporomaxilar, hernia discal y alteraciones simp�ticas, los que a m�s
del dolor producen s�ntomas como rigidez muscular, diston�a, disfagia y v�rtigo. La
hernia discal que se produce en el trauma por "latigazo" provoca compresi�n
medular o radiculopat�a, siendo su tratamiento inicial reposo, analgesia e inmovilidad de
la columna cervical con collarete cervical blando, seguido de tracci�n y la
consideraci�n quir�rgica para extraer el disco intervertebral.
En los casos de fractura,
fractura-luxaci�n, lo primero a realizar es la alineaci�n de la columna vertebral de
manera urgente por tracci�n esquel�tica, utilizando el comp�s de Crutchfield � otros
actuales como el de Gardner-Wells o el de Heifetz, los que hay que aplicar desde el primer
instante en que se obtienen las placas que demuestren la fractura o la luxaci�n. Los
pesos que se aplican son de hasta 2 Kg. por cada nivel vertebral, como por ejemplo: 8 Kg.
para una luxaci�n de entre C4 y C58. El tiempo en que se lo mantiene es hasta observar el
alineamiento vertebral, para luego ir disminuyendo el peso progresivamente hasta
determinar el tratamiento definitivo si el caso es quir�rgico(Fig. 11).
Tratamiento Especializado
Como en muy rara ocasi�n los traumas
cervicales son aislados, es necesario comprender la necesidad de un equipo
multidisciplinario que atienda a estos pacientes, que en la mayor�a de los casos son
politraumatizados.
En forma general, se puede establecer que
ante una posible reducci�n cerrada del trauma de columna cervical, seguida de una
manipulaci�n de la columna bajo anestesia general, est� la intervenci�n quir�rgica
precoz, cuyos beneficios son la reducci�n de la deformidad de la columna, descompresi�n
del conducto espinal, estabilizaci�n interna de la fractura-luxaci�n (para una
movilizaci�n precoz del paciente), o la fijaci�n anterior con extracci�n del disco
seg�n la t�cnica de Cloward, quien adem�s sostiene "no hay nada que perder y s�
mucho que ganar"21, en contraposici�n a los conceptos conservadores de que si la
m�dula est� lesionada y es irreversible, el tratamiento quir�rgico no es �til, dejando
solamente la posibilidad quir�rgica a las columnas inestables.
La reducci�n cerrada de los diferentes
tipos de lesiones vertebrales a nivel de la columna cervical, se la realiza con mucha
t�cnica por los profesionales experimentados.
Para inmovilizaci�n de la columna cervical
se han empleado dispositivos que se han clasificado en: collar cervical, �rtesis tipo
poster, cervicotor�cico y halo-chaqueta, los que estabilizan correctamente fracturas
odontoideas, de Jefferson, la de verdugo, etc. y en general son m�s usados en pacientes
j�venes cuando el compromiso es �seo solamente.
- T�cnicas Quir�rgicas.
Desde el punto de vista quir�rgico, se sostiene que pueden ser intervenidos los casos de
reducciones infructuosas, heridas penetrantes de arma blanca y de proyectil, pacientes
cuyos d�ficits neurol�gicos progresan, cuando se est� en presencia de un canal
postraum�tico estrecho, en las compresiones radiculares y en general las lesiones que al
momento de la exploraci�n radiol�gica y del examen neurol�gico se determine que la v�a
para una mejor recuperaci�n del paciente es la del abordaje quir�rgico.
Las v�as de acceso a la columna cervical
son la anterior y la posterior.
La anterior se utiliza en los casos en que
el cuerpo vertebral o el disco est�n rotos, con el ligamento posterior intacto y en la
que se realiza una disectom�a y fijaci�n cervical anterior. De acuerdo a los diferentes
tipos de lesiones que presente el accidentado, se puede combinar con una t�cnica de v�a
posterior.
Por la v�a posterior se fija la C1 y C2
siguiendo la t�cnica de Brooks, o se realiza la fijaci�n interespinosa de la columna
cervical inferior siguiendo la t�cnica de Rogers en las lesiones inestables de este
segmento y cuando hay rotura de las estructuras ligamentosas posteriores.
Existen otras t�cnicas que est�n de
acuerdo al tipo de lesi�n vertebral como son las que se utilizan para la corporectom�a
cervical por v�a anterior e injerto �seo, la laminectom�a con cerclaje e injerto �seo,
etc.
En los casos de lesi�n con arma blanca y
de proyectil, la infecci�n secundaria es una complicaci�n muy frecuente, por lo que la
antibi�ticoterapia es usada desde su comienzo.
Por �ltimo, el tratamiento quir�rgico de
los cuerpos vertebrales y de la m�dula se ha tornado mucho m�s sofisticado y agresivo
por la introducci�n de las nuevas t�cnicas microquir�rgicas y la disponibilidad de
instrumental, lo que ayudado por los potenciales evocados22 y la RM determinan
conocimientos necesarios y precisos para un tratamiento mucho m�s selectivo de la lesi�n
primaria y secundaria.
Consideraciones para Reoperaciones en el
Trauma de Columna Cervical
Las consideraciones que se deben tener en
cuenta en caso de reoperaci�n est�n relacionadas primero, a mantener el conocimiento de
la integridad funcional de la columna; y, segundo, al abordaje, el que debe realizarse por
una zona no operada previamente, evitando en lo posible los campos incididos, siguiendo
entonces la zona a reexplorarse, lo que permite as� identificar los planos anat�micos,
evitar lesiones al saco dural y las estructuras nerviosas; por lo tanto, debe comenzarse
con incisiones sobre y bajo la incisi�n de la cirug�a primera, lo que permite encontrar
las estructuras �seas intactas para continuar con las cicatrices dejadas en la operaci�n
previa23. Al cierre, la hemostasia debe ser obligatoria y meticulosa y los planos,
cerrados con una suave tensi�n.
Desde el punto de vista �tico, todo caso
de reoperaci�n debe conllevar una juiciosa opini�n del cirujano acerca del cuidado que
otros m�dicos ten�an del paciente, especialmente en lo que se refiere a la calidad de la
intervenci�n previa o a la demora en referirlo para la reoperaci�n, ya que tales
opiniones no est�n basadas en los hechos retrospectivos especialmente en lo que concierne
a los aspectos y circunstancias que rodearon al procedimiento y a la atenci�n previa; por
otro lado, al cirujano que va a intervenir en la reoperaci�n le corresponde preparar al
paciente, a trav�s de una educaci�n apropiada, acerca de los objetivos y resultados de
su nueva operaci�n a fin de que tenga esperanzas reales y debe adem�s saber contestar
toda ansiedad que tenga el paciente o la familia acerca del nuevo procedimiento para que
la empat�a entre el cirujano y el paciente est� bien preparada para la nueva
operaci�n23.
Rehabilitaci�n
La evoluci�n que han experimentado los
centros de medicina f�sica y rehabilitaci�n para los traumatizados, ha hecho que el
pron�stico para estos pacientes sea m�s optimista, pudiendo llevar una mejor calidad de
vida que la que hab�a en d�cadas pret�ritas. Las asociaciones de personas impedidas por
lesiones cervicales traum�ticas han despertado y aumentado la conciencia de la comunidad
para conseguir transportes, servicios, etc. que puedan ser accesibles para ellos, como
autom�viles, rampas, etc. as� como tambi�n la facilidad para continuar los estudios en
Colegios y Universidades, integrarse a equipos para competencias deportivas e incluirse en
la vida familiar y social.
El cuidado de estos pacientes es
multidisciplinario. La fabricaci�n de aparatos ortop�dicos cada vez con mayor
tecnolog�a, ha llevado a mejorar los medios de rehabilitaci�n.
El entrenamiento vesical, el tratamiento de
la par�lisis del intestino, una buena nutrici�n, as� como el evitar los reflejos
espasm�dicos y las escaras, acompa�ado de la atenci�n para la depresi�n que es un
problema com�n en estos pacientes, han permitido que al reincorporarse a una vida social
se hayan casado, mantengan una actividad sexual y para el caso de las mujeres, salir
embarazadas en un alto porcentaje.
En la actualidad se est�n realizando
experiencias con dispositivos electr�nicos cada vez m�s perfeccionados para vencer la
lesi�n de la m�dula misma, que ensanche el panorama de vida de estos pacientes.
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