Procesos
Malignos de las Glándulas Salivales
1.- Epidemiología
El carcinoma de las glándulas
salivales representa el 3-6% de los tumores de la cabeza y el cuello. En los EE.UU. se
comunicaron 1-2 casos por 100.000 habitantes en 1995. Para 1996 se anticipan 2.000 nuevos
casos y 790 muertes: sin embargo es difícil determinar la verdadera incidencia, dado el
raro carácter de estos tumores. 70% de las tumoraciones de glándulas salivales
comprometen a la parótida y de éstas el 70% son benignas, mientras que el 70% de las
tumoraciones de la glándula submaxilar son malignas. En los niños es más común el
adenocarcinoma quístico mientras que en la edad adulta es más común el carcinoma
mucoepidermoide. En todo el mundo la incidencia de tumores malignos de las glándulas
salivales solo presenta ligeras variaciones. (1, 2, 6)
2.-. Factores de Riesgo:
a) Edad:
Aunque la edad promedio en
el momento de la presentación es de 55 años casi el 2% de los tumores afectan a
niños de 1 mes a 10 años de edad, y el 16% aparecen en pacientes mayores de 30 años.
Prácticamente el 33% de las neoplasias pediátricas de las glándulas salivales son
malignas (el carcinoma mucoepidermoide es el más frecuente). Los tumores indiferenciados
se observan con suma frecuencia durante la 6ta. o la 7ma. Década de la vida.
b) Sexo:
Por lo general, no hay
predilección por uno de los sexos, pero el riesgo en las mujeres no caucásicas de
los EE.UU y Africa es ligeramente superior al de los hombres. Existe más alto riesgo en
el sexo femenino que en el masculino.
c) Raza:
No existe ninguna
predisposición racial conocida para estos tumores.
d) Factores Genéticos: Los familiares
directos de pacientes con carcinomas de las glándulas salivales no presentan un
riesgo más alto. Además, no se conocen síndromes familiares asociados.
e) Dieta:
En estos cánceres no existe
asociación con la dieta ni con la ingesta de alcohol.
f) Tabaquismo:
Por lo general, el
tabaquismo no es un factor de riesgo.
g) Patología salival previa:
No hay
relación entre un traumatismo previo, una infección crónica ni una sialolitiasis y la
aparición ulterior de neoplasias de las glándulas salivales: sin embargo, los adenomas
pleomórficos (tumores benignos) pueden sufrir una transformación maligna y evolucionar a
un carcinoma exadenoma pleomórfico (tumor maligno mixto)
h) Radiación:
Los estudios en
sobrevivientes de la bomba atómica y en pacientes irradiados por acné demuestran
que la radiación en dosis baja (300 cGy) aumenta 9 veces la incidencia de neoplasias
benignas y malignas. Los tumores aparecen después de un período latente de 15 a 20 años
y comprometen más a menudo la glándula parótida que otras localizaciones. (1, 3, 4, 5,
6).
3.- Presentación.
a) Signos y Síntomas:
Como
las glándulas salivales ocupan todo el tracto aerodigestivo superior, los tumores que las
afectan pueden presentarse con diversos signos y síntomas.
1. Manifestaciones locales:
En el
60-85% de los casos el único síntoma de un tumor de la glándula salival es la presencia
de una masa indolora, de consistencia similar a la del caucho y crecimiento lento
(preauricular o infraauricular, submandibular o submucosa). La masa puede ser detectada de
manera casual al lavarse o afeitarse, y en ciertos casos ha estado presente durante más
de 5 años (20%). (Fotos # 1 y 2). La paresia o la parálisis del nervio facial, la
fijación a la piel o a los planos profundos (28%), el dolor (compromiso de los nervios
sensitivos) y la ulceración constituyen evidencias que hacen presumir un proceso maligno
parotideo y un mal pronóstico.
Incidencia de la
Parálisis del Nervio Facial en los Tumores de la Parótida
Histología
Incidencia de parálisis (%)
Carcinoma quístico adenoide
17
Carcinoma de células escamosas
19
Carcinoma indiferenciado
24
Es muy rara la parálisis facial en el
carcinoma mucoepidermoide, carcinoma de células acinosas, carcinoma ex
adenomapleomorfico, y el adenocarcinoma. (3, 6)
Manifestaciones Sistémicas:
Se
detectan masas cervicales (metástasis ganglionares cervicales) en el 18%, 28% y 15% de
los pacientes con carcinoma de las glándulas parótidas, submandibular y salivales
menores, respectivamente. Otros signos y síntomas raros consisten en masas pulmonares y
taquipnea (metástasis pulmonares); dolor óseo, masas óseas y fracturas patológicas
(metástasis óseas); masas renales (metástasis): y debilidad, malestar general y
pérdida de peso. Por último el 33% de los casos de tumores malignos de las glándulas
salivales presenta enfermedad a distancia. (1, 2, 3, 6)
b) Síndromes Paraneoplásicos:
Las neoplasias de las glándulas salivales no se asocian con ningún síndrome
paraneoplásico conocido. (6)
4.- Diagnóstico Diferencial:
Con
frecuencia, es imposible distinguir en el examen clínico las masas benignas de las
glándulas salivales de las malignas. Casi el 27% de las masas parotídeas extirpadas se
deben a entidades no neoplásicas, mientras que el 73% es de origen neoplásico (11%
maligno y 62% benigno). En las masas submandibulares el 85% es no neoplásico y el 15%
representa neoplasias (8% benignas y 7% malignas). Como regla, los tumores de crecimiento
rápido tienen más probabilidad de ser malignos que las masas de crecimiento lento. Otros
procesos que pueden provocar masas de las glándulas salivales son: Con frecuencia, es
imposible distinguir en el examen clínico las masas benignas de las glándulas salivales
de las malignas. Casi el 27% de las masas parotídeas extirpadas se deben a entidades no
neoplásicas, mientras que el 73% es de origen neoplásico (11% maligno y 62% benigno). En
las masas submandibulares el 85% es no neoplásico y el 15% representa neoplasias (8%
benignas y 7% malignas). Como regla, los tumores de crecimiento rápido tienen más
probabilidad de ser malignos que las masas de crecimiento lento. Otros procesos que pueden
provocar masas de las glándulas salivales son:
1. Enfermedades inflamatorias
(sialoadenitis aguda y crónica, como la parotiditis epidémica o paperas)
2. Infecciones retrógadas
(estafilocócicas o estreptocócicas).
3. Sialometaplasia necrotizante,
enfermedades granulomatosas tuberculosis, enfermedad por arañazo de gato, actinomicosis,
histoplasmosis, toxoplasmosis, sífilis y sarcoidosis)
4. SIDA
5. Quistes salivales
6. Trastornos autoinmunes (lesiones
linfoepiteliales de células B localizadas en el Síndrome de Sjögren)
7. Enfermedad oclusiva (sialolitiasis,
enfermedad de Kussmaul y estricturas)
8. Anomalías congénitas (quistes
branquiales o de retención mucosa) y
9. Variantes anatómicas normales
(hipertofia del músculo masetero y prominencia de la apófisis transversa del atlas). Las
neoplasias benignas (adenomas pleomórficos, tumores de Warthon, oncocitomas, adenoma de
células escamosas de la cabeza y el cuello, y melanoma, linfoma, leucemia y rara vez
cánceres de pulmón, mama y riñón) también pueden simular tumores primarios de las
glándulas salivales. (3, 4, 5, 6, 7).
5.- Programas de Investigación: Los
programas de investigación activos no son prácticos debido a la rara naturaleza de estas
neoplasias. En la actualidad, la educación del paciente y el mayor conocimiento del
médico continúan siendo los únicos medios para aumentar la detección precoz.
5.1 Investigación Diagnóstica:
a) Antecedentes Médicos y Examen
Físico: Una anamnesis clínica completa que haga hincapié en los síntomas de
presentación habituales y un examen completo de la cabeza y cuello son importantes para
detectar procesos malignos de las glándulas salivales. En la cabeza se puede determinar
el tamaño y la movilidad de la masa, la fijación o la infiltración de la piel con
compromiso del nervio facial, el dolor o el trismo suelen ser indicadores de un proceso
maligno, los tumores que se encuentran en el lóbulo profundo de la glándula pueden
comprometer la orofaringe y producir obstrucción de las vías aéreas, con posterior
compromiso de la vía digestiva esofágica (disfagia). Es importante conocer que la
función secretora salival no se modifica por enfermedades malignas o benignas, debemos
considerar que otros tumores producen metástasis parotídeas con alta incidencia
(melanoma).
Cuello. Se debe inspeccionar toda masa
presente en el mismo ya que puede representar una enfermedad primaria o una metástasis
secundaria.
Torax: En ocasiones existen disminución
del murmullo vesicular acompañado de frotes pleurales, estertores y/o sibilansias
indicativas de lesión pulmonar metastásicas.
Abdomen. Es imperativo detectar la
presencia de visceromegalia (hepatomegalia, esplenomegalia). (5, 6)
b) Métodos Diagnósticos: Ante la
posibilidad de una neoplasia maligna de glándulas salivales se debe solicitar al paciente
un hemograma completo, transaminasas hepáticas, fosfatasa alcalina, pruebas de
coagulación, si el proceso es de larga duración y ha comprometido la vía digestiva es
necesario valorar el estado nutricional del paciente (Proteínas totales). La radiografía
de tórax es el método más simple para detectar metástasis a nivel pulmonar, la
resonancia magnética brinda resultados superiores a la tomografía computada porque
distingue mejor las masas intraglandulares de las extraglandulares, los tumores parotideos
profundos de las lesiones faringeas primarias y los tumores del músculo normal, obtiene
imágenes mejores del nervio facial, las amalgamas dentarias no interfieren en su imagen,
es capaz de intensificar la imagen del tumor, se efectúa sin medio de contraste. Entre
los procedimientos invasivos tenemos que la aspiración con aguja fina de las masas de las
glándulas salivales implica riesgos (lesión del nervio facial) y molestias para el
paciente (sangrado) aunque se han comunicado un porcentaje de éxito del 90%, las muestras
histológicas se pueden obtener por vía intraoral o extraoral. El conocimiento
preoperatorio del diagnóstico permite un plan quirúrgico y un consentimiento del
paciente fundamentados.
c) Pruebas y procedimientos optativos:
Los siguientes exámenes pueden estar indicados según los hallazgos diagnósticos previos
o la sospecha clínica:
1. Pruebas sanguíneas:
a) Nucleotidasa (Se asocian con metástasis
hepáticas)
b) GGTP
2. Diagnóstico por imágenes:
Pueden estar indicados en ciertas situaciones:
a) Radiografías simples. Si se sospecha
litiasis, pueden ser útiles para evaluar las masas de las glándulas salivales, en
particular de la glándula submandibular (80% de los cálculos submandibulares son
radioopacos),
b) Sialografía. Rara vez distingue los procesos malignos de los benignos. Es muy útil en
la evaluación de
entidades inflamatorias crónicas,
c) Tomografía Computarizada (TAC). Es de utilidad para evaluar el
compromiso de la zona profunda de la glándula parótida, el espacio parafaríngeo y el
hueso,
d) Ecografía,
e) Centellograma salival. "calientes" en los tumores de Wharton y los
oncocitomas, estos estudios con tecnecio-99m no están indicados en el diagnóstico de los
tumores parotídeos,
f) Centellograma óseo con tecnecio-99m.
3. Procedimientos invasivos.
Evitarse la biopsia por incisión y con aguja con corte verdadero de los tumores salivales
principales, porque aumentan las tasas de recurrencia local y dificultan la resección en
bloque ulterior, se ha demostrado que la extracción de las agujas luego de las biopsias
sembrará células tumorales viables en la piel, estos nidos microscópicos se
implantarán y crecerán a lo largo del trayecto de la aguja y complicarán el tratamiento
subsecuente dando lugar a recaídas. La parotidectomía superficial sigue siendo el
procedimiento de elección para la biopsia de la mayoría de los tumores parotídeos, si
la AAF (aspiración con aguja fina) no establece el diagnóstico. (4, 5, 6).
6.- Anatomía Patológica
a. Localización. Las glándulas
salivales se dividenen glándulas principales y menores. La distribución de los tumores
guarda paralelo con la del tejido normal.
1. Glándulas salivales principales son las
glándulas parótidas, submandibulares y sublinguales. El sitio más frecuente de las
neoplasias parotídeas es la cola del lóbulo superficial.
2. Glándulas salivales menores. Hay entre
700 y 1.000 distribuídas por toda la faringe, laringe, tráquea, nariz, senos paranasales
y la mucosa oral. Casi el 33% de este tipo de tumores están localizados en el paladar y
el 20% en la lengua, piso de la boca y encías. El resto corresponde a los senos
paranasales, mejillas, labios y nariz.
b. Multiplicidad. Los tumores de
Warthin benignos y el carcinoma de células acinosas, que son bilaterales en el 10-15% y
el 3% de los casos respectivamente. Se producen metástasis intraglandulares o siembra a
partir de un adenoma pleomórfico recurrente, en las mujeres la incidencia de cáncer de
mama aumenta 8 veces.
c. Histología. Los proecsos
malignos se dividen en:
1. Tumores malignos de bajo grado.
a. Carcinoma de células
acinosas. Son neoplasias de crecimiento lento, se localizan casi con
exclusividad en la glándula parótida.
b. Carcinoma mucoepideermoide
de bajo grado. Representan el 67% de los cánceres mucoepidermoides, tienen
un alto contenido de células mucosas y arquitectura quístico, son localmente agresivos
pero rara vez metastásicos.
2. Tumores malignos de alto grado.
a. Carcinoma mucoepidermoide de
alto grado. Tiene mas probabilidades de metastatizar que los tumores
mucoepideermoides de bajo grado y conlleva a un peor pronóstico.
b. Carcinoma quístico adenoide
[adenoquístico] (cilindroma). Se incluyen dentro de 3 patrones
histológicos: tubular (el mas favorable), cribiforme (intermedio) y sólido (menos
favorable).
c. Tumor maligno mixto.
Estas neoplasias aparecen de novo o se originan en un tumor mixto previamente benigno
(alrededor del 2 al 5% de los tumores mixtos sufren transformación maligna) y son
sumamente agresivas. La ausencia de mucina lo diferencia de un carcinoma mucoepideermoide
de alto grado.
d. Adenocarcinoma.
Constituyen un gripo de neoplasias heterpgéneo e incluyen el adenocarcinoma mucinoso
(mucoide), el carcinoma de los conductos salivales y el carcinoma canalicular intercalado.
e. Carcinomas indeferenciados.
Se dividen en carcinoma de células grandes y de células pequeñas.
3. Linfoma. El linfoma
primario de las glándulas salivales afecta muy comunmente la glándula parótida y su
frecuencia aumenta en los pacientes con SIDA. Se recomienda realizar parotidectomía
superficial con cortes por congelación para su diagnóstico, no siendo necesario el
vaciamiento ganglionar, posteriormente se lo trata con quimioterapia y radioterapia.
d. Diseminación metastásica. Se
detectan metástasis en el 33% de los casos siendo mas comunes en los individuos con
procesos malignos de alto grado y parálisis del nervio facial (incidencia de metástasis
60%)
1. Modos de diseminación:
a. Extensión directa: Las
neoplasias salivales suelen crecer hacia los tejidos adyacentes normales, entre ellos el
nervio facial, mandíbula, cavidad oral y el paladar. Los carcinomas quísticos adenoides
se pueden propagar por trayectos extensos a largo de los nervios (puede llegar a infiltrar
el maxilar inferior llegando al canal del paquete dentario inferior y diseminarse por todo
el hueso)
b. Metástasis linfáticas.
Los tumores de la parótida comprometen con mucha frecuencia los ganglios linfáticos
intraparotídeos, infraauriculares, preauriculares y cervicales profundos. A menudo los
procesos malignos submandibulares se diseminan a los ganglios linfáticos submandibulares,
cervicales superiores, submentonianos y cervicales profundos.
c. Metástasis hematógena:
La diseminación a través de los vasos sanguíneos es infrecuente.
2. Sitios de diseminación:
Las localizaciones metastásicas alejadas más comunes son los siguientes órganos:
ganglios linfáticos (20-25%), pulmón (el más frecuente), hueso e hígado.
7.- Estatificación
a. Estadio del tumor: 1. Tx.
Tumor primario no pasible de evaluación. 2. TO. No hay evidencia clínica de tumor
primario. 3. T1. Tumor que no supera los 2 cm., 4. T2. Tumor mayor de 2 cm pero no
superior a 4 cm, 5. T3 Tumor mayor de 4 cm. Pero no superior a 6 cm, 6. T4. Tumor mayor de
6 cm.
Además todas las categorías del tumor se
subdividen además en "a" (ausencia de extensión local) o "b"
(presencia de extensión local), esta última se defino como compromiso clínico o
macroscópico de la piel, las partes blandas, el hueso o los nervios.
b. Estadio de ganglios linfáticos:
1. NX: Ganglios linfáticos regionales no
pasibles de evaluación
2. NO: Ausencia de metástasis ganglionares
regionales
3. N1. Metástasis en un solo ganglio
linfático ipsolateral no mayor de 3 cm
4. N2. Metástasis en un solo ganglio
linfático ipsolaterales pero que no supera los 6 cm., o en ganglios linfáticos
bilaterales o contralaterales no mayores de 6 cm.
a. N2a. Metástasis en un solo ganglio
ipsolateral mayor de 3 cm, pero que no supera los 6 cm.
b. N2b. Metástasis en múltiples ganglios
linfáticos bilaterales o contralaterales no mayores de 6 cm.
c. N2c. Metástasis en ganglios linfáticos
mayores de 6 cm.
5. N3.: Metástasis en ganglios linfáticos
mayores de 6 cm.
c. Estadio metastásico
1. MX. Metástasis no pasibles de
evaluación
2. MO. No hay evidencia de metástasis a
distancia.
3. M1. Presencia de metástasis a
distancia.
d. Grado histopatológico
1. GX. Grado no pasible de evaluación
2. G1. Bien diferenciado
3. G2. Moderadamente bien diferenciado
4. G3. Escasamente diferenciado
5. G4. Indeferenciado
e. Agrupamiento de estadios
1. Estadio 1. T1-2ª, NO, MO
2. Estadio II. T1-2b o T3a, NO, MO
3. Estadio III. T3b o T4a, NO, MO;
cualquier T excepto T4b, N1, MO
4. Estadio IV. T4b, cualquier N, MO;
cualquier T, N2-3, MO; cualquier T, cualquier N, M1.
8.- Tratamiento
a. Cirugía:
1. Carcinoma de glándulas salivales
primario
a. Indicaciones. La
cirugía continúa siendo el tratamiento preferido para prácticamente todas las
neoplasias de las glándulas salivales.
b. Abordajes. La mayoría de
las neoplasias parotídeas se abordan a través de una incisión vertical en el pliegue
cutáneo preauricular, que se extiende en sentido inferior hasta la parte superior del
cuello, aunque también es posible acceder a los tumores del lóbulo profundo (espacio
parafaríngeo) a través de un abordaje submandibular o de una osteotomía mandibular
(línea media o rama ascendente). Las neoplasias submandibulares se resecan a través de
una incisión paralela a la mandíbula y 3 cm por debajo de ésta (para no lesionar la
rama cervical del nervio facial). Si el corte anatomopatológico por congelación detecta
histológicamente alta agresividad tumoral y existen metástasis ganglionares palpables en
las cadenas cevicales, ambas incisiones se pueden continuar sobre el
esternocleidomastoideo (incisión de Hayes Martin, incisión de Schobinger y Conley,
incisión de Roux Berger e incisión de Feind, etc.) para lograr exponer dichas cadenas
ganglionares afectadas y realizar el vaciamiento cervical tradicional o radical. (2, 3,
6).
c. Procedimientos: Es de
acuerdo a la localización del tumor.
1. Procesos malignos de la
parótida
a. Parotidectomía.
Después de practicar la incisión de piel inicial y levantar los colgajos cutáneos
(anterior y posterior), se identifica y secciona el nervio auricular mayor. Se separa la
parótida de los músculos esternocleidomastoideo y digástrico, así como del canal
auditivo externo. Después de identificar el nervio facial en el surco timpanomastoideo,
se diseca minuciosamente la parte superficial de la glándula a lo largo de cada rama del
nervio. Las neoplasias T1 y T2 y los tumores que se extienden hacia la porción profunda
de la glándula requieren la resección de los lóbulos superficial y profundo
(parotidectomía total), con el nervio facial o sin él (según esté tomado por la
neoplasia o no), si la masa tumoral se extiende más allá de la cápsula parotídea,
será necesario incluir las estructuras infiltradas (hueso temporal, músculos de la
masticación, maxilar inferior, etc.) dentro de la resección en bloque. (Fig. # 1).
b. Resección del
nervio facial. Por lo general, el nervio facial es identificado en el agujero
estilomastoideo del surco timpanomastoideo. Sin embargo a veces no es factible detectar el
nervio en esta localización y debe ser abordado alternativamente desde la parte interna
del hueso temporal o rastreado en dirección retrógrada desde una rama distal. De manera
clásica, la resección del nervio facial (con reconstrucción inmediata) era obligatoria
en todos los procesos malignos de alto grado. No obstante los datos recientes indican que
en ausencia de compromiso clínico o histológico el nervio puede ser preservado sin que
esto comprometa de manera adversa la supervivencia. Cuando se observa invasión del
nervio, se reseca el segmento afectado hasta obtener márgenes limpios, lo que se
determina por el examen patológico de cortes por congelación. Después se procede a la
reconstrucción inmediata. (Fig. # 2).
c. Resección del hueso temporal.
Cuando la invasión del nervio facial se extiende hasta el agujero estilomastoideo es
necesario resecar la apófisis mastoides del hueso temporal propiamente dicha hasta
obtener márgenes limpios. Esto puede implicar la resección del hueso temporal lateral o
completa.
2. Procesos malignos submandibulares.
Este procedimiento extirpa toda la glándula submandibular y
las estructuras adyacentes posiblemente comprometidas, como los músculos digástrico y
milohioideo, los nervios hipogloso y lingual, la mandíbula y el piso de la boca. Al
principio, la incisión se practica en un pliegue cutáneo 3 cm por debajo de la
mandíbula. Después se elevan colgajos cutáneos por debajo del músculo cutáneo del
cuello (platysma myoides) y se identifica y preserva la rama mandibular
(cervicomandibular) del nervio facial, seccionando la vena facial posterior. Después de
la movilización preliminar de la glándula se seccionan la arteria y la vena faciales. A
continuación, se ligan en forma secuencial el ganglio submandibular y el conducto de
Wharton y se reseca la glándula submandibular, preservando cuidadosamente los nervios
lingual e hipogloso (que se encuentran por dentro del músculo milohioideo). (1, 6). Este
procedimiento extirpa toda la glándula submandibular y las estructuras adyacentes
posiblemente comprometidas, como los músculos digástrico y milohioideo, los nervios
hipogloso y lingual, la mandíbula y el piso de la boca. Al principio, la incisión se
practica en un pliegue cutáneo 3 cm por debajo de la mandíbula. Después se elevan
colgajos cutáneos por debajo del músculo cutáneo del cuello (platysma myoides) y se
identifica y preserva la rama mandibular (cervicomandibular) del nervio facial,
seccionando la vena facial posterior. Después de la movilización preliminar de la
glándula se seccionan la arteria y la vena faciales. A continuación, se ligan en forma
secuencial el ganglio submandibular y el conducto de Wharton y se reseca la glándula
submandibular, preservando cuidadosamente los nervios lingual e hipogloso (que se
encuentran por dentro del músculo milohioideo). (1, 6).
3. Procesos malignos de las glándulas
sublingual y salivales menores.
En estas
neoplasias, la extensión de la resección depende del tamaño, el tipo histológico y la
localización. Se deben agotar todos los esfuerzos para confirmar el diagnóstico antes de
instituir el tratamiento quirúrgico definitivo. Durante todos los procedimientos, se debe
observar fielmente el principio básico de la cirugía oncológica de escisión amplia.
Existen varias técnicas para abordaje de este tipo de lesiones dependen principalmente de
la localización de la masa tumoral, de la variedad histológica, del procedimiento
reconstructivo ulterior y de las cadenas linfáticas posiblemente comprometidas o que van
a ser resecadas profilácticamente. (2, 6). En estas neoplasias, la extensión de la
resección depende del tamaño, el tipo histológico y la localización. Se deben agotar
todos los esfuerzos para confirmar el diagnóstico antes de instituir el tratamiento
quirúrgico definitivo. Durante todos los procedimientos, se debe observar fielmente el
principio básico de la cirugía oncológica de escisión amplia. Existen varias técnicas
para abordaje de este tipo de lesiones dependen principalmente de la localización de la
masa tumoral, de la variedad histológica, del procedimiento reconstructivo ulterior y de
las cadenas linfáticas posiblemente comprometidas o que van a ser resecadas
profilácticamente. (2, 6).
4. Disección radical de cuello.
La disección radical de cuello convencional reseca todos los
ganglios linfáticos, el músculo esternocleidomastoideo, la vena yugular, la glándula
submandibular y la porción espinal del XI par craneal (espinal). En cambio la disección
radical de cuello modificada preserva una o más de estas estructuras. La disección
cervical terapéutica está indicada en cualquier paciente que presente adenopatías
cervicales clínicamente palpables, mientras que la disección profiláctica de los
ganglios linfáticos puede ser beneficiosa en los que presentan estadios avanzados,
carcinoma de células escamosas, carcinoma mucoepidermoide, adenocarcinoma, carcinoma
anaplásico y tumores mixtos malignos de alto grado, aún en ausencia de ganglios
clínicamente palpables. Las indicaciones precisas de la disección radical de cuello
continúan siendo controvertidas, pero el control regional es muy conveniente incluso en
caso de que haya metástasis a distancia comprobadas, ya que la enfermedad regional no
controlada es responsable de una proporción importante de la morbimortalidad de esta
enfermedad. La disección radical de cuello convencional reseca todos los ganglios
linfáticos, el músculo esternocleidomastoideo, la vena yugular, la glándula
submandibular y la porción espinal del XI par craneal (espinal). En cambio la disección
radical de cuello modificada preserva una o más de estas estructuras. La disección
cervical terapéutica está indicada en cualquier paciente que presente adenopatías
cervicales clínicamente palpables, mientras que la disección profiláctica de los
ganglios linfáticos puede ser beneficiosa en los que presentan estadios avanzados,
carcinoma de células escamosas, carcinoma mucoepidermoide, adenocarcinoma, carcinoma
anaplásico y tumores mixtos malignos de alto grado, aún en ausencia de ganglios
clínicamente palpables. Las indicaciones precisas de la disección radical de cuello
continúan siendo controvertidas, pero el control regional es muy conveniente incluso en
caso de que haya metástasis a distancia comprobadas, ya que la enfermedad regional no
controlada es responsable de una proporción importante de la morbimortalidad de esta
enfermedad.
5. Reconstrucción.
1. Nervio facial. Se
prefiere la reconstrucción inmediata del nervio facial mediante una anastomosis primaria
o un conducto de nervio sensitivo (nervio auricular mayor o nervio sural). En
circunstancias poco habituales puede ser necesaria una reconstrucción cruzada
hipogloso-facial o facial-facial. Por lo general la recuperación parcial o completa
demanda entre 6 y 12 meses, no es afectada por la radiación posoperatoria. El tono
muscular suele ser bueno aunque son previsibles algunas sincinesis motoras. Debe indicarse
la protección corneal con lubricantes, la oclusión palpebral durante la noche, pesas o
resortes de oro en el párpado superior para un cierre adecuado o tarsorrafia, según sea
necesario. Además se pueden requerir cabestrillos estáticos o dinámicos, ritidectomía
unilateral y elevación de la frente.
2. Partes blandas. Las
resecciones tumorales que incluyen la extirpación de grandes bloques de partes blandas y
hueso importantes desde el punto de vista funcional requieren a menudo reconstrucciones
individualizadas complejas con injertos óseos, dispositivos dentales o protésicos,
colgajos cutáneos pediculados locorregionales (colgajos labiogenianos, laterocervical
anterolateral, frontal, temporobiparieto frontal, deltopectoral, toracoacromial, etc.),
colgajos pediculados compuestos (miocutáneos), colgajos con microanastomosis vasculares y
en último de los casos los injertos de piel.
En el carcinoma de glándulas salivales
localmente avanzado y con metástasis principalmente al nivel pulmonar (adenocarcinoma
quístico) se manifiestan después de largos períodos sin manifestaciones clínicas y
progresan con lentitud, se recomienda la excéresis local amplia y toracotomía y
resección de las metástasis localizadas. (1, 2, 3, 6)
Complicaciones de la Cirugía de
Glándulas Salivales
Son las comunes a la mayoría de las
cirugías de cuello, e incluyen: hemorragia, infección, lesión del conducto torácico o
alguno de sus afluentes (fístula quilosa), lesión accidental del nervio espinal,
parálisis
transitoria del nervio
facial, infección (abscesos), alteraciones funcionales (deglución, fonación,
respiración), síndrome gustatorio diaforético o también llamado Síndrome de Frey
caracterizado por la sudoración del área de distribución del nervio auriculotemporal en
respuesta a los sialagogos (estímulos visuales u olfatorios que estimulan la secreción
salival), por lo general es leve y termina espontáneamente. (1, 4, 5, 6)
Radioterapia
Se usa principalmente como coadyuvante
de la cirugía, se puede utilizar en pacientes con lesiones inoperables o con
contraindicaciones médicas a la cirugía. La dosis convencional es de 5.000cGy en 7
semanas, puede ser utilizada en el preoperatorio para reducir la masa tumoral (supuesta
irresecabilidad) y posteriormente someterlo a cirugía, o en el postoperatorio para evitar
la recurrencia, daño al nervio facial y teóricamente aumentar la supervivencia global.
(9, 10, 11)
Quimioterapia
En el carcinoma localmente avanzado y/o
con metástasis se puede utilizar como terapia paleativa la combinación de doxorrubicina,
cisplatino y fluorouracilo, se ha determinado que el carcinoma de células escamosas y el
carcinoma mocoepilemoide responden bien al metrotexato y al cisplatino en combinación,
otro esquema para el tratamiento del carcinoma de células escamosas indica la
combinación de ciclofosfamida con doxorrubicina y cisplatino. (11, 12, 13)
Pronóstico
La recurrencia del tumor depende
principalmente del tipo histológico, del grado de resección quirúrgica y la terapia
coadyuvante y términos generales los tumores malignos tienen una tasa de recurrencia del
40-70% después de la cirugía solamente, la supervivencia global a los 10 años en el
estadio I es de 90%, en el Estadio II del 65%, en el Estadio III del 45%, en el Estadio IV
del 22%. (6, 7, 8, 9)
Entre los factores adversos que se asocian
con una mala evolución tenemos el compromiso del facial, metástasis ganglionares,
metástasis a distancia, edad avanzada, estadio IV, tumoración grande, histología del
alto grado, lesiones locales (ulceración, fijación infiltración de maxilar y temporal).
(6, 10, 11, 13)
Controles Subsecuentes
Hay que recalcar que estos tipos de
tumores tienen una evolución prolongada, deben ser controlados cada tres meses durante
los dos primeros años posteriores al tratamiento, se debe solicitar los siguientes
exámenes: hemograma completo, transaminasas hepáticas y fosfatasa alcalina,
conjuntamente con una radiografía de tórax y dependiendo de los hallazgos encontrados se
podrá solicitar una tomografía, un centellograma óseo, una resonancia magnética, etc.
(6, 9,12)
9.- Bibliografía
1. Laurence M. Manual de
diagnóstico y tratamiento, 29 ava. Edición, Editorial El manual moderno, Mexico,
182-183. 1994.
2. Veronesi U.: Manual de cirugía
oncológica 1ra. Edición, editorial Panamericana, Buenos Aires-Argentina., 119-130. 1992.
3. Schwartz S.: Principios de cirugía
5ta. edición,
editorial Interamericana, Mexico,
554-552. 1991.
4. Sabinston D.: Tratado de patología
quirúrgica, 11ava. Edición, editorial Interamericana, Madrid, 1.139-1.142. 1984.
5. SchrockT.: Manual de cirugía, 9na
edición, editorial El manual moderno, México, 230-231. 1985.
6. Cameron J.: Oncología práctica,
1era. edición,
editorial Panamericana, Buenos
Aires-Argentina, 187-197. 1994.
7. Bardwill JM et al: Report of one
hundred tumors of the minor salivary glands. Am J Sung 1966; 112: 493-497.
8. Suen JY, Johns ME: Chemotherapy for
salivary gland cancer. Laryingoscope. 1982; 92: 235-239.
9. Tapley H, Guillamordequi OM, Byers
RM: The
place of irradiation in the treatment of
malignant tumors of the salivary glands. Curr Probl Cancer, 1976: 1: 13-30
10. Posner MR et al: Chemotherapy of
advanced
salivary gland neoplasms. Cancer 1982;
50: 2261-2264.
11. McKenna RJ: Tumors of the major and
minor
salivary glands: CA-A Cancer J Clin
1984; 34: 24-39
12. Beahrs OH, Woods JE, Weland CH.
Surgical management of parotid tumors Adv Surg 1978; 12: 301-311
13. Tu B et al: The superiority of
combined therapy
(surgery and postoperative irradiation)
in parotid cancer. Arch Otolaryngol 1982; 108: 710-713.
14. Domenge C., Marandas P.- Malignant
salivary gland tumors. In: Hand book of chemotherapy in clinical oncology by Droz J:P.,
Cvitkovic E., Armand J:P:; Khoury S. de. F:J:I:S: Paris 1988.
15. Laccourreye H:, Brasnu D., Lacau
Saint Guilly
J., Senechaut J:P:- parotidectomies
totales ou parotidectomies superficielles dans le traitement des adenomes pleomorphes de
la parotide. Ann. ORL, 1984, 101, 161-167.
16. Marandas P:; Dharkar D., Davis A.,
Leridant A.M., Pacheco-Ojeda L., Micheau C., Wibault P., Schwaag G.- Malignant tumours of
the parotid a study of 76 patients. Clin. Otolaryngology, 1990, 15, 103-109.
17. Redon H.- Chirurgie des glandes
salivaires. Masson De. Paris, 1955
18. Spiro R:H:- Salivary neoplasms:
Overview of a 35 year experience with 2807 patients. Head and Neck Surg, 1986, 177-184.
|