Obstrucción
Intestinal
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Dr. César Tobías Aspiazu Holguín
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Dr. César Tobías Aspiazu Borbor
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Introducción
Considero que no hay mejor
introducción al hablar de este capítulo citando el primer párrafo del texto de Berkeley
Moynihan sobre cirugía abdominal publicado en 1926.
Cuando un cirujano es llamado para tratar
un caso de obstrucción intestinal aguda se enfrenta con una de las emergencias mas graves
y desastrosas. El paciente puede ser, y a menudo lo es, un hombre o una mujer en lo mejor
de su vida, en pleno goce de una vigorosa salud, que, sin previo aviso, se ve súbitamente
convulsionado por el dolor más intolerable en el abdomen, seguido de colapso y vómitos
primero leves, pero luego continuos. El abdomen se distiende, el peristaltismo intestinal
cesa y el intestino por encima de la obstrucción, cargado con contenido retenido y
séptico, se convierte en un vehículo para la absorción de productos cuya acción
intensamente tóxica lleva al paciente rápidamente al final.
Por tanto, el tratamiento de la
obstrucción intestinal depende indudablemente de un diagnóstico temprano, un manejo
habilidoso y de un tratamiento oportuno. Cuando esta patología es reconocida y tratada
eficazmente en sus primeros estadíos, los resultado inmediados y mediatos son muy
satisfactorios en la gran mayoría de los pacientes. Desafortunadamente, a menudo hay
atrasos, en algunas veces pueden atribuirse al paciente, pero también al equipo médico.
Como resultado de esta demora el intestino distendido o estrangulado se lesiona en forma
seria o irreparable el cuadro cambia a uno de extremo peligro de modo que el alivio de la
obstrucción puede no ser suficiente para prevenir un desenlace fatal.
Historia
La obstrucción intestinal fue
descrita como entidad patológica aún antes de Cristo. Por esta época la causa más
frecuente de las obstrucciones era la hernia estrangulada y por ello fue la más
mencionada en la literatura médica de esa época. Praxágora, 300 años A.C. efectuaba ya
una incisión en la región inguinal en casos de hernia estrangulada.
Samgita, en el siglo V, consideraba la
hernia estrangulada como incurable. Durante toda esta época la mayoría de los pacientes
con obstrucciones intestinales eran tratados con cambios de posición, llegándose incluso
en algunos casos a colgarlos de los pies. Se utilizaba como tratamiento también una gran
variedad de enemas o lavados intestinales y en los que respecta a medicación se describen
desde el uso del opio hasta el mercurio metálico.
En 1561 se incorpora al armamentario del
cirujano el tratamiento quirúrgico de la obstrucción intestinal por hernia estrangulada.
Por esta época, Paré y luego cirujanos de la categoría de Cooper, Nelaton, Kocher y
otros, contribuyeron notablemente al conocimiento y tratamiento de la obstrucción
intestinal. En la época actual no podemos dejar de mencionar a Wangensteen y Becker como
personajes de la cirugía moderna que han tenido gran influencia en el conocimiento del
actual tratamiento en este campo.
Concepto
Obstrucción Intestinal es el
conjunto de síntomas y signos que se desarrollan como consecuencia de una interrupción o
disminución del tránsito normal del contenido intestinal.
La obstrucción intestinal es una de las
causas más frecuentes de las urgencias quirúrgicas, habiéndose encontrado en las
estadísticas hospitalarias que corresponden a la quinta parte de los ingresos
quirúrgicos a esta patología.
El cuadro clínico de todos los casos de
obstrucción intestinal es muy similar en su sintomatología y, el diagnóstico
generalmente es efectuado por los síntomas y signos y, confirmados por un estudio de
imágenes.
El tratamiento suele ser quirúrgico salvo
en los casos de parálisis intestinal como consecuencia de otro proceso médico
concomitante.
La morbi-mortalidad de esta patología era
muy importante en el pasado, pero actualmente con los nuevos y modernos auxiliares de
diagnóstico, los mejores conocimientos de su patogenia o fisiopatología y el empleo de
elementos terapéuticos más eficaces, la morbi-mortalidad a disminuido sustancialmente en
muchos centros hospitalarios.
Tipos de Obstrucción
Las causas pueden ser:
parietal (estenosis), intraluminal (obstrucción) y extrínseca (compresión).
a. PARIETAL.- La estenosis puede
ser congénita, inflamatoria o tumoral.
b. INTRALUMINAL.- Puede verse a
materia fecal (bolo), alimentos mal digeridos, cuerpos extraños, parásitos, cálculos
biliares o intosuscepción, que en los adultos puede ser secundario a un tumor o a un
divertículo de Meckel que actúa como cabeza de invaginación.
c. EXTRINSECA.-
Esta compresión
es potencialmente estrangulante cuando ocluye la luz de los vasos mesentéricos. Puede ser
producida por una brida, una hernia, un vólvulo, tumores o masas glanglionares
extrínsecas; en estos dos últimos casos la estrangulación es más rara.
La estrangulación puede producirse
también luego de un íleo colónico con válvula íleocecal continente, porque el aumento
de la presión en la luz intestinal puede superar la presión de los vasos de la pared y
comprometer así la irrigación.
Pseudo Obstrucción
Intestinal Aguda o Síndrome de Ogilvie
Esto es un cuadro de etiología desconocida
manifestado clínicamente como una obstrucción intestinal sin una causa mecánica
evidente y que suele aparecer en paciente hospitalizados por otra patología.
Fue descrita en 1948 por Sir Heneage
Ogilvie, quien postuló que la privación simpática causó la distensión y que la
laparotomía reveló que los pacientes operados tuvieron infiltración maligna de ganglios
aórticos. Por tanto la dilatación del colon sin obstrucción mecánica se la ha dividido
en aguda y crónica con una evolución natural y tratamientos diferentes. Debemos
mencionar que se asocia múltiples entidades clínicas como enfermedades autoinmunes,
infecciosas, endócrinas, psiquiátricas, intoxicaciones y quirúrgicas (traumatismos,
trasplantes o cesáreas).
Clasificación
1. Clasificación fisiopatológicas
a.- Funcional: Espasmódico
Paralítico
Peritonítico
No peritonítico
b.- Mecánico
Simple
Estrangulada
2. Clasificación topográfica
a.- Del intestino delgado
Alta (del duodeno o del yeyuno)
Baja (del íleon)
b.- Del colon
Con válvula íleocecal continente (asa
cerrada)
Con válvula íleocecal incontinente
3. Adicionalmente la obstrucción
intestinal se clasifica:
a.- En parcial o total
b.- Aguda o crónica
Puede ocurrir obstrucción de intestino
delgado y grueso en diferentes procesos patológicos.
Los procesos parietales, intraluminal o
intrínsecos y extra luminales o extrínsecos precipita la obstrucción mecánica. Es
preciso diferenciar la obstrucción de intestino delgado y del grueso por la frecuencia,
presentación clínica y el tipo de tratamiento varían según el sitio anatómico de la
obstrucción.
El intestino delgado se caracteriza por las
densidades lineales transversales que se extiende completamente a través del lúmen del
intestino (plicas circulares). Por su parte el colon se localiza en forma periférica en
el abdomen, es de mayor diámetro y contiene proyecciones cortas, romas y gruesas
(haustras) que surgen de la pared abdominal y se extienden solo parcialmente hacia el
interior de los lúmen, las haustras son menos numerosas que las plicas circulares.
Los tipos o causas más frecuentes de
obstrucción del intestino delgado son adherencias o bridas secundarias a intervenciones
quirúrgicas o secuelas de procesos inflamatorios; aunque, en la mayoría de los casos han
transcurrido meses incluso años, la obstrucción puede suscitarse unas cuantas semanas
después de aquellos procesos.
La segunda causa más frecuente es la
incarceración de una hernia en la ingle. Puede ocurrir en lactantes y adultos, y debe
sospecharse siempre que haya queja de parte del paciente de un "nudo" o
abultamiento en la región inguinal que no se reduce o desaparece con manipulación.
Otros sitios que pueden darse para este
tipo de hernias incluyen el ombligo, el canal femoral y, rara vez, el foramen obturador.
Las hernias umbilicales se detectan con más facilidad y surgen en cualquier grupo de
edad. Las femorales, obturatrices son menos comunes acompañadas de dolor en la parte
media de la ingle. En las mujeres de edad avanzadas, particularmente delgadas o que han
perdido su panículo adiposo deben considerarse factores predisponentes para este tipo de
hernias.
Existen otras causas o tipos de
obstrucción del intestino delgado que son menos frecuentes y que se deben a procesos
intraluminales o intramurales. Las lesiones primarias del intestino delgado incluyen
pólipos, linfoma o adenocarcinoma. El íleo biliar es un tipo poco usual de obstrucción
intraluminal, en esta situación, el cálculo erosiona desde la vesícula a través de la
pared intestinal y obstruye la válvula íleocecal.
Además de la obstrucción, en las
imágenes radiológicas se observa aire en el árbol biliar. Los linfomas originan
intususcepción y suele manifestarse como obstrucción del intestino delgado.
Los bezoares por lo general están formados
por material vegetal o pulpa de níspero. Los pacientes que se han sometido a píloro
plastia gastrointestinal o resección del píloro son más susceptible a obstrucción
intraluminal por bezoares.
La enfermedad inflamatoria intestinal
también puede afectar al intestino delgado en diferentes sitios. De manera especial los
procesos infecciosos, incluidos los abscesos, las enteritis por radiación pueden producir
obstrucción del intestino delgado.
La obstrucción colónica casi nunca
depende de hernia o adherencias. Los neoplasmas son las causas más frecuentes de
obstrucción del intestino grueso, es preciso evaluar a cualquier persona con síntomas de
obstrucción para detección de estos tumores. La diverticulitis puede ocasionar
obstrucción secundaria pronunciada y edema mesentérico.
La formación de contricciones ocurre con
inflamación crónica y cicatrización. La impactación fecal es un problema común en
ancianos y pacientes debilitados que suele acompañares de síntomas de obstrucción
colónica.
El vólvulo de sigmoideo es la
siguiente causa más frecuente de obstrucción de intestino grueso después de cáncer y
diverticulitis. Los pacientes psiquiátricos, de edad avanzada o sometidos a reposo en
cama que toman medicamentos anticolinérgicos se encuentran propensos a este problema
mecánico. Suele haber antecedentes de estreñimiento previo al surgimiento del vólvulo y
a los síntomas de presentación. Por último, aunque mucho menos común el vólvulo cecal
también puede ocasionar obstrucción de intestino grueso.
Fisiopatología
El contenido intestinal normal
contiene secreciones gástricas y alimentos (entre 6000 y 8000 mL por día) mas los gases.
La acumulación intraluminal de secreciones gástricas, biliares y pancreáticas continúa
aún en ausencia de consumo oral. Cuando la obstrucción evoluciona, el intestino se
congestiona y el contenido intestinal no se absorbe, seguido de vómito y reducción del
consumo oral.
La combinación de disminución de la
absorción, vómito y menor consumo reduce el volumen con hemoconcentración, origina
desequilibrio electrolítico y puede en última instancia ocasionar insuficiencia renal o
choque.
La distensión abdominal suele acompañar a
la obstrucción mecánica y obedece a la acumulación de líquido en la luz intestinal,
incremento de la presión intraluminal con mayor número de contracciones peristálticas y
dilución de aire. Cuando la presión intraluminal excede a la presión capilar y venosa
en la pared intestinal, la absorción y el drenaje linfático disminuye. En ésta etapa,
las bacterias ingresan al torrente sanguíneo, el intestino se torna isquémico y puede
surgir septicemia y necrosis intestinal. Sobreviene choque con rapidez. La mortalidad es
de aproximadamente el 70 % cuando se permite que la obstrucción intestinal progrese hasta
esta etapa o estadío. En caso de obstrucción en asa cerrada esta sucesión de
hechos puede ocurrir con mayor rapidez y no hay escape proximal del contenido intestinal.
Algunos ejemplos de este tipo de obstrucción incluyen el colon incarcerado y la
obstrucción total del colon en presencia de válvula ileocecal cerrada.
Diagnóstico
1. Cuadro Clínico
El sitio y la naturaleza de la
obstrucción y el estado previo del paciente determinan el cuadro clínico. En casi todos
los enfermos ocurre dolor abdominal, que por general describen como calambres
intermitentes (retortijón). El dolor que produce la obstrucción mecánica del intestino
delgado a menudo se suscita por episodios con duración de algunos minutos cada uno. En el
íleo adinámico o reflejo, el dolor suele ser menos intenso y más constante. El vómito
en la obstrucción proximal es bilioso, y fecaloide si el íleo distal se encuentra
obstruido. El dolor en caso de obstrucción del intestino grueso suele ser en el
hipogástrio. Las obstrucciones del intestino grueso en ocasiones se acompaña de vómito
fecal.
La incapacidad de expulsar flatos o heces
desde luego ocurre en personas con estreñimiento por cualquier causa y no se
relaciona necesariamente con obstrucción intestinal. Sin embargo, el estreñimiento
intenso (obstipación) es característico y siempre se encuentra en la obstrucción del
intestino delgado y del colon y, a menudo, en la obstrucción parcial.
Las observaciones clínicas son variables;
dependen del sitio, duración y causa del proceso patológico. Los síntomas iniciales se
relacionan con cierto grado de distensión abdominal, que puede ser impresionante
en caso de obstrucción colónica y no fácilmente detectable si hay hernia incarcerada.
La sensibilidad abdominal puede ser mínima y difusa o localizada y aguda; esto último en
quienes padecen peritonitis. El abdomen es timpánico a la percusión.
La obstrucción mecánica del intestino
produce sonidos activos y de tono alto con "oleadas" ocasionales. Si la
obstrucción tiene varias horas de evolución, es probable que disminuyan las ondas
peristálticas y los ruidos intestinales. Los pacientes con íleo adinámico pueden
exhibir cierto grado de distensión abdominal acompañado de reducción o ausencia de
ruidos. Es esencial investigar con atención la sensibilidad localizada o de rebote para
descartar la posibilidad de intestino gangrenado o perforado, el cual requiere
intervención quirúrgica inmediata.
Debe examinarse a todo
paciente con dolor o distensión abdominal para detectar signos de organomegalia o
masas que puede sugerir la causa de la obstrucción. La palpación rectal permite
identificar impactación fecal, cáncer del recto, sangre oculta o constricción. La
ausencia de heces en la ampolla rectal ayuda al diagnóstico de obstrucción intestinal,
pero su presencia no descarta la posibilidad de obstrucción más proximal, ya que el
paciente tal vez no puede evacuar el contenido rectal preexistente.
Es necesario realizar un examen pélvico
para identificar cualquier patología ginecológica que ocasione la obstrucción.
2. Laboratorio
Las evaluaciones de laboratorio
deben incluir una biometría hemática completa y medición de electrolitos. Con esta base
en la duración de los síntomas y el sitio obstruido o en la presencia de necrosis
intestinal es posible encontrar un amplio rango en el recuento leucocitario y los valores
de hematocrito y electrolitos. El recuento leucocitario por lo general incrementa; un
valor mayor de 20.000 leucocitos/ml o el desplazamiento hacia la izquierda es inicio de
gangrena intestinal, absceso intraabdominal o peritonitis, y el aumento extremo mayor de
40.000 leucocitos/ml sugiere oclusión vascular mesentérica.
Los niveles de amilasa, lipasa y fósforo
en suero pueden encontrarse ligeramente elevados, y los de electrolitos en suero suelen
ser normales o algo reducidos, dependiendo de que la obstrucción sea de duración leve o
prolongada y de que haya emesis relacionada.
El hematocrito también aumenta en caso de
obstrucción continua y reducción del volumen de líquidos. El incremento de nitrógeno
de la urea sanguínea y creatinina apunta a deshidratación.
Otras indicaciones de la gravedad de la
obstrucción o complicaciones secundarias incluyen aumento de la gravedad específica de
la orina, quetonuria, elevación de los niveles de lactato y acidosis metabólica.
3. Imagenología
Quizás el método más importante de
diagnóstico en la obstrucción intestinal actualmente es por imágenes. De tal manera,
que las radiografías básicas de abdomen y tórax deben realizarse al inicio de la
valoración del enfermo. Las placas de abdomen en posición supina y erecta, o en
decúbito lateral si el paciente está muy enfermo para ponerse de pie, con una
radiografía de tórax de pie suele mostrar niveles de gas y líquidos que tienen
importancia diagnóstica.
Aunque normalmente
existe gas en estómago y colón de adultos, solo se observa en muy pocas ocasiones y en
cantidades mínimas en intestino delgado. Niveles de gas y líquido sugieren firmemente
obstrucción intestinal, pero también se observa en la aerofagia extrema,
gastroenteritis, estreñimiento grave, esprue y en lactantes.
La radiografía de
contraste se ha desarrollado como un adyuvante útil en el diagnóstico de
obstrucción de intestino delgado y grueso. En casi un tercio de los pacientes el
diagnóstico es equivoco según los datos anteriores, y se ha demostrado que los exámenes
de contraste son útiles en más del 80% de enfermos sin que afecte su morbimortalidad.
Los enemas de bario diferencian la
obstrucción de colon de una lesión distal de intestino delgado si el íleon terminal se
observa colapsado en reflujo de bario a éste último. Con ésta maniobra se diferencia
con facilidad el vólvulo de colon.
El uso de bario en una serie de intestino
delgado o estudio de enteroclisis permite diferenciar el íleo adinámico de la
obstrucción parcial o total de intestino delgado. En un paciente con íleo se requerirán
de 4 a 6 horas para que el bario llegue al colon. La obstrucción mecánica originará
dilatación intestinal y progresión del bario al sitio de obstrucción en una hora o
menos.
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Cuadro 2.- Signos Radiológicos en
la obstrucción intestinal. (Tomado de Schwartz GR. Principles and Practicles of Emergency
Medicine.) |
Los estudios de
intestino delgado con medios de contraste hidrosoluble son muy limitados por su dilución
con el líquido que se encuentra en la luz intestinal. Como son muy hipertónicos,
también pueden contribuir a los déficit de líquidos de pacientes con obstrucción de
intestino delgado.
Es importante diferenciar entre
obstrucción parcial y total de intestino delgado ya que sólo del 12% al 20% de los
pacientes con la primera requerirá operación, el resto con tratamiento médico, es
decir, descompresión con sonda nasogástrica, apoyo metabólico y la mayoría mejora en
el transcurso de 48 horas.
Entre los estudios
ulteriores para determinar el sitio o la causa de la obstrucción se encuentra la
endoscopía. La sigmoidoscopia permite identificar la mucosa friable, lesiones
intraluminales y la mucosa de color azul obscuro por gangrena relacionada con necrosis
intestinal, la misma que se le puede repetir si el diagnóstico no es claro.
En los últimos 10 años la tomografía
computarizada persiste como la modalidad diagnóstica más adecuada para obtener
imágenes del abdomen agudo obstructivo.
También se ha logrado considerables
progresos en la resolución de imágenes en la ultrasonografía con mejorías en la
tecnología del transductor. La ultrasonografía a menudo sirve como el primer estudio en
estas patologías dentro del arsenal de auxiliares de diagnóstico.
La resonancia magnética sigue en
evolución, con mejorías en su tecnología que permitan obtener imágenes con mayor
rapidez, pero los niveles actuales de disponibilidad impiden su uso más amplio.
A pesar de éstos avances técnicos, las
radiografías simples tienen la primera prioridad de imágenes para pacientes con sospecha
de obstrucción intestinal.
Tratamiento
El tratamiento de la obstrucción
intestinal se lo divide en dos fases:
1. Manejo previo a la intervención
quirúrgica.
2. Alternativas quirúrgicas.
Manejo previo a la Intervención
Quirúrgica
Existen medidas que deben aplicarse
antes de la intervención quirúrgica. La terapéutica inicial consiste en la aspiración
nasogástrica para descomprimir la parte alta del tubo digestivo y reducir el riesgo de
aspiración durante la inducción e intubación anestésica, y la reposición de líquidos
y electrolitos debe comenzarse por la administración de solución isotónica de cloruro
de sodio. Una vez lograda una diuresis adecuada, previa la instalación de una sonda
urinaria, se agrega cloruro de potasio sobre la base de resultado del ionograma sérico.
Si el desbalance hidroeléctrolitico y la hemoconcentración fueran severos deben
repetirse los exámenes de laboratorio. Además, de estos parámetros es importante que al
paciente desbalanceado se le canalice una vía central para medir la PVC ( Presión venosa
central) y vía periférica.
Algunos autores propagan el uso de sondas
intestinales largas tipo Miller - Abbott (Balón insuflable) o Cantor (Balón de
Mercurio), para descomprimir el intestino delgado. Aunque ésta practica facilita mucho el
aspecto técnico de la intervención quirúrgica, la instalación puede ser muy laboriosa
y requiere tediosas maniobras bajo control radioscópico que no deben diferir la
operación.
Es importante mencionar que la cirugía
puede demorar en algunos casos especiales:
a. Pacientes con íleo mecánico
post-operatorio, en quienes puede adoptarse una conducta espectante con la descompresión
nasogástrica.
b. Obstrucción por cáncer diseminado.
c. Vólvulo del sigmoides que puede ser
tratado inicialmente con devolvulación utilizando sondas o fibro colonoscopio.
d. Obstrucción por enfermedad de Crohn que
puede también mejorar con la intubación nasogástrica.
e. Impactación fecal que puede moverse
digital o manualmente.
f. Intususcepción en los niños que puede
desinvaginarse por insuflación.
Al parecer el tratamiento conservador
tradicional como ya se ha expuesto facilitaría el procedimiento quirúrgico y su uso por
más de tres días puede aumentar la morbi-mortalidad. Con la descompresión quirúrgica
la morbilidad es del 44 % y la mortalidad es del 9 % al 13 %. Se recomienda operar a los
enfermos de cáncer con obstrucción de intestino delgado que tienen un buen estado
general. Además, hasta en un tercio se encontrará un bloqueo de causa benigna.
Alternativas Quirúrgicas
Los diferentes procedimientos
quirúrgicos para aliviar una obstrucción intestinal se dividen en 5 categorías:
a. Los que no incluyen abrir el intestino
como las lisis de adherencias (causas extraluminales).
b. Enterotomía para
extirpar la causa de la obstrucción (intraluminal), como en bezoares o íleo por cálculo
biliar.
c.- Resección de la lesión
obstructora o del intestino estrangulado con anastomosis primaria.
d.- Derivación de la
obstrucción por lo general maligna (intramural).
e.- Formación de un estoma
proximal, como en la enterostomía, cecostomía o colostomía.
Como alternativa
quirúrgica actualmente no debe dejarse de mencionar el procedimiento de diagnóstico y
tratamiento quirúrgico laparoscópico de la obstrucción de intestino delgado.
Duh ha esbozado diversos criterios que
pueden usarse en la elección de pacientes para este procedimiento laparoscópico:
1. Distensión abdominal leve, que
proporciona sitio adecuado para visualización.
2. Una obstrucción proximal.
3. Una obstrucción parcial.
4. Una obstrucción simple "en banda
única".
5. Una obstrucción que mejora con
aspiaración nasogástrica.
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