La paciente es una mujer
joven con episodios de abscesos recurrentes en la zona subareolar, llegando a fistulizarse
con drenaje espontáneo (35). No responden a la antibioticoterapia, requiere tratamiento
quirúrgico. La lesión se origina en los conductos galactóforos debajo del pezón ó en
conductos de glándulas de montgomery que drenan a la areola. Su patogenia se piensa que
es una sustitución del epitelio ductal por epitelio de metaplasia escamosa, con presencia
de queratina y obstrucción de conductos. Asocia infección secundaria de las secreciones,
formación de abscesos, rotura y fístula. La ecografía puede revelar presencia de imagen
de líquido subareolar y la mamografía de un proceso subareolar inflamatorio.
Poco frecuente, caracteriza
por afectación extensa de lobulillos mamarios por granulomas epitelioides no
casificantes, con células gigantes y microabscesos. Kessler y wolloch la describen por
primera vez en cinco mujeres (38). Para 1.990 se efectuó revisión de 30 casos.
Aparece en las edades de 17 a 42 años,
media de 32 años, tener hijos, no se relaciona con lactancia y anticonceptivos orales, no
etiología autoinmune. Pacientes presentan masa unilateral, zonas induradas, eritema en
ocasiones, observación de edema, retracción cutánea, pezón retraído, fijación a
pared del tórax que hacen pensar en carcinoma mamario. El diagnóstico se hace por
diferencial de fiebre tifoidea, micosis, paludismo y tuberculosis. Pueden extirparse las
lesiones granulomatosas, observando complicaciones, infección de herida, ulceras
cutáneas, fístulas.
Se debe realizar cultivos y coloraciones
apropiadas. El uso de corticoides a dosis elevadas en casos rebeldes exigen descartar
etiología infecciosa. (39).
La utilidad de la baaf ha permitido mejorar
el diagnóstico de la mastitis granulomatosa, cultivando el aspirado para mycobacterium,
hongos, bacterias aerobias, anaerobias. Se debe efectuar la prueba de kveim para
sarcoidosis, radiografías de tórax, determinar niveles de lisosomas y de enzima
convertidora de la angiotensina.