Cáncer de
Estómago
1a PARTE
1.- Generalidades
1.1 Introducción
El cáncer gástrico es una
de las enfermedades que mayor número de muertes por neoplasia maligna produce
en el mundo entero. Durante los últimos 50 años se han estudiado diversas
formas de comportamiento del cáncer gástrico en varias partes del mundo de
tal modo que se ha sugerido que la variedad observada en el Japón es distinta
a la de los países occidentales. Más recientemente, se ha hecho evidente que
diferentes estrategias terapéuticas pueden producir resultados finales
distintos. Sin embargo, no está claro si estas condiciones reflejan
diferencias innatas del tumor o son resultado de diferentes tratamientos (1).
En el mundo occidental, se ha
observado una disminución significativa de la incidencia del cáncer gástrico.
Esta situación es más notoria en los Estados Unidos, aunque actualmente se
está comprobando en Europa (2). En Japón se ha observado una tendencia
similar, aunque sigue siendo la causa más frecuente de muerte en dicho país(3).
Recientemente, se ha publicado que está modificándose la localización del
tumor dentro del propio estómago. El antro sigue siendo la localización más
frecuente, aunque se observa un incremento significativo de las lesiones del
cardias(4).
Se ha establecido ciertos
rasgos clínico-patológicos de la enfermedad que han facilitado las
comparaciones internacionales. En todos los países la enfermedad en estadio I
se asocia con un buen pronóstico. Es interesante destacar que en Japón se
registra una tasa de supervivencia del 98% a 5 años en los pacientes con
tumores en este estadio(5), aunque la mayoría de estudios procedentes de países
europeos registra una tasa de supervivencia a 5 años del 70%. Esto pudiera
indicar que existe una diferencia en el comportamiento biológico de este tipo
de tumores entre los países orientales y occidentales. La clasificación
patológica de Laurén(6) ha identificado dos tipos de tumor de diferente
comportamiento biológico, el intestinal y el difuso. El primero se asocia con
un mejor pronóstico y es más frecuente en áreas con mayor incidencia de la
enfermedad. Es también el tipo de tumor cuya frecuencia disminuye con el
descenso de la incidencia del cáncer gástrico. Así pues, según las pruebas
de las que actualmente se dispone, los tumores parecen comportarse de modo
diferente si se dan en un país oriental o en uno occidental, aunque si las
comparaciones se establecen entre tumores similares, los resultados son
iguales.
Otra explicación de los
diferentes resultados obtenidos puede basarse, asimismo en el modo de
tratarlos. Los japoneses mantienen una actitud diagnóstica agresiva que ha
dado como resultado un incremento en la detección del cáncer en estadio
precoz, curable mediante tratamiento quirúrgico. El diagnóstico precoz en
los grupos de riesgo elevado ha demostrado un incremento en la proporción de
lesiones precoces del 20%(7). Las neoplasias de la mucosa gástrica son sintomáticas
en un 50% de casos por lo que se aconseja el diagnóstico endoscópico de los
pacientes dispépticos de edad superior a 40 años. De este modo, los
pacientes con alteraciones mucosas tales como displasia (posiblemente
gastritis atrófica) y metaplasia son seleccionados para un seguimiento
regular.
La cirugía es el tratamiento
de elección para la enfermedad en estadio inicial y, una vez más, los
principales avances proceden del Japón en donde los resultados que se
obtienen son alrededor del 98% de curación con una morbilidad menor al 5%
mientras que en los países occidentales la tasa de sobrevida es del 85% y la
morbilidad es del 20%(8). La explicación de este fenómeno sería quizás que
los japoneses realizan una gastrectomía radical ampliada (R2) en casos aún
incipientes (9) mientras que en el occidente no se comparte este criterio
especialmente en tumores que afectan sólo a la mucosa.
Hay que prestar atención al
papel que desempeñan otros métodos terapéuticos en el adenocarcinoma gástrico.
El reconocimiento de la importancia del diagnóstico precoz y de la cirugía
como áreas fundamentales para avanzar en el tratamiento del cáncer gástrico
han sido el resultado del fracaso de otros potenciales métodos terapéuticos.
La quimioterapia no ha sido de utilidad terapéutica y, a excepción de su uso
en ensayos clínicos especialmente como adyuvancia para casos con ganglios
positivos, no parece justificada su utilización sistemática. Similar situación
ocurre con la radioterapia.
En conclusión, existen en la
actualidad pruebas convincentes de que el cáncer gástrico puede presentarse
con diferentes formas biológicas, que los modelos según las cuales ocurre la
enfermedad están cambiando y que las estrategias diagnósticas y terapéuticas
pueden influir en resultados a largo plazo. Son estos hechos los que producen
las aparentes diferencias entre los países orientales y occidentales, y los
que guardan la clave de los futuros avances terapéuticos.
1.2.- Anatomía Quirúrgica del
Estómago.
1.2.1- Macroscopía y
Correlación Topográfica. La anatomía topográfica del estómago es bastante
simple, aunque en ocasiones es confusa por la aplicación de diversos términos
de anatomistas, cirujanos, endoscopistas e imagenólogos(10-11). En cuanto a
su descripción macroscópica el estómago se puede dividir en fondo, cuerpo y
antro. El fondo es considerado la cúpula del estómago, es la parte más alta
del mismo, es blando y distensible, su parte superior limita con el diafragma
y su cara lateral con el bazo. Aunque en forma imprecisa se considera el límite
inferior del fondo gástrico un plano imaginario horizontal que cruza la unión
gastroesofágica, este plano establece el borde superior del cuerpo gástrico
que es la parte más grande del estómago, y es el sitio donde contiene la
mayor cantidad de las células parietales, limitado hacia la derecha por la
curvatura menor y hacia la izquierda por la curvatura mayor. En la incisura
angular, la curvatura menor se angula en forma abrupta hacia la derecha. Este
punto marca el final del cuerpo y comienza el antro, que se extiende hasta el
píloro. Otro ángulo anatómico importante es el que forma el fondo gástrico
con el borde izquierdo del esófago, conocido como ángulo de His.(12-13)
(Fig.1 )
La mayor parte del estómago
se encuentra en el hemiabdomen superior izquierdo. La unión gastroesofágica
se ubica normalmente a dos o tres centímetros por debajo del hiato esofágico
del diafragma, que imaginariamente correspondería a la séptima articulación
condrocostal, y que se encuentra algo por encima del plano que contiene el píloro.
Su cara anterior se encuentra
relacionada con el lóbulo izquierdo del hígado que cubre un 70% del estómago,
el resto está cubierto por el diafragma, la pared torácica y abdominal. El
estómago se fija abajo con el colon transverso mediante el epiplon gastrocólico
y hacia atrás se relaciona con el cuerpo y la cola del páncreas, la cápsula
renal, la flexura esplénica del colon, el lóbulo caudado del hígado, los
pilares del diafragma y los vasos y nervios retroperitoneales. El ligamento
gastrohepático también conocido como epiplon menor es de forma laxa y es la
unión del estómago con el hígado. El epiplon mayor o ligamento gastroesplénico
fija la curvatura mayor proximal con el bazo.
La unión esofagogástrica
llamada cardias anatómicamente con la pared abdominal se encuentra localizada
a la izquierda de la décima vértebra torácica, y la unión gastroduodenal o
píloro se localiza hacia la derecha de la línea media aproximadamente a la
altura del espacio intervertebral, entre la 1ra. y 2da. vértebra lumbar.
1.2.2- Vascularización.- El
riego sanguíneo del estómago es abundante, proviene del tronco celíaco a
través de cuatro arterias, la coronaria estomáquica o gástrica izquierda y
la pilórica sobre la curvatura menor, y la gastroepiplóica izquierda sobre
la curvatura mayor.
El estómago proximal puede
recibir aporte sanguíneo por intermedio de la arteria diafragmática inferior
y de los vasos cortos que provienen de la arteria esplénica. La arteria
coronaria estomáquica es la más importante del estómago y es la de difícil
exposición durante la cirugía gástrica, la misma que se logra incidiendo en
el tejido laxo del ligamento gastrohepático, su origen es a nivel del tronco
celíaco y por lo general al llegar a la curvatura menor se divide en dos
ramas una ascendente y otra descendente, hay que señalar que no es raro
encontrar (20%) una arteria hepática izquierda aberrante que se origine de la
coronaria estomáquica y se dirige al hígado acompañado de la rama hepática
del vago izquierdo. Si se presenta esta variante podemos encontrarnos que al
hacer la ligadura proximal de la coronaria estomáquica, accidentalmente
produzcamos una isquemia del lóbulo izquierdo del hígado. La arteria pilórica
nace de la hepática común o en ocasiones de la gastroduodenal, estos vasos
se entrecruzan constituyendo el arco vascular de la curvatura menor(14-15).
La gastroepiploica derecha
es rama de la gastroduodenal y nace generalmente por detrás del píloro, la
gastroepiplóica izquierda se origina en la arteria esplénica, estos vasos se
entrecruzan formando el arco vascular de la curvatura mayor. Las conexiones
anastomóticas que existen entre todos estos vasos aseguran en la mayor parte
de los casos la supervivencia del estómago.
En general las venas del estómago
corren paralelamente a las arterias. La vena gástrica izquierda o coronaria
estomáquica y la gástrica derecha van a drenar a la vena porta. La vena
epiploica derecha drena a la vena mesentérica superior, mientras la
gastroepiploica izquierda lo hace a la vena esplénica. La existencia de esta
red anastomótica venosa se demuestra por la efectividad del shunt
esplenorenal distal utilizado para descomprimir las várices gástricas y esofágicas.
Fig 2.
1.2.3-Inervación.-
La
inervación parasimpática del estómago es a través de los vagos y simpática
por medio del plexo celíaco. El vago, su núcleo se encuentra localizado en
el piso del 4to ventrículo, atraviesa el cuello con el paquete carotídeo e
ingresa en el mediastino, donde se divide en varias ramas alrededor del esófago,
estas ramas se unen entre si por encima de hiato esofágico para formar el
vago derecho e izquierdo. El vago izquierdo es anterior y el vago derecho es
posterior, cerca del cardias el vago izquierdo da una rama que es la rama hepática,
pero este continúa su trayecto descendente por la curvatura menor como nervio
de Latarget. En el extremo distal al relacionarse con el antro y el píloro
este nervio debe ser conservado durante la vagectomía supraselectiva. El vago
derecho da una rama hacia el plexo celíaco y luego continúa sobre la
curvatura menor cara posterior. Este nervio estimula la motilidad gástrica y
la secreción de ácido, pepsina y gastrina.
La inervación simpática está
dada por ramas que nacen de T-5 a T-10 y llegan a los ganglios celíacos a
través de los nervios esplácnicos(16-17).
Existe un sistema nervioso
intramural del estómago que consiste en los plexos de Auerbach y Meissner, la
función de este sistema nervioso no es muy conocida.
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