Cáncer de
Estómago
4a PARTE
4.- Historia Natural.
4.1 Lesiones premalignas. Se ha
establecido que la dieta y los factores ambientales tienen un papel crucial en
la etiología del cáncer gástrico. Se los ha relacionado con la forma epidémica
del adenocarcinoma gástrico y está asociado con gastritis crónica atrófica
y con metaplasia intestinal de la mucosa gástrica.
La gastritis crónica con la
presencia de alimentos con exceso de sal o con infección de Helicobacter
pylori progresa a gastritis crónica atrófica que en la presencia de nitritos
avanza a metaplasia intestinal y displasia. Pero se han mencionado además,
co-factores que son los responsables que lesiones premalignas progresen a cáncer.
Entre estos, se menciona la baja ingesta de ácido ascórbico y la alta
ingesta de nitratos que empeoran la metaplasia intestinal y la baja ingesta de
betacarotenos en el empeoramiento de la displasia.
4.1.a Gastritis atrófica crónica
y metaplasia intestinal.
Se ha establecido como
lesiones precancerosas a estas dos entidades nosológicas, debido
principalmente al hallazgo de estas características histopatológicas en
pacientes con cáncer gástrico(32-33).
En la gastritis atrófica crónica,
se observa una reducción o ausencia de las glándulas gástricas normales, un
grado variable de inflamación y en ocasiones se observa metaplasia
intestinal. Se denomina metaplasia intestinal al reemplazo de las células gástricas
normales por células que semejan el epitelio intestinal. A menudo estas dos
entidades coexisten, pero existen casos de metaplasia intestinal aislada sin más
hallazgos patológicos.
En estudios experimentales de
carcinogénesis se encontró el desarrollo de gastritis crónica atrófica y
de metaplasia intestinal previo al desarrollo de cáncer gástrico lo que
indujo a pensar en un modelo de desarrollo de cáncer. Pero personas de edad
avanzada desarrollan metaplasia intestinal sin presentar cáncer.
Debido a esto, la metaplasia
intestinal es un hallazgo demasiado frecuente como para ser un indicador
sensible del futuro desarrollo de un cáncer. Mediante la aplicación de
varios análisis histoquímicos y morfológicos se dividió a la metaplasia
intestinal en dos tipos(34-35). El tipo I o tipo completo, se asemeja a la
mucosa del intestino delgado con un ribete en cepillo que contiene todas las
enzimas habituales presentes en el epitelio intestinal aunque no poseen
vellosidades. El tipo II o incompleta se subdivide en 2 grupos. El tipo IIa
conocida como metaplasia de células caliciales, y el tipo IIb en que se
aprecia un mayor grado de diferenciación celular y que es la que se ha
asociado en mayor grado con el cáncer de estómago.
Estos hallazgos indican que
en general, la metaplasia intestinal no es una lesión precancerosa pero que
ciertos subtipos de esta podrían estar asociados a cáncer y pudiera considerárselos
precancerosas. La asociación estaría dada hacia el tipo intestinal de cáncer
gástrico, mas no con la forma difusa de cáncer.
4.1.b Úlcera Gástrica
Existe una discusión entre la
relación de úlcera gástrica y cáncer de estómago. Aunque existen muchos
factores relacionados, la úlcera gástrica crónica muy rara vez por no decir
nunca, progresa a cáncer gástrico.
Hay que establecer que el cáncer
gástrico puede tener una presentación ulcerada y son valoraciones endoscópicas
previas las que establezcan la duda de su inicio, pero es de suponer que en
estos casos lo que existió es una subvaloración clínico endoscópica o
histopatológica.
4.1.c Displasia Gástrica.
Debido a los hallazgos y a
las posteriores investigaciones de displasia en el colon y en el esófago, se
despertó la atención hacia el estómago, y aunque no se le ha dado el realce
significativo que tiene en estos dos órganos, sin embargo la importancia es
la misma. La displasia consiste en una mucosa anormal con la capacidad de
experimentar una transformación maligna. Este proceso se caracteriza por atípia
celular, diferenciación anormal y desorganización de la arquitectura mucosa.
La displasia se ha dividido en algunos grados de acuerdo a la experiencia de
estudios en otros órganos, así se ha establecido que la displasia de bajo
grado que agrupa a los antiguos términos de leve y moderada, no progresa
hacia una displasia severa ni hacia cáncer gástrico, mientras que la
displasia de alto grado o severa si está relacionada con malignidad.
Si la displasia está asociada
con una úlcera, un pólipo o una lesión ocupante, estará indicada la
resección quirúrgica. De no estarlo, se indican controles clínicos, endoscópicos
e histológicos periódicos(36).
4.1.d Pólipos Gástricos.
Las lesiones polipoideas del
estómago se han descrito con mayor frecuencia en los últimos años y está
dada principalmente por el uso más extendido de la endoscopía gástrica. La
mayoría de los pólipos no son premalignos y están dado principalmente en
los pólipos polipoides.
La incidencia de pólipos gástricos
es del 3 %. Pueden ser solitarios o múltiples, sésiles o pedunculados, y
pueden ir desde pocos milímetros hasta más de 6 cms. Cuando hay múltiples pólipos,
la mayoría son del mismo tipo pero pueden coexistir pólipos hiperplásicos y
adenomatosos hasta en 5% de casos. Si existieren más de 50 pólipos, debe
considerarse la posibilidad de síndromes de poliposis que pueden ser
familiares y no familiares. Los síndromes de poliposis familiar comprenden el
síndrome de Gardner, el síndrome de Peutz-Jeghers, el síndrome de poliposis
familiar juvenil, la neurofibromatosis y el síndrome de Cowden. La poliposis
no familiar comprende el síndrome de Cronkhite-Canada y la poliposis juvenil
de la infancia.
Setenta por ciento de pólipos
adenomatosos son encontrados en pacientes mayores de 70 años. Los pólipos
hiperplásicos son encontrados en pacientes con atrofia gástrica, gastritis
crónica o cercanos a sitios de intervención quirúrgica.
Los pólipos hiperplasicos son
más frecuentes y se presentan principalmente en la porción distal del estómago.
Se cree que son el resultado de cambios reactivos de mucosa normal y no
verdaderas neoplasias. Se han reportado casos de cáncer que se desarrollan a
partir de pólipos hiperplásicos en una frecuencia que va desde menos de 1%
hasta 28%. La causa de malignización de estos pólipos no se la conoce.
Los pólipos adenomatosos
comprenden del 10 al 20 del total de pólipos, con más frecuencia son
solitarios, de localización antral y con mayor fundamento se los ha
relacionado con cáncer. El tamaño del pólipo determina en mayor grado su
capacidad de malignizar. Se ha reportado malignización hasta en el 81 % de
los pólipos adenomatosos.
4.1.e Helicobacter Pilory.
Esta es una bacteria gram
negativa descubierta por Marshall en 1982 y que esta asociada a la gastritis
crónica atrófica(37). Su presencia en cáncer gástrico ha llamado la atención
hasta ser señalada como un carcinógeno Tipo I. Se ha establecido que las
personas infectadas pudieron haberla adquirido en la infancia y que esa
prolongada exposición puede producir una gastritis con cambios de metaplasia
o displasia(36)(Fotos1-2).
Indicios recientes señalan
que el Helicobacter pylori puede provocar una gastritis capaz de progresar
hacia una gastritis atrófica crónica, que es una posible lesión precursora
del cáncer gástrico. La determinación de niveles séricos de anticuerpos
contra H. Pylori en el suero de algunos pacientes, demostró que las personas
con una infección previa se asociaban con una frecuencia significativamente
mayor de cáncer gástrico. El riesgo de desarrollar cáncer es mayor cuando
el intervalo de tiempo de infección es mayor de 10 años. Futuras
investigaciones deben definir que subtipos de H. Pylori deberían ser tratados
en pacientes asintomáticos para prevenir el desarrollo de cáncer gástrico.
4.1.f Anemia Perniciosa.
La posibilidad de una
incidencia aumentada de cáncer gástrico en pacientes con anemia perniciosa
fue sugerida por hallazgos en autopsias que indicaban que un 10% de pacientes
con anemia perniciosa padecían un cáncer gástrico.
Sin embargo, los estudios
realizados arrojan datos que confirman un riesgo aumentado para desarrollar cáncer
gástrico mientras que observaciones como las de Hoffman(38) en 48 pacientes
con anemia perniciosa durante un seguimiento de 11 años no desarrollaron cáncer.
Existiría un riesgo aumentado
de desarrollar cáncer en pacientes con anemia perniciosa, aunque este riesgo
seria de escasa magnitud.
4.1.g Post-Gastrectomía.
Se
ha documentado presentación de cáncer en tejidos remanentes luego de
gastrectomías por enfermedad benigna(39). Aunque existen evidencias
circunstanciales como son la presencia de metaplasia intestinal en tejidos
cercanos a las anastomosis intestinales. La incidencia de cáncer gástrico
estaría directamente relacionada con el tiempo transcurrido desde la operación
inicial, presentándose la mayoría 20 años después. En estos pacientes el
pronóstico es desfavorable, siendo la sobrevida a 5 años casi nula.
4.2. Vías de diseminación
E
l
conocimiento de la historia natural del cáncer gástrico hace preveer que nos
podamos adelantar a la búsqueda de metástasis del tumor primario. La forma más
común de diseminación del cáncer gástrico es:
a) Extensión directa en el estómago
y propagación hacia arriba al esófago y hacia abajo al píloro y duodeno.
b) Extensión directa hacia las
vísceras adyacentes,
c) Extensión a través de las
cadenas ganglionares.
d) Desprendimiento de células
tumorales provenientes de la serosa del estómago o de su luz o el momento de
la intervención quirúrgica.
e) Metástasis por vía hematógena.
En un estudio realizado en New
Orleans (40) en 423 pacientes se encontró lesión limitada sólo al estómago
en el 11%, por contiguidad en un 27% y con metástasis a distancia en un 31%
de los casos. Hubo adenopatías histológicamente comprometidas de tumor en un
67%.
Arhelger Et.al, Coller
Et.al(41), demostraron que ni el tamaño ni la localización del tumor
primario influían significativamente en las metástasis ganglionares. En un
estudio realizado por dichos autores establecieron que los ganglios que se
afectaban más frecuentemente corresponde al nivel 1 (perigástrico) y en
segundo lugar los del nivel 2 (periarteriales), quedando como metástasis a
distancia los ganglios periaórticos y mediastínicos.
Ocasionalmente se pueden
encontrar metástasis en los ganglios supraclaviculares izquierdos (nódulos
de Virchow) que probablemente se origina por circulación a través del
conducto torácico. Las metástasis peritoneales se presentan con frecuencia
en un tercio de los pacientes sometidos a autopsias. En las mujeres puede
haber diseminación hacia los ovarios (tumor de Krukemberg). Las metástasis
hematógenas más frecuentes afectan a hígado, corazón y hueso, y a nivel
del pulmón pueden producir una carcinomatosis que semeja una tuberculosis
miliar.
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