6a
PARTE
6.- Diagnóstico y
Cuadro Clínico.
Desgraciadamente
los cánceres tempranos y por ende curables no dan ningún síntoma.
Es a medida que el tumor crece que se producen manifestaciones que en
la gran mayoría de las veces se manifiestan como cualquier síntoma
digestivo asociado a gastritis. Los síntomas pueden ir desde la
anorexia, intolerancia a ciertos alimentos, sensación de plenitud
hasta perdida de peso, vómito y masa palpable en la parte superior
del abdomen. Quizás uno de los síntomas que se pueden establecer de
inicio es la astenia producida por la anemia.
El diagnóstico del Cáncer
Gástrico, se basa en varios parámetros; como son el examen clínico,
semiológico, los antecedentes personales y familiares que se resumen
en la historia clínica, teniendo un papel muy importante, en
ocasiones la correlación de los estudios bioquímicos, radiológicos,
ecosonográficos y la endoscopía digestiva.
La edad de presentación
por lo general es la quinta y sexta década de la vida. Afecta por lo
general a hombres y mujeres en una proporción de 2 a 1,5.
El diagnóstico clínico
del Cáncer Gástrico, cuando se encuentra en fase precoz, es muy difícil,
debido a lo inespecífico de su sintomatología. Es en esta etapa la
mayor esperanza de sobrevida que tiene el enfermo, por su elevado índice
de resecabilidad y curabilidad. El cáncer gástrico temprano
es prácticamente asintomático, y en la mayoría de los casos es
descubierto de manera casual, al practicar una endoscopía digestiva
alta, por causas inespecíficas como una dispepsia, malestar epigástrico,
náuseas, sensación de plenitud; por eso la endoscopía alta
debe ser el procedimiento inicial en la valoración de todo sujeto
dispéptico.
En la mayoría de los
casos el diagnóstico se realiza en fase tardía o cuando hay metástasis,
lo que ensombrece el pronóstico del paciente. Los síntomas de
presentación de un cáncer gástrico avanzado son: dolor abdominal, pérdida
de peso, anorexia, debilidad y fatiga. Con el tiempo, vómitos, signos
de obstrucción intestinal; ninguno de los cuales son específicos de
esta patología.
Algunos pacientes
presentan síntomas y signos de una lesión con localización específica.
La disfagia indica un tumor en cardias y extensión esofagogástrica,
la sensación de plenitud gástrica, puede indicar un tumor que
infiltra la pared gástrica, reduciendo su distensión. Vómito
persistente se presenta en un carcinoma del antro con obstrucción pilórica.
La parálisis de la cuerda vocal izquierda, la tos persistente,
sugieren metástasis con fistulización, hemoptisis, etc.
Un 5 a 10% de los
pacientes con cáncer gástrico pueden tener molestias similares a los
enfermos con úlcera péptica clásica, otro 10% tienen síntomas
inespecíficos de enfermedad crónica, como anemia y debilidad.
Un pequeño número de
enfermos debutan con problemas abdominales agudos, como hemorragia
gastrointestinal alta masiva, obstrucción aguda del esófago o del píloro,
o con perforación gástrica.
Al igual que sucede con
la historia clínica, el examen físico rara vez ayuda, salvo cuando
hay signos de enfermedad avanzada, y a menudo incurable. La observación
va en busca de la anemia, de distensión abdominal, la ubicación de
masas y la fascie del paciente. La palpación en busca de adenopatías,
como las supraclaviculares, y la palpación del ganglio de Virchow,
adenopatías axilares, inguinales, ganglios epitrocleares. Es
importante también la palpación adecuada del abdomen en busca de
masas o tumores así como de visceromegalias, especialmente en los
anexos del tubo digestivo, como hígado, bazo, vesícula biliar, que
al estar aumentados de tamaño sugieren diseminación de la
enfermedad.
Es importante realizar
un examen pélvico-ginecológico. La ubicación de masas ováricas
palpables, sugieren metástasis o tumores como el tumor de Krukemberg.
El tacto rectal es imperativo. La presencia de una zona de
endurecimiento en el fondo de saco de Douglas (anaquel de Blummer) es
sujestivo de metástasis. La hepatomegalia, la existencia de ascitis o
ictericia, son presentación de enfermedad avanzada.
No siempre un cáncer gástrico
palpable indica incurabilidad, a veces son elegibles para una
extirpación quirúrgica, pero generalmente este hallazgo es de mal
pronóstico. Cuando hay diseminación peritoneal, puede haber
implantes en todo el intestino y en pelvis, que pueden producir
obstrucciones del intestino delgado y/o grueso, así como fístulas o
perforación.
En ausencia de
signos o síntomas, diagnósticos de cáncer de estómago, el médico
debe estudiar a todo paciente con síntomas gastrointestinales altos
persistentes, sobretodo si se trata de pacientes de más de 40 años,
los exámenes de laboratorios, examen de sangre oculta en heces, están
destinados a descubrir anemia, el estado de inmunidad del paciente y
el estado de nutrición del mismo.
El uso de los
marcadores tumorales tiene un indiscutible valor especialmente en el
pronóstico. Su alteración en cifras elevadas se observa por lo
general en tumores bien diferenciados y su uso sirve como indicador de
un tratamiento adecuado. Los más utilizados son el CEA (antígeno
carcino embrionario), pero es inepecífico para cáncer gástrico
puesto que puede elevarse en otros tumores del tubo digestivo. El CA
72-4 es una molécula con un peso de 400000 daltons, que está
constituido por 2 anticuerpos el uno que es específico para las células
epiteliales del tubo digestivo, y otro que reacciona para las células
humanas con lo que tiene una sensibilidad de cerca del 48% y una
especificidad del 100% y el 19.9 que es un antígeno carbohidratado
tipo mucina que se encuentra en los tejidos del estómago, intestino,
páncreas, células hepáticas y pulmonares, tiene una sensibilidad
para cáncer gástrico del 30%. Debido a lo inespecífico de los
mismos su aplicación en screening tiene poco valor. En ION Solca(42)
la combinación de los 3 marcadores estableció una sensibilidad del
98% en pacientes con cánceres gástrico conocido.
La dosificación de
electrolitos, albúminas séricas y pruebas funcionales hepáticas
deben orientar no sólo a determinar el estado nutricional, sino a
determinar también el estado metabólico general del paciente y la
sospecha de metástasis.
6.1 Estudios Endoscópicos.-
La endoscopía gastrointestinal
alta combinada con la toma de biopsias y citologías dirigidas, es la
técnica habitual, con la que se obtiene un diagnóstico en el más
del 95% de los casos. A fin de lograr un diagnóstico precoz, se debe
recomendar el empleo de la endoscopía digestiva, como método de
primera elección de todo sujeto dispéptico o asintomático con
antecedentes familiares de cáncer.
Se controlan también
con endoscopías, a aquellos sujetos portadores de condiciones
consideradas preneoplásicas, como la anemia perniciosa, gastritis crónica
atrófica, especialmente aquellas asociadas a infección por
Helicobacter pylori y metaplasia intestinal, la presencia de pólipos
gástricos y gastrectomías por causas benignas por más de 15 años
de evolución.
Es útil para el diagnóstico
diferencial entre las neoplasias y la úlcera gástrica benigna y es
muy útil para la identificación de los cánceres precoces o
superficiales. Deben tomarse muestras en toda la zona de mucosas
sospechosas, de las ulceraciones que se encuentren y de las lesiones
polipoides (foto 8). Se describe el tamaño, la localización, la
morfología de un tumor. Extremo proximal o distal, las anormalidades,
la evaluación en la infiltración de la mucosa, submucosa, en
ocasiones la distensibilidad del estómago o la actividad peristáltica
anormal o la función pilórica que pueden indicar infiltración
extensiva de la submucosa, o extensión extramural de un tumor. Además
si se lo complementa con instrumental adecuado como pinzas de
biopsias, asas de diatermia, rayos láser se obtendrán muestras de
biopsias que permitirán un diagnóstico preciso de cáncer gástrico
(Fotos 9-10).
El estudio macroscópico
del cáncer gástrico puede ser el correspondiente a una úlcera
claramente neoplásica con bordes aplanados o una úlcera
aparentemente benigna o tumores fungoides o nodulares. Los lugares
afectados con más frecuencia en el cáncer gástrico precoz son el
antro y la curvatura menor del estómago, por eso hay que hacer un
estudio minucioso endoscópicamente de esta zona.
El tipo infiltrativo
conocido como linitis plástica es menos frecuente, la neoplasia se
disemina ampliamente a través de todas las capas de la pared gástrica,
la ulceración puede ser mínima o estar ausente y las anomalías
endoscópicas ser mínimas, salvo una reducción en la distensibilidad
gástrica (Fotos 11-12).
La clasificación TNM
es la preferida en la actualidad para definir el estadiaje y el pronóstico,
se define como carcinoma gástrico precoz al que está limitado a la
mucosa y submucosa.
Se puede utilizar una
clasificación macroscópica del cáncer gástrico precoz basados en
las imágenes endoscópicas y se las puede dividir en 5 grupos:
Tipo 1: Polipoide
Tipo 2A: Elevado
Tipo 2B: Plano
Tipo 2C: Deprimido
Tipo 3: Excavado
6.2 Ultrasonido Endoscópico
La ecografía
endoscópica es una tecnología relativamente nueva, permite
visualizar todas las capas de la pared gástrica, con lo que se
identifica la extensión completa de la neoplasia ayudando al diagnóstico
y contribuyendo a un mejor estadiamiento.
6.3 Estudios Radiológicos.
6.3.1 Tránsito Esófago
Gastroduenal (TEGD): Es útil
en el diagnóstico del cáncer gástrico. Era el primer examen que se
utilizaba para la valoración inicial de un paciente dispéptico, sin
embargo la utilidad del estudio radiológico baritado de la porción
alta del tubo digestivo ha ido declinando, debido a que la endoscopía
constituye el examen de elección en los pacientes sintomáticos. En
la mayoría de las instituciones los exámenes radiológicos de doble
contrastes, se los realiza sólo en casos seleccionados como en la
linitis plástica o estómago en bota de vino, que tiene un aspecto
radiográfico característico, que se manifiesta por la pérdida de
las rugosidades de la pared gástrica y una disminución de la
distensibilidad observada en la fluoroscopía (Foto 13).
6.3.2 Tomografía
Computarizada: Como examen de
primera elección la tomografía computarizada no se indica en
pacientes sintomáticos. El screening se lo realiza preferentemente
por endoscopía o en caso que no se disponga de este procedimiento un
estudio radiológico de la porción alta del tubo digestivo. En el
estadiaje del cáncer gástrico los signos tomográficos son de gran
ayuda, y los más comunes son los siguientes (Foto 14):
Presencia de márgenes
irregulares, engrosamiento difuso o localizado de la pared gástrica,
masas ulcerosas, estómago.
Determinación de una
diseminación local o metástasis a distancia o por continuidad hacia
esófago, hígado, páncreas, colón.
La tomografía puede
demostrar si la serosa está severamente involucrada y sus estructuras
vecinas están afectadas, sin embargo no es capaz de demostrar la
arquitectura de la pared gástrica, consecuentemente no se puede
diagnosticar el límite de la invasión de la pared gástrica.
Por Tomografía se
considera que un ganglio que mide más de 1 cm. puede ser metastásico,
aunque muchas veces podría ser inflamatorio. Rara vez un ganglio
menor a 1 cm. es metastásico, por lo tanto el diagnóstico de metástasis
a ganglio linfático se hace con dificultad cuando son tumores pequeños.
El TAC se ha utilizado
también como un indicador de comportamiento de respuesta de los
ganglios metastásicos durante la quimioterapia.
Para la estadificación
de cáncer gástrico los exámenes clínicos y radiológicos, deben
correlacionarse con los aspectos endoscópicos y los resultados de la
laparoscopia y la cirugía. En ocasiones la tomografía se utiliza
para realizar biopsias percutáneas dirigidas. Es también útil en el
planeamiento de campos de radiación y en la evaluación de la
respuesta a la quimioterapia así como para detectar recurrencia
tumoral temprana.
Para detectar la
recurrencia local de un cáncer gástrico después de una gastrectomía
se utiliza la endoscopía y el estudio baritado de la parte alta del
tubo digestivo, sin embargo en caso de enfermedad localizada la
tomografía, cumple un papel muy importante para demostrar enfermedad
recurrente en el cuadrante superior izquierdo y parte abdominal
anterior, así como metástasis a ganglios regionales o al hígado.
Los signos tomográficos que sugieren recurrencia tumoral incluyen
masas de tejido blando en el área de la boca anastomótica,
obliteración de los planos de clivaje entre el área de la
anastomosis y el lecho pancreático.
La presencia de
adenopatías locales o evidencia de metástasis a distancia indican
recurrencia tumoral, sin embargo hay que descartar ciertos signos como
una fibrosis postoperatoria, hematomas, asas intestinales no
opacificadas por lo que es necesario realizar una tomografía de
control a los dos meses de la gastrectomía.
Las tomografías de tórax,
abdomen y pelvis pueden ser utilizadas para determinar la extensión
de un tumor
gástrico así como metástasis
a distancia, sin embargo en un 50% de pacientes en el momento de la
laparotomía presentan mayor extensión de la enfermedad que no se había
determinado en una tomografía preoperatora.
La estadificación
radiológica del cáncer gástrico se divide en:
Estadío I:
El
cáncer del estómago produce una masa intraluminal sin engrosamiento
de la pared o evidencia de diseminación a distancia o a órganos
adyacentes.
Estadío II:
El
cáncer gástrico muestra engrosamiento de la pared mayor a 1 cm pero
sin diseminación más allá del estómago.
Estadío III:
Hay
engrosamiento de la pared gástrica, con directa extensión de tumor a
órganos adyacentes pero sin evidencia de metástasis a distancia.
Estadío IV:
Cualquier tumor con metástasis a distancia
6.3.3
Resonancia
Magnética: la evaluación de la utilidad de este método diagnóstico
ha sido revisada en varios estudios con la finalidad de diagnosticar
el grado de invasión extraserosa en cáncer gástrico avanzado y para
afinar el diagnóstico preoperatorio de compromiso linfático
regional. En estos estudios se ha podido demostrar la desaparición de
una banda hipointensa paralela a la pared gástrica con cáncer signo
indicativo de compromiso de la pared, dicha banda corresponde al
espacio entre la pared gástrica y la grasa perigástrica. Así mismo,
se encontró una tasa de detección de metástasis ganglionares
macronodulares de un 88%, micronodulares de un 66% y de un 57% para
metástasis difusa, porcentajes superiores a los detectados por TC.
Actualmente existen estudios preliminares promisorios de RM endoscópica
para el tracto gastrointestinal superior que podría tener un papel
definitivo para el estadiaje loco regional y la visualización
tridimensional de las lesiones.
6.4 Laparoscopía
Este es un
procedimiento que ha tenido un impulso grande en el diagnóstico y
evaluación preoperatoria del cáncer gástrico (43-44). Recientemente
ha aumentado el interés por la laparoscopía unido a la ecografía,
proceso denominado laparoscopía endoscópica (45) que ha aumentado
grandemente la sensibilidad diagnóstica preoperatoria especialmente
en casos en los que el TAC y otros elementos diagnóstico han
fracasado, evitando así innecesarias laparotomías.
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