Cáncer
de Estómago
Autor:
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Dr. Jaime Sánchez S.
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Coautores:
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Dr. Marcos Parra R.
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Dr. Antonio Jurado B.
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Dr. Carlos Alarcón A.
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Dr. Darío Sarasti S.
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Dr. Fausto Cervantes P.
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1.- Generalidades
1.1 Introducción
El cáncer gástrico es una de las
enfermedades que mayor número de muertes por neoplasia maligna produce en el mundo
entero. Durante los últimos 50 años se han estudiado diversas formas de comportamiento
del cáncer gástrico en varias partes del mundo de tal modo que se ha sugerido que la
variedad observada en el Japón es distinta a la de los países occidentales. Más
recientemente, se ha hecho evidente que diferentes estrategias terapéuticas pueden
producir resultados finales distintos. Sin embargo, no está claro si estas condiciones
reflejan diferencias innatas del tumor o son resultado de diferentes tratamientos (1).
En el mundo occidental, se ha observado una
disminución significativa de la incidencia del cáncer gástrico. Esta situación es más
notoria en los Estados Unidos, aunque actualmente se está comprobando en Europa (2). En
Japón se ha observado una tendencia similar, aunque sigue siendo la causa más frecuente
de muerte en dicho país(3). Recientemente, se ha publicado que está modificándose la
localización del tumor dentro del propio estómago. El antro sigue siendo la
localización más frecuente, aunque se observa un incremento significativo de las
lesiones del cardias(4).
Se ha establecido ciertos rasgos
clínico-patológicos de la enfermedad que han facilitado las comparaciones
internacionales. En todos los países la enfermedad en estadio I se asocia con un buen
pronóstico. Es interesante destacar que en Japón se registra una tasa de supervivencia
del 98% a 5 años en los pacientes con tumores en este estadio(5), aunque la mayoría de
estudios procedentes de países europeos registra una tasa de supervivencia a 5 años del
70%. Esto pudiera indicar que existe una diferencia en el comportamiento biológico de
este tipo de tumores entre los países orientales y occidentales. La clasificación
patológica de Laurén(6) ha identificado dos tipos de tumor de diferente comportamiento
biológico, el intestinal y el difuso. El primero se asocia con un mejor pronóstico y es
más frecuente en áreas con mayor incidencia de la enfermedad. Es también el tipo de
tumor cuya frecuencia disminuye con el descenso de la incidencia del cáncer gástrico.
Así pues, según las pruebas de las que actualmente se dispone, los tumores parecen
comportarse de modo diferente si se dan en un país oriental o en uno occidental, aunque
si las comparaciones se establecen entre tumores similares, los resultados son iguales.
Otra explicación de los diferentes
resultados obtenidos puede basarse, asimismo en el modo de tratarlos. Los japoneses
mantienen una actitud diagnóstica agresiva que ha dado como resultado un incremento en la
detección del cáncer en estadio precoz, curable mediante tratamiento quirúrgico. El
diagnóstico precoz en los grupos de riesgo elevado ha demostrado un incremento en la
proporción de lesiones precoces del 20%(7). Las neoplasias de la mucosa gástrica son
sintomáticas en un 50% de casos por lo que se aconseja el diagnóstico endoscópico de
los pacientes dispépticos de edad superior a 40 años. De este modo, los pacientes con
alteraciones mucosas tales como displasia (posiblemente gastritis atrófica) y metaplasia
son seleccionados para un seguimiento regular.
La cirugía es el tratamiento de elección
para la enfermedad en estadio inicial y, una vez más, los principales avances proceden
del Japón en donde los resultados que se obtienen son alrededor del 98% de curación con
una morbilidad menor al 5% mientras que en los países occidentales la tasa de sobrevida
es del 85% y la morbilidad es del 20%(8). La explicación de este fenómeno sería quizás
que los japoneses realizan una gastrectomía radical ampliada (R2) en casos aún
incipientes (9) mientras que en el occidente no se comparte este criterio especialmente en
tumores que afectan sólo a la mucosa.
Hay que prestar atención al papel que
desempeñan otros métodos terapéuticos en el adenocarcinoma gástrico. El reconocimiento
de la importancia del diagnóstico precoz y de la cirugía como áreas fundamentales para
avanzar en el tratamiento del cáncer gástrico han sido el resultado del fracaso de otros
potenciales métodos terapéuticos. La quimioterapia no ha sido de utilidad terapéutica
y, a excepción de su uso en ensayos clínicos especialmente como adyuvancia para casos
con ganglios positivos, no parece justificada su utilización sistemática. Similar
situación ocurre con la radioterapia.
En conclusión, existen en la actualidad
pruebas convincentes de que el cáncer gástrico puede presentarse con diferentes formas
biológicas, que los modelos según las cuales ocurre la enfermedad están cambiando y que
las estrategias diagnósticas y terapéuticas pueden influir en resultados a largo plazo.
Son estos hechos los que producen las aparentes diferencias entre los países orientales y
occidentales, y los que guardan la clave de los futuros avances terapéuticos.
1.2.- Anatomía Quirúrgica del
Estómago.
1.2.1- Macroscopía y Correlación
Topográfica. La anatomía topográfica del estómago es bastante simple, aunque en
ocasiones es confusa por la aplicación de diversos términos de anatomistas, cirujanos,
endoscopistas e imagenólogos(10-11). En cuanto a su descripción macroscópica el
estómago se puede dividir en fondo, cuerpo y antro. El fondo es considerado la cúpula
del estómago, es la parte más alta del mismo, es blando y distensible, su parte superior
limita con el diafragma y su cara lateral con el bazo. Aunque en forma imprecisa se
considera el límite inferior del fondo gástrico un plano imaginario horizontal que cruza
la unión gastroesofágica, este plano establece el borde superior del cuerpo gástrico
que es la parte más grande del estómago, y es el sitio donde contiene la mayor cantidad
de las células parietales, limitado hacia la derecha por la curvatura menor y hacia la
izquierda por la curvatura mayor. En la incisura angular, la curvatura menor se angula en
forma abrupta hacia la derecha. Este punto marca el final del cuerpo y comienza el antro,
que se extiende hasta el píloro. Otro ángulo anatómico importante es el que forma el
fondo gástrico con el borde izquierdo del esófago, conocido como ángulo de His.(12-13)
(Fig.1 )
La mayor parte del
estómago se encuentra en el hemiabdomen superior izquierdo. La unión gastroesofágica se
ubica normalmente a dos o tres centímetros por debajo del hiato esofágico del diafragma,
que imaginariamente correspondería a la séptima articulación condrocostal, y que se
encuentra algo por encima del plano que contiene el píloro.
Su cara anterior se encuentra relacionada
con el lóbulo izquierdo del hígado que cubre un 70% del estómago, el resto está
cubierto por el diafragma, la pared torácica y abdominal. El estómago se fija abajo con
el colon transverso mediante el epiplon gastrocólico y hacia atrás se relaciona con el
cuerpo y la cola del páncreas, la cápsula renal, la flexura esplénica del colon, el
lóbulo caudado del hígado, los pilares del diafragma y los vasos y nervios
retroperitoneales. El ligamento gastrohepático también conocido como epiplon menor es de
forma laxa y es la unión del estómago con el hígado. El epiplon mayor o ligamento
gastroesplénico fija la curvatura mayor proximal con el bazo.
La unión esofagogástrica llamada cardias
anatómicamente con la pared abdominal se encuentra localizada a la izquierda de la
décima vértebra torácica, y la unión gastroduodenal o píloro se localiza hacia la
derecha de la línea media aproximadamente a la altura del espacio intervertebral, entre
la 1ra. y 2da. vértebra lumbar.
1.2.2- Vascularización.- El riego
sanguíneo del estómago es abundante, proviene del tronco celíaco a través de cuatro
arterias, la coronaria estomáquica o gástrica izquierda y la pilórica sobre la
curvatura menor, y la gastroepiplóica izquierda sobre la curvatura mayor.
El estómago proximal puede recibir aporte
sanguíneo por intermedio de la arteria diafragmática inferior y de los vasos cortos que
provienen de la arteria esplénica. La arteria coronaria estomáquica es la más
importante del estómago y es la de difícil exposición durante la cirugía gástrica, la
misma que se logra incidiendo en el tejido laxo del ligamento gastrohepático, su origen
es a nivel del tronco celíaco y por lo general al llegar a la curvatura menor se divide
en dos ramas una ascendente y otra descendente, hay que señalar que no es raro encontrar
(20%) una arteria hepática izquierda aberrante que se origine de la coronaria
estomáquica y se dirige al hígado acompañado de la rama hepática del vago izquierdo.
Si se presenta esta variante podemos encontrarnos que al hacer la ligadura proximal de la
coronaria estomáquica, accidentalmente produzcamos una isquemia del lóbulo izquierdo del
hígado. La arteria pilórica nace de la hepática común o en ocasiones de la
gastroduodenal, estos vasos se entrecruzan constituyendo el arco vascular de la curvatura
menor(14-15).
La gastroepiploica derecha es rama de
la gastroduodenal y nace generalmente por detrás del píloro, la gastroepiplóica
izquierda se origina en la arteria esplénica, estos vasos se entrecruzan formando el arco
vascular de la curvatura mayor. Las conexiones anastomóticas que existen entre todos
estos vasos aseguran en la mayor parte de los casos la supervivencia del estómago.
En general las venas del estómago corren
paralelamente a las arterias. La vena gástrica izquierda o coronaria estomáquica y la
gástrica derecha van a drenar a la vena porta. La vena epiploica derecha drena a la vena
mesentérica superior, mientras la gastroepiploica izquierda lo hace a la vena esplénica.
La existencia de esta red anastomótica venosa se demuestra por la efectividad del shunt
esplenorenal distal utilizado para descomprimir las várices gástricas y esofágicas. Fig
2.
1.2.3-Inervación.-
La inervación parasimpática del estómago es a través de los vagos y simpática por
medio del plexo celíaco. El vago, su núcleo se encuentra localizado en el piso del 4to
ventrículo, atraviesa el cuello con el paquete carotídeo e ingresa en el mediastino,
donde se divide en varias ramas alrededor del esófago, estas ramas se unen entre si por
encima de hiato esofágico para formar el vago derecho e izquierdo. El vago izquierdo es
anterior y el vago derecho es posterior, cerca del cardias el vago izquierdo da una rama
que es la rama hepática, pero este continúa su trayecto descendente por la curvatura
menor como nervio de Latarget. En el extremo distal al relacionarse con el antro y el
píloro este nervio debe ser conservado durante la vagectomía supraselectiva. El vago
derecho da una rama hacia el plexo celíaco y luego continúa sobre la curvatura menor
cara posterior. Este nervio estimula la motilidad gástrica y la secreción de ácido,
pepsina y gastrina.
La inervación simpática está dada por
ramas que nacen de T-5 a T-10 y llegan a los ganglios celíacos a través de los nervios
esplácnicos(16-17).
Existe un sistema nervioso intramural del
estómago que consiste en los plexos de Auerbach y Meissner, la función de este sistema
nervioso no es muy conocida.
1.2.4-Drenaje Linfático.-
El
conocimiento del drenaje linfático del estómago es de gran importancia para los
tratamientos conceptuales oncológicos utilizados en la actualidad. Los ganglios
linfáticos, básicamente siguen la distribución de los vasos sanguíneos, hay clásicas
descripciones como la de Rouvieri en la que se describen tres grandes regiones colectoras,
la cadena de la arteria gástrica izquierda, la esplénica y la hepática(18-19).
The Japan Research Society for Gastric
Cancer(20) ha elaborado un sistema de clasificación del drenaje linfático gástrico que
permite tener una aplicación clínico patológica importante, dando a cada grupo
ganglionar una numeración Fig.3:
Grupo # 1. -
Cardinales derecho.
Grupo # 2. - Cardinales
Izquierdos.
Grupo # 3. - Curvatura menor.
Grupo # 4. - Curvatura mayor.
Grupo # 5. - Suprapilórico.
Grupo # 6. - Subpilórico.
Grupo # 7. - Gástrica
izquierda.
Grupo # 8. - Arteria
hepática.
Grupo # 9. - Tronco Celíaco.
Grupo # 10. -Hilio
esplénico.
Grupo # 11. - Arteria
esplénica.
Grupo # 12. - Ligamento
hepatoduodenal.
Grupo # 13. -
Retropancreático.
Grupo # 14. - Arteria
mesentérica.
Grupo # 15. - Arteria cólica
media.
Grupo # 16. - Aorta.
De estos 16 grupos ganglionares, a su
vez se agrupan en las denominadas relevos o estaciones ganglionares regionales, que son en
número de 3:
El grupo 1 (N1) los perigátricos, que
corresponden del grupo 1 al 6.
El grupo 2 (N2) que corresponden a los
ganglios periarteriales del grupo 7 al 12.
El grupo 3 (N3) que corresponden del grupo
13 al 16.
La clasificación por regiones del drenaje
linfático ha permitido desde el punto de vista anátomo-quirúrgico realizar una
diferenciación entre los procedimientos quirúrgicos que incluyen gastrectomías
parciales o totales, los grupos ganglionares N1 y N2 que en promedio son en número de 25
se denomina linfadenectomía extendida o sistémica que de acuerdo a la nueva
clasificación de la TNM publicada en marzo de 1995 se le cambió el término de R2 a D2 y
la Gastrectomía parcial o total que incluye el nivel 1 se la denomina de R1 ahora
D1(21-22).
2.- Epidemiología.
El carcinoma gástrico es uno de
los más comunes y letales. Según la Organización Mundial de la Salud, se producen
alrededor de 640.000 muertes al año en el mundo, que corresponde aproximadamente al 15%
de todas las muertes por patologías malignas (23)(Fig. 4). Sin embargo, la mortalidad del
cáncer gástrico en países industrializados ha presentado una disminución importante de
30 por 100.000 habitantes en 1930 a 8 por 100.000 habitantes en 1980, esto, y el hecho de
que el cáncer gástrico distal ha tenido una disminución en su prevalencia así como un
aumento en la frecuencia del cáncer gástrico proximal, ha entusiasmado a epidemiólogos
a tratar de identificar factores que expliquen los fenómenos observados. En Estados
Unidos hasta la década del 40, la tasa de mortalidad por Cáncer Gástrico era de 22.5
muertes por cada 100.000 habitantes y en la actualidad es de 6 por 100.000 habitantes(24),
aunque se ha notado que en los indígenas americanos no se encontró disminución, al
contrario aumentó sobre todo en mujeres a predominio del tipo intestinal (epidémico) que
es el que disminuye no así el difuso o (endémico) que es el que siempre permanece alto.
Existen notables
variaciones de la incidencia del cáncer gástrico en distintas regiones del mundo, siendo
la más elevada en Costa Rica, 66.9 y 34.1 muertes en hombres y mujeres respectivamente
por 100.000 habitantes seguidos de Chile, Japón, Islandia, Ecuador, URSS y China
13x100000 (25,26) (Fig. 5).
Encuestas epidemiológicas han sugerido que
el riesgo de cáncer gástrico es mayor en las clases socio-económicas débiles. Además
los emigrantes que pasan de naciones de alta incidencia a otras de baja incidencia
mantienen su susceptibilidad mientras que la de sus hijos se aproxima más a la existente
en su nuevo entorno; estos hallazgos sugieren que hay un factor ambiental que ejerce
influencia desde edades tempranas relacionado con el desarrollo de esta neoplasia (factor
dietético)(27). Este fenómeno se encontró en estudios encontrados en japoneses que
emigraron a Hawai igual en polacos que ingresaron a Estados Unidos.
En el Ecuador creemos
que por diversos factores sanitarios (enfermedades infectocontagiosas, parasitosis,
desnutrición infantil, cáncer cervical etc.) se ha subestimado como un problema de Salud
Pública al cáncer gástrico que ha estado presente según los datos del INEC entre las
10 primeras causas de muerte los últimos 10 años, siendo además la neoplasia que más
muertes causa tanto en hombres como en mujeres fenómeno que ya el Dr. Juan Tanca
Marengo(28) en su comunicación presentada a la Sociedad Médico Quirúrgica del Guayas en
la sesión del 18 de Abril de 1951, decía lo siguiente:
"En todo el mundo se escuchan lamentos
motivados por la tardanza en establecer el diagnóstico y lo inoportuno de las
posibilidades operatorias. ¿Las causas? No porque se la haya repetido en todos los tonos,
vamos a dejar de anotarlas en este trabajo. Las principales se agrupan así:
a) Carencia real de síntomas en la etapa
del comienzo de la enfermedad.
b) Deficiente e inadecuada instrucción del
público.
c) Instrucción inadecuada y poco eficaz
del médico.
d) Instrucción inadecuada y poco eficaz
del radiólogo.
En su análisis lo único que falta es
la Endoscopía que en esa época no se realizaba, pero que a pesar de que se la introdujo
en nuestro país desde la década del 60, los resultados en cuanto a detección de cáncer
gástrico precoz no son nada evidentes.
3.- Etiología
Se piensa que el factor responsable
de la enfermedad sería la exposición a un agente infeccioso en una fase temprana de la
vida, dado que el estómago es el primer sitio de contacto con productos alimenticios, por
lo que se realizaron investigaciones retrospectivas de sus hábitos alimentarios y se
establecieron algunas conclusiones generales(27).
Las observaciones están relacionadas con
grupos poblacionales en los que por un lado existiría un aumento notable de la incidencia
del cáncer gástrico en asociación con la ingesta de almidón, pescado y carnes rojas
saladas, agua de pozo, alimentos ahumados y preservados con sustancias que contienen
elevadas concentraciones de nitratos que se convierten por acción de bacterias exógenas
en nitrítos y estos en nitrosamidas y nitrosaminas o por acción de bacterias endógenas
que proliferan en el estómago debido a la pérdida de acidez gástrica en pacientes que
se les realizó gastrectomía subtotal o tuvieron gastritis atróficas o anemia perniciosa
y por otro lado la disminución de la incidencia del cáncer gástrico observada en
poblaciones económicamente alta donde la refrigeración para conservar alimentos y el
consumo de agua potable es lo utilizado, unido al frecuente uso de antioxidantes como la
vitamina C o carotenos y así como dietas ricas en fibras.(29-30).
No se demostró una relación directa de
esta enfermedad con tabaquísmo, cafeína y alcohol pero sí con amianto.
3.1-Factores Dietéticos como causa del
Carcinoma Gástrico(23)
Fuentes de bacterias convertidoras
de nitratos
1. Exógena
A. Alimentos contaminados por bacterias
B. Frecuentes en clases
socioeconómicamente bajas con una mayor incidencia de la enfermedad.
C. Disminuye al mejorar la conservación y
refrigeración de los alimentos.
2 Endógena
A. Disminución de la acidez gástrica.
B. Cirugía gástrica previa (antrectomia).
15 a 20 años periodo de latencia.
C. Gastritis atrófica, anemia perniciosa o
ambas cosas.
D. ¿Exposición prolongada a lo
antagonistas de los receptores H-2?
3.2 Helicobácter Pilori
Puede provocar una gastritis que
progresaría a gastritis atrófica crónica (lesión precursora del cáncer gástrico (29)
demostrada en series de estudios con pacientes con infección (sero positivos) de
helicobacter estableciendo una frecuencia aumentada de cáncer gástrico(ver más
adelante).
3.3 Factores Genéticos
En 1953 AIRD (31) observó que el
grupo sanguíneo A era más frecuente en los pacientes con cáncer gástrico pero no se
observó una correlación entre el cáncer gástrico y un antígeno HLA específico.
Se describen familias que padecieron
cáncer gástrico (síndrome de Linch II) con incidencias familiares de primer grado 2 a 3
veces mayor que la población general, se ha descrito también hermanos gemelos
monocigóticos que padecieron esta enfermedad pero la exposición a factores ambientales
generalmente es la misma por cuanto es imposible determinar el papel desempeñado por los
factores genéticos. Los factores ambientales serían los más importantes en el
desarrollo de esta enfermedad pero podría superponerse una suceptibilidad heredada.
La expresión del antígeno A de Lewis es
frecuente en las células del carcinoma gástrico y posiblemente podría ser un índice de
malignidad y serviría de método de investigación para esta enfermedad.
3.4 Población de Riesgo
En Estados Unidos la incidencia del
cáncer gástrico es 2:1 hombres y mujeres respectivamente, en el Ecuador es símilar pero
se han descrito estudios en el que la relación se acerca a 1:1, el riesgo aumenta con la
edad más frecuente de 50 a 70 años. Se han descrito pocos casos antes de los 30 años
con igual relación hombre-mujer, pero más frecuente en el grupo sanguíneo A y con
historia familiar de cáncer gástrico, además un patrón radiológico de tipo difuso,
mayor riesgo tienen las poblaciones de nivel socio económico bajo y la raza negra(23).
4.- Historia Natural.
4.1 Lesiones premalignas. Se ha establecido
que la dieta y los factores ambientales tienen un papel crucial en la etiología del
cáncer gástrico. Se los ha relacionado con la forma epidémica del adenocarcinoma
gástrico y está asociado con gastritis crónica atrófica y con metaplasia intestinal de
la mucosa gástrica.
La gastritis crónica con la presencia de
alimentos con exceso de sal o con infección de Helicobacter pylori progresa a gastritis
crónica atrófica que en la presencia de nitritos avanza a metaplasia intestinal y
displasia. Pero se han mencionado además, co-factores que son los responsables que
lesiones premalignas progresen a cáncer. Entre estos, se menciona la baja ingesta de
ácido ascórbico y la alta ingesta de nitratos que empeoran la metaplasia intestinal y la
baja ingesta de betacarotenos en el empeoramiento de la displasia.
4.1.a Gastritis atrófica
crónica y metaplasia intestinal.
Se ha establecido como lesiones
precancerosas a estas dos entidades nosológicas, debido principalmente al hallazgo de
estas características histopatológicas en pacientes con cáncer gástrico(32-33).
En la gastritis atrófica crónica, se
observa una reducción o ausencia de las glándulas gástricas normales, un grado variable
de inflamación y en ocasiones se observa metaplasia intestinal. Se denomina metaplasia
intestinal al reemplazo de las células gástricas normales por células que semejan el
epitelio intestinal. A menudo estas dos entidades coexisten, pero existen casos de
metaplasia intestinal aislada sin más hallazgos patológicos.
En estudios experimentales de
carcinogénesis se encontró el desarrollo de gastritis crónica atrófica y de metaplasia
intestinal previo al desarrollo de cáncer gástrico lo que indujo a pensar en un modelo
de desarrollo de cáncer. Pero personas de edad avanzada desarrollan metaplasia intestinal
sin presentar cáncer.
Debido a esto, la metaplasia intestinal es
un hallazgo demasiado frecuente como para ser un indicador sensible del futuro desarrollo
de un cáncer. Mediante la aplicación de varios análisis histoquímicos y morfológicos
se dividió a la metaplasia intestinal en dos tipos(34-35). El tipo I o tipo completo, se
asemeja a la mucosa del intestino delgado con un ribete en cepillo que contiene todas las
enzimas habituales presentes en el epitelio intestinal aunque no poseen vellosidades. El
tipo II o incompleta se subdivide en 2 grupos. El tipo IIa conocida como metaplasia de
células caliciales, y el tipo IIb en que se aprecia un mayor grado de diferenciación
celular y que es la que se ha asociado en mayor grado con el cáncer de estómago.
Estos hallazgos indican que en general,
la metaplasia intestinal no es una lesión precancerosa pero que ciertos subtipos de esta
podrían estar asociados a cáncer y pudiera considerárselos precancerosas. La
asociación estaría dada hacia el tipo intestinal de cáncer gástrico, mas no con la
forma difusa de cáncer.
4.1.b Úlcera Gástrica
Existe una discusión entre la relación de
úlcera gástrica y cáncer de estómago. Aunque existen muchos factores relacionados, la
úlcera gástrica crónica muy rara vez por no decir nunca, progresa a cáncer gástrico.
Hay que establecer que el cáncer gástrico
puede tener una presentación ulcerada y son valoraciones endoscópicas previas las que
establezcan la duda de su inicio, pero es de suponer que en estos casos lo que existió es
una subvaloración clínico endoscópica o histopatológica.
4.1.c Displasia Gástrica.
Debido a los hallazgos y a las
posteriores investigaciones de displasia en el colon y en el esófago, se despertó la
atención hacia el estómago, y aunque no se le ha dado el realce significativo que tiene
en estos dos órganos, sin embargo la importancia es la misma. La displasia consiste en
una mucosa anormal con la capacidad de experimentar una transformación maligna. Este
proceso se caracteriza por atípia celular, diferenciación anormal y desorganización de
la arquitectura mucosa. La displasia se ha dividido en algunos grados de acuerdo a la
experiencia de estudios en otros órganos, así se ha establecido que la displasia de bajo
grado que agrupa a los antiguos términos de leve y moderada, no progresa hacia una
displasia severa ni hacia cáncer gástrico, mientras que la displasia de alto grado o
severa si está relacionada con malignidad.
Si la displasia está asociada con una
úlcera, un pólipo o una lesión ocupante, estará indicada la resección quirúrgica. De
no estarlo, se indican controles clínicos, endoscópicos e histológicos periódicos(36).
4.1.d Pólipos Gástricos.
Las lesiones polipoideas del
estómago se han descrito con mayor frecuencia en los últimos años y está dada
principalmente por el uso más extendido de la endoscopía gástrica. La mayoría de los
pólipos no son premalignos y están dado principalmente en los pólipos polipoides.
La incidencia de pólipos gástricos es del
3 %. Pueden ser solitarios o múltiples, sésiles o pedunculados, y pueden ir desde pocos
milímetros hasta más de 6 cms. Cuando hay múltiples pólipos, la mayoría son del mismo
tipo pero pueden coexistir pólipos hiperplásicos y adenomatosos hasta en 5% de casos. Si
existieren más de 50 pólipos, debe considerarse la posibilidad de síndromes de
poliposis que pueden ser familiares y no familiares. Los síndromes de poliposis familiar
comprenden el síndrome de Gardner, el síndrome de Peutz-Jeghers, el síndrome de
poliposis familiar juvenil, la neurofibromatosis y el síndrome de Cowden. La poliposis no
familiar comprende el síndrome de Cronkhite-Canada y la poliposis juvenil de la infancia.
Setenta por ciento de pólipos adenomatosos
son encontrados en pacientes mayores de 70 años. Los pólipos hiperplásicos son
encontrados en pacientes con atrofia gástrica, gastritis crónica o cercanos a sitios de
intervención quirúrgica.
Los pólipos hiperplasicos son más
frecuentes y se presentan principalmente en la porción distal del estómago. Se cree que
son el resultado de cambios reactivos de mucosa normal y no verdaderas neoplasias. Se han
reportado casos de cáncer que se desarrollan a partir de pólipos hiperplásicos en una
frecuencia que va desde menos de 1% hasta 28%. La causa de malignización de estos
pólipos no se la conoce.
Los pólipos adenomatosos comprenden del 10
al 20 del total de pólipos, con más frecuencia son solitarios, de localización antral y
con mayor fundamento se los ha relacionado con cáncer. El tamaño del pólipo determina
en mayor grado su capacidad de malignizar. Se ha reportado malignización hasta en el 81 %
de los pólipos adenomatosos.
4.1.e Helicobacter Pilory.
Esta es una bacteria gram negativa
descubierta por Marshall en 1982 y que esta asociada a la gastritis crónica
atrófica(37). Su presencia en cáncer gástrico ha llamado la atención hasta ser
señalada como un carcinógeno Tipo I. Se ha establecido que las personas infectadas
pudieron haberla adquirido en la infancia y que esa prolongada exposición puede producir
una gastritis con cambios de metaplasia o displasia(36)(Fotos1-2).
Indicios recientes
señalan que el Helicobacter pylori puede provocar una gastritis capaz de progresar hacia
una gastritis atrófica crónica, que es una posible lesión precursora del cáncer
gástrico. La determinación de niveles séricos de anticuerpos contra H. Pylori en el
suero de algunos pacientes, demostró que las personas con una infección previa se
asociaban con una frecuencia significativamente mayor de cáncer gástrico. El riesgo de
desarrollar cáncer es mayor cuando el intervalo de tiempo de infección es mayor de 10
años. Futuras investigaciones deben definir que subtipos de H. Pylori deberían ser
tratados en pacientes asintomáticos para prevenir el desarrollo de cáncer gástrico.
4.1.f Anemia Perniciosa.
La posibilidad de una incidencia
aumentada de cáncer gástrico en pacientes con anemia perniciosa fue sugerida por
hallazgos en autopsias que indicaban que un 10% de pacientes con anemia perniciosa
padecían un cáncer gástrico.
Sin embargo, los estudios realizados
arrojan datos que confirman un riesgo aumentado para desarrollar cáncer gástrico
mientras que observaciones como las de Hoffman(38) en 48 pacientes con anemia perniciosa
durante un seguimiento de 11 años no desarrollaron cáncer.
Existiría un riesgo aumentado de
desarrollar cáncer en pacientes con anemia perniciosa, aunque este riesgo seria de escasa
magnitud.
4.1.g Post-Gastrectomía.
Se ha documentado presentación de
cáncer en tejidos remanentes luego de gastrectomías por enfermedad benigna(39). Aunque
existen evidencias circunstanciales como son la presencia de metaplasia intestinal en
tejidos cercanos a las anastomosis intestinales. La incidencia de cáncer gástrico
estaría directamente relacionada con el tiempo transcurrido desde la operación inicial,
presentándose la mayoría 20 años después. En estos pacientes el pronóstico es
desfavorable, siendo la sobrevida a 5 años casi nula.
4.2. Vías de diseminación
El conocimiento de la historia
natural del cáncer gástrico hace preveer que nos podamos adelantar a la búsqueda de
metástasis del tumor primario. La forma más común de diseminación del cáncer
gástrico es:
a) Extensión directa en el estómago y
propagación hacia arriba al esófago y hacia abajo al píloro y duodeno.
b) Extensión directa hacia las vísceras
adyacentes,
c) Extensión a través de las cadenas
ganglionares.
d) Desprendimiento de células tumorales
provenientes de la serosa del estómago o de su luz o el momento de la intervención
quirúrgica.
e) Metástasis por vía hematógena.
En un estudio realizado en New Orleans (40)
en 423 pacientes se encontró lesión limitada sólo al estómago en el 11%, por
contiguidad en un 27% y con metástasis a distancia en un 31% de los casos. Hubo
adenopatías histológicamente comprometidas de tumor en un 67%.
Arhelger Et.al, Coller Et.al(41),
demostraron que ni el tamaño ni la localización del tumor primario influían
significativamente en las metástasis ganglionares. En un estudio realizado por dichos
autores establecieron que los ganglios que se afectaban más frecuentemente corresponde al
nivel 1 (perigástrico) y en segundo lugar los del nivel 2 (periarteriales), quedando como
metástasis a distancia los ganglios periaórticos y mediastínicos.
Ocasionalmente se pueden encontrar
metástasis en los ganglios supraclaviculares izquierdos (nódulos de Virchow) que
probablemente se origina por circulación a través del conducto torácico. Las
metástasis peritoneales se presentan con frecuencia en un tercio de los pacientes
sometidos a autopsias. En las mujeres puede haber diseminación hacia los ovarios (tumor
de Krukemberg). Las metástasis hematógenas más frecuentes afectan a hígado, corazón y
hueso, y a nivel del pulmón pueden producir una carcinomatosis que semeja una
tuberculosis miliar.
5.- Anatomía patológica.
El adenocarcinoma es la forma más
frecuente de cáncer gástrico (Foto 3). Su incidencia es de alrededor de 95%, el resto
está constituido por sarcomas (Foto 4), adenoacantomas y linfomas (Foto 5). Este
predominio de adenocarcinomas hace que cuando se habla de cáncer gástrico nos refiramos
casi exclusivamente al adenocarcinoma.
Desde el punto de vista
macroscópico existe la clasificación de Bormann que hace mas de 70 años los dividió en
5 grupos y que en muchos centros aún lo usan:
1.- Polipoideo o fungoso
2.- Ulcerado con bordes elevados
3.- Ulcerado con infiltración de la pared
4.- Infiltración difusa del tumor
5.- No clasificado.
En 1965 Lauren(6) clasificó al
cáncer gástrico desde el punto de vista histológico en 2 tipos: Intestinal o epidémico
que afecta más frecuentemente al antro, píloro o curvatura mayor, y que a menudo van
precedidos de un proceso pre-canceroso, como de metaplasia intestinal o gastritis crónica
relacionada a agentes externos como el Helicobacter pilory (foto 6), y el difuso o
endémico que afecta por lo general a todo el estómago, infiltra la pared gástrica,
tiende a dar metástasis tempranas y tiene un origen probablemente genético(foto 7).
En este mismo grupo hay un porcentaje de
tumores no clasificables.
Desde el punto de vista
citológico existe también la clasificación de Broders que establece 4 categorías:
Tipo 1: bien diferenciado
Tipo 2: moderadamente diferenciado
Tipo 3: pobremente diferenciado
Tipo 4: indiferenciado.
6.- Diagnóstico y Cuadro Clínico.
Desgraciadamente los cánceres
tempranos y por ende curables no dan ningún síntoma. Es a medida que el tumor crece que
se producen manifestaciones que en la gran mayoría de las veces se manifiestan como
cualquier síntoma digestivo asociado a gastritis. Los síntomas pueden ir desde la
anorexia, intolerancia a ciertos alimentos, sensación de plenitud hasta perdida de peso,
vómito y masa palpable en la parte superior del abdomen. Quizás uno de los síntomas que
se pueden establecer de inicio es la astenia producida por la anemia.
El diagnóstico del Cáncer Gástrico, se
basa en varios parámetros; como son el examen clínico, semiológico, los antecedentes
personales y familiares que se resumen en la historia clínica, teniendo un papel muy
importante, en ocasiones la correlación de los estudios bioquímicos, radiológicos,
ecosonográficos y la endoscopía digestiva.
La edad de presentación por lo general es
la quinta y sexta década de la vida. Afecta por lo general a hombres y mujeres en una
proporción de 2 a 1,5.
El diagnóstico clínico del Cáncer
Gástrico, cuando se encuentra en fase precoz, es muy difícil, debido a lo inespecífico
de su sintomatología. Es en esta etapa la mayor esperanza de sobrevida que tiene el
enfermo, por su elevado índice de resecabilidad y curabilidad. El cáncer
gástrico temprano es prácticamente asintomático, y en la mayoría de los casos es
descubierto de manera casual, al practicar una endoscopía digestiva alta, por causas
inespecíficas como una dispepsia, malestar epigástrico, náuseas, sensación de plenitud;
por eso la endoscopía alta debe ser el procedimiento inicial en la valoración de todo
sujeto dispéptico.
En la mayoría de los casos el diagnóstico
se realiza en fase tardía o cuando hay metástasis, lo que ensombrece el pronóstico del
paciente. Los síntomas de presentación de un cáncer gástrico avanzado son: dolor
abdominal, pérdida de peso, anorexia, debilidad y fatiga. Con el tiempo, vómitos, signos
de obstrucción intestinal; ninguno de los cuales son específicos de esta patología.
Algunos pacientes presentan síntomas y
signos de una lesión con localización específica. La disfagia indica un tumor en
cardias y extensión esofagogástrica, la sensación de plenitud gástrica, puede indicar
un tumor que infiltra la pared gástrica, reduciendo su distensión. Vómito
persistente se presenta en un carcinoma del antro con obstrucción pilórica. La
parálisis de la cuerda vocal izquierda, la tos persistente, sugieren metástasis con
fistulización, hemoptisis, etc.
Un 5 a 10% de los pacientes con cáncer
gástrico pueden tener molestias similares a los enfermos con úlcera péptica clásica,
otro 10% tienen síntomas inespecíficos de enfermedad crónica, como anemia y debilidad.
Un pequeño número de enfermos debutan con
problemas abdominales agudos, como hemorragia gastrointestinal alta masiva, obstrucción
aguda del esófago o del píloro, o con perforación gástrica.
Al igual que sucede con la historia
clínica, el examen físico rara vez ayuda, salvo cuando hay signos de enfermedad
avanzada, y a menudo incurable. La observación va en busca de la anemia, de distensión
abdominal, la ubicación de masas y la fascie del paciente. La palpación en busca de
adenopatías, como las supraclaviculares, y la palpación del ganglio de Virchow,
adenopatías axilares, inguinales, ganglios epitrocleares. Es importante también la
palpación adecuada del abdomen en busca de masas o tumores así como de visceromegalias,
especialmente en los anexos del tubo digestivo, como hígado, bazo, vesícula biliar, que
al estar aumentados de tamaño sugieren diseminación de la enfermedad.
Es importante realizar un examen
pélvico-ginecológico. La ubicación de masas ováricas palpables, sugieren metástasis o
tumores como el tumor de Krukemberg. El tacto rectal es imperativo. La presencia de una
zona de endurecimiento en el fondo de saco de Douglas (anaquel de Blummer) es sujestivo de
metástasis. La hepatomegalia, la existencia de ascitis o ictericia, son presentación de
enfermedad avanzada.
No siempre un cáncer gástrico palpable
indica incurabilidad, a veces son elegibles para una extirpación quirúrgica, pero
generalmente este hallazgo es de mal pronóstico. Cuando hay diseminación peritoneal,
puede haber implantes en todo el intestino y en pelvis, que pueden producir obstrucciones
del intestino delgado y/o grueso, así como fístulas o perforación.
En ausencia de signos o síntomas,
diagnósticos de cáncer de estómago, el médico debe estudiar a todo paciente con
síntomas gastrointestinales altos persistentes, sobretodo si se trata de pacientes de
más de 40 años, los exámenes de laboratorios, examen de sangre oculta en heces, están
destinados a descubrir anemia, el estado de inmunidad del paciente y el estado de
nutrición del mismo.
El uso de los marcadores tumorales tiene un
indiscutible valor especialmente en el pronóstico. Su alteración en cifras elevadas se
observa por lo general en tumores bien diferenciados y su uso sirve como indicador de un
tratamiento adecuado. Los más utilizados son el CEA (antígeno carcino embrionario), pero
es inepecífico para cáncer gástrico puesto que puede elevarse en otros tumores del tubo
digestivo. El CA 72-4 es una molécula con un peso de 400000 daltons, que está
constituido por 2 anticuerpos el uno que es específico para las células epiteliales del
tubo digestivo, y otro que reacciona para las células humanas con lo que tiene una
sensibilidad de cerca del 48% y una especificidad del 100% y el 19.9 que es un antígeno
carbohidratado tipo mucina que se encuentra en los tejidos del estómago, intestino,
páncreas, células hepáticas y pulmonares, tiene una sensibilidad para cáncer gástrico
del 30%. Debido a lo inespecífico de los mismos su aplicación en screening tiene poco
valor. En ION Solca(42) la combinación de los 3 marcadores estableció una sensibilidad
del 98% en pacientes con cánceres gástrico conocido.
La dosificación de electrolitos,
albúminas séricas y pruebas funcionales hepáticas deben orientar no sólo a determinar
el estado nutricional, sino a determinar también el estado metabólico general del
paciente y la sospecha de metástasis.
6.1 Estudios Endoscópicos.-
La
endoscopía gastrointestinal alta combinada con la toma de biopsias y citologías
dirigidas, es la técnica habitual, con la que se obtiene un diagnóstico en el más del
95% de los casos. A fin de lograr un diagnóstico precoz, se debe recomendar el empleo de
la endoscopía digestiva, como método de primera elección de todo sujeto dispéptico o
asintomático con antecedentes familiares de cáncer.
Se controlan también con endoscopías, a
aquellos sujetos portadores de condiciones consideradas preneoplásicas, como la anemia
perniciosa, gastritis crónica atrófica, especialmente aquellas asociadas a infección
por Helicobacter pylori y metaplasia intestinal, la presencia de pólipos gástricos y
gastrectomías por causas benignas por más de 15 años de evolución.
Es útil para el diagnóstico diferencial
entre las neoplasias y la úlcera gástrica benigna y es muy útil para la identificación
de los cánceres precoces o superficiales. Deben tomarse muestras en toda la zona de
mucosas sospechosas, de las ulceraciones que se encuentren y de las lesiones polipoides
(foto 8). Se describe el tamaño, la localización, la morfología de un tumor. Extremo
proximal o distal, las anormalidades, la evaluación en la infiltración de la mucosa,
submucosa, en ocasiones la distensibilidad del estómago o la actividad peristáltica
anormal o la función pilórica que pueden indicar infiltración extensiva de la
submucosa, o extensión extramural de un tumor. Además si se lo complementa con
instrumental adecuado como pinzas de biopsias, asas de diatermia, rayos láser se
obtendrán muestras de biopsias que permitirán un diagnóstico preciso de cáncer
gástrico (Fotos 9-10).
El estudio macroscópico
del cáncer gástrico puede ser el correspondiente a una úlcera claramente neoplásica
con bordes aplanados o una úlcera aparentemente benigna o tumores fungoides o nodulares.
Los lugares afectados con más frecuencia en el cáncer gástrico precoz son el antro y la
curvatura menor del estómago, por eso hay que hacer un estudio minucioso
endoscópicamente de esta zona.
El tipo infiltrativo conocido como linitis
plástica es menos frecuente, la neoplasia se disemina ampliamente a través de todas las
capas de la pared gástrica, la ulceración puede ser mínima o estar ausente y las
anomalías endoscópicas ser mínimas, salvo una reducción en la distensibilidad
gástrica (Fotos 11-12).
La clasificación TNM es la preferida en la
actualidad para definir el estadiaje y el pronóstico, se define como carcinoma gástrico
precoz al que está limitado a la mucosa y submucosa.
Se puede utilizar una clasificación
macroscópica del cáncer gástrico precoz basados en las imágenes endoscópicas y se las
puede dividir en 5 grupos:
Tipo 1: Polipoide
Tipo 2A: Elevado
Tipo 2B: Plano
Tipo 2C: Deprimido
Tipo 3: Excavado
6.2 Ultrasonido Endoscópico
La ecografía endoscópica es una
tecnología relativamente nueva, permite visualizar todas las capas de la pared gástrica,
con lo que se identifica la extensión completa de la neoplasia ayudando al diagnóstico y
contribuyendo a un mejor estadiamiento.
6.3 Estudios Radiológicos.
6.3.1 Tránsito Esófago Gastroduenal
(TEGD): Es útil en el diagnóstico del cáncer gástrico. Era el primer examen
que se utilizaba para la valoración inicial de un paciente dispéptico, sin embargo la
utilidad del estudio radiológico baritado de la porción alta del tubo digestivo ha ido
declinando, debido a que la endoscopía constituye el examen de elección en los pacientes
sintomáticos. En la mayoría de las instituciones los exámenes radiológicos de doble
contrastes, se los realiza sólo en casos seleccionados como en la linitis plástica o
estómago en bota de vino, que tiene un aspecto radiográfico característico, que se
manifiesta por la pérdida de las rugosidades de la pared gástrica y una disminución de
la distensibilidad observada en la fluoroscopía (Foto 13).
6.3.2 Tomografía
Computarizada: Como examen de primera elección la tomografía computarizada no se
indica en pacientes sintomáticos. El screening se lo realiza preferentemente por
endoscopía o en caso que no se disponga de este procedimiento un estudio radiológico de
la porción alta del tubo digestivo. En el estadiaje del cáncer gástrico los signos
tomográficos son de gran ayuda, y los más comunes son los siguientes (Foto 14):
Presencia de márgenes
irregulares, engrosamiento difuso o localizado de la pared gástrica, masas ulcerosas,
estómago.
Determinación de una diseminación local o
metástasis a distancia o por continuidad hacia esófago, hígado, páncreas, colón.
La tomografía puede demostrar si la serosa
está severamente involucrada y sus estructuras vecinas están afectadas, sin embargo no
es capaz de demostrar la arquitectura de la pared gástrica, consecuentemente no se puede
diagnosticar el límite de la invasión de la pared gástrica.
Por Tomografía se considera que un ganglio
que mide más de 1 cm. puede ser metastásico, aunque muchas veces podría ser
inflamatorio. Rara vez un ganglio menor a 1 cm. es metastásico, por lo tanto el
diagnóstico de metástasis a ganglio linfático se hace con dificultad cuando son tumores
pequeños.
El TAC se ha utilizado también como un
indicador de comportamiento de respuesta de los ganglios metastásicos durante la
quimioterapia.
Para la estadificación de cáncer
gástrico los exámenes clínicos y radiológicos, deben correlacionarse con los aspectos
endoscópicos y los resultados de la laparoscopia y la cirugía. En ocasiones la
tomografía se utiliza para realizar biopsias percutáneas dirigidas. Es también útil en
el planeamiento de campos de radiación y en la evaluación de la respuesta a la
quimioterapia así como para detectar recurrencia tumoral temprana.
Para detectar la recurrencia local de un
cáncer gástrico después de una gastrectomía se utiliza la endoscopía y el estudio
baritado de la parte alta del tubo digestivo, sin embargo en caso de enfermedad localizada
la tomografía, cumple un papel muy importante para demostrar enfermedad recurrente en el
cuadrante superior izquierdo y parte abdominal anterior, así como metástasis a ganglios
regionales o al hígado. Los signos tomográficos que sugieren recurrencia tumoral
incluyen masas de tejido blando en el área de la boca anastomótica, obliteración de los
planos de clivaje entre el área de la anastomosis y el lecho pancreático.
La presencia de adenopatías locales o
evidencia de metástasis a distancia indican recurrencia tumoral, sin embargo hay que
descartar ciertos signos como una fibrosis postoperatoria, hematomas, asas intestinales no
opacificadas por lo que es necesario realizar una tomografía de control a los dos meses
de la gastrectomía.
Las tomografías de tórax, abdomen y
pelvis pueden ser utilizadas para determinar la extensión de un tumor
gástrico así como metástasis a
distancia, sin embargo en un 50% de pacientes en el momento de la laparotomía presentan
mayor extensión de la enfermedad que no se había determinado en una tomografía
preoperatora.
La estadificación radiológica del cáncer
gástrico se divide en:
Estadío I:
El cáncer del estómago
produce una masa intraluminal sin engrosamiento de la pared o evidencia de diseminación a
distancia o a órganos adyacentes.
Estadío II:
El cáncer gástrico
muestra engrosamiento de la pared mayor a 1 cm pero sin diseminación más allá del
estómago.
Estadío III:
Hay engrosamiento de la
pared gástrica, con directa extensión de tumor a órganos adyacentes pero sin evidencia
de metástasis a distancia.
Estadío IV: Cualquier tumor con
metástasis a distancia
6.3.3
Resonancia
Magnética: la evaluación de la utilidad de este método diagnóstico ha sido revisada en
varios estudios con la finalidad de diagnosticar el grado de invasión extraserosa en
cáncer gástrico avanzado y para afinar el diagnóstico preoperatorio de compromiso
linfático regional. En estos estudios se ha podido demostrar la desaparición de una
banda hipointensa paralela a la pared gástrica con cáncer signo indicativo de compromiso
de la pared, dicha banda corresponde al espacio entre la pared gástrica y la grasa
perigástrica. Así mismo, se encontró una tasa de detección de metástasis ganglionares
macronodulares de un 88%, micronodulares de un 66% y de un 57% para metástasis difusa,
porcentajes superiores a los detectados por TC. Actualmente existen estudios preliminares
promisorios de RM endoscópica para el tracto gastrointestinal superior que podría tener
un papel definitivo para el estadiaje loco regional y la visualización tridimensional de
las lesiones.
6.4 Laparoscopía
Este es un procedimiento que ha
tenido un impulso grande en el diagnóstico y evaluación preoperatoria del cáncer
gástrico (43-44). Recientemente ha aumentado el interés por la laparoscopía unido a la
ecografía, proceso denominado laparoscopía endoscópica (45) que ha aumentado
grandemente la sensibilidad diagnóstica preoperatoria especialmente en casos en los que
el TAC y otros elementos diagnóstico han fracasado, evitando así innecesarias
laparotomías.
7.- Clasificación del
Cáncer Gástrico
Utilizamos la clasificación adoptada
por la UICC que combina los conceptos de la Sociedad Japonesa para Cáncer Gástrico y el
INH de USA y que se basa en el TNM(20).
7.1.a T: Tumor Primario
Tx: tumor primario no puede ser
demostrado
T0: no evidencia de tumor primario
Tis: carcinoma in situ, sin invasión de
lámina propia
T1: tumor que invade lámina propia o
submucosa
T2: tumor que invade lámina propia hasta
subserosa
T3: tumor que penetra la serosa
T4: tumor que invade estructuras vecinas
7.1.b N: Ganglios Regionales
N0 No hay metástasis ganglionares
N1 Compromiso de los ganglios
perigástricos, dentro de los 3cm del tumor primario a lo largo de las curvaturas.
N2 Compromiso ganglionar a mas de 3 cm del
tumor primario, incluyendo ganglios que acompañan a las arterias.
N3: Compromiso de ganglios
hepato-duodenales, paraaórticos y retroperitoneales.
7.1.c M: Metástasis
M0: no hay evidencias de metástasis
M1: con metástasis a distancia
7.2.a Barreras Ganglionares:
De acuerdo al nivel de compromiso los
grupos ganglionares se agrupan:
Barrera 1: Perigástricos (1-6)
Barrera 2: Periarteriales(7-12)
Barrera 3: ligamento hepato-duodenal,
cólica media, mesentérica superior, paraaórticos.
7.2.b Compromiso de la serosa:
S0: no hay invasión de la serosa
S1 se sospecha compromiso de la serosa
S2 compromiso definitivo de la serosa
S3 infiltración a órganos vecinos
7.2.c Metástasis Peritoneales:
P0 no hay metástasis peritoneal
P1 metástasis peritoneal adyacente al
tumor, incluye epiplon mayor, no al diafragma.
P2. Metástasis peritoneales
inframesocólica o diafragmática
P3: carcinomatosis
7.2.d Metástasis Hepáticas:
H0: no hay metástasis hepática
H1: Metástasis en un solo lóbulo
H2: Escasas metástasis en ambos lóbulos
H3: Numerosas metástasis en ambos lóbulos
7.3 Clasificación de la
Resección:
Anteriormente se definía como el tipo
de cirugía realizada y se anteponía la letra R, hoy para diferenciar de la parte
resecada gástrica se utiliza la letra D y es así que se ha establecido:
D0 Paliativa, la resección del tumor o de
las barreras ganglionares es incompleta.
D1: es la gastrectomía total o subtotal
con remoción de la barrera 1.
D2: Es la gastrectomía total o subtotal
con remoción de la cadena N1 y N2.
D3: es la gastrectomía total o subtotal
con resección de N1,N2,N3.
8.- Cáncer Gástrico Inicial
Sin lugar a dudas la concepción de
cáncer gástrico inicial o precoz ha revolucionado la historia natural de ésta
enfermedad(7,8). En Japón constituyen alrededor del 30%, mientras que en Europa y USA
oscilan en 15%. Por lo general su diagnóstico es por screening o por hallazgo en una
endoscopía hecha a un paciente sintomático con gastritis o dispepsia.
Su definición data desde 1962 por la
Japanese Society of Gastroenterological Endoscopic que lo define como un adenocarcinoma
limitado a la mucosa o a la submucosa independientemente de la afectación de los ganglios
linfáticos(20), con lo que se establece la posibilidad de curación del paciente con
procedimientos locales o limitados.
Los cánceres gástricos tempranos se deben
subdividir de acuerdo:
a) Si la enfermedad maligna está limitada
a la mucosa o a invadido la submucosa
b) Su aspecto macroscópico
c) Componentes multifocales
d) El tipo histológico.
La valoración se puede hacer por
radiología y endoscopía. En los países occidentales, se considera que la endoscopía es
más sensible que la radiología, por lo que es el método de diagnóstico de primera
elección.
De acuerdo a la morfología y a la
macroscopía, los cánceres iniciales pueden tipificarse en tres tipos(46): tipo I que es
el saliente o protruded; tipo II que es IIa elevado, el IIb plano y el IIc deprimido; y a
su vez el tipo III que es el excavado.
En el tipo elevado están considerados
entonces el tipo I y el IIa, mientras que en el tipo deprimido se consideran al tipo IIc y
al tipo III.
Esta clasificación podría a su vez
describirse endoscópicamente con una combinación de su forma de presentación y es así
que puede ser: II + IIa, IIa + IIc, IIc + III (dibujo 1).
La importancia de este tipo de
clasificación es que basado en esto puede predecirse el tipo de tratamiento al que puede
someterse un paciente, especialmente con los términos actuales de la cirugía
conservadora y su realización por vía endoscópica, técnica denominada mucosectomía.
Los candidatos a este
tipo de procedimiento son aquellos cánceres ubicados exclusivamente en la mucosa, tipo I
ó IIa con un diámetro menor a 2 cms. ó los IIc con un diámetro menor a 1 cm.sin
ulceraciones.
El procedimiento de la mucosectomía o
también biopsia en tira introducida por Tada y cols(47) permite obtener muestras de
biopsia hasta de 3 cm. La técnica se basa en la aplicación de inyecciones de suero
fisiológico en la submucosa por debajo de la lesión para crear una pequeña tumefacción
que se extirpa después utilizando un asa de alta frecuencia (LEEP). Esta técnica permite
una resección de un bloque hasta de 2 cm. de diámetro y la pieza obtenida se conserva
íntegra en sus bordes y se puede determinar perfectamente bien la presencia o ausencia de
invasión vascular así como el tipo histológico del tumor.
Este tipo de procedimiento es útil en
pacientes ancianos, de alto riesgo que rechazan una intervención quirúrgica mayor, pero
que deben de ser advertidos de la posibilidad de que la curación del cáncer no podría
alcanzar el nivel de curación radical similar a la cirugía convencional, además que el
paciente debe de ser seleccionado estrictamente y someterse a un control evolutivo
constante de su lesión (48)
9.- Tratamiento.
El pilar fundamental en el
tratamiento del cáncer gástrico lo constituye la cirugía. Otras modalidades de
tratamiento son la quimioterapia sea neoadyuvante o adyuvante y tambien interviene la
radioterapia.
9.1 Tratamiento
Quirúrgico.
9.1.1 Generalidades:
La cirugía
constituye el principal método de tratamiento con fines curativos del cáncer gástrico a
pesar de que muchos clínicos consideran inaceptable la morbilidad y mortalidad elevada
que produce la cirugía radical extendida. Los demás procedimientos como la quimioterapia
o radioterapia se utilizan solo o de adyuvancia y sirven a manera paliativa, sin embargo
la curación es posible cuando la enfermedad se diagnostica en estadio precoz y la
cirugía de resección es radical. (Fotos 15-16-17)
Es indispensable
disponer de un diagnóstico preoperatorio preciso, para poder establecer si el cáncer
está en situación inicial o avanzada. Los cánceres gástrico iniciales deben
subdividirse teniendo en cuenta si la malignidad ha invadido la mucosa o la submucosa, el
grado de diferenciación celular, su aspecto macroscópico y la presencia de lesiones
multifocales. Todo esto se puede lograr por endoscopía con la cual los cánceres
iniciales se han elevado hasta en 15% su incidencia(3), aunque hay reportes en Japón en
donde la radiografía con doble contraste tiene una precisión diagnóstica similar a la
endoscopía. Esta última se ha visto favorecida con el uso de colorantes y sistemas de
amplificación de imágenes con lo que se diagnostican cánceres mucosos pequeños
susceptibles como ya establecimos de ser tratados incluso por mucosectomías.
Aunque el cáncer gástrico precoz se puede
diferenciar del avanzado o tardío casi en un 80%, especialmente en las lesiones
sobreelevadas, existen muchas lesiones deprimidas o ulceradas en las que la fibrosis que
se produce en respuesta a la inflamación hace que fracasen métodos preoperatorios
modernos como es la ecografía endoluminal endoscópica, por lo que el diagnóstico
definitivo se hará en el análisis de la pieza operatoria.
La resección ganglionar extendida es
cuestionada por algunos por la morbilidad que conlleva. Los tipos de resección que se
realizan varían de acuerdo a la ubicación del tumor así como al estado general del
paciente, a la presencia o no de metástasis locales o regionales así como la presencia
de ascitis.
En los cánceres tempranos o iniciales en
los que la invasión está limitada sólo a la mucosa o a la submucosa gástrica la
supervivencia a los 5 años es excelente con 94.5%(8), pero cuando existe invasión de los
ganglios aún en estos estadíos la supervivencia baja a 73.2%(9), lo cual plantea una
duda en cuanto a la definición de cáncer gástrico inicial, puesto que se ha establecido
hasta en un 13% la invasión a las cadenas ganglionares aún en estos estadíos mal
denominados incipientes(49-50).
Los tipos de gastrectomías que se
utilizan son la gastrectomía total, subtotal y proximal y de acuerdo a la disección de
los ganglios la radicalidad de la misma va en función de cuatro tipos: D0, D1, D2, D3 y
D4.
La mayoría de los
cirujanos consideran la disección ganglionar extendida como una parte esencial de la
gastrectomía por cáncer, debido a que se podrían extirpar más metástasis si se
incrementa la disección radical, tal como lo demostró Aretxabala (51) que estableció
que existía un mayor grupo de ganglios comprometidos si era mayor la disección
ganglionar.
9.1.2 Revisión Histórica:
Desde
la primera narración de Avicenna acerca del cáncer gástrico a principios del milenio,
los avances que se lograron en esta patología hasta el siglo XVIII, fueron esporádicos y
muy pocos reveladores. En 1810, Merren realizó una extirpación del píloro en perro de
una manera exitosa y propuso la extirpación del píloro en seres humanos acompañado de
una gastroentero anastomosis como tratamiento del cáncer gástrico distal.
Fue Péan en 1879 que realiza la primera
resección gástrica por cáncer, el paciente falleció 4 días después. En 1881 Billroth
realizó una operación como sugirió Merren 71 años antes, habiendo tenido el paciente
una sobrevida de 4 meses. En 1897 Schatter realizó la primera gastrectomía exitosa, con
una sobrevida de 14 meses.
En 1906 Cuneo y Dobson demostraron las
primeras formas de difusión del cáncer gástrico a los ganglios linfáticos. Con el
pasar de los años fueron cada vez más los reportes que se tenían sobre el tratamiento
quirúrgico del cáncer gástrico así como el valor de los Rayos X descubiertos por
Roentgen en 1897 y su aplicación para estudios del tubo digestivo utilizando papillas de
subnitrato de Bismuto. Los hermanos Mayo disminuyeron la morbilidad y mortalidad del
cáncer gástrico utilizando la experiencia y el juicio clínico para el tratamiento.
La aparición del gastroscopio flexible en
1932 y el uso del diagnóstico de la citología exfoliativa a través de una técnica de
tinción especial como fue el Papanicolau en 1947 permitió un diagnóstico más preciso y
rápido del cáncer gástrico. Posteriormente aparecieron múltiples técnicas tanto para
el diagnóstico precoz como para el estadiamiento preoperatorio que han permitido tener un
mejor conocimiento de la biología tumoral del cáncer gástrico y con ello planificar
estrategias no sólo para su tratamiento sino para su diagnóstico incipiente. El
advenimiento de la laparoscopía y su utilización no solo para el diagnóstico sino para
el tratamiento sea paliativo o curativo en combinación con procedimientos endocópicos
son los muchos avances que se han logrado para combatir este mal. Además está el notable
mejoramiento de las técnicas de anestesia así como el implemento de unidades de cuidados
intensivos. El conocimiento más exacto de la cicatrización de las heridas, el uso de
sustancia tendientes a ahorrar calorías o a nutrir al paciente operado desde fases muy
iniciales sea con el uso de alimentación venosa o enteral, y los nuevos conceptos de la
microbiología y antibiótico-terapia permiten ofrecer al momento al paciente mejores
posibilidades de tratamiento y por ende de sobrevida.
Para establecer la continuidad del
tránsito gastrointestinal se propusieron diversos procedimientos como los establecidos
por Hacker que propuso la gastroyeyuno anastomosis termino-terminal y luego Polya en 1911
la modifica al realizar la misma con toda la abertura siguiendo la motilidad intestinal
estableciéndose así las anastomosis iso peristálticas aquellas que siguen el movimiento
intestinal o antiperistálticas que van contraria a dicho movimiento, a fin de evitar el
reflujo hacia el estómago o esófago.
9.1.3 Tipos de Gastrectomía.
De
acuerdo a los resultados que se obtienen para el tratamiento del cáncer gástrico la
cirugía se clasifica en: Curativa Absoluta, Curativa Relativa y Paliativa.
Cirugía curativa absoluta
es aquella en la que los resultados han revelado ausencia de
metástasis en hígado, peritoneo, los límites de sección son negativos para malignidad,
que la tumoración abarca hasta la serosa (S1-2) y que la resección ganglionar se
efectuó hasta una barrera mas allá de la comprometida (R>N).
Cirugía Curativa relativa
es
similar a la anterior pero aquí la resección ganglionar es hasta la barrera comprometida
(R=N+) o cuando se encontró S3.
Cirugía paliativa
es aquella en la que al realizar el tratamiento quirúrgico se deja
tumor residual, se reseque o no el estómago, además por lo general en estos casos no se
realiza disección ganglionar (R<N).
La principal intervención quirúrgica
para el cáncer gástrico inicial o temprano con fin curativo es la resección D2
sistemática, que incluye los ganglios linfáticos de los grupos 1-2, debido a que la
posibilidad de metástasis en estados iniciales es probable, no justificándose la
determinación intraoperatoria de metástasis en un grupo ganglionar específico. Además
es necesario establecer que a diferencia del cáncer gástrico avanzado donde la presencia
de metástasis es también por vía hematógena al realizar la cirugía D2 en cánceres
incipientes se estaría haciendo una resección con carácter curativo.
Sin embargo de lo anterior teniendo en
cuenta que puede predecirse que existirán metástasis linfáticas en tan sólo un 3% de
los cánceres de mucosa y un 20% en el de submucosa en las cadenas ganglionares del nivel
1, la pregunta que saldría es por qué la resección D2 debe ser la técnica quirúrgica
estándar como propugnan los japoneses (52-53). Esto ha hecho que en Europa y en
Norteamérica se realicen resecciones linfáticas más limitadas teniendo en cuenta la
función inmunológica de los ganglios linfáticos y además el pronóstico favorable que
en general tiene el Cáncer Gástrico temprano. El problema radicaría especialmente en
los cánceres gástricos iniciales submucosos en donde la linfadenectomía limitada vs la
radical sería más aconsejable en pacientes ancianos y de alto riesgo que en pacientes
jóvenes y con buen estado orgánico.
Se ha definido como cirugía limitada
aquella en la cual se hace una extirpación amplia del tumor estableciendo factores de
riesgo para la existencia de metástasis en los ganglios linfáticos que es mínima
especialmente en las lesiones sobreelevadas tipo I y II, cánceres pequeños y
adenocarcinoma bien diferenciado(54). Para este tipo de tumores se aconsejaría realizar
una cirugía D1. En cambio en aquellos tumores que tiene mas de 4 cm de diámetro, mal
diferenciados, planos o deprimidos, la cirugía indicada es la D2, D3 o D4.
Al realizar un análisis de la
significación de las metástasis linfáticas en el cáncer gástrico, Kodama y et al(49),
demostraron que las metástasis linfáticas no detectables microscópicamente no tenían
gran influencia sobre el pronóstico de la enfermedad. Este hallazgo pudo obtenerse al
realizar vaciamientos amplios por sistema de ganglios macroscópicamente normales. Los
ganglios fueron evaluados en las piezas recién extirpadas, es decir, bajo condiciones
más favorables que durante la operación. Como resultado, sugirieron que, en ausencia de
metástasis palpables, se debería realizar una disección estándar ampliada, hasta que
se halla llevado a cabo análisis de la incidencia y la curabilidad de las metástasis
ganglionares en las distintas estaciones ganglionares para los tumores con diferentes
localizaciones y profundidades de invasión, de forma que dispongamos de una guía para la
disección de cada caso individual.
Para las formas avanzadas o tardías del
cáncer gástrico, en pacientes seleccionados se propone como cirugía con fin curativo
siempre la D3, que incluye además de la resección de los ganglios periviscerales y
arteriales la disección de las cadenas del nivel 3, incluso en algunos casos
seleccionados se puede realizar la disección D4 que incluye los paresofágicos y los de
aorta infracólica.
9.1.4 Valoración Preoperatoria.-
Establecido el diagnóstico del cáncer gástrico es necesario realizar una serie
de análisis para poder evaluar al paciente que va a ser sometido a una intervención
quirúrgica.
En primer lugar tenemos que establecer su
estado general con un examen físico riguroso, buscando la presencia de masas abdominales,
nódulos cervicales, y lo más importante realizar un tacto rectal. En caso sea mujer una
evaluación ginecológica se impone. Luego es necesario practicar:
Valoración cardiológica que incluye
EKG
Valoración general con exámenes:
hemograma completo, glicemia, azotemia, Grupo sanguíneo, pruebas de coagulación,
proteínas totales con fracción de albúmina, colesterol y triglicéridos, marcadores
tumorales (CEA,19-9,72-4) y al momento a todo paciente que va ser sometido a cirugía test
de SIDA.
Radiografía Estándar de Tórax.
Ecografía Abdomino Pélvica
Como Opcionales: TAC abdomino Pélvico.
Sí existe potencialidad de tumor avanzado
se recomienda al momento la laparoscopía pre-operatoria con fines diagnósticos y/o
paliativos. En muchos centros oncológicos la Laparoscopía entra como un proceso de
rutina en la evaluación pre-operatoria de los pacientes con cáncer gástrico.
9.1.5 Incisiones.-
Existen
diversos tipos de abordaje para la cirugía del cáncer gástrico. Algunos autores
prefieren la incisión transversa del abdomen, otros para las gastrectomías subtotales la
incisión subcostal izquierda con extensión a la línea media. Nosotros preferimos el
abordaje con una incisión media sub-xifoidea umbilical que se puede extender hacia arriba
a través del apéndice xifoides y hacia abajo por debajo del ombligo. Una vez realizada
la incisión cualquiera que hayamos elegido utilizamos el electrocauterio para profundizar
la herida y llegar hasta la cavidad abdominal realizando la hemostasia correspondiente.
Terminado el procedimiento quirúrgico
somos partidarios de dejar un dren tubular por debajo de la anastomosis y procedemos al
cierre de la herida con puntos de monofilamento no absorbible en un solo plano con o sin
el peritoneo, tipo surget. La piel se sutura con nylon o con alambre.
9.1.6 Determinación de la
Resecabilidad.- Abordada la cavidad abdominal se procede a tomar muestras de
líquido ascítico si lo hubiera para ser examinado posteriormente por citología. En
casos no exista ascitis se recomienda para gradaje futuro lavar la cavidad abdominal,
especialmente alrededor del tumor para luego tomar muestras que deberán ser examinadas
por estudio citológico y con tinción de Papanicolau. Después realizamos un examen
riguroso de todos los órganos abdominales, palpando especialmente el hígado en toda la
superficie de los lóbulos, así como de los bordes. Luego palpamos hacia arriba y hacia
atrás especialmente la cúpula diafragmática, el ligamento triangular, el lóbulo
izquierdo, los pilares del diafragma, el hiato esofágico, el bazo y la cúpula
diafragmática izquierda. A continuación palpamos el estómago, establecemos su
movilidad, el epiplón mayor, el colon transverso y el ascendente, el ángulo de Treitz
yeyunal, el intestino delgado y su mesenterio hasta llegar al ciego. Después se realiza
la palpación del fondo de saco de Douglas, la reflexión del sigmoides a este nivel, y en
la mujer el utero y los ovarios. Posteriormente procedemos disecar el epiplón mayor de su
reflexión avascular en el colon transverso siguiendo hasta la flexura esplénica del
colon que separada del epiplón el colon se lo retrae hacia abajo, y levantando el
estómago hacia arriba, procedemos a revisar la transcavidad de los epiplones, con lo
cuál establecemos que el estómago no este fijado al páncreas y que se pueda resecar
sólo o incluyendo una porción del mismo. Además se visualiza y se constata que el
mesocolon no este involucrado con el tumor porque en ese caso al estar comprometida la
arteria colica media se procederá a planificar la resección del segmento colonico
afecto. En esta etapa debemos realizar la movilización del píloro así como el
duodeno(Kocherización)hasta la segunda porción, así como se palpa el esófago terminal
determinando la unión esogogástrica que se facilita por la presencia de la sonda de
Levine colocada por el anestesiólogo. Si el tumor se ubica hasta cerca del fondo
gástrico somos partidarios de realizar la gastrectomía total incluyendo 2 cm de esófago
abdominal por lo que en esta etapa procedemos ha realizar una incisión en el diafragma
hacia delante siguiendo como guía nuestro dedo índice izquierdo, cortamos el diafragma y
obtenemos una buena exposición de los últimos 5 o 7 cm del esófago terminal. Este tipo
de procedimiento se utiliza también para tratar el cáncer de cardias y realizar una
gastrectomía total con esofaguectomía distal.
Gastrectomía Total. En esta
intervención se realiza la extirpación de todo el estómago incluyendo 2 o 3 cm de
esófago terminal, y la primera porción del duodeno. Está indicada en el tratamiento del
cáncer tipo difuso de Laurén así como el cáncer que afecta al fundus gástrico y al
cardias. Con fin curativo se realizará la disección ganglionar D2. El debate actual
está dirigido a la preservación del bazo, especialmente teniendo en cuenta lo
dificultoso que resulta la disección de las cadenas del hílio esplénico, sin embargo la
preservación del bazo es fundamental para mantener el estado de inmunidad del paciente.
Gastrectomía Subtotal. En esta
intervención se extirpan alrededor de las 2/3 partes del estómago. Está indicada en los
tumores que afectan el píloro, antro y curvatura mayor. Es la cirugía que con mayor
frecuencia se realiza en nuestro medio. La cantidad de estómago que se debe extirpar
está en relación con obtener un margen apropiado de seguridad, que como ya establecimos
oscila entre 3 y 5 cm. Existen distintas formas de expresar la cantidad de estómago
resecado y esta varía de acuerdo a sí es 2/3,3/4, 4/5. Cualquiera de las formas que
expresemos debe asegurar un margen libre con tejido sano alrededor. (Dibujo 2).
9.1.7.Maniobras que se
realizan en la gastrectomía curativa.-
Tanto en la gastrectomía total como en la
subtotal se realizan una serie de pasos pre-establecidos con propósito de hacer una
cirugía curativa y estos son:
Omentectomia:
consiste en
remover y resecar el epiplón mayor, así como los ganglios subpilóricos, y valorar el
mesocolon y la arteria colica media.
Maniobra de Kocher:
Nos permite
poder realizar la disección de las cadenas ganglionares suprapilóricas, del ligamento
hepatoduodenal, los ganglios: retropancreáticos, de la mesentérica superior y los de la
aorta abdominal. Permite también movilizar el duodeno para la anastomosis los que usan el
Bilroth 1, o realizar un buen cierre del muñón duodenal como es el caso nuestro.
División y sección de la membrana
serosa que recubre el páncreas en su borde superior.
Nos permite disecar la
arteria hepática común, el tronco celíaco y el origen de la arteria esplénica así
como ligar en su origen a la arteria coronaria estomáquica con la remoción de los
ganglios a ese nivel.
En caso de gastrectomía total se
añade además:
División y sección del
ligamento triangular del lóbulo izquierdo, avascular que permite evaluar el esófago
abdominal, disecar y resecar los ganglios del grupo 1-2.
Movilización del bazo y cola del
páncreas. Nos permite poder disecar los ganglios a lo largo de la arteria esplénica, los
del hílio esplénico y si podemos preservar el bazo, remover los vasos cortos, o realizar
la esplenectomía con o sin pancreatectomía distal, muchos autores prefieren evitarla por
la elevada morbilidad que produce.
9.1.8. Restablecimiento de la
Continuidad. La continuidad del tránsito intestinal varía de acuerdo al tipo de
gastrectomía, sí esta es total o subtotal. Cuando se realiza gastrectomía total el
restablecimiento lo hacemos con una anastomósis esófago yeyunal (Dibujo 3), la misma que
puede realizarse con un asa de yeyuno (término-lateral), o con una Y de Roux
(termino-terminal).
Gastrectomía total: preferimos
la anastomosis en Y de Roux. La sutura la realizamos con monofilamento, en un solo plano y
puntos separados. Normalmente realizamos primero los puntos angulares que involucran todos
los planos, comenzando por el esófago de fuera adentro, el punto toma nuevamente la
mucosa esofágica y sale hacia la mucosa yeyunal que es incluída en la sutura para luego
salir por el yeyuno de adentro hacia fuera para realizar el anudamiento de los 2
segmentos. Igual maniobra realizamos en el otro ángulo. Ambos puntos se dejan diferidos.
Se procede a realizar después un punto central en la cara posterior que entrando por
yeyuno atraviesa todas las capas de éste y luego abarca el esófago por fuera atravesando
todas las capas y luego un punto simple que involucra solo las mucosas esofágica y
yeyunal anudando este punto(Dibujo 4-5) y traccionándolo realizamos 2 puntos por cada
lado entre el ángulo y el punto medio, luego con una pinza de ángulo recto procedemos a
comprobar la integridad de la pared anastomótica (Dibujo 6-7). En caso detectemos un
orificio realizamos una sutura similar que involucre primero todas las capas esofágicas y
yeyunales y luego uno simple que incluya solo la mucosa. Procedemos después a realizar la
sutura de la cara anterior para lo cual realizamos una sutura simple que incluye toda la
pared esofágica y comenzando por el esófago se realiza un punto de dentro afuera y luego
un punto al yeyuno que se lo realiza de afuera adentro saliendo casi a nivel del borde. Se
realizan 2 o 3 puntos por cada lado los mismos que su anudamiento se los difiere hasta
haber realizado todas las suturas, se procede luego a realizar el anudamiento. En el
centro colocamos normalmente un punto en U que abarca todas las capas del esófago y del
yeyuno. Luego fijamos o anclamos la anastomosis a los pilares del diafragma(Dibujo 8).
Previo a la sutura de la cara anterior se canaliza el esófago y el yeyuno con 2 sondas.
Una de Levine que es pasada luego a través de la anastomosis yeyuno-yeyunal(20 o 25 cm
más caudalmente) al asa aferente, y otra que es para alimentación enteral que se
canaliza por el asa eferente en toda su extensión (Dibujo 9). Sistemáticamente
procedemos después a comprobar la impermeabilidad de la anastomosis para lo cual el
anestesiólogo introduce por la sonda de Levine solución salina con algún colorante.
Comprobado que no hay fuga se da por terminada esta fase de la operación y fijamos con
puntos a los pilares difragmáticos la anastomosis.
Luego procedemos a
realizar la entero-entero anastomosis la que la hacemos siempre término lateral, a unos
20 o 25 cm por debajo de la anterior de la misma forma, por lo general utilizamos material
tipo vicryl 00, realizamos el plano posterior con un surget, luego incidimos el segmento
del yeyuno y realizamos una nueva sutura con vicryl 00, primero en la cara posterior de la
anastomosis y luego sobre el borde anterior de la misma, reforzando el plano anterior con
un plano de surget con vicryl 00. Antes de cerrar la anastomosis pasamos como ya
establecimos hacia el asa eferente la sonda de Levine con lo que disminuimos la presión a
nivel del duodeno.
Cuando tenemos oportunidad todo el proceso
de restablecer la continuidad lo realizamos con Autosutura. Para la anastomosis del
esófago realizamos la Y de Roux y utilizamos un aparato EEA diámetro 29 o 31. la
anastomosis yeyuno-yeyunal la hacemos con una pinza TA de 35mm(Dibujo 10). En el primer
tiempo unimos las caras posteriores del yeyuno y luego haciendo un triángulo procedemos a
realizar la primera anastomosis con una TA de 35mm que involucra la primera mitad y luego
con la misma pinza y una nueva carga hacemos el otro triángulo de la cara anterior.
También se puede realizar este procedimiento utilizando una GIA de 50 mm con lo que se
hace la anastomosis latero-lateral y luego el defecto se cierra con una TA de 55mm o con
un surget de vicryl 00, en 2 planos.
Gastrectomía Subtotal:
el restablecimiento de la continuidad lo hacemos con una anastomosis término lateral,
que puede ser toda la boca(Polya) (Dibujo 11) o parcialmente (Hofmeister)(Dibujo 12).
Utilizamos sutura manual con vicryl 00, haciendo un surget de la cara posterior y luego
comenzando por el centro con 2 hilos de vicryl realizamos surget con puntos ramberzados y
hemostásicos siguiendo toda la línea de la mucosa, luego y al llegar a los angulos se
regresa con puntos invaginantes hasta llegar al centro donde se unen las 2 suturas que son
anudadas con un punto en 8. Luego se realiza un plano de reforzamiento del borde anterior.
Se procede a realizar luego una entero-entero anastomosis yeyunal a unos 25 0 30 cm por
debajo de esta anastomosis tipo Braunm. En algunos casos hemos utilizado la anastomosis
mecánica con autosutura empleando la GIA 75 y luego el defecto gástrico y yeyunal lo
cerramos con una TA de 55mm. Similar como en la gastrectomía total dejamos las sondas de
Levine y la alimentación enteral.
9.1.9 Manejo
Post.Operatorio.
Por lo general los pacientes han sido
monitorizados en el transoperatorio evaluando su presión arterial, pulso, diuresis, y en
algunos casos gases arteriales. De acuerdo al hematócrito se repondrán las unidades de
sangre que sean necesarias, aunque somos partidarios de limitar en lo posible su
utilización. Terminado el acto quirúrgico el paciente sale a cuidados intermedios por el
lapso de 6 horas en la que se evalúa los signos vitales, control del dren y del
hematócrito. A las 24 horas se inicia la alimentación por sonda, en la que se administra
líquidos y concentrados energéticos con carbohidratos y proteínas, alimentación que se
mantiene por el lapso de 5 o 7 días. A las 36 horas se retira la sonda de Foley, el
paciente deambula solo, se inicia terapia respiratoria asistida con espirómetros, se
retiran las medias antiembólicas y si se utilizó algún tipo de anticoagulante se lo
mantiene por el lapso de 5 días. A los 7 días procedemos a valorar la anastomosis
realizada para lo cual damos un medio hidrosoluble y visualizamos por tránsito
gastrointestinal la función de la anastomosis, que comprobada su integridad se restablece
la alimentación normalmente y el paciente es dado de alta. Durante todo el transopertorio
administramos antibióticos preferible cefalosporina de primera generación. En caso se
produzca fiebre que establezca una infección, se realizan los exámenes correspondientes
y se cambia el esquema de antibiótico a cefalosporinas de tercera generación. En caso
persista, se comunica al servicio de infectología y previos cultivos se tratara de
establecer el agente causal y la razón de la infección.
9.1.10 Cirugía Paliativa.
Este tipo de cirugía se recomienda
cuando no se puede realizar la extirpación curativa del cáncer, debido a la presencia de
ascítis, carcinomatosis miliar, grandes masas ganglionares, invasión directa del
páncreas, afectación bilateral o masiva del hígado. En estos casos la cirugía puede
ser realizada para restablecer la continuidad intestinal con un bypass. Preferimos la
anastomosis retrogástrica, sea transmesocólica o antecólica, latero-lateral.
Realizamos la gastrectomía paliativa
solo
en los siguientes casos sea total o subtotal:
La remoción del tumor sea factible y
fácil.
Cuando hay una hemorragia proveniente del
tumor.
Cuando existe perforación del tumor.
Criterios de Inoperabilidad: declaramos
fuera de recurso quirúrgicos al paciente cuando se encuentra en los siguientes casos:
- Carcinomatosis peritoneal establecida por
exámenes o por laparoscopía.
- Múltiples metástasis hepáticas
- Ascitis maligna
- Karnofsky menos de 60
- Grave enfermedad concomitante.
Gastrostomía y Yeyunostomía.
Son procedimientos que se realizan en casos que por la edad del paciente consideramos
que se beneficiaran de tratamiento con quimioterapia, que pudiera reducir la masa tumoral
y sean susceptibles de un procedimiento quirúrgico posterior. Sin embargo, los resultados
que se obtienen no son satisfactorios por lo que su uso rutinario no lo aconsejamos.
Para la gastrostomía utilizamos por lo
general una sonda de Petzer, fijada con doble jareta en bolsa de tabaco y exteriorizada
por contrabertura lateral a la pared. La yeyunostomía la realizamos utilizando una sonda
de flexifló, que se fija en el yeyuno con un recubrimiento de 10 cm de pared intestinal y
por una jareta se lo fija a la pared abdominal.
9.1.11. Cáncer del cardias.
El adenocarcinoma del cardias es un tumor
poco frecuente que está aumentando su incidencia paulatinamente, tiene peor pronóstico
que el cáncer escamoso del esófago inferior y su tratamiento es motivo de controversias
especialmente en lo relacionado a la radicalidad o no del tratamiento quirúrgico(55).
Tiene la particularidad de invadir
localmente e infiltrar los ganglios celíacos, de la curvatura menor, esplénicos,
para-aórticos y los supra pancreáticos por lo que el tratamiento que debe realizarse con
fines curativos es la gastrectomía total con disección radical D3. En cuanto al abordaje
la incisión que se ha preconizado es la vía toraco-abdominal, por la que se realiza la
gastrectomía total con disección de los ganglios del Nivel 1,2,3, y que puede incluir la
cola del páncreas. Este tipo de cirugía lleva una gran morbilidad que está relacionada
a la extensión de la resección del órgano, a la extensión de la disección ganglionar
y a la experiencia del cirujano. La operación aporta buenos efectos paliativos y el
porcentaje de supervivencia a mediano plazo es alentador. En los casos iniciales y
tempranos puede ser curativa.
9.1.12 Complicaciones de la
Cirugía Gástrica.
Al enfocar el tratamiento quirúrgico
del cáncer gástrico el cirujano debe tener en cuenta las complicaciones postoperatorias,
inmediatas o tardías, y todas las consideraciones sobre la evolución de esta enfermedad,
medir el riesgo real de morbilidad y mortalidad, así como el grado de difusión potencial
o incapacidad postoperatoria antes de decidir sobre el tipo de resección que se
realizará y la restitución de la continuidad intestinal.
La supervivencia en el cáncer gástrico
como en otras neoplasias malignas, depende de las características biológicas del tumor,
de la resistencia del paciente y de varios factores no bien definidos, mas que de la
habilidad del cirujano o del tipo de intervención quirúrgica. Sin embargo, en la época
actual solo la resección quirúrgica ofrece una esperanza de curación en algunos casos
tempranos y como en todo procedimiento quirúrgico, existen riesgos, similares a cualquier
cirugía gástrica, pero el paciente oncológico es más susceptible de desarrollarlas,
dependientes del estado general y nutricional previo al tratamiento, los antecedentes
patológicos, enfermedades concomitantes, la localización y extensión tumoral y en
ocasiones relacionadas al tipo de anastomosis. Las complicaciones generales, como
tromboembolísmo pulmonar, bronconeumonías y atelectasias y otras específicas en el
orden de fístulas, dehiscencia, hemorragias, han disminuído presentándose en
aproximadamente 2-4%, debido a un estadiaje oportuno del cáncer, a la preparación
adecuada pre-operatoria y el seguimiento post-quirúrgico, comenzando con una terapia
respiratoria inmediata, medidas antiembólicas, cobertura con antibióticos de mayor
actividad, y la utilización rápida de la nutrición enteral.
Las complicaciones del postoperatorio de la
gastrectomía incluyen aquellas producidas a corto plazo o inmediatas y aquellas que se
denominan tardías, las que enumeramos a continuación.
Complicaciones tempranas:
Hemorragia
Infección
Íleo
Pancreatitis aguda postoperatoria
Filtraciones del muñón duodenal o de la
anastomosis
Retardo de la evacuación gástrica y
retención
Complicaciones tardías:
Síndrome de Dumping
Hipoglicemia o Dumping Tardío
Obstrucción del asa aferente y eferente
Reflujo alcalino biliar y esofagitis
Fistulas
Bezoares
Pérdida de peso, síndrome de estómago
pequeño
Síndrome de malabsorción Diarrea
Anemia
Hipoproteinemia
Enfermedad ósea
Recidiva tumoral
Cada uno de estos padecimientos deben
tenerse en consideración al realizar la gastrectomía con fines de tratamiento, y pensar
siempre la posibilidad de los mismos para en caso se produzcan dar el tratamiento
adecuado.
10.2 Quimioterapia
Se ha utilizado a lo largo de los
últimos 30 años diferentes tratamientos quimioterápicos sin que se haya obtenido hasta
el momento resultados que sean estimulantes. Las combinaciones que han contenido las
nitrosureas asociadas al 5-FU no mostraron una diferencia significativa ni en la sobrevida
total ni en la sobrevida libre de recaída, aún agregándole a este tratamiento la
doxorubicina los resultados fueron similares. (24-26)
La utilización de protocolos que incluyen
mitomycina C tampoco ha demostrado diferencias significativas, aunque en un estudio de
Estabe y col. en que se administró altas dosis de mitomycina C, demostró una
sorprendente diferencia en la sobrevida con 7 recaídas en el grupo tratado contra 23 en
el grupo control de un total de 70 pacientes randomizados. Otros estudios que han asociado
combinaciones de 5-FU, mitomycina C, con VCR y MTX o con arabinósido de Cytocina no
mostraban diferencias significativas en la sobrevida.(58)
Es de recalcar que la mayoría de la
experiencia japonesa es basada en el uso de mitomycina C más el 5-FU y que se puede deber
(1º) a que la clasificación para estadiaje japonesa es diferente a la usada en resto del
mundo, (2º) a que la mayoría de los japoneses realizan disecciones ganglionares más
extensas, aún en transoperatorio, con la mitomycina y el 5-FU más derivado de este,
administrado en forma oral por casi dos años y (3º) al uso de modificadores de la
respuesta biológica llamados OK-432 y PSK.
Los protocolos que contienen doxorubicina
donde encontramos la asociación de 5-FU, doxorubicina y mitomycina C (FAM) no han
mostrado diferencia en la sobrevida porque este debe ser usado solamente como protocolo de
investigación.
Se ha utilizado quimioterapia más
radioterapia simultáneamente, encontrándose resultados en los cuales unos han demostrado
mejoría de sobrevida y otros no han demostrado diferencias en relación a los grupos
controles, por lo que en base de estos resultados la radioterapia más el 5-FU ha quedado
como pregunta abierta y está sujeta a investigación por intergrupos nacionales en los
Estados Unidos.(60)
El uso de quimioterapia interperitoneal
ha sido investigado muy entusiastamente por grupos japoneses, americanos y europeos, sin
que hasta el momento exista una clara definición de Fase II con una sobrevida a 3 años
de 68% para el grupo tratado contra el 27% del grupo control. (58-60)
Hasta el momento no existe una terapia
adyuvante que realmente sea definitiva en mejorar las sobrevidas de los pacientes. Si hay
cáncer gástrico macroscópico residual o márgenes positivos, la terapia postoperatoria,
no debe ser considerada como adyuvante. Nuestros estudios randomizados deberán continuar
siendo realizados para poder definir el futuro de la adyuvancia en cáncer gástrico,
especialmente con uso de mitomycina, administrada en forma más temprana después de la
cirugía y el uso de 5-FU y sus derivados administrándose en forma oral, tal como lo usan
en la escuela japonesa.
A pesar de la gran diferencia que se tiene
en tratamiento de cáncer de estómago avanzado, no es si no hasta después de los años
80 que los protocolos llamados de segunda generación fueron desarrollados como el EAP
(etopósido, doxorubicina y platino), ELF (etopósido, leucovorina, 5FU), FAMTX ( MTX en
altas dosis, 5FU, doxorubicina) y las infusiones continuas de 5FU más platinol, con
algunas variantes de estos protocolos han superados los clásicos resultados obtenidos con
FAM (5FU, doxorubicina, mytomicina). Analizaremos los más importantes resultados con
estos protocolos.
La administración de 5FU en forma de
infusión continua en un tratamiento de Rougier (60) y colaboradores, mostraron respuesta
hasta del 56% con una mediana de sobrevida de 16 meses. A este protocolo se le agregó la
epirubicina obteniéndose una aparente mejor respuesta con 71%, pero la sobrevida fue de
solo 8 meses.
Un protocolo y que generó mucho entusiasmo
es el EAP, que aunque no usaba el 5FU, produjo respuesta de hasta el 64%, la sobrevida
media fue de 9 meses, pero esta sobrevida realmente mejora si se comparaba los tumores
localmente avanzados contra los que tenían metástasis a distancia (sobrevida media 17
Vs. 8,5 meses), y si el paciente entraba en remisión completa con la combinación de
quimioterapia más cirugía, la mediana de sobrevida fue de 24 meses. El mayor problema
con este protocolo es que la toxicidad es excesiva con porcentaje de muertes tóxicas
entre 10-25%.
Un protocolo que ha generado mucho
entusiasmo es el EFL, en el que se usa leucovorina en altas dosis asociadas al 5 FU y el
etopósido, han producido respuesta de 53% y una sobrevida media de 11 meses. Si se
considera solo los tumores localmente avanzados la respuesta fue de hasta 70%. Haber
agregado a este protocolo la epirubicina, platinol o el interferón no mejorará los
resultados.
El uso de MTX en altas dosis asociados al 5
FU y a la doxorubicina, fue estudiado por primera vez por EORTC, tuvieron respuesta del
52% son una sobrevida media de 7 meses.
Los estudios randomizados en que se
compararon los protocolos mencionados anteriormente (ELF, EAP, FAMTX, 5 FU en infusión
más platino) contra el clásico FAM, mostraron una superioridad tanto en las respuestas
como en la sobrevida media.
Investigadores en Finlandia compararon el
FAMTX contra el mejor cuidado paliativo encontrando una sobrevida significativamente
prolongada en el grupo de quimioterapia, resultados similares fueron obtenidos en Brasil,
Suecia y Austria. (26-57-60)
El uso de un tratamiento previo a la
cirugía fue iniciado luego de la observación realizada de las respuestas de los tumores
avanzados de estómago, con la hipótesis de que una cirugía podía ser mejor realizada
si existía una reducción de la masa tumoral. Ajani y colaboradores fueron los primeros
en reportar el uso del EAP, con tres ciclos antes de la cirugía, observándose que de un
85% sometidos a cirugía 77% tuvieron resección curativas potenciales, la media de
sobrevida fue de 15 meses. El mismo Ajani realizó un protocolo similar con 5 FU,
etopósido, y platino (EFP), 72% de los pacientes tuvieron resección curativa potenciales
y una mediana de sobrevida de 15 meses. Leichman y colaboradores utilizaron quimioterapia
pre-operatoria asociados a terapia interperitoneal con floxuridina y platino, 92% de los
pacientes fueron sometidos a laparotomía, 87% se les realizó una resección, la media de
sobrevida es superior a los 17 meses. Kelsen y colaboradores usaron el FAMTX, obtuvieron
un 74% de resecabilidad con la sobrevida media de 15 meses y para los que tuvieron
resecciones curativas la sobrevida fue de 31 meses. (26-57-69)
10.3 Radioterapia.
Existen diferencias de opiniones
respecto a la manera de combinar cirugía y la irradiación para el carcinoma gástrico.
El problema principal de la irradiación intraoperatoria como único método de la
radioterapia es que no se conoce la extensión patológica de la enfermedad y no pueden
individualizarse los campos de radiación. Su posible ventaja es que los tejidos
limitantes de dosis como intestino delgado, colon e hígado, pueden retraerse fuera de los
campos de irradiación, tal retracción sin embargo, puede ser responsable de un número
significativo de fallos marginales.
Puesto que del 30-50% de las lesiones
gástricas son técnicamente irresecables, parecería atractivo el uso de algún grado de
irradiación preoperatoria para variar el tamaño y la capacidad metastásica de la
enfermedad. Si se usaran dosis moderadas de irradiación preoperatoria (4500-5000 cGy)en
un intento de disminuir la enfermedad para aumentar la resecabilidad, aumentarían
probablemente los riesgos de dehiscencia anastomótica, a no ser que las resecciones
fueran amplias o uno de los extremos de la anastomosis no estuviera irradiado. Sin embargo
no existen estudios aleatorios prospectivos que den evidencia final de que se altera la
sobrevida. Se benefician en especial pacientes con lesiones en el límite de la
resecabilidad. (26-59)
Con la irradiación postoperatoria los
campos y las dosis podrían individualizarse en algún grado con campos potenciales según
la extensión de la enfermedad; así si hay:
1) Ganglios linfáticos negativos más
allá de la mucosa, pero dentro de la pared en el cual se hará un campo de irradiación
pequeño para el área anastomótica, incluyendo el muñón duodenal, si era una lesión
distal deberá considerar la inclusión de los ganglios primarios.
2) Ganglios linfáticos negativos con
extensión más allá de la pared se diseñará un campo de irradiación moderado para
cubrir las estructuras del lecho gástrico con áreas ganglionares, deberá considerarse
la inclusión de todo el hemidiafragma izquierdo, especialmente en lesiones proximales.
3) Ganglios linfáticos positivos dentro de
la pared, el campo cubrirá tanto las áreas de drenaje ganglionar primarias como las
secundarias.
4) Ganglios linfáticos positivos con
extensión más allá de la pared se hará un campo de tratamiento que cubra todo el lecho
gástrico más las áreas de drenaje ganglionar linfático primarias y secundarias.
Las áreas ganglionares que se consideran
peligrosas en cuanto a la extensión primaria incluyen la gástrica, gastroepiploica,
tronco celíaco incluyendo el hilio hepático y la zona subpilórica, gastroduodenal,
esplenosuprapancreática, retropancreáticoduodenal y paraesofágica, si son lesiones
proximales.
Las cadenas ganglionares secundarias
peligrosas comprenden la mesentérica superior y paraórtica.
La pauta usual es de 4500 a 5000 cGy en 5-6
semanas administrados en fracciones de 1.7 a 1.8 Gy, ocasionalmente se aumenta hasta un
máximo de 5000 a 5500 cGy. (24-26)
La literatura disponible apoya el concepto
que el adenocarcinoma gástrico es una lesión radiosensible, sin embargo la limitancia
está en los órganos vecinos al campo de tratamiento, en estudios aleatorizados se ha
demostrado una mejor sobrevida en pacientes sometidos a cirugía y radioterapia que a la
de aquellos pacientes sometidos a cirugía o radioterapia solas.
La mayoría de los estudios sobre
tratamiento combinado quimio-radioterapia se basa en los resultados obtenidos en pacientes
inoperables y muestran que es mejor irradiación más 5 FU, que irradiación o 5 FU solos.
En la serie de la Mayo Clinic se utilizó 5
FU durante los tres primeros días de la irradiación (3500 a 4000 cGy) en los grupos
combinados frente a la irradiación sola, la supervivencia media fue de 12 meses frente a
5,9 meses y la supervivencia a 5 años fue de 3 a 25 pacientes frente a 0 a 23 pacientes,
en un estudio aleatorizado de doble ciego en pacientes con enfermedad irresecable.
(24-26-59)
11.-Pronóstico
En general el cáncer de estómago
tiene un pobre pronóstico. El estadio inicial tiene per se un mejor pronóstico que el
cáncer avanzado o tardío. Además el uso de la linfadenectomía sistemática en el
tratamiento del cáncer gástrico ha sido considerada como un factor de buen pronóstico
al asegurar una mayor posibilidad de erradicar el tumor, aunque algunos autores cuestionan
el hecho de elevar considerablemente la morbilidad dado que se extirpan un número
considerable de ganglios negativos.
Desde el punto de vista histopatológico
Iriyama et. al(56). establecieron el factor pronóstico de acuerdo a la clasificación de
Laurén (intestinal y difuso) y es así que la supervivencia de los pacientes varía
según la profundidad de la invasión tumoral en la pared gástrica. En los cánceres de
tipo intestinal que invaden la serosa(S2) o los tejidos adyacentes (S3) tienen una tasa de
sobrevida mayor que los del tipo difuso, pero cuando el cáncer está limitado sólo a la
pared gástrica sin invasión (S0 o S1) el pronóstico es mejor para el difuso que para el
intestinal. Estos estudios se oponen al concepto generalmente aceptado de que el cáncer
difuso es de peor pronóstico que el intestinal(6,50).
En nuestro medio la mayoría de los casos
se encuentran en estadíos avanzados, por lo que los tratamientos que se realizan son
paliativos. Otro elemento que es indispensable establecer es que muchos de los pacientes
que son sometidos a procesos quirúrgicos curativos sin que el procedimiento realizado
reúna las características establecidas para dicha resección, por lo que la mayoría
presentan recidivas locales a corto plazo, lo que se podría interpretar como un mal
resultado.
11.1.Riesgo de recurrencia
Está relacionado con el estado de la
enfermedad en el momento de la cirugía. Así en los que tienen sólo afectación de la
mucosa con ganglios negativos la tasa libre de enfermedad es de 95% para resecciones D2, y
85% para D1.
Cuando el compromiso es de la pared (S0-S1)
pero los ganglios son negativos la sobrevida es de 65% en D2, y de 52% en D1. Cuando hay
compromiso de la serosa(S2-S3), con ganglios negativos es 47% en D2 y 30% en D1. Cuando
los ganglios son positivos la sobrevida es del 15% en D2 y menos del 5% en D1. Cuando los
ganglios a distancia son positivos la sobrevida a 5 años es casi 0%.
Lo anterior nos podría indicar que la
clave para lograr mejor sobrevida es la cirugía radical, no conociendo si el extirpar
más tejido es la causa del fenómeno o si producto de la extirpación de mas tejido se
obtiene tumor no sospechado y el estadio cambia (Estado Migratorio del cáncer gástrico
para los japoneses).
Existen también otros elementos que son
para establecer el pronóstico y guardan relación con la actividad biológica y molecular
del cáncer estableciendo como elementos de mal pronóstico:
Expresión de CD44
Expresión del erbB/2
Estado de los receptores de estrógeno
Expresión del p53
12.- Conclusión y
Recomendaciones
El diagnóstico precoz es la clave
en el tratamiento curativo del cáncer.
Recomendamos una endoscopía de control en
pacientes mayores de 40 años que presenten síntomas digestivos.
Establecido el diagnóstico la Cirugía es
la única modalidad de tratamiento que asegura la curación en el cáncer gástrico.
La cirugía extendida y radical tiene mayor
morbilidad, por lo que su realización debe ser hecha por personal experimentado y con
conocimientos de oncología digestiva.
Creemos que en nuestro medio un cirujano
para realizarla debe tener un mínimo de 12 casos anuales operados.
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