Pancreatitis
Aguda
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Autor:
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Dr. Milton Ar�uz Brito
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Pancreatitis
Introducci�n
La respuesta inflamatoria de la
gl�ndula se produce por diferentes causas.
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En nuestro pa�s, como en los otros pa�ses
latinoamericanos y Europa la pancreatitis esta asociada, en la mayor�a de los casos a
enfermedad biliar con c�lculos. En los Estados Unidos, pa�ses escandinavos y el Brasil
la etiolog�a mas frecuente es la alcoh�lica. Otra causa es el trauma de abdomen, sea
este por golpes durante accidentes automovil�sticos o injurias por arma blanca, proyectil
o traumatismo quir�rgico, abierto o endosc�pico. La forma cr�nica es ocasionada por el
elevado consumo de etanol aunado a una susceptibilidad individual por factores aun no
conocidos, si bien esta forma de pancreatitis puede iniciarse con un cuadro inflamatorio
agudo que cl�nicamente no se distingue de la pancreatitis aguda biliar. (1)
Se calcula que un 10 % de los pacientes con
pancreatitis aguda no tienen causa predisponente y se las cataloga de idiop�ticas 1.(1�)
En nuestro pa�s la enfermedad inflamatoria
de la ves�cula biliar por c�lculos es mas com�n en las mujeres. por otro lado el
alcoholismo es mas com�n entre los varones. Todo esto hace que la pancreatitis biliar sea
de mayor incidencia en el sexo femenino.
La mayor�a de los casos se podr�a
decir evolucionan satisfactoriamente, sin embargo un porcentaje peque�o desarrollan las
formas graves con elevada mortalidad. Ese porcentaje de pacientes, considerado como del
10%,desarrollan complicaciones respiratorias, renales, s�pticas , y fallecen por falla
multiorg�nica.
Como hemos visto la enfermedad inflamatoria
del p�ncreas siempre se la asocia a otras enfermedades que las denominamos como
etiol�gicas de la pancreatitis.
En t�rminos generales se acepta que el 80
% de los casos la pancreatitis aguda esta asociada a enfermedad calculosa de las v�as
biliares y consumo cr�nico de etanol ; un 10 % de los casos no se encuentran las causas y
se las denomina idiop�ticas ; el otro 10 % se las a las causan que nos se�ala la tabla
1.
La asociaci�n de
pancreatitis con la ingesta de ciertos farmacos2 hace importante que revisemos cuales son
estos en la tabla 2 :
Otras drogas tambi�n
est�n reportadas pero con menos incidencia. Ver tabla 3
El conocimiento de estos
f�rmacos que se los ha encontrado relacionados en la etiolog�a de la pancreatitis tiene
una doble importancia. En primer lugar, nos permite determinar si nuestros pacientes con
pancreatitis aguda los estaban tomando para descontinuarlos, y en segundo lugar evitarlos
en aquellas personas que tienen otros factores que los predisponen a desarrollar la
enfermedad.
En pacientes con SIDA, la pancreatitis
aguda ha sido reportada con infecci�n por citomegalovirus .
Historia.-
Fue a finales del
siglo pasado cuando la pancreatitis fue reconocida como una patolog�a. Senn3, cirujano de
Chicago escribi� sobre el tratamiento quir�rgico de la pancreatitis en 1886. Poco tiempo
despu�s, en 1889, Reginal Fitz4 de Boston report� el estudio de 53 casos de pancreatitis
aguda basado en la evacuaci�n de necropsias, recalcando la inefectividad de la
intervenci�n quir�rgica la que podr�a ser inclusive peligrosa.
El diagn�stico de la pancreatitis durante
las primeras d�cadas de este siglo, se lo realizaba durante cirug�a o en las necropsias.
Aunque parezca inverosimil ,ahora al terminar el siglo, algunos autores todav�a
encuentran que el diagnostico se lo establece por iguales procedimientos hasta en el 40%
de los casos. (5)
Moynihan , en la d�cada de los veinte
describi� a la pancreatitis aguda como "la mas terrible de todas las calamidades que
pod�an suceder en las v�sceras abdominales".
El tratamiento de los pseudoquistes fue
realizado por los cirujanos desde el siglo pasado y ha ido evolucionando continuamente .
Gussenbaur, en 1881 realiz� la
marsupializacion.
Ombredanne, en 1911 realiz� la primera
cistoduodenostomia.
Jedlicka, en 1923 realiz� la primera
cistogastrostomia.
Jurasz, en 1924 realiz� la primera
cistogastroanastomosis transgastrica.
Hahn, en 1926 realiz� la primera
cistoyeyunostomia.
Pancreatitis Aguda. La Lesi�n inicial.
Fisiopatol�gica.
De las dos formas de pancreatitis,
la aguda y la cr�nica, podemos adem�s encontrar que la forma aguda se puede presentar
como un episodio �nico o como un cuadro que se repite por varias ocasiones y que cuando
se elimina la causa y se tratan las complicaciones, si las hubieron, la gandula se
restituye anat�mica y funcionalmente. La forma cr�nica est� caracterizada por la
destrucci�n del tejido endocrino y exocrino de manera progresiva e irreversible, donde la
funci�n endocrina y exocrina queda lesionada de manera permanente y su par�nquima es
reemplazado por tejido fibr�tico.
D�nde se inician las primeras
alteraciones? Las primeras manifestaciones suceptibles de ser estudiadas en el interior
del p�ncreas se producen en forma aguda.
1.- Algunos autores han establecido
que las lesiones iniciales en la pancreatitis aguda son en el �rea PERIDUCTAL6,
probablemente por ruptura de conductos pancre�ticos y extravasaci�n de enzymas activadas
dentro del parenquima de la gl�ndula.
2.- Otros autores sugieren que la
pancreatitis pudiera iniciarse en el espacio PERILOBULAR,al alcanzar las enzymas
digestivas desde las c�lulas acinares.
3.- Los estudios recientes de Steer,
permiten determinar los cambios morfopatol�gicos iniciales durante las primeras 24 horas
posteriores a la ligadura de el conducto biliopancre�tico. En esos estudios el encontr�
evidencia de necrosis de c�lulas acinares tres horas despu�s de la ligadura, con aumento
de la inflamaci�n y necrosis de mas c�lulas acinares en horas sucecivas.
Sin embargo no encontr� lesion periductal
en las primeras 24 horas. Estos estudios nos orientan a aceptar que los eventos iniciales
de la pancreatitis aguda ocurren en El INTERIOR de las c�lulas acinares.
Cambios iniciales en el interior de la
c�lula acinar.
Los cambios morfopatol�gicos de la
pancreatitis aguda ocasionada por obstrucci�n de conducto biliopancre�tico son los de
una necrosis por coagulacion digestiva.
Normalmente las enzymas pancreaticas,
tripsyna, quimotripsina, elastasa, carbooxipertidasa, etc., son elaboradas en forma
inactiva, (proenzymas o zym�genos).
La activaci�n fisiol�gica de estas ocurre
en el duodeno; por acci�n de la enteroquinasa se activa el tripsinogeno y la tripsina
activa a los zym�genos.
Una de las preguntas que surgen aqu� es:
Cu�l es el mecanismo por el cual ocurre la activaci�n PREMATURA de estas enzymas, dentro
de la c�lula acinar?
La c�lula acinar del p�ncreas es la
mas activa de toda la econom�a humana en lo que respecta a s�ntesis de prote�na. Mas
del 90 % de esa prote�na que sintetiza es enzyma digestiva que finalmente va al jugo
pancre�tico.
Normalmente las c�lulas acinares est�n
protegidas para que no se activen prematuramente los zym�genos dentro de ella. Estos
zim�genos est�n en organelas rodeados de membrana, y por lo tanto aislados del
protoplasma. La activaci�n, en condiciones fisiol�gicas ocurre en el duodeno.
Adicionalmente existen inhibidores de estos zym�genos, sintetizados en el citoplasma.
Hace muchos a�os, en 1961 Grennbaum y
Hirschkowitz reportaron que la enzyma lisosomal catepsin B pod�a activar el tripsinogeno
(7). En 1986 Figarella y colaboradores (8) reportaron que la catepsin B puede activar el
tripsyn�geno bajo condiciones de acidez.
En estudios recientes de Steer evaluaron
los efectos de la descompresi�n en pancreatitis experimental en animales, en los cuales
se les obstruyo el conducto pancre�tico por 1, 3 � 5 d�as. El encontr� que la
descompresi�n de el conducto pancre�tico puede detener la progresi�n de la
pancreatitis, mientras que la obstrucci�n persistente incrementa la severidad de la
pancreatitis. Esto nos hace pensar que en los pacientes con pancreatitis ocasionada por
obstrucci�n biliar en la papila y en quienes persiste la obstrucci�n, seria beneficioso
realizarles alg�n procedimiento para descomprimir el conducto biliopancre�tico.
Nos hab�amos referido a que felizmente
la mayor�a de los casos de pancreatitis aguda evolucionan favorablemente y que
aproximadamente un 10% de los casos tienen una evoluci�n que agrava al paciente y lo pone
en peligro de muerte. La separaci�n entre una pancreatitis edematosa y una forma severa
es realmente arbitraria. Como sabemos no se trata de dos entidades, sino de una misma
patolog�a con diferente grado de intensidad. La diferencia morfol�gica entre las mismas
depende fundamentalmente de la extensi�n de la necrosis. En la forma edematosa la
necrosis es m�nima y superficial. En la forma severa la necrosis se encuentra tanto en la
periferia como en el interior de la gl�ndula, pudi�ndose involucrar los conductos
evacuatorios de la gl�ndula. Indiscutiblemente que existen otros factores que est�n
involucrados en al evoluci�n severa de la enfermedad, algunos de los cuales los veremos
despu�s. Otros est�n en investigaci�n y otros tienen que ver aqu� como tienen que ver
en otras patolog�as que se presentan en la econom�a, incluidos edad, sexo,
alimentaci�n, enfermedades asociadas, herencia, inmunocompetencia, etc.
Clasificaci�n de la Pancreatitis
El Primer Simposium de Marsella de
1963 fue publicado por Sarles (13 ) en 1965 estableci� una clasificaci�n que es muy
conocida por todos ver tabla 7.
Veinti�n a�os despu�s, en 1985 el
Segundo Simposium de Marsella fue reportado por Singer (14). Nuevamente encontramos una
clasificaci�n basada en hallazgos de cirug�a y de necropsias . En la clasificaci�n se
emplearon t�rminos como necrosis, hemorragia, pseudoquistes
En 1984, el Simposium de Cambridge ya
defini� a la pancreatis como moderada y severa dependiendo de las complicaciones que
fueron identificadas como: flemones, abscesos, hemorragia, pseudoquistes y necrosis.
En 1991, Berger propuso la
siguiente clasificaci�n:
Intersticial (edematosa )
Necrotizante (est�ril e infectada )
El propuso esta clasificaci�n bas�ndose
en la informaci�n cl�nica, estudio por tomograf�a y marcadores sericos de necrosis. La
investigaci�n de infecci�n deber�a hacerse por aspiraci�n con aguja fina.
Resulta de mucho inter�s referirme al
hecho de que en 1992 se reunieron en la ciudad de Atlanta un grupo de m�dicos expertos en
pancreatitis aguda, proced�an de 15 pa�ses y representaban 6 especialidades.
Lo m�s importante de este Simposium de
Atlanta (15) lo podemos resumir as� :
Definici�n de PANCREATITIS AGUDA:
Proceso inflamatorio agudo del p�ncreas, con involucramiento
de otros tejidos, �rganos y sistemas
Manifestaciones cl�nicas:
Comienzo r�pido, dolor epig�strico. Abdomen tenso. Vomito, fiebre,
taquicardia, leucocitosis y enzymas pancre�ticas elevadas en sangre y orina
Patolog�a:
Microsc�picamente necrosis y hemorragia pancre�tica y peri
pancre�tica. Microsc�picamente edema y necrosis grasa intersticial.
Definici�n de Pancreatitis aguda
severa: La pancreatitis aguda asociada con falla org�nica y complicaciones
locales, necrosis, abscesos y pseudoquistes.
Manifestaciones cl�nicas: abdomen que
incrementa su tensi�n, sin ruidos. Masa epig�strica. Tres o mas de los criterios de
Ranson u ocho de los de APACHE ll. La falla org�nica esta definida como shock (Presion de
menos de 90 mm. Hg.) Insuficiencia pulmonar (P O2 <> de 60 mm H g). Falla renal
(creatinina de > de 2 mg. % despu�s de rehidrataci�n), o sangrado gastrointestinal
(> de 500 ml. / 24 horas). Complicaciones sist�micas como coagulaci�n intravascular
diseminada (Plaquetas de <> 100.000 / mmm3, fibrinogeno de< de 100mg/dl.), o
disturbios metab�lico severo. Complicaciones locales como necrosis , abscesos y
pseudoquistes.
El sistema APACHE ll puede usarse en
cualquier momento del curso de una pancreatitis aguda, mientras que los par�metros de
Ranson solo hasta las 48 horas del comienzo.
Pancreatitis Leve o Moderada
Esta asociada a disfunci�n
org�nica m�nima y una recuperaci�n sin novedades.
Manifestaciones cl�nicas:
Los pacientes se recuperan r�pido tras la administraci�n de
l�quidos. Los ex�menes tomografitos son normales.
Patolog�a:
el edema intersticial es lo que predomina macrosc�picamente. Pueden haber �reas
microsc�picas de necrosis parenquimatosas. �reas de necrosis grasa periparenquimatosas
pueden o no haber .
Esta es la forma mas com�n de pancreatitis
aguda (75% )
Colecciones L�quidas Agudas
Se presentan tempranamente en el
curso de una pancreatitis aguda . Se localizan en el interior o en la cercan�a del
p�ncreas .
Manifestaciones cl�nicas:
Se presentan hasta en el 50% de los casos de pancreatitis aguda
severa. EL 50% de las mismas involuciona espont�neamente. Solo se las puede descubrir por
imagenolog�a .
La mayor�a de estas colecciones
involuciona. Una peque�a cantidad progresan a pseudoquistes o abscesos, sin que se
conozca la causa.
Necrosis Pancre�tica
Son �reas de parenquima
necr�tico, asociado con necrosis grasa peri pancre�tica.
Manifestaciones cl�nicas.-
Se incrementa la severidad de las manifestaciones cl�nicas.
El examen ideal es la TAC. Se descubren
zonas localizadas o difusas de necrosis , con mas de 3cm y mas de 30 % del tama�o del
p�ncreas.
Semiolog�a de la Pancreatitis
Se nos instruyo en las clases de
semiolog�a y de cl�nica que siempre deber�amos sospechar pancreatitis en todo paciente
con dolor abdominal de gran severidad.
Es decir que de toda la semiolog�a del
dolor abdominal (localizaci�n, tipo, intensidad, irradiaci�n, persistencia, etc.) ,es la
intensidad del mismo el que la pone en sospecha. Sin embargo tambi�n debemos recordar que
el dolor es en abdomen superior, mas al lado izquierdo, que el dolor es de tipo
particular, de ninguna manera tipo c�lico, como lo es en las v�sceras huecas. La
persistencia es una de las caracter�sticas mas orientadoras, inclusive despu�s de la
administraci�n de analg�sicos, lo que obliga a la administraci�n de aquellos mas
potentes. Los v�mitos son siempre un componente importante del s�ndrome y contin�an
despu�s de haber vaciado todo en contenido g�strico y, son finalmente aliviados por la
aplicaci�n de la sonda naso g�strica.
Debemos siempre tener presente que el
paciente con pancreatitis aguda tiene en primer lugar un s�ndrome doloroso abdominal muy
llamativo, pero que en segundo lugar es un paciente con un s�ndrome sist�mico , con
manifestaciones en todo su organismo, en sus principales aparatos y sistemas que lo ponen
en la condici�n de paciente grave, muy delicado, que el mismo se da cuenta de su
situaci�n y solicita ayuda de manera desesperada.
Ya hab�a se�alado lo principal de su
s�ndrome abdominal, a lo cual debo a�adir los hallazgos que nos proporciona el examen
f�sico. Este fundamentalmente encuentra un paciente en dec�bito, ansioso, con rubeosis
facial, sudoroso, medianamente febril, taquicardico, taquipneico. Su abdomen se encuentra
distendido notoriamente en epigastrio, la palpaci�n encuentra aumento de la tensi�n de
la pared abdominal pero no encuentra la t�pica rigidez del abdomen en tabla del paciente
peritoneal, dato de mucha importancia en el diagn�stico diferencial. Es un paciente con
un abdomen agudo sin la pared del paciente con sepsis abdominal. Condici�n que se la ha
descrito como abdomen agudo no quir�rgico. En muchas ocasiones al realizar la inspecci�n
del abdomen ya nos llama la atenci�n una elevaci�n del epigastrio (signo de Goviet),
ocasionado por el �leo paral�tico, la distensi�n del estomago, colon transverso
y por supuesto por la gran infiltraci�n de l�quido en el retroperitoneo pancre�tico y
peri pancre�tico.
La insistente atenci�n que se le ha
otorgado a ciertas manifestaciones como el signo de Halsted. Tambi�n llamado de Cullen ,
y el signo de Turner deja de tener la importancia que se les ha atribuido porque estas
subfusiones hemorr�gicas son de presentaci�n mas bien tard�a, y no nos ayudan al
diagn�stico en la �poca actual, si bien su presencia sugieren hemorragia
retroperitoneal.
Pero si debemos insistir en el s�ndrome
sist�mico de la enfermedad, es decir en los componentes extraabdominales de la
pancreatitis. Toma su especial importancia en las formas graves de la pancreatitis aguda
(8�). De hecho son las condiciones cardiovasculares y respiratorias alteradas las que
ocasionan la mortalidad de estos pacientes en los periodos iniciales, primeras cuarenta y
ocho horas de la pancreatitis .
Es que estos pacientes presentan
hipotensi�n arterial con tendencia al shock, taquicardia, pulso filiforme, pueden
presentar distress respiratorio, con disnea, cianosis, encefalopat�a respiratoria. Todas
estas condiciones parcialmente explicadas por la presencia de substancias
cardiodepresoras, vasodilatadoras y por la gran extravasaci�n de l�quidos y sangre en la
regi�n peri pancre�tica.
Estas manifestaciones de la
pancreatitis aguda severa, podemos encontrarlas con mayor o menor intensidad , de acuerdo
a la mayor o menor intensidad de la afecci�n.
Par�metros de Laboratorio
Amilasa.-
Es el examen de sangre m�s �til en el diagn�stico de pancreatitis
aguda.
Su nivel se eleva entre 2 y 3 horas
despu�s del inicio de los s�ntomas y se mantiene elevada durante 3 y 4 d�as. La
elevaci�n de la amilasa no es espec�fica, pues la amilasa es elaborada por otros
�rganos, en especial por las gl�ndulas salivales. Deben considerarse como compatibles
las tasas superiores a tres veces lo normal (9). No existe relaci�n entre lo alto que
encontremos el nivel de amilasa y la severidad de la enfermedad. Esto ya se hizo notorio
desde 1974 en que Ranson publico sus trabajos de pancreatitis aguda y maneras de
determinar su severidad. El no incluye amilasa entre los par�metros para determinar
gravedad.
El 10 % de los pacientes con
pancreatitis aguda pueden presentar niveles normales de la enzima debido a alcoholismo o
hipertrigliceridemia (10).
Como la amilasa es aclarada por los
ri�ones, la amilasa urinaria permanece mas tiempo elevada. Adem�s si el paciente tiene
insuficiencia renal tambi�n se eleva.
La hiperamilasemia puede tener origen
extrapancre�tico ( parotiditis, falla renal, obstrucci�n, perforaci�n o infarto
intestinal; embarazo ect�pico roto; cetoacidocis diab�tica; quemaduras, neoplasias de
pulm�n, ovario, es�fago).
Es posible la separaci�n, por
electroforesis y cromatrograf�a, de las fracciones salival y pancre�tica de la amilasa,
las denominadas isoamilasas s y p, pero estos son m�todos complejos para ser empleados en
una situaci�n urgente.
Cuando estamos ante un cuadro de
pancreatitis aguda cl�sico pero con un valor normal de amilasa se sugiere repetir el
examen, determinar lipasa y tac de abdomen.
Si la amilasa esta moderadamente elevada,
los v�mitos son moderados se impone una endoscopia en busca de una ulcera penetrante.
La persistencia de amilasa elevada sugiere
el desarrollo de una complicaci�n, como lo veremos mas adelante
Lipasa.-
Es mas espec�fica, pues es elaborada exclusivamente por el
p�ncreas. No hay posibilidad de falsos positivos. Su determinaci�n puede ser de utilidad
para distinguir una fuente ect�pica como en los carcinomas de pulm�n, ovario o es�fago
Otras Enzymas:
La prote�na c reactiva, alfa 2
macroglobulina, fosfolipasa A 2,interleucina 6 y peptidos de activaci�n del tripsinogeno
se las est�n usando como marcadores de gravedad de la enfermedad.
Imagenolog�a en Pancreatitis Aguda
Ecograf�a
Los signos tempranos de
pancreatitis por ecograf�a son alteraciones en:
Forma
Tama�o
Ecogenicidad
Colecciones l�quidas peri pancre�ticas.
El tama�o aumentado de la gl�ndula es un
signo inespec�fico, pero que cuando adem�s se acompa�a de alteraciones de la forma y un
patr�n heterog�neo de ecogenicidad indica inflamaci�n.
Es importante investigar la ves�cula y las
v�as biliares, en busca de litiasis y aumento del calibre del col�doco
Las colecciones peri pancre�ticas
tambi�n son manifestaci�n ecogr�fica de pancreatitis.
Es importante el seguimiento de la
evoluci�n de la enfermedad por ecograf�a, que nos informara de la involuci�n de las
manifestaciones, o por el contrario de la aparici�n de nuevos cambios, como el aumento de
las colecciones liquidas y gas, o el aumento de las manifestaciones ya existentes.
Tomograf�a Axial Computarizada
Cuando los m�dicos usamos la
evaluaci�n cl�nica junto con los resultados del laboratorio es posible que se nos pase
sin que podamos identificar una pancreatitis grave como en el 30-50 % de los casos. (26).
Por otro lado, siempre ha sido una aspiraci�n tener par�metros para poder seguir la
evoluci�n de la gravedad que empeora o que mejora en un paciente.
Parece un�nime la opini�n que la TAC es
el m�todo m�s sensible para identificar la inflamaci�n aguda del p�ncreas. Determina
las anormalidades peque�as en la grasa y fascia peri pancre�tica que se podr�an escapar
a la ecograf�a.
Las colecciones localizadas en el
mesenterio, mesocolon, dif�ciles de ubicar por ecograf�a tambi�n las detectamos por
TAC.
Resulta de gran inter�s los esfuerzos por
evaluar la gravedad de la enfermedad por medio de la TAC. As� tenemos que una escuela
mexicana ha establecido 5 categor�as por TAC (27):
a.- P�ncreas normal
b.- Crecimiento focal y difuso de la
gl�ndula. (foto 2)
c.- Anormalidades intr�nsecas e
inflamaci�n peripancre�tica.
d.- Acumulaci�n l�quida, �nica o
flem�n. (foto 3)
e.- Dos o m�s colecciones l�quidas
P�ncreas Normal por TAC.
Cuando se emplea un tom�grafo de
alta resoluci�n el p�ncreas normal luce definido claramente, homog�neo, con
configuraci�n acinar. Pueden verse segmento de conducto de Wirsung que tienen 1mm de
di�metro.
Pancreatitis Edematosa por TAC
La apariencia de la gl�ndula es
con un agrandamiento difuso de tama�o: El par�nquima esta discretamente heterog�neo en
densidad.
Se ha encontrado que el 18 % de los casos
presentan un agrandamiento segmentario de la gl�ndula. El segmento mas atacado es la
cabeza y esto ocurre en la pancreatitis biliar (por coledocolitiasis).
Las colecciones liquidas aparecen no
encapsuladas y de manera preferencial en el espacio pararrenal izquierdo anterior. Los
exudados puede ser encontrados en el mesenterio, el mesocolon transverso, pararrenal
anterior, perirrenal y en la cavidad peritoneal libre.
Como predecir la gravedad de la
pancreatitis aguda
Que bueno seria disponer de un
procedimiento eficaz para poder determinar la mayor o menor gravedad que tenga un paciente
con pancreatitis al momento en que es recibido en el hospital. Es decir un m�todo que nos
permita pronosticar cual va ha ser la evoluci�n que ese paciente tendr� en los d�as
futuros de su enfermedad.
Se ha logrado comprobar que los m�dicos
experimentados pueden predecir con bastante certeza la evoluci�n de las pancreatitis
leves y moderadas pero no son muy certeros para identificar aquellas que tendr�n una
evoluci�n severa.
En la d�cada del 70, al comienzo, el Dr.
John H. C. Ranson de New York enlisto las manifestaciones que, al momento de la admisi�n
y durante las 48 horas iniciales podr�an determinar los riesgos y las posibilidades de
muerte de los pacientes con pancreatitis (11), como lo podemos observar en la tabla # 4
Signos de pron�stico temprano de riesgos
de complicaciones mayores en pacientes con pancreatitis aguda.
Al momento del diagn�stico:
Durante las siguientes 48
horas:
Este autor encontr� en su estudio, que
inclu�a 450 pacientes, que aquellos que ten�an solo tres de estos signos(347) tuvieron
un bajo riesgo de muerte, mientras que aquellos que ten�an entre tres y cuatro signos (67
pacientes) murieron 11. De entre los que ten�an entre 5y6 signos(30 pacientes) murieron
12 pacientes que equivalen al 40 %. De entre los que ten�an 7 u 8 signos (seis pacientes)
fallecieron el 100%. Tabla N� 6
La mayor�a de los
pacientes se recuperan sin secuelas. La mortalidad se la estima en 5-10 %. Los criterios
de Ranson menores a tres indican mortalidad de 1 %. 3-4 signos 15 %. 5-6 signos mortalidad
de 40 %. 7 o m�s signos mortalidad de 100%. (12)
El trabajo de Ranson, cirujano de New York,
tiene ya 25 a�os, sin embargo creo que sigue teniendo utilidad.
La b�squeda de una manera precisa de
predecir la evoluci�n de la pancreatitis aguda sigue siendo una aspiraci�n.
El monitoreo de los pacientes con el
sistema APACHE ll utiliza los datos que pueden obtenerse con la historia cl�nica y los
ex�menes que se pueden realizar en los hospitales.
La clasificaci�n de la severidad de la
enfermedad tiene los siguientes par�metros:
A Edad
B Doce par�metros fisiol�gicos
C Condici�n previa de salud
A ) Edad
< de 44 a�os
0
45-54
2
55-64
3
65-74
5
>75
6
B) Par�metros fisiol�gicos
1.-Temperatura rectal
2.- Presi�n arterial media
3.- Frecuencia cardiaca
4.- Frecuencia respiratoria
5.- Oxigenaci�n ( Pa O2 y gases
arteriales)
6.- Ph arterial y HCO3 serico venoso
7.-Sodio serico
8.- Potasio serico
9.-Creatinina serica
10.- Hematocrito
11.- Formula blanca
12.- Escala de Glasgow de coma
Enfermedad cr�nica de salud:
Si el paciente tiene historia de
insuficiencia org�nica severa o es inmunocompromitido asignar el siguiente puntaje:
a)
No quir�rgico o emergencia
post-operatoria 5 puntos
b) Cirug�a electiva programada 2 puntos
Apache ll Puntaje
A+B+C
Edad + doce par�metros fisiol�gicos +
enfermedad cr�nica
1 Nivel- > 35 puntos 100% mortalidad
2 Nivel 27-34 puntos 89 % de mortalidad
3 Nivel < 27 puntos 50 % de mortalidad
Algunos estudios han demostrado que la
determinaci�n de PROTEINA C- REACTIVA pueden predecir los pacientes que
desarrollaran pancreatitis mediana o severa.
Existen tests mas recientes, como el
del p�ptido que se libera durante la activaci�n de tripsin�geno en tripsina y de una
elastasa granulocitica que se libera durante el proceso inflamatorio.
El p�ptido del tripsin�geno activado es
eliminado por v�a urinaria, donde puede ser detectado usando t�cnica de
radioinmunoensayo.
Anatom�a del Espacio Extraperitoneal
El espacio extraperitoneal (16) se
divide en:
Pararrenal anterior
Pararrenal posterior
Perirrenal
Espacio pararrenal anterior.- Se
encuentra por detr�s de la transcavidad de los epiplones, teniendo como limite anterior
al peritoneo parietal posterior. Su limite posterior es la lamina anterior de la lamina de
Gerota. Este espacio pararrenal anterior contiene el p�ncreas, el colon ascendente y el
colon descendente. (Ver l�mina 1)
Espacio pararrenal
posterior.- Se encuentra comprendido entre la lamina posterior de la fascia de
Gerota hasta la fascia transversalis. Por la parte inferior se comunica de manera amplia
con el espacio pararrenal anterior. (Ver l�mina 2)
Espacio perirrenal.-
Corresponde,
como su nombre lo indica a la grasa que rodea al ri��n. Est� limitado por la hoja
anterior y posterior de la fascia de Gerota. (Ver l�mina 3)
El conocimiento de la
estructura anat�mica de la regi�n retroperitoneal se ha visto beneficiado de manera
extraordinaria por los adelantos de la imagenolog�a de que disponemos los m�dicos en las
�ltimas d�cadas. La ecograf�a, la tomograf�a y la resonancia magn�tica han permitido
el conocimiento de la historia natural de la pancreatitis, y fundamentalmente de las
complicaciones con presencia de colecciones l�quidas como los pseudoquiste y los
abscesos, as� como de los tumores s�lidos (flemones), que pudieran presentarse en la
evoluci�n de las pancreatitis.
Evaluaci�n de la Pancreatitis Aguda
seg�n TAC.
Este sistema trata de evaluar
mediante im�genes, la gravedad de una pancreatitis aguda encasill�ndola en uno de las
cinco categor�as:
A.- P�ncreas normal (slide 1)
B.-Crecimiento glandular, parcial o difuso.
C.- Anormalidades intr�nsecas y peri
pancre�ticas
D.-Acumulaci�n �nica
E.-Dos o m�s acumulaciones
Los pacientes con
clasificaci�n A y B tienen cursos leves, no complicados. Las muertes ocurren en los
pacientes con clasificaci�n D o E.
La tomograf�a con contraste nos brinda mas
informaci�n. Fundamentalmente cuando hay da�o severo de la perfusi�n sangu�nea de la
gl�ndula, que se traduce por una falta de reforzamiento.
Pseudoquistes.
Cuando el sistema canalicular de la
gl�ndula pancre�tica se encuentra severamente lesionado, como en las pancreatitis
graves, se producen fugas del liquido pancre�tico. Cuando este de colecciona
progresivamente en la cavidad peritoneal libre se produce la ascitis pancre�tica.
Los pseudoquistes pancre�ticos son
colecciones de jugo pancre�tico encerrado en una pared de tejido fibroso. Puede aparecer
como consecuencia de pancreatitis aguda, traumatismo de la gl�ndula y tambi�n por
pancreatitis cr�nica. Se presentan en el 50 % de las pancreatitis graves. (17).
Si el pseudoquiste se forma hasta dentro de
cuatro semanas de un ataque de pancreatitis aguda se lo denomina pseudoquiste agudo.
Con el advenimiento de la ecograf�a y
despu�s de la tomograf�a se ha logrado descubrir que los pseudoquistes son mas
frecuentes de lo que se lo diagnosticaba antes.
Son redondeados, algunos alcanzan gran
tama�o, m�s de 30 cent�metros. Se pueden presentar en cualquier parte del p�ncreas.
El contenido del pseudoquiste es de un
l�quido acuoso, ligeramente caf�. Con concentraci�n de amilasa, lipasa y tripsina
mayores que las del plasma
Microscopia.-
Se pueden
encontrar cuatro zonas
Zona 1 interna (luminal) tejido conectivo y
pigmento hemosiderina.
Zona 2 tejido fibroso inflamado, rico en
capilares.
Zona 3 tejido conectivo hialinizado, pobre
en c�lulas.
Zona 4 Estroma fibroso rico en capilares.
La pared del pseudoquiste es una
estructura metab�licamente din�mica, sujeta a frecuentes cambios, que incluyen su
espont�nea resoluci�n. Su pared est� constituida por tejido granuloso y de fibrosis
derivado de tejido retroperitoneal, peritoneo y de la superficie serosa de las v�sceras
vecinas. (18)
Clasificaci�n:
Por su localizaci�n:
Intrapancre�ticos: Cabeza, cuerpo y cola.
(slide 5)
Extrapancre�ticos:
entre colon y est�mago. (Ver l�mina 4). Entre est�mago e H�gado. Disecando (Ver
l�mina 5) el mesenterio.
Retroperitoneal, (Ver l�mina 6) disecando
mesocolos transverso. (Ver l�mina 7)
Por momento del diagn�stico: agudos y
cr�nicos
Por el n�mero de quistes: �nico y
m�ltiples
Por su tama�o: Peque�os, medianos y
gigantes
Diagn�stico.- Como lo describimos antes
los pseudoquistes se los diagnosticaban en menos pacientes antes de los estudios por
im�genes de que disponemos ahora. La cantidad de pacientes en los que se los
diagnosticaba era como del 5% mientras que ahora es de c�mo el 50 % de los casos de
pancreatitis graves. Todo esto nos hace deducir que la resoluci�n espont�nea es
frecuente
La expresi�n cl�nica del pseudoquiste
agudo empieza unas dos semanas despu�s del ataque de pancreatitis aguda. Generalmente el
paciente ha experimentado una mejor�a de manera transitoria. Empieza entonces a
recrudecer el dolor, se presenta, n�usea y v�mito si el pseudoquiste presiona el
estomago y duodeno. Se presenta una notoria perdida de peso y puede empezar ictericia si
la compresi�n es a la v�a biliar. La disfagia se presenta en los casos en que la
compresi�n es en la uni�n es�fago-g�strica. La compresi�n de la vena porta ha
permitido encontrar cosos con hipertensi�n portal. Pierde el poco apetito que hab�a
recuperado y continua perdiendo peso. Como en la mitad de los casos se puede encontrar una
masa epig�strica. La hemorragia intraqu�stica puede poner an�mico al paciente y si es
catastr�fica lo puede chocar.
La evoluci�n de los pseudoquistes
puede ser:
Involuci�n espont�nea
Presentar complicaciones
Persistir asintom�ticos
Involuci�n inducida.
La Tomograf�a en los
Pseudoquistes Pancre�ticos
Hab�amos visto que los pseudoquistes eran
colecciones encapsuladas de l�quido pancre�tico. La c�psula, la cual se formaba como
resultado de el proceso inflamatorio
Ocurren como complicaci�n de una
pancreatitis aguda en el 40% de los pacientes y se resuelven de manera espont�nea en el
50 % de los casos. En la pancreatitis cr�nica se presentan en el 25 % de los casos.
Se pueden identificarlos por algunas de las
t�cnicas por im�genes:
TAC
ECO
CPRE
ARTERIOGRAFIA
Resonancia magn�tica
Se ha encontrado que es la TAC la que nos
puede ayudar mas (slide 4):
Detecta colecciones intra y extra
pancre�ticas
Detecta cuantas colecciones existen
Detectamos el tama�o de cada una de ellas
Detectamos la relaci�n anat�mica con
otros �rganos
Detecta si existen complicaciones
Detecta diferencia entre pseudoquiste,
absceso y necrosis infectada
Puede ser usada como gu�a para aspiraci�n
con aguja
Tratamiento de los Pseudoquistes
Pancr�ticos
Los reportes de lo que se hace como
parte del tratamiento o el manejo de pacientes con pseudoquistes pancre�tico pueden
variar de acuerdo a los centros m�dicos y a la �poca en la que se los describe.
As� tenemos que un autor latino americano,
Oria A. ha recomendado este algorritmo
Al desencadenar en
cirug�a, se refiere a cirug�a abierta, en la que se incluyen diferentes t�cnicas seg�n
el caso y que no vamos a detallar ahora, sino mas adelante.
Resoluci�n Espont�nea de los
Pseudoquistes
Desde 1974 se conoce de manera
documentada que los pseudoquistes puedes involucionar espont�neamente despu�s de un
diagn�stico certero. Se considera que hasta el 80 % de los casos involucionan
favorablemente. Otros encuentran esta resoluci�n hasta en un 30 % (19) El Simposiun de
Atlanta lo ha encontrado hasta en el 42 %. La regresi�n se toma como 4-6 semanas, pero
puede tomarse mas tiempo, 10-12 semanas.
Complicaciones de los Pseudoquistes
Las m�s comunes son la hemorragia,
la obstrucci�n biliar, la infecci�n la perforaci�n y ascitis, formaci�n de f�stulas.
La hemorragia ha sido descrita por la
incorporaci�n de la vena espl�nica en la pared de speudoquiste y sangrado al interior de
la cavidad qu�stica. Tambi�n por perdida de sangre en los vasos de neoformaci�n en la
pared del quiste. Si la hemorragia ocurre despu�s de la cirug�a del quiste generalmente
se produce en la l�nea de la anastomosis. La p�rdida de sangre en un pseudoquiste
hemorr�gico puede ocurrir a la cavidad peritoneal libre, tracto biliar, est�mago,
duodeno, colon, y tambi�n a pericardio y pleura.
La infecci�n se la sospecha por que se
presentan s�ntomas claros de un proceso s�ptico que hacen sospechar un absceso. El
drenaje debe ser realizado por cirug�a o por punci�n seg�n el caso.
La obstrucci�n del tubo digestivo, por
compresi�n ocasionada por el pseudoquiste, ocurre mas com�nmente en el duodeno, pero,
como lo referimos anteriormente tambi�n en la uni�n es�fago-g�strica. En estos casos
esta indicada la pronta soluci�n quir�rgica del pseudoquiste.
La ruptura de un pseudoquiste pancre�tico
puede desarrollar ascitis. Debe tenerse presente la posibilidad de ruptura al interior del
tubo digestivo, y tambi�n al celular subcut�neo, produci�ndose una tumoraci�n de la
pared del abdomen.
Cuando las colecciones se infectan, se
abscedan, se lo puede detectar por tomograf�a la cual a su vez puede guiar una aguja para
drenaje.
Tratamiento no Quir�rgico de los
Pseudoquistes Pancre�tico
Aspiraci�n con Aguja
La llegada del ultrasonido no solo
descubri� la verdadera cantidad de pseudoquistes pancre�ticos que se presentan en los
pacientes con pancreatitis sino que tambi�n alent� a algunos colegas a realizar el
tratamiento de los mismos mediante la punci�n trancut�nea.
En 1976 Hancke y Petersen describieron el
tratamiento mediante punci�n de los pseudoquistes
pancre�ticos. Al comienzo se reporto como
50 % de recidivas despu�s de solo una punci�n. Reportes sucesivos muestran curaci�n en
mayor cantidad de casos con punciones repetidas, que pueden realizarse sin mayores
complicaciones; nuestra propia experiencia de pocos casos incluyen la necesidad de
realizar hasta tres punciones en el trasncurso de meses. En otros casos tras la fijaci�n
de cat�ter y la persistencia del quiste hemos tenido que operar al paciente para su
curaci�n.
Resulta de important�simo valor el trabajo
relativamente reciente (1992) de Duvnjak (21) que encuentra una definitiva relaci�n entre
la concentraci�n de amilasa en �l liquido extra�do de pseudoquiste y la curaci�n de
los mismos por aspiraci�n con punci�n. Encontr� que el porcentaje de curaci�n fue
superior (89,5 %) cuando la concentraci�n de la amilasa era inferior a la del plasma.
Mientras que era de solo el 12,5% si esa concentraci�n era superior.
Drenaje Percut�neo
Algunos pacientes, en especial aquellos que
tienen pseudoquistes infectados, adem�s de la aspiraci�n del momento, es necesario dejar
un cat�ter en la cavidad del quiste con la misma finalidad que hemos dejado cat�teres de
drenaje en otras localizaciones. Se han reportado trabajos que describen �xitos de entre
el 65 90 % de los casos tratados.
En que pacientes debe dejarse instalado un
drenaje y en cuales no? Esto depende fundamentalmente de si el pseudoquiste tiene o no
conexi�n con el conducto pancre�tico principal, en cuyo caso el cat�ter debe permanecer
semanas o inclusive meses.
En el trabajo de vanSonnerberg (22) de 101
pseudoquistes en 71 pacientes, de los cuales la mitad estaban infectados, se uso la
tomograf�a y la ecograf�a como gu�a para la punci�n. Nosotros hemos encontrado que en
algunos pacientes el pseudoquiste era tan grande, en especial tan cercano a la pared
abdominal que hemos logrado la punci�n y drenaje adecuado con el empleo del ecosonograma
no espec�ficamente para guiar la aguja sino para comprobar el total o satisfactorio
drenaje del quiste.
Resulta interesante la descripci�n del
camino que tomo la aguja para arribar a la cavidad del pseudoquiste
Transretroperitoneal
Transperitoneal anterior
Transg�strico
Transduodenal
Transhep�tico
Transespl�nico
Este �ltimo de manera inadvertida.
El �xito del tratamiento se lo alcanzo
en el 86 % de los pseudoquistes no infectados y en el 94 % de los infectados.
La duraci�n del drenaje en promedio fue de
21 d�as y 16 d�as para los casos no infectados y los infectados respectivamente.
Cuando se demostr� conexi�n entre el
pseudoquiste y el conducto pancre�tico el drenaje debi� ser mas prolongado, de 28 d�as.
Se describieron complicaciones en 10
pacientes. Dos episodios de sangrado que requirieron transfusi�n, un derrame pleural, un
neumot�rax y uno que no estaba infectado se infecto.
Tratamiento Endosc�pico
Esta forma de tratamiento esta
limitada para aquellos pacientes que tienen pseudoquistes en la vecindad inmediata de el
estomago o de el duodeno. Con este procedimiento se crea una cisto gastro o duodenostom�a
con el uso de electrobistur� o l�ser, dejando un drenaje naso-qu�stico. Se ha reportado
�xito en 86 % de los casos tratados de esta manera por Cremer y col. 1. Tambi�n se han
realizado drenajes de pseudoquistes por v�a transpapilar (23a)
Qu� pacientes deben ser operados
Resulta confortable saber que la
mayor parte de los pacientes con pancreatitis aguda tienen una enfermedad que se cura sin
problemas en pocos d�as. Pero como suponemos esto mismo quiere decir que existe una
minor�a de los pacientes con pancreatitis aguda que pueden hacer o desarrollar las formas
graves de la enfermedad y presentar complicaciones.
Entre esas complicaciones tenemos los
pacientes que desarrollan los pseudoquistes, los que felizmente tienen espont�nea
resoluci�n en el 50 % de los casos y de manera mayoritaria los pacientes cuyos quistes
tienen menos de 6 cm.
Cuales son los par�metros en que nos
podemos basar para determinar si un paciente con un pseudoquiste pancre�tico debe o no
debe ser operado:
1.- Tama�o del pseudoquiste
2.- S�ntomas
3.- Crecimiento
4.- Complicaciones
Ya hemos revisado que hay algunos
trabajos que demuestran que la mayor�a de los quistes de menos de 5cm tienden a
involucionar espont�neamente, de tal forma que aquellos que son grandes, de mas de 5 cm
de di�metro deben ser tratados.
Entre los s�ntomas m�s importantes que se
presentan esta el dolor, que es persistente, limitante de la actividad normal.
Si los ex�menes por im�genes nos
demuestran que est�n creciendo, en vez de disminuir de tama�o, esto tambi�n nos orienta
a que deben ser tratados, pues la ruptura se convertir�a en un problema mayor a ser
resuelto.
Alternativas de Tratamiento
Ya dejamos referido que debemos
esperar que como el 40 % de los pseudoquistes pancre�ticos involucionen despu�s de seis
semanas de evoluci�n.
En t�rminos generales las alternativas de
tratamiento para los pseudoquistes que no involucionan espont�neamente son:
Tratamiento medico
Aspiraci�n con aguja
Drenaje transcut�neo
Drenaje trans-ampular
Drenaje trans-endosc�pico
Drenaje quir�rgico
Tratamiento m�dico
No sabemos si algunos de los componentes
del tratamiento de la pancreatitis aguda forma parte de lo que evita la formaci�n de los
pseudoquistes, o si no emplear algunos favorece la formaci�n de los mismos: reposo
prolongado, succion naso gastrica, dieta prolongada, inhibidores enzymaticos, lavado
peritoneal continuo, etc.
El octreotide, un an�logo de la
somatostatina , es uno de los mas recientes inhibidores enzym�ticos empleados con la
finalidad de alterar favorablemente el curso de las pancreatitis.
Tratamiento Quir�rgico de los
Pseudoquistes
Dado que el riesgo de que se
presenten complicaciones se incrementa con el tiempo de espera de resoluci�n espont�nea
o de curaci�n con los otros tratamientos, resulta interesante conocer el resultado de un
estudio de Bradley (23) quien encontr� que el 21 % de los casos en que se sobrepaso en
tiempo de espera de seis semanas presentaron complicaciones; ese porcentaje se incrementa
al 57 % si la espera supera los 6 meses, siendo la infecci�n la complicaci�n mas
frecuente
No hay un procedimiento apropiado para
todos los pseudoquistes. Los procedimientos de drenaje son de manera general los
preferidos sobre los de resecci�n, fundamentalmente preservan la funci�n glandular y
tienen baja mortalidad
Existen algunas alternativas en el drenaje
interno de un pseudoquiste pancre�tico:
La cistogastrostom�a, la
cistoduodenostom�a, la cistoyeyunostom�a y las resecciones pancre�ticas.
La cistoduodenostom�a tiene la
inconveniencia de que se puede lesionar la porci�n de la v�a biliar intapancre�tica.
La cistogastroanastomosis es la derivaci�n
mas empleada en la revisi�n de nuestra estad�stica del Hospital Luis Vernaza.
Los quistes adherentes a la pared posterior
del estomago son drenados adecuadamente con una cistogastroanas-tomosis. Se recomienda que
la hoja de laurel resecada de la pared posterior del est�mago y de la pared anterior del
quiste deben ser estudiada por patolog�a por congelaci�n para excluir malignidad. Si se
encuentra que el aparente �nico quiste esta realmente formado por varios separados por
septos, deben perforarse los septos para lograr un adecuado drenaje. Esto puede producir,
en el 10 - 50 % de los casos hemorragia (24) importante que debe ser controlada. Los
pseudoquistes de la cola del p�ncreas pueden ser manejados con resecci�n de la cola del
p�ncreas . Previamente es necesario comprobar la permeabilidad del conducto de wirson
para evitar, si quedara obstrucci�n, dolor post-operatorio, f�stula o pancreatitis. (25)
En los pacientes con pseudoquistes grandes,
infectados o con hemorragia intraqu�stica importante requieren cirug�a de emergencia y
en ellos puede ser el drenaje externo a trav�s de un apropiado tubo el m�todo r�pido
que les salve la vida. Estos pacientes al mejorar puede realiz�rseles un tratamiento de
drenaje interno.
Los Abscesos Pancre�ticos
La sepsis pancre�tica es la
complicaci�n mas grave de la PA.
Resulta interesante recordar ,que si bien
es cierto que los abscesos pancre�ticos en la mayor�a de los casos se forman como
consecuencia de pancreatitis aguda , hay otras circunstancias en las cuales la causa es
otra.
La sepsis generalizada puede ocasionar
abscesos pancre�ticos, pero muy rara vez. Lo mismo con los abscesos tuberculosos como en
los pacientes con sida. En la sarciodosis y en la s�filis.
Los abscesos, que denotan presencia de pus
se los dividen en dos grandes grupos(28).
1.- Absceso por Tejido necr�tico
infectado.
2.-Abscesos sin tejido necr�tico
Existe por lo tanto una diferencia
entre lo que denominamos necrosis infectada y absceso pancre�tico. Podr�amos tambi�n
recalcar que los abscesos pancre�ticos s�pticos tener su antecesor algunas veces en un
pseudoquiste.
La ruta por la que las bacterias llegan al
lugar del absceso es variada, pero en condiciones normales el p�ncreas esta en condici�n
de destruir bacterias.
La presencia de tejido desvitalizado en el
p�ncreas, como en cualquier otra parte del organismo, constituye una especie de caldo de
cultivo para las bacterias que pudieran llegar por cualquier v�a, linf�tica o vascular.
Se ha encontrado que la mayor�a de las bacterias cultivadas de los abscesos pancre�ticos
son de la flora intestinal: echerichia coli. Pseudomona a. Klebsiella, enterob�cter,
clostridium.
Los abscesos pancre�ticos se presentan en
el 2% de los pacientes con pancreatitis aguda, mientras que las necrosis infectada ocurren
hasta en el 8%. La mortalidad, que depende de algunos factores puede alcanzar el 40 %.
Por razones no conocidas las necrosis
pancre�ticas tienen mas incidencia en las mujeres (3 a 1).
Muchos son los autores que insisten en que
la exploraci�n quir�rgica temprana, en las etapas iniciales de la pancreatitis aguda
aumenta de manera significativa las posibilidades de sepsis pancre�tica.
Los abscesos, como hemos revisado, se
forman a partir de un foco necr�tico o de una colecci�n extrapancre�tica que se infecta
abarcando a veces gran extensi�n que hizo denominarlas retroperitonitis.
La mayor�a de los abscesos se localizan en
la regi�n pararrenal anterior y perirrenal. Si no se los drenan disecan progresivamente
los espacios, mesos y fascias ocupando los diferentes compartimentos retroperitoneales. Es
necesario enfatizar que la necrosis pancre�tica infectada es mortal en el 100% de los
casos cuando no son tratados quir�rgicamente.
T�cnica Quir�rgica en Abscesos
Pancre�ticos.
El estimado de 8 % de los pacientes
con pancreatitis aguda que desarrollan abscesos lo hacen con el contexto de necrosis
extensas. El material que solemos encontrar es de consistencia semi s�lida, y algunas
veces es posible remover porciones grandes de tejido desvitalizado que moldea la forma de
la gl�ndula (fig.)
Si bien es cierto que hay un acuerdo
general con respecto a que los abscesos deben recibir tratamiento quir�rgico, existen
algunas diferencias en lo que respecta a los detalles de la t�cnica empleada. Para
puntualizar los aspectos m�s importante voy a enumerarlos:
1.- Incisi�n amplia que permita excelente
exposici�n de abdomen superior.
2.- Exposici�n del p�ncreas seccionando
ligamento Gastroc�lico.
3.- Despegamiento duodeno-pancre�tico
4.- Desbridamiento radical de todo tejido
necr�tico, abscedado.
5.-Revisar otras �reas de abscesos
6.- Drenaje apropiado del �rea
Tratamientos adicionales:
Ileostom�a por sonda
Coledocolitotom�a
Opciones Terap�uticas en la
Pancreatitis Aguda
Nuestro objetivo, cuando manejamos
un paciente con pancreatitis aguda podemos esquematizarlo as�:
Mantenimiento general
a) Control del dolor
b) Reponer volemia
c) Descompresi�n gastro duodenal
d) Nutrici�n
Limitar Complicaciones sist�micas
a) Reducir secreci�n pancre�tica
b) Lavado peritoneal
Prevenci�n de la necrosis pancre�tica
a)Antibi�ticos
Ya hab�amos indicado con anterioridad
que es conveniente despu�s de diagnosticar a los pacientes, estratificarlos en grupos de
menor o mayor gravedad utilizando alguno de los m�todos que para ello existen.
Los pacientes con pancreatitis aguda
moderada pueden atenderse en las salas de los hospitales generales.
Aquellos que tienen signos pron�sticos de
gravedad deben ser manejados en �reas donde se dispongan de dotaci�n tecnol�gica y de
laboratorio y quir�fanos adecuados, donde se pueda contar con el aporte de internistas,
intensivistas, radi�logos, y cirujanos.
En las etapas tempranas de la enfermedad,
la mortalidad est� ocasionada por la falla multiorg�nica ocasionada por la liberaci�n
de enzymas pancre�ticas, marcada perdida de la volemia, y la respuesta sist�mica
inflamatoria, mientras que en la fase tard�a de la enfermedad la mortalidad esta
ocasionada por las complicaciones locales, en especial a la sepsis pancre�tica, que
requiere cirug�a.
Control del Dolor
Cada vez contamos con mas f�rmacos
de potencia adecuada para el manejo del dolor severo como el de la pancreatitis.
El tramadol, en infusi�n continua, el
ketorolaco, la meperidina son los mas usados por su buena respuesta.
El bloqueo espl�cnico y la anestesia
epidural est�n descritos con buenos resultados aunque el hecho de que sea un
procedimiento invasivo limita su uso.
Descompresi�n Gastro Duodenal
La instalaci�n de una sonda naso
g�strico se encuentra apoyada por algunas ventajas: vaciamiento del estomago y alivio de
los vomitos, prevee la aspiracion bronquial, maneja la atonia gastrica, previene la ulcera
de estr�s al disminur la accion de ph �cido, etc.
Reposici�n de la Volemia
La fuga de l�quidos al espacio
intersticial, el liquido retenido por el �leo gastro-intestinal, adicionado a la
hemorragia que tambi�n puede haber en algunos casos se traduce por una importante
disminuci�n de la volemia. Si a esto sumamos la acci�n de las substancias vasoactivas,
condicionan una situaci�n circulatoria comprometida con tendencia shock.
Todo esto nos hace establecer que debemos
brindar un aporte de reposicion de l�quidos, con frecuentes controles cl�nicos y
anal�ticos para mantener adecuadamente al paciente con pancreatitis aguda.
Nutrici�n
La desnutrici�n cal�rico-proteica
tiene repercusiones org�nicas y disminuye los mecanismos de defensa frente a la
posibilidad de infecci�n. Se considera que es una actitud conveniente la de instaurar un
soporte nutricional a un paciente con mas de 72 horas de inicio de su pancreatitis aguda.
La adecuada administraci�n de nutrientes por v�a parenteral, incluidos la
administraci�n de l�pidos (29) que se ha encontrado que son beneficiosos y seguros en
los pacientes con pancreatitis aguda, especialmente en aquellos con intolerancia a la
glucosa.
En lo referente a intentar limitar las
complicaciones sist�micas:
Reducci�n de la secreci�n pancre�tica.-
La reducci�n de la secreci�n pancre�tica se la ha intentado mediante anticolin�rgicos,
calcitonina, somatostatina glucagon. La somatostatina o su an�logo sint�tico octreotide
en forma de acetato inhibe la funci�n exocrina del p�ncreas, pero adem�s tambi�n:
Modifica el tr�nsito intestinal
Regula el transporte intestinal de agua,
electrolitos.
Disminuye el flujo sangu�neo espl�cnico.
El lavado peritoneal:
Con la finalidad de eliminar las
sustancias toxicas del exudado peritoneal, y adem�s de remover amilasa, lipasa,
tripsinigeno. Algunos autores han encontrado que disminuye las muertes tempranas por
complicaciones respiratorias y cardiovasculares.
Profilaxis de la infecci�n.-
Ya hab�amos establecido que la
sepsis es una de las principales causas de muerte en la pancreatitis aguda y que esta
aparece en aquellos pacientes que desarrollan necrosis. Mas del 80 % de las muertes de la
pancreatitis severa ocurren por sepsis.
Sabemos que el tejido necr�tico es cultivo
ideal para bacterias, y que mientras mayor sea la cantidad de tejido necr�tico, mayor es
el riesgo de infecci�n
Esta demostrado que la administraci�n de
antibi�ticos disminuye en forma significativa la incidencia de sepsis de origen
pancre�tico. Si bien es cierto que los trabajos que he revisado describen antibi�ticos
espec�ficos como imipenan, y cefalosporinas, bien podr�amos concluir que si usamos los
esquemas de antibioticoterapia que solemos emplear, con ellos lograr�amos beneficiar a
los pacientes con pancreatitis aguda. En todos, o en la mayor�a de los casos descritos se
los emplea en lapsos no inferiores a dos semanas.
Todos comprendemos la forma racional de
emplearlos si conocemos la identidad de la poblaci�n bacteriana. La mayor�a de los
estudios en este aspecto refieren flora microbiana mixta que incluye E. Coli, K.
Neumoneae, S. Aureus, Ps. Aureuginosa y los proteus. Enterococos y bacteroides as� como
candida y serratia.
Otro factor importante es la penetraci�n,
concentraci�n y liposolubilidad.
Las fluoroquinolonas, cefalosporinas,
metronidazol, imipenan y aminoglucosidos est�n entre los usados con mas �xito. La
antibioticoterapia debe incluirse(29) en el esquema terap�utico de todos los pacientes
con pancreatitis aguda que tengan manifestaciones cl�nicas e imagenol�gicas de tejido
desvitalizado, necr�tico, abscedado o pseudoquistes.
En los pacientes con pancreatitis aguda
moderada, edematosa o intersticial, con criterios de Ranson de < de 3 y < de 8 de
APACHE ll el establecimiento de un tratamiento de soporte con l�quidos intravenosos,
alivio del dolor, supresi�n de administraci�n oral logra recuperar sin complicaciones a
la mayor�a de los pacientes. En estos pacientes, como en todos es necesario investigar la
causa de la pancreatitis, que generalmente lo hacemos, cuando el paciente esta controlado
en lo que a reposici�n y control del dolor se refiere.
Como sabemos que la patolog�a biliar es la
causa m�s com�n en nuestro medio, en todos descartamos la litiasis biliar. El estudio
sonogr�fico, seg�n lo hab�amos establecido con anterioridad, es el examen inicial. Si
no se detectan c�lculos se le deben realizar una tomograf�a que nos puede informar
acerca de alteraciones anat�micas como p�ncreas divisum, divert�culos duodenales
yuxtampulares, etc. La CPRE podr�a enterarnos de una obstrucci�n del conducto de Wirsung
o de microlitiasis.
Si encontramos que estos paciente portan
c�lculos en la ves�cula biliar debemos operarlos para evitar que se repitan episodios de
pancreatitis a los que est�n expuestos en un 50 % durante los siguientes seis meses y
hasta el 90% durante el siguiente a�o. Es de importancia vital que durante la
extirpaci�n de la ves�cula biliar, por v�a abierta o laparosc�pica, debe realizarse
una colangiograf�a para excluir la presencia de c�lculos en la v�a biliar principal.
En los pacientes con pancreatitis severa,
con > de 3 criterios de Ranson o m�s de 8 en APACHE ll es importante realizar la
tomograf�a con contraste, despu�s de la reanimaci�n inicial del paciente.
Si m�s del 30 % de la gl�ndula no se
observa despu�s de la administraci�n del bolo de medio de contraste, este paciente
corresponde a los de alto riesgo.
Estos pacientes requieren ser manejados en
terapia intensiva para que reciba soporte terap�utico para falla de �rganos. En ellos la
administraci�n de antibi�ticos es mandatorio por las ventajas que vimos antes.
La demostraci�n de necrosis infectada
tiene su m�xima comprobaci�n con el hallazgo de la tomograf�a, con mas del 30 % de la
gl�ndula sin su patr�n normal, y la aspiraci�n con aguja de material infectado, pero
esta no se la realiza de manera rutinaria y la decisi�n a tomar ser� sobre la base de
los hallazgos cl�nicos que se obtienen al seguir la evoluci�n de estos pacientes que son
reevaluados dos o tres veces al d�a. Con estos hallazgos el tratamiento se lo define como
quir�rgico antes de que en paciente entre en sepsis refractaria falla multiorg�nica y
muerte.
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